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En Ginebra no sólo se han reunido los gobiernos

La conferencia de Revisión de Israel y el Comité Palestino BDS

“Se diluye el trabajo, se desaprovechan los recursos de la solidaridad y los esfuerzos de tantas personas y organizaciones a lo largo del mundo se dispersan de manera radial, profesionalizándose y especializándose sectorialmente. Cada vez más dinero en ayuda mientras Palestina se hunde. ¿Qué está pasando?”

Alberto Arce
Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina, CSCA

Con esta pregunta, planteada por Virginia Tilley, dio comienzo el pasado 18 de abril en Ginebra la “Conferencia para la revisión de Israel”, (1) organizada por el Comité Nacional Palestino de Boicot, Desinversiones y Sanciones al Estado de Israel (BDS)(2) y paralela a la Conferencia Mundial contra el racismo de las Naciones Unidas (WCAR-más conocida como Conferencia de Durban II).

El régimen israelí como régimen de Apartheid.

Esta sesión, la segunda organizada en Europa por el Comité Nacional Palestino de la Campaña BDS trata de consolidar el proceso de convergencia organizativa iniciado en noviembre de 2008 durante la celebración de “La iniciativa de Bilbao”, encuentro que sirvió como presentación pública del documento de posicionamiento estratégico de la sociedad civil, “Unidos contra el apartheid, el colonialismo y la ocupación”. Virginia Tilley, Coordinadora del proyecto Oriente Medio de la Universidad de Ciudad del Cabo, marcó la línea de trabajo propuesta para la sociedad civil. “El trabajo que se realiza en solidaridad con Palestina debe partir del análisis de la naturaleza del régimen de Israel y del proceso diseñado por sus líderes para dominar a la población palestina. Es necesario un cambio de paradigma a la hora de trabajar en Palestina. Es hora de definir a Israel como régimen de Apartheid para conseguir una opinión consultiva en esa dirección de la Corte Internacional de Injusticia que permita avances en la campana de Boicot, Desinversiones y Sanciones.”

En un informe, coordinado por Tillley y en el que han colaborado mas de 20 especialistas en Derecho de 10 países, incluidos profesores de las Universidades de Tel Aviv, Hebrea de Jerusalén y Haifa, avanzado en Ginebra el día 19 de abril y que se presentara en su totalidad en la siguiente de las conferencias del Comité Nacional Palestino de BDS, el 12 de junio en Ciudad del Cabo, Sudáfrica,(3) se sientan las bases de la investigación mas extensa realizada hasta la actualidad al respecto: la que establece la aplicabilidad a Israel de la Convención para la Prevención del Crimen de Apartheid.

Existen similitudes y diferencias entre el caso de Israel y la Sudáfrica del Apartheid. Casi todas las divergencias se basan en la mayor dureza del régimen israelí respecto a la población palestina cuando trata de establecerse la comparación. Y no es esta comparación con Sudáfrica el centro del debate sino el estudio del caso sudafricano para remitirse a las diversas formulaciones del crimen de Apartheid que se han codificado legalmente y tienen lugar hoy en día en el Estado de Israel y los territorios Palestinos ocupados. No hay espacio en este texto para profundizar en el contenido del informe, pero sí para considerar que es el más profundo, riguroso y fundamentado análisis realizado hasta la fecha. (4)

La ocupación ante los tribunales.

Junto a la perspectiva académica y multisectorial, basada en análisis de datos socioeconómicos, respecto a la categorización de Israel como régimen de Apartheid, Ocupación beligerante y Colonialismo, en la Conferencia de la sociedad civil se trató en profundidad la evolución de las demandas legales abiertas en las diversas jurisdicciones nacionales a partir de las evidencias sobre crímenes de guerra y lesa humanidad cometidos por el ejército hebreo en los Territorios Palestinos Ocupados. La aplicabilidad de la jurisdicción universal respecto a los derechos humanos que se deriva del Estatuto de Roma y la Corte Penal Internacional comienza a dar sus frutos, a la espera de la decisión final del Fiscal de la CPI, Luis Moreno Ocampo y la eventualidad de declararse competente para revisar lo sucedido en Gaza en enero de este año.

