Campaña por la libertad de Taysir Alony
Hastíos
Jamal Halawa*
CSCAweb,
24 de octubre de 2005
"Estoy
harto de ver cómo se maltrata la imagen del árabe
y del musulmán en muchos medios de comunicación
auditivos, visuales y escritos en España.(...) Pero, ¿esto
qué es?, ¿en que país vivimos, cuando uno
de sus ciudadanos [Taysir Aloni tiene la nacionalidad española]
es condenado en base a conjeturas, conclusiones y mucha dosis
de desleal campaña mediática en su contra?"
Pronto, muy pronto, hará
veintinueve años desde que llegué a España
por primera vez, siguiendo mi interminable viaje de un exilio
forzoso, un exilio heredado, puesto que mis padres palestinos,
fueron forzados a salir de Yafa (Yafo) en 1948, unos años
antes de nacer yo. Volvieron a su ciudad de origen, volvieron
a Nablus (Cisjordania) desde donde tuvieron, más adelante,
que emigrar para buscar mejores perspectivas de futuro en 1953.
Así que, otra vez a rehacer el equipaje y a llevar toda
la prole a cuestas atravesando Jordania e Iraq hacia el recién
creado emirato de Kuwait (entonces colonia británica).
Ahí, nacimos los últimos tres hermanos de una larga
lista de hijos; después, ya se sabe, vino otra guerra
más en 1991 cuando mi padre ya llevaba dos años
fallecido y, y claro ¿cómo no?, los palestinos
tuvieron que pagar otra vez los platos rotos de las guerras capitalistas
del Oriente Árabe, forzando a casi unos 500.000 palestinos
que llevaban toda una vida de generaciones ahí, a rehacer
la maleta y a partir. Mi madre tenía 71 años, y
ese era su tercer éxodo forzoso, llevaba en Kuwait 37
años, 37 siete años que se esfumaron en un solo
día, en una sola noche. Pero ésta, no es más
que la historia de un drama menor de una larga historia de tragedias
que vivieron decenas de miles de familias palestinas, que dentro
de un programa de limpieza étnica minuciosamente estudiado
y sistemáticamente ejecutado por las bandas fascistas
del sionismo (aliadas con las dos potencias coloniales del momento
Francia y Reino Unido), han sufrido y sufren sus descendientes
dispersados a lo largo y ancho del mundo (se calculan unos cinco
millones entre refugiados, exiliados, desterrados y desplazados).
He querido empezar éste
relato por ahí, para darle al tema que pretendo exponer
su optima dimensión humana, sin tapujos y con alta dosis
de realismo, no para jugar con las emociones que sé que
son efímeras, sino, para darle al tema un enfoque humano
que según crece su narración, crece también
su drama. Es el drama del pueblo palestino y su inacabable tragedia
que emergió con el nacimiento del Movimiento Sionista
en 1897, mucho antes de la creación del fascismo en Italia
o el social-nacionalismo nazi en Alemania. Es el drama del pueblo
árabe, todos los pueblos árabes con todas sus confesiones
y es el drama de muchos pueblos que confiesan el islam como religión,
y que siguen todos, librando sus autenticas guerras de liberación
nacional, bien de un colonialismo occidental salvaje y atroz
como son los casos de Iraq, Palestina, Afganistán y Chechenia,
o bien de los regimenes árabes dictatoriales impuestos
y/o sostenidos por los países occidentales, para garantizar
el flujo del petróleo, expoliar las demás materias
primas para controlar el mercado mundial (cada vez más
globalizado en lo económico) y dominar un área
geoestratégica de vital importancia para los intereses
económicos y militares de occidente.
Recupero mi argumento principal
para volver a España. Tengo un extraño sinsabor
cada vez que siento el deber de criticar la actitud de las diferentes
instituciones del Estado español, y más ahora,
que parece que hay quien pretende acallar las voces árabes
críticas hacia los aliados estratégicos de EEUU,
esgrimiendo la lucha contra el terrorismo, como bandera. He aquí,
querría marcar distancia entre la actitud del pueblo español
que en su mayoría es solidario con nuestras causas y,
la actitud de algunas instituciones y medios de comunicación,
que ya antes del 11-S y del 11-M, no hacían más
que hurgar en los sentimientos racistas y profundizar en los
tópicos arabofóbicos en una estrategia premeditada,
orquestada y planificada desde los viejos-nuevos especialistas
psicópatas que utilizan el miedo para su auto beneficio
político, económico y social. Estoy cansado ya
de ver y de oír en distintos medios de comunicación
sandeces, estupideces y falacias que solo pueden corresponder
a barriobajeros autoproclamados periodistas-tertulianos, intelectualoides
de pacotilla y politiqueros-bananeros. Estoy harto de ver como
se maltrata la imagen del árabe y del musulmán
en muchos medios de comunicación auditivos, visuales y
escritos en España. En los 29 años que llevo aquí,
jamás había vivido ésta circunstancia y
de forma tan prolongada en el tiempo, tan miserable e ignorante
en el contenido y tan obscena en muchas ocasiones, a la hora
de exponer los argumentos. Estoy cansado y hastiado de ver tanto
ignorante asumiendo tareas de responsabilidad pública
y, partiendo desde esa misma responsabilidad, reparte justicia,
califica y da diferentes nombres a las cosas, a las personas
y hasta a la decencia, si no, ¿cómo un Ministro
del Gobierno puede decir que si las tropas españolas se
retiran de Afganistán, aquello podría convertirse
en una merienda de negros? Ó ¿Cómo se entiende
que en el siglo XXI sigue siendo legal inscribirse en el registro
civil con apellidos como el de Matamoros? Y ¿Por qué
se sigue prestando el territorio español, para las bases
norteamericanas que luego declaran guerras terroristas en contra
de la legalidad y las leyes internacionales, como en Iraq y dan
apoyo logístico al Estado del terror, que es Israel?
