Index | Miscelánea
Actualidad
MISCELÁNEA

Sahara

Rabat, le 20 Mars 2009
Lettre ouverte:

Je m’appelle Rafael Marchante, photographe freelance accrédité comme correspondant au Maroc par l’agence Reuters depuis 2006.
En date du 19 mars 2009, le gouvernement marocain a envoyé une lettre à l’agence Reuters pour refuser le renouvellement de mon accréditation de presse, ce qui implique que je ne puis continuer à exercer ma profession en ce pays et, en pratique, équivaut à une expulsion, chose qui n’était jamais arrivé à un correspondant espagnol.

Durant l’année 2008, j’ai été agressé quatre fois.  De ces quatre agressions, 3 ont impliqué des membres des Forces Auxiliaires de Police à Rabat à la sortie du parlement et ce en présence de nombreux témoins. Au cours d’une de ces agressions, des agents des Forces Auxiliaires ont détruit ma carte de presse et m’ont dérobé tout mon équipement photographique d’une valeur d’environ €6.000. La dernière agression a eu lieu dans la localité de Boya Omar où je menais un reportage et il s’est avéré finalement que les responsables de l’agression étaient les autorités locales.

A aucun moment le gouvernement marocain n’a répondu aux demandes et plaintes déposées. Au contraire, chaque passage au Ministère de la Communication se transforme en une succession de complications, bâtons dans les roues, pressions et menaces pour que je cesse d’exercer ma profession.

Les autorités espagnoles de leur coté n’ont émis aucune protestation officielle et conservent une attitude de totale passivité que je dois qualifier de « s’en laver les mains » devant un citoyen espagnol qu’ils laissent seul dans l’arène.

Pourquoi en est-on arrivé à cette situation ? Très simplement.
Je n’ai jamais cédé aux menaces de ne pas couvrir des thématiques considérées épineuses par le gouvernement bien que, en tant que correspondant de presse, la loi normalement m’en protège.

La lettre à travers laquelle le gouvernement marocain veut mettre en scène mon expulsion du pays n’est que la goutte qui fait déborder le vase d’une situation d’harcèlement systématique, presque depuis mon arrivée dans le royaume alaouite. Je me sens délaissé devant tous ces abus de la part d’une autorité qui pour se débarrasser de moi, va jusqu’à alléger de la déontologie professionnelle.

 

Carta de denuncia de un fotógrafo de prensa contra las autoridades marroquíes

En ella se desmienten los acuerdos alcanzados por el ministerio de exteriores español con el reino de Marruecos en material de respeto a la libertad de prensa

La obstaculización de la prensa se relaciona con su trabajo en el territorio ocupado de Sáhara Occidental

A lo largo de 2008 he sufrido cuatro agresiones. Tres de los incidentes fueron protagonizados por miembros de las Fuerzas Auxiliares en Rabat, con numerosos testigos y a las puertas del Parlamento

Rafael Marchante

Carta abierta:

Soy Rafael Marchante, fotógrafo freelance acreditado por la agencia
Reuters como corresponsal en Marruecos desde 2006. Con fecha 19 de
marzo el Gobierno de Marruecos ha enviado una carta a la agencia en la que informan de la negativa a renovar mi acreditación, lo que impide que pueda seguir trabajando en este país y, en la práctica, equivale a una expulsión, algo que nunca ha ocurrido con un corresponsal español.

A lo largo de 2008 he sufrido cuatro agresiones. Tres de los incidentes fueron protagonizados por miembros de las Fuerzas Auxiliares en Rabat, con numerosos testigos y a las puertas del Parlamento. En una de ellas los agentes rompieron mi acreditación de prensa y me robaron el equipo fotográfico, valorado en unos 6.000 euros. La última vez que me agredieron tuvo lugar en la localidad de Boya Omar, donde llevaba a cabo un reportaje, y los responsables fueron las autoridades locales.

En ningún momento el Gobierno de Marruecos ha respondido a las quejas y denuncias. Es más, cada visita a la sede del Ministerio de la Comunicación se convierte en una retahíla de rapapolvos, presiones y amenazas para que deje de ejercer mi trabajo.

Tampoco las autoridades españolas han emitido una queja formal en una actitud de pasividad absoluta que he de calificar de “lavarse de manos” frente a un ciudadano con pasaporte español al que dejan a los pies de los caballos.

¿Cuál es la explicación para que se haya llegado a esta situación? Muy sencillo. No me he doblegado a las amenazas para que deje de cubrir asuntos que el poder considera espinosos aunque, como corresponsal acreditado, la ley me ampara.

La carta con la que el Gobierno de Marruecos quiere escenificar mi expulsión del país es sólo la gota que colma el vaso de una situación de acoso sistemático prácticamente desde que puse los pies en el reino alauí. Me siento desamparado ante todos los abusos de unas autoridades que, para echarme de su país, llegan a alegar a la deontología profesional.

Rafael Marchante