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Carta al Pte. Del Gobierno español sobre la crisis humanitaria en Gaza

Manuel Zaguirre, presidente USO

En mi condición de Presidente de la Unión Sindical Obrera (USO) y de su ONG para la solidaridad internacional, SOTERMUN, y miembro del Comité Ejecutivo de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) y del Consejo General de la Confederación Sindical Internacional (CSI), quiero hacerle llegar nuestra indignación por la crisis humanitaria que el Estado de Israel está provocando en Gaza y solicitar de usted todas las iniciativas posibles para lograr una intervención sostenida y coherente por parte de la Comunidad Internacional que ponga fin a esta horrible crisis

Unión Sindical Obrera-USO

Señor Don
José Luis Rodríguez Zapatero
Presidente
GOBIERNO DE ESPAÑA
Palacio de La Moncloa, s/n
28071 - MADRID

Madrid, 24 de enero de 2008

Estimado Presidente:

En mi condición de Presidente de la Unión Sindical Obrera (USO) y de su ONG para la solidaridad internacional, SOTERMUN, y miembro del Comité Ejecutivo de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) y del Consejo General de la Confederación Sindical Internacional (CSI), quiero hacerle llegar nuestra indignación por la crisis humanitaria que el Estado de Israel está provocando en Gaza y solicitar de usted todas las iniciativas posibles para lograr una intervención sostenida y coherente por parte de la Comunidad Internacional que ponga fin a esta horrible crisis.

El comportamiento del Estado de Israel, como potencia ocupante de Gaza, viola los más elementales principios y normas del Derecho Internacional y la Convención de Ginebra. Es algo sabido por endémico y sostenido en las últimas décadas.

Pero esta última escalada en Gaza desborda todo lo imaginable y tolerable. Condenar a millón y medio de seres humanos civiles, desarmados, indefensos, a la carencia de alimentos, de medicinas, de energía, de agua, a la destrucción sistemática de sus infraestructuras y ya mermadas fuentes de trabajo y riqueza… responde a una estrategia objetiva de exterminio por mucho que el primer ministro israelí la quiera “suavizar” como sufrimiento controlado pero sostenido y sin esperanza alguna para la población palestina de la franja de Gaza.

El genocidio y el terrorismo de estado no serían conceptos tan remotos para definir lo que realmente está sucediendo en Gaza. Cualquier inhibición o tibieza ante tal drama es una forma de complicidad. Hay que establecer soluciones reales a corto plazo, abriendo las fronteras y garantizando el flujo y el destino de la ayuda humanitaria a la población de Gaza, muy especialmente a los sectores más vulnerables: infancia, personas ancianas, enfermos. Hay que imponérselo al Estado de Israel pues resulta intolerable y ofensivo que el principal causante y responsable de esta crisis humanitaria pueda erigirse en administrador o bloqueador de cualquier solución real.

En tal sentido, es decisiva la responsabilidad y actuación de la Unión Europea que no puede ampararse en reciprocidad alguna a la hora de interpretar y aplicar los acuerdos fronterizos con el Estado de Israel, potencia ocupante, pues éste interpreta y aplica dichos acuerdos con la declarada intención de provocar el sufrimiento y la crisis humanitaria de la población civil palestina de Gaza.

En un plano más amplio, resulta irrisorio e hipócrita cualquier horizonte de supuesta paz que no pase por afrontar y resolver radicalmente la existencia y extensión de los asentamientos judíos en Cisjordania, la existencia y extensión del “muro de la vergüenza”, que atomiza y destruye el territorio palestino, anulando cualquier viabilidad en lo económico o comercial, la vigencia y continuidad de las expropiaciones de tierras y recursos básicos palestinos, el drama de los refugiados…

Por supuesto que condenamos cualquier manifestación de terrorismo palestino, pero no podemos olvidar que ésta se nutre de una situación de ocupación militar, atropello y opresión sostenida desde hace más de seis décadas por un Estado que, al parecer, tiene patente de corso y tolerancia infinita para burlar y violar a su antojo el Derecho Internacional y las Resoluciones de Naciones Unidas a su antojo.

No hay paz posible si no está basada en una solución legal y justa para el pueblo palestino, y ella es incompatible con el estado actual de cosas y la falta absoluta de voluntad política y coraje para imponer al Estado de Israel un comportamiento civilizado y actuaciones acordes con cualquier posibilidad de Paz. Asimismo, sin esas actuaciones de fondo, las donaciones de los Estados para ayudar a la mejora de las condiciones de vida del pueblo palestino, como las recientemente aprobadas en París, devienen esfuerzos inútiles sin resolver la ocupación militar y la capacidad ilimitada del Estado de Israel para bloquear dichas ayudas o destruir, como ya sucedió tantas veces, las infraestructuras u otros bienes realizados con las mismas.

Creemos modestamente que sólo un verdadero esfuerzo por parte de la Unión Europea y el conjunto de la Comunidad Internacional de exigencia y vigilancia del cumplimiento de las Resoluciones de Naciones Unidas y del Derecho Internacional en su conjunto, permitiría construir una Paz justa entre los realmente afectados e interesados en la misma: los pueblos palestino e israelí que son, a su vez, las principales víctimas de la ocupación militar, de una parte, y de la reacción violenta ante la misma, de otra.

Seguir entreteniendo o aplazando el tiempo de las soluciones con iniciativas o conferencias que tardan menos en fracasar de lo que tardan en celebrarse, sólo conduce a agudizar el sentimiento de frustración de los pueblos afectados, así como del conjunto de la población mundial, amén de agravar la desconfianza en la capacidad y liderazgo moral de los mandatarios políticos con peso y proyección internacional.

Urge una nueva energía resolutiva, un compromiso por la Paz y la Justicia, fundadas en el Derecho Internacional y en la certeza, cada vez más clamorosa, de que esa Paz justa para palestinos e israelíes es la mejor manera de ahuyentar para siempre las serias amenazas para la Paz mundial latentes en esa vieja, dolorosa y vigente injusticia contra el pueblo palestino.

Le estamos solicitando que haga cuanto esté en su mano, que sin duda es mucho, para contribuir a ese horizonte de Paz y aliviar urgentemente el sufrimiento de la población palestina en la franja de Gaza.

Afectuosamente,

Manuel Zaguirre
Presidente