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* Hassan Abu Taleb es un experto del Centro al-Ahram de Estudios Poíticos y Estratégicos, y editor jefe del Informe Árabe Anual.

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Chantaje nuclear

Hassan Abu Taleb*

Al-Ahram Weekly / CSCAweb, 23 de febrero de 2005
Traducción del inglés de Natalia Litvina para CSCAweb

"Los planes energéticos egipcios a medio plazo, en torno a 2017, no incluyen la construcción de generadores de energía nuclear. La campaña parece pensada para asegurar que Egipto no tenga acceso a una tecnología que le conduzca a un desarrollo mas sólido. Con esto, se busca afianzar un desarrollo regional que evite que Egipto se pueda convertir en un rival económico ­no digamos militar- para otras potencias regionales".

Una nube de misterio rodea al supuesto descubrimiento de una cantidad de plutonio, utilizado en la fabricación de armas nucleares, cerca de una instalación egipcia de investigación nuclear. El análisis de las muestras, tomadas en noviembre, aún ha de revelarse, y los inspectores internacionales volvieron recientemente a Egipto para obtener nuevas muestras y ayudarse en sus análisis. Mientras tanto, la Agencia Internacional de la Energia Atómica (AIEA) ha afirmado que la capacidad nuclear egipcia no será objeto prioritario en su reunión interna de marzo, lo que sugiere que el asunto no es de tanta gravedad como se nos hizo creer cuando la noticia del descubrimiento se filtró hace dos meses.

El ministro egipcio de Exteriores recalcó la limpia trayectoria de Egipto respecto a la AIEA, al no haber roto ninguno de los compromisos adquiridos con la firma del Tratado de No-proliferación Nuclear, hace 22 años, y mostrando en todo momento la máxima cooperación posible. La AIEA confirma este extremo. La acusación sobre el programa nuclear secreto egipcio puede provenir de fuentes de la AIEA, como ya se ha insinuado, e indica que un perfil intachable en cooperación no basta para evitar acusaciones contra programas nucleares pacíficos a pequeña escala, programas que son supervisados por la propia AIEA.

Hay muchas posibles razones para las extrañas declaraciones e inspecciones de la AIEA. Una es que podrían ser parte de una campaña israelí, apoyada en ciertos sectores de EEUU, para empujar a Egipto a silenciar sus peticiones de que Oriente Medio se convierta en una zona libre de armas de destrucción masiva (ADM). Estas peticiones, iniciadas en 1981 y formando parte de su política oficial desde 1991, tienen por objetivo la inspección del armamento nuclear israelí por parte de la AIEA y que este asunto pase a ser parte de la mesa de negociaciones que de solución al conflicto árabe israelí.

Una segunda explicación se basaría en la intención de socavar un programa nuclear con fines pacíficos, que desarrolla los sectores médicos, farmacéuticos, agrícolas y de procesamiento de alimentos. Una tercera , y la más importante, podría verse en un intento de ajustar más presión sobre Egipto, para que firme el protocolo adicional de la AIEA sobre inspección de instalaciones nucleares. Este protocolo, del que se exige su cumplimiento a Irán en seis meses antes de que EEUU comience de veras a elevar la temperatura respecto a Teherán, utilizando la misma estrategía sobre ADM que justificara la invasión y ocupación de Iraq, pone en entredicho el principio de soberanía nacional.

Bajo este procolo, los equipos de inspección están autorizados para realizar reconocimientos sin aviso previo de cualquier instalación industrial, educativa o de investigación. Los gobiernos firmantes están obligados a facilitar toda la información que los inspectores soliciten, y éstos tienen el derecho de interrogar a los científicos como si se trataran de sospechosos implicados en actividades ilegales.

Egipto no es ni ha sido nunca un pais con un programa nuclear sospechoso. Por tanto, no es un objetivo lógico del protocolo adicional. Si existe una iniciativa concreta para empujar a Egipto a la firma del protocolo, sólo se puede interpretar como chantaje político.

Por supuesto, las tres posibilidades referidas no son excluyentes. Por separado o conjuntamente, representan suficiente incentivo para una campaña cuyo objetivo sea atar las manos de Egipto en este importante campo industrial y científico. Quien conoce un poco el pacífico programa nuclear egipcio, sabe que es bastante más modesto que el de otros países que comenzaron a explorar la tecnología nuclear bastante después que Egipto.

Los planes energéticos egipcios

Los planes energéticos egipcios a medio plazo, en torno a 2017, no incluyen la construcción de generadores de energía nuclear. La campaña parece pensada para asegurar que Egipto no tenga acceso a una tecnología que le conduzca a un desarrollo mas sólido. Con esto, se busca afianzar un desarrollo regional que evite que Egipto se pueda convertir en un rival económico ­no digamos militar- para otras potencias regionales.

Egipto tiene tan sólo dos reactores nucleares. Uno data de los 50, opera con una capacidad de dos megavatis, y mas o menos, resulta superfluo. El segundo, con una capacidad de 22 megavatios, está clasificado técnicamente como un reactor de investigación. Construido por acuerdo cooperativo con Argentina, se emplea para obtener elementos radiactivos empleados en distintos procesos médicos, agrícolas e industriales. Ambos reactores son sometidos periódicamente a inspecciones de la AIEA, que no ha encontrado evidencia de violación alguna del Tratado de No-proliferación Nuclear.

Los reactores nucleares más modernos de Asia, Europa y EEUU operan a 220, 500 y 800 megavatios, usan agua "pesada" y producen materiales que son susceptibles, con poco esfuerzo, de uso militar. Comparados con ellos, las actividades nucleares egipcias son insignificantes. India posee ocho reactores con capacidades ente los 220 y lo 500 megavatios, y Corea del Sur tiene 23 reactores que producen electricidad. Ninguno de estos dos países están categorizados como naciones nucleares por el Tratado de No-proliferación Nuclear. De hecho, India ni siquiera lo ha firmado. Y lo que es mas destacable, ni siquiera enfrentan la presión que soportan otros países que están muy lejos de su capacidad nuclear, si es que llegan a contar con alguna.

La campaña contra el desarrollo nuclear egipcio se cobrará su mayor precio en el área de los recursos humanos. Durante años, Egipto ha invertido mucho en el desarrollo de departamentos de tecnología nuclear en las universidades.

La presión que se ejerce ahora mismo sobre Egipto no presagia nada bueno. Indica que las potencias que dominan el mundo en la actualidad está decididas a hacer blanco sobre cualquiera que no se alinee por completo con ellas, aunque ese cualquiera sea una potencia regional de cierto nivel, aliado en ocasiones de la gran superpotencia, y que intenta utilizar su influencia para lograr la estabilidad regional.

SI este es el destino de Egipto, imaginemos lo que les espera a esos paises, que Washington considera, en palabras de su nueva Secretaria de Estado Condolezza Rice, bastiones de la tiranía.