La educación palestina
hoy día: entre la espada y la pared
Agustín Velloso*
CSCAweb
(www.nodo50.org/csca), 11 de abril de 2005
"Israel
continúa controlando los territorios ocupados, aunque
se califique generalmente este sistema como uno de control 'remoto'.
El repliegue de las fuerzas de ocupación no es de ninguna
manera la retirada de éstas. Además, Israel puede
desmantelar con facilidad cualquier política que no apruebe
de la forma que considere oportuna con los medios a su alcance.
En realidad, los problemas que el sistema educativo padece hoy
día, como en el pasado, hay que buscarlos más allá
de los muros escolares. El poder de Israel sobre la Autoridad
Palestina es tan decisivo que afecta todos y cada uno de los
sectores sociales, políticas y medidas de ésta
a las que uno se quiera referir"
Nunca ha habido un Estado palestino
que pudiera albergar un sistema educativo propio. Por ello mismo
la educación palestina ha evolucionado de la misma manera
que lo han hecho otros sectores nacionales: a través de
tortuosos caminos, la mayor parte de las veces fuera del control
de los propios palestinos, en lucha por la supervivencia, incapaz
de responder a las necesidades y aspiraciones nacionales , con
falta de una dirección interna, siempre bajo la amenaza
de la represión exterior.
En 1948 las esperanzas que
los palestinos habían depositado en el establecimiento
de un Estado palestino se apagaron por completo precisamente
porque los sionistas lograron el establecimiento del Estado de
Israel para los judíos a costa de aquéllos. ¿Qué
significó esto para la educación palestina? Principalmente
que, desde esa fecha en adelante, los palestinos han estado educando
a sus jóvenes generaciones bajo condiciones muy difíciles.
Todas ellas actuando en contra del desarrollo de un sistema educativo
digno de este nombre: pérdida de la tierra, exilio, separación
de la población, pobreza, situación de guerra,
represión y estado continuado de muchas formas de injusticia.
Los palestinos que permanecieron
en Israel fueron puestos bajo la autoridad del Estado judío,
que existe para sus ciudadanos judíos y para los judíos
de todo el mundo, lo que obviamente no incluye una educación
propiamente palestina. Por otro lado, las Naciones Unidas establecieron
en 1950 su Agencia de Socorro y Obras Públicas para los
Refugiados de Oriente Medio, más conocida por sus siglas
en inglés, UNRWA. Las escuelas pertenecientes a la UNRWA
siguen el currículum escolar del país de acogida
en el que están: Siria, Jordania, Líbano. Además,
los habitantes de la Franja de Gaza han seguido el modelo educativo
de Egipto, administrador de aquélla, mientras que los
habitantes de Cisjordania han seguido el de Jordania. Los palestinos
que viven actualmente bajo el control de la Autoridad Palestina,
son los que disfrutan por vez primera en la historia palestina
de un Ministerio de Educación palestino.
En 1967, los palestinos de
ambas zonas pasaron a vivir bajo la ocupación militar
israelí. Israel mantuvo las estructuras educativas respectivas
(Jordania y Egipto), así como los currícula, pero
se aseguró un control total del sector educativo, igual
que lo hizo con el resto de sectores sociales palestinos, y lo
dirigió mediante órdenes militares.
Israel tenía y
aún conserva- todo el interés y el poder para bloquear
el desarrollo de un sistema educativo palestino con aspiraciones
nacionales por pequeño y débil que sea. El abandono
de la educación palestina sirve para impedir el progreso
de toda la sociedad palestina y sus aspiraciones nacionales.
La represión de profesores y estudiantes sirve para castigar
a todos los palestinos por sus protestas contra la ocupación,
además de infundirles miedo en sus vidas.
Cuando comenzó la Intifada,
los problemas que afectaban al sistema educativo empeoraron porque
el ejército israelí aumentó la represión
y también los estudiantes y sus profesores prestaron más
atención a las acciones de resistencia contra la ocupación
que a sus estudios y enseñanzas respectivamente. Los palestinos
sufrieron toques de queda, detenciones, cierres y aislamientos
de poblaciones, deportaciones y asedio continuado. Los estudiantes
y profesores no quedaron al margen de todo esto. Una gran cantidad
de jornadas escolares y de actividades educativas quedaron perdidas
para siempre.
Muchos estudiantes se dedicaron
a combatir la ocupación, así que cambiaron sus
clases de lengua y sus lecciones de física por prácticas
de resistencia callejera y por pruebas de supervivencia. Los
años de la Intifada, 1987-1993, aunque pueden ser vistos
como el tiempo en que el progreso educativo de los palestinos
recibió un golpe fatal, también pueden ser considerados
como el tiempo en que aquéllos se educaron a sí
mismos en solidaridad, resistencia civil, habilidades de supervivencia,
capacidad de aguante y conciencia política. Esta educación
tuvo lugar principalmente fuera de los edificios escolares, así
que miles de jóvenes palestinos maduraron fuera de las
aulas.