Daniel Machover, responsable de los casos planteados en el Reino Unido y colaborador del equipo de abogados que trabaja ante la Audiencia Nacional española, se centró en la persecución de las responsabilidades en tanto individuos de los altos cargos políticos y militares que dirigen la ocupación de Palestina. Susan Akram, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Boston puso en común con el resto de participantes la evolución de las causas abiertas ante la justicia norteamericana contra compañías que colaboran con la ocupación y la responsabilidad de terceros ante los crímenes cometidos con su colaboración, centrándose especialmente en el caso de la compañía Caterpillar y su participación en la demolición de hogares palestinos. Elsa Putelat de la Asociación Francesa de solidaridad con Palestina detalló los avances ante la justicia francesa de las demandas contra la compañía VEOLIA, que construye el Tranvía de Jerusalén, y su posible colaboración en la comisión de crímenes de guerra. La construcción de dicho tranvía supone el aislamiento de barrios enteros de la ciudad y la anexión de facto, de terreno ocupado al territorio controlado por el Estado de Israel.  De hecho, la campaña de Boicot internacional contra Veolia por su colaboración directa en la ocupación israelí se está mostrando como la que genera avances más inmediatos en dicha línea de desinversiones. Hasta el momento, las ciudades de Galway, en Irlanda y Estocolmo ya han rescindido sus contratos de suministro de aguas y gestión de transporte público en protesta por la colaboración de la compañía francesa con la ocupación israelí de Jerusalén.

El Tribunal Russell por Palestina

Pierre Galand, responsable de los Comités Europeos de Coordinación por Palestina presentó el Tribunal Russell por Palestina,(5) que tendrá lugar en diversas localizaciones a lo largo de Europa en 2010 y trata de recuperar el modelo de "Tribunal Russell", que en 1967 investigó los crímenes de guerra perpetrados en la guerra de Vietnam por iniciativa del filósofo inglés Bertrand Russell. La idea fue impulsada por la Fundación por la Paz Bertrand Russell, por el pacifista israelí Nurit Peled, premio Sajarov 2001, y por la Delegada de Palestina ante la Unión Europea, Leila Shahid. Esta iniciativa está apoyada por un centenar de personalidades políticas, judiciales e intelectuales de todo el mundo. Entre ellas figuran el ex secretario general de la ONU Butros Ghali, el que fuera primer ministro de Holanda, Andreas Van Agt, o el ex presidente del Tribunal Internacional de Justicia de la Haya, Mohamed Bedjaoui. Asimismo, participan los cineastas Ken Loach y Paul Laverty, los escritores José Saramago, Naomi Klein y Noam Chomsky, entre otros intelectuales. Los españoles Juan Goytisolo y el magistrado emérito del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín también forman parte de este proyecto.

La delegación de la sociedad civil palestina ante la Conferencia Contra el racismo.

Según Ingrid Jaradat, Coordinadora de Badil, (Centro de estudios sobre los derechos de los refugiados palestinos) y portavoz del Comité Nacional Palestino de BDS “Ante la ausencia de una plataforma de debate real en la Conferencia oficial, era necesario garantizar un espacio desde la cual abordar la respuesta de la sociedad civil a una realidad, la de los Estados, que pretende invisibilizar el comportamiento del estado de Israel”.

La posición oficial adoptada por la Conferencia Mundial contra el Racismo celebrada en Ginebra, aprobando un Documento final de conclusiones que elimina cualquier referencia directa a las prácticas del Estado de Israel en los Territorios Palestinos Ocupados, respecto a la población palestina que reside dentro del Estado de Israel o a los refugiados palestinos en el exterior de la Palestina histórica "responde a su decisión de no incomodar a Israel ni a sus aliados o financiadores internacionales". Según ella, "las distancias entre la sociedad civil y las posiciones de sus gobiernos se han incrementado hasta llegar a un punto de retorno. Mientras se refuerza el apoyo al régimen israelí por parte de los gobiernos europeos, sus ciudadanos reclaman sanciones y castigo por sus prácticas respecto a la población palestina. Es nuestra obligacion tratar de señalar las líneas de actuación de la sociedad civil".

Si bien en los borradores iniciales de Declaración de la Conferencia de Naciones Unidas se incluían cuestiones como la discriminación racial de los palestinos, los asentamientos; el Muro y la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia respecto de su ilegalidad o la responsabilidad de terceros estados ante las reiteradas violaciones israelíes de las convenciones de Ginebra, en aras del consenso y un lenguaje aceptado por todos los participantes finalmente, y tras las presiones de un importante grupo de estados (Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Canadá, Australia) que han boicoteado cualquier referencia a las mismas, éstas han sido finalmente anuladas.

