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Discurso del Secretario General de la Liga de los Estados Árabes, Amr Musa

Con ocasión del Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino

Celebramos, un año más, el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, pueblo que sigue bajo la ocupación y el asedio impuesto de diferentes formas, especialmente a través el cerco a la Franja de Gaza.

CSCA

BANDERAS

Celebramos, un año más, el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino,  pueblo que sigue bajo la ocupación y el asedio impuesto de diferentes formas, especialmente a través el cerco a la Franja de Gaza. Pero el pueblo palestino también sufre con la intensificación de la política de asentamientos, que arrebata más territorios palestinos; con la ejecución de los trabajos de construcción del muro de separación racial; con la intensificación de las medidas de castigo colectivo y con las incursiones diarias en las ciudades y pueblos de Cisjordania, que destruyen viviendas y arrancan olivos. Todo esto mina los esfuerzos de los países árabes y de la comunidad internacional para reavivar el proceso de paz y lograr el establecimiento de un Estado palestino independiente, y desvía el proceso de negociación palestino-israelí hacia una vía improductiva, fruto de la aceleración del ritmo de los asentamientos en Cisjordania y de los abusos de los colonos contra los campesinos palestinos que tienen lugar bajo la protección del ejército israelí.
A este respecto, el Secretario General de la Liga de los Estados Árabes ha reiterado en varias ocasiones que las negociaciones tienen que ser serias para producir un proceso de paz serio, y que mientras Israel prosiga con los asentamientos y las excavaciones en Cisjordania, Jerusalén Oriental y sus alrededores, forzando cambios demográficos y geográficos sobre los territorios palestinos, el establecimiento de un verdadero Estado palestino se verá cada vez más amenazado.
En este contexto, el arzobispo sudafricano Desmond Tutu, que presidió la Comisión de la Verdad, formada por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para investigar las agresiones israelíes contra Beit Hanun, ha afirmado en su informe que el bombardeo sufrido por esta ciudad y el cerco impuesto a la Franja de Gaza por parte de las autoridades israelíes, no son más que un auténtico insulto a la sociedad internacional y a la humanidad, y que las acciones militares israelíes en Beit Hanun constituyen una violación del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos que se pueden calificar como crímenes de guerra.
Por otro lado, se intensifican los temores por el aumento de la tensión y de los enfrentamientos, debido a los continuos intentos de Israel de judaizar la ciudad de Jerusalén, cambiar sus señas de identidad históricas y alterar su población. La Liga de los Estados Árabes ha advertido de la gravedad de esta situación, y ha solicitado al Consejo de Seguridad y al Cuarteto Internacional para Oriente Próximo una rápida intervención para detener dichas prácticas israelíes, dado que Jerusalén Oriental está considerada como territorio ocupado, en virtud de la legalidad internacional, y se le aplica el Cuarto Acuerdo de Ginebra del año 1949. Su protección, y la protección de su patrimonio humano, histórico y religioso, es, fundamentalmente, responsabilidad de la sociedad internacional. Es, también, una de las cuestiones del estatuto final, y, tal vez, una de las más delicadas, que afecta a los sentimientos de millones de musulmanes en todo el mundo: es la capital del futuro Estado palestino y hay que evitar por todos los medios que sufran, tanto ella como la Mezquita de al-Aqsa, cualquier tipo de agresión.

A pesar de las esperanzas que el pueblo palestino tiene depositadas en los esfuerzos internacionales de los partidarios de la paz, después de la Conferencia de Annapolis, dichos esfuerzos, por desgracia, no han logrado el progreso deseado en las negociaciones entre palestinos e israelíes, y nos vemos hoy girando de nuevo en el mismo círculo vicioso, mientras seguimos viviendo acontecimientos poco propicios para reavivar el proceso de paz, el bloqueo de las negociaciones y la falta de una visión clara, todo ello resultado de la indecisión de la parte israelí para zanjar el asunto y hacer que prime la paz.
Mientras tanto, la parte árabe sigue afirmando su compromiso con la iniciativa de paz árabe basada en la legalidad internacional. Una iniciativa que busca lograr una paz global y duradera en el conflicto árabe-israelí, una paz que pueda garantizar la estabilidad, la seguridad y la prosperidad de todos los pueblos de una región que ha sufrido, durante décadas, las guerras, el derramamiento de sangre y la inestabilidad.
El objetivo de la parte árabe es lograr la paz completa, la paz que devuelva al pueblo palestino sus legítimos e inalienables derechos, una paz que garantice la estabilidad y la seguridad para todos en esta convulsa región del mundo. En este marco, la responsabilidad de la sociedad internacional, especialmente del Consejo de Seguridadde la ONU es crucial en la gestión del conflicto para encauzarlo hacia un proceso de paz serio, que devuelva los derechos a sus dueños, y que acabe con la inmunidad y la protección de la ocupación israelí,  de sus prácticas y violaciones que aniquilan todas las oportunidades para lograr la paz deseada.
Por último, me gustaría saludar y agradecer al Presidente del Comité de las Naciones Unidas para el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino, así como a las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en el ámbito de los derechos humanos, sus esfuerzos en el apoyo a la causa del pueblo palestino y sus ayudas para recuperar sus derechos, para acabar con la ocupación israelí de sus territorios y establecer un Estado nacional e independiente. Mi agradecimiento se hace extensible, igualmente, a todos los Estados, instituciones y organizaciones que participan en la celebración del Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino.