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LÍBANO

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Català Txell Bragulat i David Karvala: Informe sobre la trobada internacional a Beirut, 16-19 de novembre de 2006
Aturemlaguerra.com
CSCAweb: 10-01-07
Resumeix alguns punts destacats de la trobada


"En Oriente Próximo hay miedo a otra guerra como la de Líbano, que encendería toda la zona"

Silvia Torralba entrevista a Txell Bragulat, representante de la plataforma 'Aturem la Guerra'

www.canalsolidario.com / CSCAweb: 10-01-07

Entre el 16 y el 19 de noviembre, movimientos antiguerra de Europa, Latinoamérica y sobre todo de países árabes se reunieron en Beirut (Líbano) con la idea de intercambiar experiencias, crear una agenda de acciones comunes y poner sobre la mesa cuestiones como la inestabilidad en Oriente Próximo y la necesidad de que exista un movimiento antiguerra que, en nuevos casos de agresiones, movilicen a la población. Al encuentro, organizado por Hezbolá y el Partido Comunista Libanés, asistieron unas 400 personas de asociaciones y plataformas antiguerra y altermundialización de países como Francia, Grecia, Marruecos, Argelia y Egipto, entre otros. Canal Solidario ha conversado con Txell Bragulat, miembro de la organización Sodepau y que asistió al encuentro en representación de la plataforma Aturem la Guerra.

El encuentro celebrado en Beirut reunía a movimientos antiguerra y estaba organizado por instituciones como Hezbolá y el Partido Comunista. ¿No resulta contradictorio porque una parte de Hezbolá está formada por grupos armados?

Hezbolá es un movimiento con una rama armada pero no es sólo un movimiento armado, se ha presentado a las elecciones, durante el año pasado tuvo ministros en el Gobierno y tiene un gran apoyo de la población. Nosotros no lo entendemos como un grupo terrorista sino, como también dice la ONU, como grupos que resisten de múltiples maneras, la mayoría pacíficas, aunque la más visible sea la armada.

Desde la plataforma Aturem la Guerra es un tema que hemos hablado varias veces. Creemos que la lucha pacífica es la primera opción pero tampoco podemos dar lecciones porque nuestros países son los primeros que utilizan las armas y se trata de contextos que no conocemos ni vivimos día a día. Eso tampoco significa que desde nuestro movimiento antiguerra compartamos todo su pensamiento, también les damos un apoyo crítico.

¿Qué temas se trataron durante el encuentro?

La conferencia tenía cuatro ejes diferentes. El primero se refería a las estrategias y los tipos de acciones que cada uno de los movimientos antiguerra pueden organizar desde sus países para protestar contra agresiones como las que vivió Líbano por parte de Israel en julio de 2006. En el segundo eje el tema central era los medios de comunicación, la necesidad de crear un polo desde la sociedad civil que se opone a la guerra y llegar a los periodistas con un nuevo discurso creado desde abajo.

Luego hay un eje más jurídico que trata de organizar a todos los juristas y gente vinculada a los derechos humanos para hacer diversas acciones y, sobre todo, para emprender medidas legales contra la guerra y las violaciones de derechos humanos que Israel hizo en Líbano en julio de 2006. De momento, se está trabajando para realizar un Tribunal Popular Internacional el próximo mes de julio. Por otro lado, en un cuarto eje se habló de la reconstrucción del Líbano después del conflicto con Israel.

¿Cuáles fueron los principales acuerdos a los que se llegó en el encuentro?

Surgieron muchas ideas pero algunas se repitieron de manera constante. Una de las cosas que preocupan mucho entre los movimientos árabes es el tema de la islamofobia en los países del norte. Piensan que en occidente el Islam está tergiversado, que se lanzan mensajes desde los medios de comunicación que no se corresponden con la realidad y que provocan miedo entre la población. Por eso han pedido a los movimientos antiguerra que incorporen la lucha contra la islamofobia como un objetivo importante en su trabajo.

Otro tema importante en el encuentro fue la necesidad de crear un movimiento muy amplio a nivel internacional que aglutine sectores muy diversos de la sociedad, y crear espacios unitarios de trabajo que incluyan a los movimientos que se reclaman de inspiración islámica, que forman parte de los que llaman Islam político, pero que son muy variados y tienen voluntad de diálogo.

Además, se acordó establecer tres días de solidaridad internacional: el 20 de marzo, como el día de lucha contra la guerra; el 28 de septiembre, de solidaridad con el pueblo palestino; y el 12 de julio, que es el día en el que el año pasado empezó la guerra en Líbano.

