"El Salvador en el único país latinoamericano que participa en la coalición de Estados Unidos en Irak desde agosto del 2003. Cinco militares salvadoreños han muerto y otros 24 han resultaron heridos en diferentes ataques de los insurgentes".

El presidente Antonio Saca dijo el lunes que no descarta enviar un nuevo contingente militar a Iraq si las Naciones Unidas prorroga el plazo a las fuerzas de la coalición, pese al rechazo de la mayor parte de los salvadoreños.

El mandatario señaló que Naciones Unidas estudia una petición de Iraq y la coalición para extender el plazo de la presencia militar mientras la situación se normaliza y las fuerzas del orden público toman el control del país.

"Nosotros estamos valorando esto, somos parte de la coalición y llegando el momento vamos a tomar la decisión del envío de un octavo contingente", manifestó luego de reunirse en privado con el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, de los Estados Unidos, Thomas A. Shannon.

El Salvador en el único país latinoamericano que participa en la coalición de Estados Unidos en Irak desde agosto del 2003. Cinco militares salvadoreños han muerto y otros 24 han resultaron heridos en diferentes ataques de los insurgentes.

El séptimo contingente, el denominado batallón Cuscatlán, con 379 efectivos, opera en esa nación, de acuerdo con el gobierno, en labores de reconstrucción. Su regreso está previsto para finales de diciembre próximo.

El envío de estos batallones (siete hasta el momento) ha sido fuertemente criticado por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), el principal partido opositor. El FMLN ha reiterado su rechazo a la decisión oficialista de apoyar la invasión angloestadounidense al territorio árabe.

También, la Iglesia católica en esta nación ha manifestado reiteradamente que El Salvador no debe estar presente en un conflicto que no le compete. Por su parte, el representante del Episcopado Luterano Salvadoreño, Obispo Medardo Gómez, ha reconocido que los envíos de soldados hacia Iraq forma parte de un pacto de fidelidad del gobierno de su país con el de Estados Unidos.