"Que también la delegación oficial palestina acepte esta decisión reafirma aun mas, si cabe, la urgencia de que se profundice en el movimiento de aislamiento internacional hacia el régimen israelí en cualquiera de sus formulaciones planteado por la sociedad civil a través del Comité de Boicot, Desinversiones y Sanciones" concluye Jaradat. En la declaración de Durban 2001 se incluía una referencia explícita al pueblo palestino como víctima de la discriminación que en 2009 ha desaparecido totalmente de las posiciones de la comunidad internacional. ¿Han mejorado en consecuencia sus condiciones de vida, para justificar la desaparición de la referencia o se ha decidido, simplemente, invisibilizar la ilegalidad del comportamiento israelí?.

Todo lo sucedido no puede más que calificarse como de “exageración” ya que en ningún momento, el documento sometido finalmente a debate en la Conferencia y aprobado con prisas durante el segundo día de la misma, contenía la más mínima alusión a Palestina. Si alguien leyese el documento(6) que entró como borrador de consenso el mismo día de comienzo de la conferencia, podría observar que pese a señalarse casos concretos de discriminación como los del pueblo gitano, los trabajadores sin papeles o los enfermos de SIDA, Palestina no aparece mencionada en ningún punto de la declaración finalmente aprobada.

Las declaraciones del Presidente iraní eran irrelevantes a la hora de decidir la retirada de los representantes de la Unión Europea. Estaba decidida de antemano. Un análisis mínimamente riguroso de sus palabras demuestra que no había en ellas más referencia al holocausto nazi que la que trata de explicar el contexto que permitió la realización del plan sionista: el desarrollo un movimiento migratorio hacia la Palestina histórica que ha terminado por establecer un régimen racista y segregacionista que desposee a la población originaria de sus derechos más fundamentales. Si bien 23 representantes europeos se retiraron de manera coordinada ante las mismas, y el representante noruego leyó un discurso donde hacía referencia a palabras no pronunciadas en Ginebra, demostrando que el movimiento de Boicot de la Conferencia estaba decidido de antemano, es necesario reseñar también que el resto de representantes se quedaron en su sitio, e incluso más delegados de los que abandonaron la sala, se levantaron e irrumpieron en aplausos ante la intervención de Ahmadineyad.

Mientras algunos países han decidido que no se puede ni siquiera mencionar la palabra “Israel”, avanza una campaña internacional que, a partir de ejemplos por todos conocidos, indica con mucha probabilidad la preparación de la opinión pública internacional ante un futuro militar contra Irán. Los palestinos, una vez más, se encuentran atrapados, como sujeto interpuesto, en un conflicto que no es suyo y les invisibiliza como actor con dinámicas propias.

Las actividades paralelas a la sesión plenaria de la Conferencia de Durban eran abrumadoramente pro-sionistas y las organizaciones palestinas no consiguieron autorización para organizar ningún seminario propio en el que revisar el comportamiento israelí o plantear siquiera sus posiciones para el debate. Decenas de israelíes, capitaneados por Alan Dershowitz y Elie Wiesel copaban los pasillos y seminarios. Miles de personas celebraban el Día del holocausto en un gran escenario situado frente a la puerta del edificio de las Naciones Unidas. Como crítica, fácil, y siempre a posteriori, cabe reseñar que la sociedad civil palestina no fue capaz de organizar, a través de las delegaciones de países solidarios con su causa, una presencia firme y oficial en la Conferencia de las Naciones Unidas contra el Racismo, diluida y anulada como instrumento de avance en la lucha contra la discriminación por una decisión israelí de convertirla en plebiscito a su favor con la colaboración consciente de Estados Unidos y la Unión Europea que han decidido mirar hacia otro lado pase lo que pase en Gaza y Cisjordania.

Durban y su plan de acción con la discriminación racial, la xenofobia y formas de intolerancia relacionadas ha muerto, definitivamente, como proceso de lucha internacional contra el racismo. Israel ha vencido una vez más, desde el punto de vista de la comunidad internacional oficial.

Si la solidaridad con Palestina es real, la respuesta coordinada de la sociedad civil internacional, a través del desarrollo de la Campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones contra el régimen de Israel hasta que este cumpla con sus obligaciones ante el Derecho Internacional parece el instrumento de coordinación adecuado para centrar los esfuerzos de aquellos empeñados en que Palestina no se hunda, definitivamente como una serie de banstustanes sujetos al continuo castigo israelí.

Para que Gaza no se repita.