Palestina 2.7
Diario de una internacionalista
desde Palestina
Ana Peña*
Ana-es,
4 de diciembre de 2005 / CSCAweb, 5 de diciembre de 2005
"Los
soldados entonces ordenaron a todos los vecinos que salieron
de sus casas. Por supuesto los vecinos obedecieron, y los soldados,
para asegurarse de que no quedaba nadie en los pisos, abrieron
fuego contra las paredes. Probablemente fue en este momento cuando
produjeron todo este caos. Luego ordenaron a todos que se quitaran
la ropa"...
Hoy tampoco hay recogida de
aceituna. A media mañana nos llama el coordinador del
lugar, Y., contándonos que hay un nuevo mártir,
un hombre al que han matado esta noche y han destruido su casa.
Cogemos todos nuestras cámaras para documentar el resultado
de la destrucción y nos dirigimos a la casa.
Aún se puede notar el
olor a quemado. Hay agujeros ocasionados por balas por todas
partes, una tele rota de un balazo, trozos de cristales por todas
partes, lámparas destrozadas, ventanas que ya no son ventanas
sino meros agujeros en la pared... y boquetes enteros en las
paredes del tamaño de un puño, de una cabeza. Y.
nos explica lo que sabe y luego cede la palabra al hombre de
la casa, que también habla bastante bien inglés.
Las imágenes de todo esto estarán en la red en
unas semanas... Se nos informa de que el hombre al que han matado
de hecho no vivía en esta casa, estaba sólo de
visita cuando apareció el ejército, haciéndoles
pensar que le habían seguido. Aunque el estado de caos
hace pensar que los soldados estuvieron dentro de los pisos destruyéndolo
todo, se nos dice que no: si hubieran estado, la tele, por ejemplo,
no tendría sólo un balazo; estaría completamente
destrozada, y lo mismo todos los muebles. Toda la destrucción
que vemos aquí ha sido causa de las balas. Así
que el hombre trató de escapar de un piso a otro esquivando
las balas, y finalmente salió al jardín. Una vez
allí, le mataron y luego le pasaron por encima una máquina
excavadora que también destruyó un muro del jardín.
Los soldados entonces ordenaron
a todos los vecinos que salieron de sus casas. Por supuesto los
vecinos obedecieron, y los soldados, para asegurarse de que no
quedaba nadie en los pisos, abrieron fuego contra las paredes.
Probablemente fue en este momento cuando produjeron todo este
caos. Luego ordenaron a todos que se quitaran la ropa. Un vecino
nos cuenta que les dejaron en la calle, con el frío que
hacía, sin absolutamente nada de ropa, durante cuatro
horas. Este vecino se queja que este hombre, cualquiera que fuera
su culpa, no tenía nada que ver con ellos, estaba visitando
a otra familia y simplemente por el hecho de ser vecinos de la
familia visitada, se les castigó a ellos también.
Nos pregunta, "quiénes son las víctimas?",
en referencia al discurso oficial israelí según
el cual son los judíos las víctimas de los ataques
árabes.
Cuando los hombres terminan
sus explicaciones, me concentro en los ojos de las mujeres y
los niños que nos han ido siguiendo por las habitaciones,
en silencio. Luego me pierdo por las habitaciones, siguiendo
haciendo fotos. Una señora mayor está sentada en
una cama, tapándose la cara con las manos. Solloza. La
dejo sola en su desesperación y me reúno con mis
compañeros.
Volvemos a nuestro piso y comemos.
Como parece que no hay más familias que requieren acompañamiento
internacional, nos se nos plantea ir a otro sitio donde hacen
falta internacionales desde hace un tiempo.
Nos ponemos de viaje y cogemos
un autobús que hay que dejar en el control militar, que
hay que pasarlo andando porque no se permiten coches (por eso
hay que cambiar de vehículo) y al final de él hay
unas puertas giratorias por donde es difícil pasar cierto
tamaño de equipaje. Como tenemos suficiente pinta de turistas
extranjeros no nos hacen preguntas y nos dejan pasar, mientras
unos cuatrocientos palestinos llevan haciendo varias horas de
cola. Al final de esta, un soldado abre la mochila de un palestino
y le saca todas las cosas.
Una vez en el otro lado, cogemos
un taxi y esperamos a que se llene.
En la siguiente ciudad nos
montamos en un autobús de línea que tiene la hora
de salida en media hora después de encontrarlo. En el
autobús se nos une J, que nos cuenta que hace unas pocas
noches el ejército israelí entró en el pueblo
donde pasé mi primera noche, precisamente para impedir
con mi presencia y la de otros un poco de la violencia que suele
acompañar a estas incursiones si no hay extranjeros presentes.
Para ellos esta vez ha sido simplemente otra redada nocturna
para hacer detenciones. El objetivo es arrestar niños
palestinos que habían tomado parte en manifestaciones
no violentas. Es curioso, el muro ha sido declarado ilegal por
la comunidad internacional la misma comunidad internacional
que creó el estado israelí en primer lugar. Se
hacen manifestaciones pacificas contra este muro y son declaradas
ilegales por el estado israelí, que se burla así
de la comunidad que lo creó y que lo ampara. Como se hacen
de todas formas, el ejército fuerza o tira abajo puertas
de las casas de la gente, impunemente. Y ahora me entero de que,
para que la gente no pueda pedir compensaciones económicas
por estos destrozos, se pasan a denominarlos "acciones de
guerra".
Dice J que la presencia de
unos veinte activistas, entre israelíes e internacionales,
en el pueblo, parece que hizo pensárselo dos veces a los
soldados. Sin embargo dieciséis chicos del pueblo fueron
puestos bajo custodia de las autoridades israelíes. Algunos
palestinos salieron de sus casas para resistir las detenciones
y la invasión. Después de una hora, el ejército
se fue.
Parece que hay una campaña
continua y no violenta, que dura ya diez meses, contra la "annexation
barrier", que se podría traducir como "barrera
de anexión", aunque esta "barrera" consta
de una valla (las he visto de tres) de tres a seis metros de
altura, con alambre de pinchos en la parte de arriba, y también
en el suelo, entre dos vallas, enrollada. La primera valla suele
estar o bien electrificada o, preferiblemente, electrónicamente
dotada con sensores que avisan a la torre de control más
cercana de un contacto. La función del de la torre de
control cuando se produce un contacto con esta valla es disparar
a matar. En teoría estas barreras o vallas cumplen la
función de dotar de seguridad a los asentamientos judíos
contra los terroristas palestinos (recordemos que para las autoridades
israelíes todo palestino es un potencial terrorista).
En realidad ya no creo que siquiera el gobierno israelí
se molesta en ocultar que los asentamientos tienen como función
primordial anexar más y más tierras al dominio
israelí.
Dice J que la campaña
contra esta barrera en particular tiene el apoyo de cientos de
activistas israelíes e internacionales y se ha encontrado
con una feroz violencia por parte del ejército israelí.
También dice J que Israel ha diseñado el trazado
de esta barrera para anexionar el sesenta por ciento de la tierra
de cultivo de la villa, y expandir el asentamiento local
todos los asentamientos judíos en el territorio palestino
han sido declarados ilegales por al menos una institución
internacional: las Naciones Unidas han declarado a Palestina
una ocupación, y la Convención de Ginebra prohíbe
el establecimiento de asentamientos de población civil
en territorios ocupados por parte de la fuerza de ocupación.
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