Corresponde ahora analizar
la sentencia que condena a siete años de cárcel
contra el periodista árabe-español Taysir Alony:
¿Cómo se puede ser tan hipócrita? Una sentencia
basada en leyes excepcionales, juicio excepcional, sin pruebas
ni evidencias tangibles, con escuchas telefónicas ilegales
que en algunos casos duraron siete años y luego decir,
que el Tribunal se basa en el sentido común. Pero, ¿esto
que es? ¿En que país vivimos, cuando uno de sus
ciudadanos (Taysir tiene la nacionalidad española) es
condenado en base a conjeturas, conclusiones y mucha dosis de
desleal campaña mediática en su contra? Recuerdo
que en el día de la sentencia, el presidente del Tribunal
el Sr. Bermúdez, hizo una afirmación que, al día
de hoy, resulta como mínimo cínica: "(refiriéndose
a las escuchas telefónicas prolongadas y otros procedimientos
de la investigación) que eran el paradigma de lo que no
se debe hacer". Ahora bien, entonces, ¿Por qué
se han tomado en cuenta estas escuchas a la hora de dictar sentencia?
Y ¿Cuál es el delito cometido que podrían
probar? Porque siendo así, yo sinceramente no sé
cuantos podríamos ser los árabes espiados en éste
país, ¿y en base a qué se decide espiar?
Pero volviendo al caso de Taysir, se le condenó por el
delito de colaborar con una organización terrorista, al
sostener y entender el Tribunal, que cuando Taysir Alony establece
relación con algunos conciudadanos suyos en el exilio,
que a su vez, algunos de ellos (dos) tiene contactos con dirigentes
de Al Qaeda (el Tribunal afirma que son miembros, pero sin presentar
pruebas), al poner Taysir su número de teléfono
y dirección en la instancia de renovación del permiso
de residencia de uno de ellos y al llevarle a Afganistán,
la cantidad de 4.000 dólares (cantidad que se demostró
con documentación que es propiedad de la esposa del acusado
sospechoso de pertenecer a Al Qaeda), con eso, queda demostrado
que Taysir había colaborado con una organización
terrorista. Mi pregunta es ¿A cuantos periodistas españoles
se habría que encarcelar, utilizando ésta misma
argumentación, por haber dado pasos, dineros y contactos
para hacer entrevistas a lideres de grupos armados de distinta
índole? ¿A cuantos periodistas internacionales
habría de acusar entonces de colaboradores, por pagar
dinero de su empresa a miembros declarados y activos en organizaciones
perseguidas por la ley, para conseguir entrevistarse con su jefe?
¿La condición de Taysir Alony como árabe
y musulmán, no fue la verdadera causa para tejer todo
éste entramado? Son dudas y preguntas que muchos árabes
establecen, son preguntas que no hacen más que profundizar
en mi sentimiento de dolor y son preguntas cuyas respuestas,
solo podrían provocarme más dolor y pesar.
Quisiera acabar éste
artículo de protesta y denuncia, recitando un mensaje
que está lanzando la televisión donde trabaja Taysir
Alony desde que éste, fuera injustamente condenado y encarcelado,
y que dice lo siguiente:
"Querido
Taysir,
Me he enterado que estás detrás de los barrotes,
no te preocupes, puesto que tú y nosotros estamos detrás
de los barrotes, todo lo que hay, es que tu celda es reducida
y obscura, mientras que nuestras celdas, son Patrias. Quedate
en paz."
Sin embargo, quiero terminar,
lanzando al cielo un grito de esperanza a favor del retorno de
la justicia y de la cordura, poniendo en libertad a un profesional
valiente de un medio que últimamente, entre unos y otros,
se ha vuelto como el más peligroso y que es el periodismo.
A un profesional como la copa de un pino, reconocido entre la
gran mayoría de la audiencia de Al Jazeera TV (se estima
un promedio de 50 millones de telespectadores en todo el mundo).
En fin, hemos de apostar por el triunfo de la verdad y de la
justicia, y por la recuperación del sentimiento de solidaridad
de los periodistas que aun no lo han demostrado, pero si han
tenido la paciencia y han podido leer éste relato, lleno
de hastíos hasta su último punto, entonces, todo
es posible mientras el sol siga amaneciendo por el Este.
|