Globalmente considerada, hay
que concluir que la educación sufrió enormemente
a causa de las acciones israelíes, las cuales han sido
calificadas casi unánimemente como contrarias al derecho
internacional, en particular por ser violaciones graves de la
Convención de Ginebra y de la ley humanitaria.
El sistema
educativo bajo la Autoridad Palestina
En 1994, la Autoridad Palestina
estableció el Ministerio de Educación. Lo que en
realidad tenía la Autoridad Palestina era un sistema educativo:
a. arruinado tras 27 años
de ocupación militar.
b. gobernado mediante órdenes militares.
c. desestructurado por seis años de Intifada.
d. inmerso en una estructura política ambigua, esto es,
no había un Estado auténtico, sino una especie
de autonomía municipal en su lugar.
e. enfrentado a un futuro político incierto.
La llegada de la Autoridad
palestina a los territorios ocupados no supuso una mejora significativa
en la situación educativa, de la misma manera que ocurrió
con el resto de sectores sociales. Es cierto que algunos avances
han tenido lugar en todos ellos. Sin embargo, las condiciones
políticas impiden hasta el momento que esas mejoras tengan
un alcance profundo y duradero.
Israel continúa controlando
los territorios ocupados, aunque se califique generalmente este
sistema como uno de control "remoto". El repliegue
de las fuerzas de ocupación no es de ninguna manera la
retirada de éstas. Además, Israel puede desmantelar
con facilidad cualquier política que no apruebe de la
forma que considere oportuna con los medios a su alcance. En
realidad, los problemas que el sistema educativo padece hoy día,
como en el pasado, hay que buscarlos más allá de
los muros escolares. El poder de Israel sobre la Autoridad Palestina
es tan decisivo que afecta todos y cada uno de los sectores sociales,
políticas y medidas de ésta a las que uno se quiera
referir.
La segunda Intifada es un ejemplo
evidente de esto. ¿Qué ocurre cuando Israel quiere
decir a los palestinos que sus protestas callejeras contra la
ocupación y el robo de sus tierras no son aceptables para
la "seguridad israelí"? El ejército corta
las carreteras que unen las ciudades y pueblos palestinos y miles
de estudiantes, sus profesores y el personal del sector educativo
quedan impedidos de recibir y proveer educación respectivamente.
La política de represión incluye varias formas
de acción: desde mantener a miles de personas bajo una
forma de arresto domiciliario hasta seleccionar a unos individuos
concretos los activistas destacados- para atentar contra
ellos en cualquier parte de los territorios, atentados que son
acompañados además por "consecuencias colaterales",
o sea, la muerte de personas y la destrucción de bienes.
Israel también castiga a ciertos individuos mediante la
retirada de sus permisos de viaje, con lo que no pueden acudir
a las clases que tienen lugar en otras poblaciones diferentes
de la suya de residencia.
No importa cuántos acuerdos
de paz firmen Israel y la Autoridad Palestina. Lo que todos los
estudiantes aprenden realmente son las acciones militares, los
hechos sobre el terreno de las fuerzas de ocupación. Estas
acciones que tienen lugar a la vista de los jóvenes y
niños en las calles, son mucho más poderosas como
herramientas educativas que las lecciones sobre paz y cooperación
dentro de las escuelas. Cuando los soldados y los colonos israelíes
atacan a los niños camino de sus escuelas y también
a sus profesores y sus escuelas, lo que hacen es enseñarles
una lección sobre el uso dictatorial y sin piedad del
poder, así como sobre el empleo de políticas racistas
y de prácticas de limpieza étnica.
Las diversas restricciones
económicas que Israel impone a la Autoridad Palestina
afectan su capacidad para desarrollar la educación. Cuando
la economía es estrangulada, los fondos escasos han de
llevarse donde están las necesidades básicas: cuidados
médicos y alimentación entre las primeras, pero
la educación, especialmente la post-obligatoria no es
una prioridad. Por otro lado, cuando no hay trabajo porque no
hay empresas ni industrias, no existe el incentivo para que las
familias palestinas den a sus hijos una formación especializada
costosa, sino que prefieren enviarles como trabajadores de la
construcción y obreros sin cualificar a los asentamientos
israelíes. Cuando el futuro de los territorios palestinos
no está en manos de los propios palestinos, no hay forma
de que la Autoridad Palestina planifique su economía y
el desarrollo nacional y, de acuerdo con esto, las inversiones
educativas y las necesidades de formación de la población.
La conclusión principal
es que el establecimiento del Estado palestino es una conditio
sine qua non para el desarrollo del sistema educativo. Si no
hay Estado palestino, entonces no hay verdadero control sobre
el sistema educativo. El resto: donaciones foráneas, planes
de desarrollo curricular y cierto poder municipal sobre una porción
de la población escolar, es sencillamente incapaz de colmar
las aspiraciones educativas palestinas.
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