Sobre la cuestión de
la legitimidad revolucionaria y popular
Ahmad Saadat*
Publicado
en el sitio web del FPLP el 8 de abril de 2005
CSCaweb (www.nodo50.org/csca), 11 de abril de 2005
Traducido del árabe para CSCAweb por Jamal Halawa
"La
dirección de la OLP, antes y después del fallecimiento
de Arafat, tenía que haber abierto una vía para
el dialogo político con todas las fuerzas políticas
nacionalistas e islámicas, en aras de acordar una agenda
integral sobre las reivindicaciones palestinas democráticas,
así como, las normas y las bases de éste proceso
que, tendría que reflejarse de forma global y seria"
Cualquier liderazgo oficial
palestino, básicamente, alcanza su legitimación
a través de su reafirmación y trabajo para con
las constantes nacionales y los objetivos de la lucha nacional;
además, el pueblo palestino, se encuentre donde se encuentre,
es quien otorga a cualquier liderazgo la legitimidad y la cobertura
nacionales. Pero, si las circunstancias de la Lucha Nacional
Palestina, no permitiesen en un tiempo determinado completar
la legitimidad nacional y revolucionaria para el liderazgo palestino
a través de la participación popular y el mecanismo
de las elecciones directas (creo, que ésta opción
es posible hoy), entonces la cohesión nacional, que antaño
fue la fuente de legitimidad, ya no es posible ante el agudo
contraste sistemático sobre cómo ha de dirigirse
la batalla contra la ocupación.
Al mismo tiempo, al hallarse
las condiciones para la celebración de las elecciones
legislativas en Cisjordania, Gaza, Jerusalén y para un
amplio sector de nuestro pueblo en la diáspora, se supone
que se ha de acatar la decisión de las urnas para el proceso
de construcción de la OLP puesto que considerar que las
elecciones legislativas son parte de las elecciones generales
para el Congreso Nacional, remodelando a éste, y eligiendo
a la dirección de las instituciones de la Organización,
constituye, al día de hoy, la base para reafirmar la legitimidad
de cualquier liderazgo y de cualquier programa político
para la lucha palestina.
Sobre ésta base, la
dirección de la O.L.P., antes y después del fallecimiento
de Arafat, tenía que haber abierto una vía para
el dialogo político con todas las fuerzas políticas
nacionalistas e islámicas en aras de acordar una agenda
integral sobre las reivindicaciones palestinas democráticas,
así como las normas y las bases de éste proceso
que, tendría que reflejarse de forma global y seria.
Construir
una dirección unificada
En este sentido, como las instituciones
palestinas ya tienen un carácter transitorio, siendo necesario
su reconstrucción, el Frente Popular para la Liberación
de Palestina, junto a todas las fuerzas políticas nacionalistas
e islámicas, reclamó la construcción de
una dirección unificada como Autoridad Suprema para dirigir
a nuestro pueblo y, facilitar las condiciones del proceso de
construcción democrático para la casa interior
palestina.
Sin embargo, el dominio del
método partidista que se había consagrado a lo
largo de décadas de lucha nacional, y el afán de
la dirección dominante dentro de la O.L.P. y FATAH para
tratar caprichosamente con las reivindicaciones, este individualismo
menospreció las necesidades de cohesión nacional
y partió el proceso electoral, tratando a la ley electoral
según le convenía a los intereses partidistas y
personales de la dirección de FATAH y de los miembros
del Consejo Legislativo, separando a las elecciones presidenciales
de las legislativas, intencionadamente, para espantar a varias
fuerzas políticas que contemplan sus derechos de forma
integral, rechazando la ley electoral de las instituciones de
la ANP, cuya base jurídica está en el acuerdo de
Oslo.
Este asunto se reflejó
en la limitación participativa de las facciones populares.
Además, celebrar las elecciones bajo la sombra dominante
de la ocupación y la continuidad de sus crímenes,
redujo la confianza de las masas de nuestro pueblo sobre la utilidad
de este proceso. Por su parte, la ANP y la dirección dominante,
no trataron de emplear el derecho a celebrar elecciones, dentro
del marco de la lucha para desmantelar a la ocupación,
y es por ello, por lo que hay que estar atentos más adelante,
ya que, no se puede celebrar elecciones legislativas bajo la
bayoneta de la ocupación, porque ello consagra, en la
práctica, la división de funciones entre la ANP
y la ocupación.
En este sentido, el F.P.L.P.,
reclamó desde el anuncio de la convocatoria de elecciones,
antes del fallecimiento del Rais Arafat, la necesidad de vincular
las elecciones y la lucha contra la ocupación, y exigió
situar éste proceso en el marco de las reivindicaciones
por una protección internacional provisional para nuestro
pueblo, a través de un mecanismo de supervisión
internacional, avalado por Naciones Unidas, sobre todo el territorio
ocupado en 1967, incluido Jerusalén, en éste caso,
y después de realizarse ésta reivindicación,
que es una obligación para la comunidad internacional,
las elecciones se convertirían en un mecanismo para que
nuestro pueblo ejerza su derecho a la Autodeterminación,
construir su estado independiente y ejercer su soberanía
sobre su tierra.
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