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Becarios sin salida

Por Mohammed Omer, IPS. 21 de octubre

Un programa universitario de Estados Unidos admitió como estudiante al palestino Hazem Hussain, de 28 años. La alegría que lo invadió al recibir la carta de notificación abrió paso, luego, a la decepción.

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Hussain tiene el certificado de admisión y la visa para ingresar a Estados Unidos rumbo a la universidad, en la occidental California, para cursar allí estudios de administración de empresas. Pero las fuerzas de seguridad israelíes no le permiten salir de Gaza.

El semestre lectivo comenzó hace dos semanas.

"Hace un año que hago todo lo posible por irme de aquí", relató. "Pero no puedo."

Lo mismo le sucedió a Saed Badawi, de 22 años. Fue admitido en una universidad alemana. Aún sigue en Gaza. "Estoy devastado. Conseguir otra visa me llevará mucho tiempo, con todos los procedimientos y requisitos" necesarios, se lamentó.

La situación se repite con aspirantes a asistir a universidades árabes. Juliet Al-Tork, de 18 años, aceptada como estudiante de traducción en la universidad jordana de Al-Yarmouk, es una más entre cientos de jóvenes palestinos varados por decisión israelí.

"Israel le prohíbe salir a la gente que debería motivar", sostuvo Sari Bashi, directora ejecutiva del israelí Centro Legal Gisha para la Libertad de Desplazamiento, que defiende el derecho de estudiantes palestinos frente a la política de no dejarlos salir de este territorio.

"Israel no sólo atenta contra el derecho de los palestinos, sino que perjudica a sus propios intereses", apuntó.

Unos 1.000 estudiantes tratan de irse de Gaza cada año para seguir estudios superiores, según Bashi. Las universidades de este territorio palestino asediado sólo ofrecen formación de grado. En 2008, sólo un tercio de esa cantidad obtuvo permiso para salir.

"Al dejar pasar a unos pocos, Israel disimula que cientos de estudiantes y 1,5 millones de residentes de Gaza siguen atrapados", remarcó Bashi. "Castigar a civiles inocentes por el comportamiento de líderes políticos viola las normas internacionales y es considerado un castigo colectivo".

La complicidad de Egipto molesta a los estudiantes porque bien podría dejarlos pasar por el cruce fronterizo de Rafah.

Si líderes del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) pueden ir a Egipto, por qué no ellos, se preguntan los estudiantes.

La seguridad israelí llegó hasta a perseguir estudiantes que ya se habían ido de Gaza. Un becario de la Fundación Fullbright se enteró al llegar a Washington que le habían revocado la visa, porque Israel emitió un alerta en su contra sin motivos específicos.

La explicación oficial israelí se resume en una carta enviada por un legislador, en julio pasado, a la ministra de Relaciones Exteriores Tzipi Livni.

"La política de no permitir la salida de estudiantes de Gaza forma parte de la decisión tomada por el gabinete el 19 de septiembre de 2007, cuando consideró a ese territorio palestino entidad hostil e impuso restricciones al cruce de mercancías y personas desde y hacia la franja de Gaza, excepto por razones humanitarias", indica la misiva.

Israel declaró a Gaza "entidad hostil" luego de que no pudo aplastar a las milicias de Hamás en ese territorio, en el verano boreal de 2007.

Hamás, triunfante en las elecciones de enero de 2006, se hizo cargo del control de Gaza al expulsar a las fuerzas de del secular partido Fatah, del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas.

Las fuerzas de Fatah en Gaza eran asistidos y entrenados por Estados Unidos.

El representante del Comité de Estudiantes Varados, Murad Bahloul, señaló que tienen pensado montar una tienda de campaña cerca del cruce de Rafah como forma de protesta.

"Todos los estudiantes acordamos comenzar una huelga de hambre hasta que nos dejen salir para dirigirnos a las universidades" que nos becaron, indicó.

Bahloul fue admitido por una universidad británica el año pasado, pero los israelíes no lo dejaron salir. Este año, otra universidad, ésta de Malasia, le ofreció un lugar para estudiar gestión de construcción y teme también perderse la nueva oportunidad.

Cada día, el futuro se vuelve más difuso. "Estoy decepcionado", se lamentó Hazem Hussein. "No puedo seguir estudiando. No puedo cruzar y estoy lejos del mundo libre. Si no lo dejan pasar ahora, perderá por lo menos otro año más".