Index | Palestina 2006-2007
Actualidad
PALESTINA

* Director de la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo.


Prólogo al libro-dvd, 'Internacionales en Palestina', de Alberto Arce

Rafael Palacios*

CSCAweb: 9-02-07

"Colin Powell no se cortaba al afirmar que la guerra y la expansión capitalista van a tener que ir juntas. La denuncia de la guerra es la denuncia de la globalización: Afganistán, Palestina, Irak o Colombia, son fases de un mismo proceso de imposición de la hegemonía (militar primero, después económica) de EEUU a escala planetaria, diseñado contra los pueblos, sus derechos y su futuro".

En los últimos años el dominio del capital se fue haciendo cada vez más global. Su proyección mundial se intensificó y ninguna población o territorio escapa a su lógica depredadora. El capital especulativo opera sin restricciones en todo el planeta en base a sus necesidades de acumulación y beneficio.

Este nuevo marco de funcionamiento está impregnado por las políticas neoliberales y en él no tienen sitio las consideraciones humanas, sociales o ambientales. Todo se supedita a la lógica del mercado y la competitividad. Las víctimas de este "Nuevo Orden Mundial" somos todas y todos en cualquier lugar del planeta.

Cuando la guerra y la ocupación de Irak demostraron estar basadas en las mentiras más miserables e indignas, Palestina es otro escenario más de la guerra global que los EEUU mantienen contra los pueblos.

Desde que comenzó el proceso de paz árabe-israelí en Madrid, los derechos internacionalmente reconocidos del pueblo palestino fueron pisoteados continuamente, mientras que Israel aseguraba su control económico y demográfico con el objetivo de hacer inviable sobre el terreno la creación de un Estado Palestino soberano. Palestina vive encerrada en guetos aislados entre sí, que son fácilmente sometidos al asedio o la ocupación criminal del ejército israelí.

La memoria se pierde rápidamente cuando conviene y parece que ya nadie se acuerda de la creación artificial del Estado de Israel, de la política de ocupación de territorios palestinos y asentamiento de colonos judíos en Palestina o de los acuerdos firmados por Arafat y Rabin, al que por cierto asesinaron, no los palestinos, sino la extrema derecha sionista.

Casi nadie se quiere acordar de los millones de palestinos y palestinas que viven en campos de refugiados o exiliados en distintos países o de todas las resoluciones de la ONU, de las que se ríe el Gobierno de Israel, en las que lo condenan a devolver los territorios ocupados.

El genocidio del pueblo palestino está poniendo de manifiesto hasta dónde puede llegar la miseria de la política internacional y una de sus más importantes herramientas: la manipulación informativa.

La resistencia de los pueblos a la ocupación es un derecho internacionalmente reconocido y es la expresión de las aspiraciones históricas del pueblo palestino. A pesar de miles de muertos y heridos, pese a condenar a todo un pueblo a la miseria y la devastación provocada por la violencia del ejército israelí y el abandono internacional, el pueblo palestino es capaz de resistir.

De resistir no sólo a la violencia militar, sino a un odio, a una voluntad de venganza y humillación, que nos devuelven al tiempo de los nazis.

EEUU quiere imponer en Oriente Próximo un orden que preserve sus intereses estratégicos y el control de las reservas petrolíferas y que garantice al mismo tiempo la integración económica del Estado de Israel en la zona y, con ello, del conjunto del espacio árabe, de sus poblaciones y de sus recursos, en la globalización económica capitalista.

Colin Powell no se cortaba al afirmar que la guerra y la expansión capitalista van a tener que ir juntas. La denuncia de la guerra es la denuncia de la globalización: Afganistán, Palestina, Irak o Colombia, son fases de un mismo proceso de imposición de la hegemonía (militar primero, después económica) de EEUU a escala planetaria, diseñado contra los pueblos, sus derechos y su futuro.

Quiero mostrar toda nuestra solidaridad con la lucha del Pueblo Palestino, con su derecho a la resistencia, a la soberanía y la independencia, y denunciar la ocupación de Palestina por parte del Gobierno y el Ejército de Israel y la construcción del muro del apartheid.

Un muro del apartheid que viola la IV Convención de Ginebra que expresamente prohíbe a la potencia ocupante extender, destruir y expropiar propiedades ubicadas en un territorio ocupado. Viola también las obligaciones fundamentales de la potencia ocupante de garantizar el bienestar y el sustento básico de la población ocupada.

La extensa apropiación y destrucción de tierras y propiedades, especialmente de las tierras agrícolas más fértiles y de las aguas, priva a la población de sus recursos básicos para subsistir y de su nivel de vida. De la misma forma, el Muro viola la prohibición de la IV Conferencia de Ginebra de ejercer castigos colectivos contra la población ocupada.

Pude comprobar personalmente, en Líbano, Jordania y Palestina, las dramáticas condiciones de vida en las que se encuentran los refugiados palestinos.

Casi la mitad de la población palestina es refugiada. Casi un tercio del número total de refugiados en el mundo son palestinos, más de cuatro millones de personas. A esta cifra hay que añadir las personas desplazadas internamente y las deportadas forzosamente por el Estado de Israel.

El Derecho al Retorno, una de las causas centrales para la resolución del conflicto, sigue siendo una cuestión que supera el componente meramente humanitario, al contener una dimensión política asociada a los legítimos derechos nacionales palestinos.

La solución a este crucial problema, pasa ineludiblemente por el cumplimiento de la legalidad internacional y por el derecho de todas las refugiadas y refugiados palestinos y sus descendientes a volver a sus casas y tierras.

Desde aquí quiero expresar nuestra identificación y solidaridad con el pueblo palestino y su lucha, y nuestro firme apoyo a sus reivindicaciones nacionales.