El encuentro se celebró en Beirut, con gran presencia de movimientos de Líbano y otros países de la región. ¿Cómo ven ellos la situación en Oriente Próximo?

Bastante mal y peligrosa. Tienen miedo, sobre todo la gente del Líbano, de lo que sucede en Irak, porque nadie sabe quién está avivando la situación con intereses en una guerra civil y luchas entre chiítas y sunitas. Tienen miedo porque es una dinámica no ajena al Líbano, que hace 15 años salió de una guerra.

Hay miedo a otra guerra, a que lo que ocurrió el pasado julio en Líbano se repita en algún país de la región, y en estos momentos, una agresión de este tipo puede ser muy peligrosa y hacer que se encienda toda la zona. Por ese motivo, uno de los objetivos del encuentro era coordinarse para que, si ocurre un hecho de este tipo, seamos más efectivos como movimiento antiguerra.

En el caso de un conflicto así, ¿estaría preparado el movimiento antiguerra para movilizar a la población? ¿Cuál es su actual estado de salud? ¿Ha perdido poder de convocatoria?

Es evidente que no se encuentra como hace dos años pero en muchos sitios se están haciendo cosas. En Europa, los países donde hay movimientos antiguerra con más referentes son Grecia e Inglaterra. En Francia hay muchos grupos pero no forman un movimiento único y amplio. También nos sorprendió que en el encuentro de Beirut conocieran Aturem la Guerra, el movimiento en Cataluña que coordinó las movilizaciones contra la guerra en Irak en 2003.

En estos momentos, todos estos movimientos continúan haciendo acciones que, aunque no sean masivas, son importantes que existan porque en el momento en el que surja un conflicto habrá un referente que movilizará a la población.

En España también el poder de convocatoria ahora es menor. En 2003 Aturem la Guerra canalizó todo el rechazo hacia las políticas del gobierno de la época y lo simbolizó en el tema de la guerra en Irak. Ahora la situación ha cambiado, la gente está más relajada, se dijo en un momento que el conflicto había acabado, el Gobierno de Zapatero retiró las tropas de Irak y la gente parece que se ha acostumbrado al conflicto. Nosotros estamos aprovechando para trabajar en pequeñas convocatorias, realizar debates sobre pacifismo, Islam la próxima cita son las movilizaciones por el encuentro de la OTAN en Sevilla.

¿La realidad de los movimientos antiguerra en los países árabes es similar?

En estos países casi se puede decir que todo es movimiento antiguerra porque toda la población resiste agresiones. No existe un movimiento contra la guerra como tal pero están organizados. En Líbano, por ejemplo, la mayor parte de la gente está contra la guerra porque viven una agresión contra ellos. A causa del conflicto con Israel hubo una movilización muy amplia, la gente ayudaba a los desplazados, grupos de personas salían a la calle y daban bocadillos a los que no tenían qué comer e incluso familias palestinas de campos de refugiados en Líbano acogieron a libaneses.

¿Y de qué manera este tipo de encuentros ayudan a todos los movimientos a coordinarse y aumentar la incidencia del movimiento antiguerra?

En este tipo de encuentros hay la oportunidad de hablar con personas y ver qué piensan de la situación. En Beirut, por ejemplo, los representantes de países árabes nos preguntaban qué pensaba la gente en occidente, qué decían los periódicos.

El hecho de que el movimiento esté más coordinado puede significar que tenga más impacto a nivel internacional, pero al mismo tiempo también significa la creación de redes por donde circulan ideas, artículos, nuevos conceptos y mucha información. Se abren nuevos canales para acceder a la información y a los pensamientos de la gente que sufre la violencia, y es una manera de decir a las sociedades del sur y a los movimientos sociales de estos países que no están solos.

La situación en Líbano

Por otro lado, ¿en qué situación se encuentra Líbano después del conflicto con Israel de hace unos meses?

Estuve en Líbano durante el encuentro que se celebró en noviembre pero también días antes de que empezara la guerra en julio. En ese momento no parecía que tuviera que empezar ninguna guerra, nadie lo esperaba. Ahora, lo que he visto ha sido más presencia militar en las calle y a la población más tensa. Los trabajos de reconstrucción han empezado; en zonas como el sur de Beirut, desde el primer día de conflicto, aunque en otras zonas como el sur de Líbano el trabajo es más lento.

En el sur, en la frontera con Israel, continuamente los aviones israelíes sobrevuelan el espacio aéreo libanés, a pesar de que la ONU lo prohíbe en su resolución 1.559. Otro problema es la cantidad de minas antipersona que hay en la zona y que provocan muertos muy a menudo, sobre todo de agricultores que quieren volver a trabajar la tierra y que encuentran sus campos llenos de minas.