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While Bush attacks Palestinian rights, the Authority attacks its own people

Between 15 and 25 people have been arrested and scores more injured after Palestinian Authority forces attacked a demonstration against the US President Bush in Ramallah with batons and pepper spray.

A sit-in at the Orthodox Club in Ramallah rapidly escalated at protestors attempted to march to al-Manara square.

The organisers, the National and Islamic Forces, the Palestinian Grassroots Anti Apartheid Wall Campaign, the Prisoners Association and the National Committee to Commemorate the Nakba called the action to voice their condemnation of the visit, in defiance of the crackdown on protest in the West Bank.

At noon around 1000 demonstrators gathered near the Orthodox club in the center of Ramallah, and began to push towards Clock Square, near al-Manara. The police immediately attempted to disperse the demonstration by beating the protestors and spraying pepper spray while US helicopters circled overhead.

Today’s events are part of the ongoing repression of popular demonstrations in the West Bank. On November 18 a popular demonstration upholding Palestinian national rights was repressed while Mahmoud Abbas was meeting in Annapolis.

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Statement by the Palestinian grassroots Anti-Apartheid Wall Campaign

Our demonstration today was called to tell Bush that he is not welcome. He is a war criminal who has the blood of all nations in the region on his hands.

This was not just a demonstration against Bush. We gathered today to raise our voices against everything that he and the US administration represent: policies of war and occupation, denial of Palestinian rights, the trampling of international law, and support for racist Zionism and ethnic cleansing.

These policies are integral to the process discussed at the Annapolis conference in November. The Annapolis project, under the auspices of Bush, is designed to map out a future for the Palestinian people: a Bantustan government administered and controlled by a Palestinian Authority ruling the ghettos with the permission of the occupiers. This will never be acceptable for the Palestinian people.

We are already seeing what must be done to fulfil this vision in defiance of popular Palestinian will. It requires that the Authority become a dictatorship, prepared to silence the voice of the people with violence.

We saw this in November when we demonstrated against Annapolis. For it to be repeated here today confirms what we already knew. The repression was not an isolated incident, brought about by one-off political circumstances. This is now the policy of the Palestinian Authority. The transformation from popular liberation movement to oppressor, complicit with the colonial powers, is now nearly complete.

While Abbas met and discussed with the closest ally of our oppressors, his men were deployed in the streets to beat and teargas any who voiced their objection.

It is now clear who Abbas stands with: not with his own people, the people of Palestine whom he is supposed to represent. He stands with Bush, and his vision of a pacified Palestinian people in cages. In the public pronouncements of Abbas’s and his government today, they have referred to the occupation as an ‘obstacle to peace’: they refuse to talk about its true nature – that it is a crime against humanity, that it is illegal, that the Wall is a tool of the occupation and an integral part of the vision which is being set out for the Palestinian people.

Abbas made no mention of the right to return; no mention of UN resolutions; no mention of international law. It seems that his biggest worry is not the occupation, but the continuing resistance of the people.

 

 

Mientras Bush ataca los derechos Palestinos, la Autoridad Palestina ataca a su propio pueblo

El proyecto de Annápolis bajo el paraguas de Bush, se diseña para trazar un futuro planificado para la población palestina: un gobierno de Bantustanes administrado y controlado por una Autoridad Palestina que gobierna los ghettos con permiso de los ocupantes. Esto nunca será aceptable por parte del pueblo palestino. Nosotros estamos viendo qué debe hacerse para lograr este desafío a la voluntad popular palestina. Requiere que la Autoridad se convierta en una dictadura, preparada para silenciar la voz de las personas a través de la violencia

www.stopthewall.com
Traducción: José Verdú

Bush con Abbas

Entre 15 y 25 personas han sido arrestadas, y se contabilizan más heridos tras el ataque de la Autoridad Palestina con porras y gas pimienta, en una manifestación en contra de la presencia del presidente norteamericano Bush en Ramallah.

La manifestación pacífica en el Club Ortodoxo de Ramallah se intensificó rápidamente cuando los manifestantes intentaron marchar hacia la plaza de al-Manara. Los organizadores, las Fuerzas Nacionales e Islámicas Palestinas, la Campaña contra el Muro del Apartheid, la Asociación de Presos y el Comité para la Conmemoración de la Nakba, llamaron a la manifestación, para expresar su condena a la visita.

Alrededor de 1000 manifestantes congregados cerca del club Ortodoxo en el centro de Ramallah empezaron a movilizarse hacia la plaza del Reloj, cerca de la plaza al-Manara. La policía intentó dispersar la manifestación rápidamente, golpeando a los manifestantes y rociando el gas pimienta, mientras los helicópteros de EEUU sobrevolaban el evento. Esta es una más de las continuas represiones contra las manifestaciones populares en Cisjordania. El 18 de noviembre una demostración popular en defensa de los derechos nacionales palestinos fue reprimida, mientras Mahmoud Abbas se reunía en Annápolis.

La campaña contra el Muro del Apartheid declara que la manifestación de hoy fue una llamada para decirle a presidente Bush que no es bienvenido. Es un criminal de guerra, que tiene sangre de todos los países de la región en sus manos. Esta no es sólo una manifestación contra Bush. Nosotros reunimos hoy nuestras voces contra lo que él y la autoridad norteamericana representan: las políticas de guerra y ocupación, el rechazo a los derechos palestinos, el pisoteo a la Ley Internacional y el apoyo al Sionismo racista y las políticas de limpieza étnica. Estas políticas están integradas en el proceso que se discutió en la conferencia de Annápolis en Noviembre.

El proyecto de Annápolis bajo el paraguas de Bush, se diseña para trazar un futuro planificado para la población palestina: un gobierno de Bantustanes administrado y controlado por una Autoridad Palestina que gobierna los ghettos con permiso de los ocupantes. Esto nunca será aceptable por parte del pueblo palestino. Nosotros estamos viendo qué debe hacerse para lograr este desafío a la voluntad popular palestina. Requiere que la Autoridad se convierta en una dictadura, preparada para silenciar la voz de las personas a través de la violencia. Ya lo vimos en noviembre cuando nos manifestamos contra Annapolis. Que se repita aquí confirma lo que ya sabíamos. La represión no fue una casualidad aislada provocada por las circunstancias políticas. Esta es ahora la política de la Autoridad Palestina.

La transformación de movimiento de liberación popular en opresor, cómplice de los poderes coloniales está casi completada.  Mientras Abbas se encontraba y discutía con nuestros opresores, sus hombres se desplegaron por las calles para golpear y gasear  a cualquiera que expresara su objeción. Está claro ahora de que lado está Abbas: no con su propia gente, la población palestina a la que se supone que representa. Mahmud Abbas está del lado de Bush y su visión de la población palestina pacificada en jaulas.

En las declaraciones públicas de Abbas y su gobierno hoy, ellos se referían a la ocupación como una obstáculo para la paz: ellos se niegan a hablar de su verdadera naturaleza - que es un crimen contra la humanidad, que es ilegal, que el Muro es una herramienta de la ocupación y una parte integral de la visión que está siendo expresada por la población palestina. Abbas no ha hecho ninguna mención al Derecho al retorno, las resoluciones de Naciones Unidas, a la Ley Internacional.  Parece que su mayor preocupación no es la ocupación, sino la continua resistencia del pueblo.