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Actualidad
IRAQ


* Abdel Bari Atwan es director del diario en árabe con base en Londres Al-Quds al-Arabi.


Mil días desde el comienzo de la guerra de Iraq

Abdel Bari Atwan*

Al-Quds al-Árabi, 14 de diciembre de 2005 / CSCAweb, 19 de diciembre de 2005
Traducido del árabe por Jamal Halawa

"La administración norteamericana ha sido derrotada en Iraq en un tiempo récord y es posible que se multiplique la derrota si se aventurara a ir a una confrontación con Irán"

Mañana [por el 15 de diciembre] se dirigen los iraquíes a las urnas para elegir un parlamento permanente en medio de un clima de frustración y una profunda convicción de que tanto la situación de seguridad como la situación económica están lejos de mejorarse. Es una paradoja que dichas elecciones, que serían el último eslabón de la democracia norteamericana, coincidieran con el paso de mil días desde que comenzó la guerra de EEUU que derrocó al régimen iraquí, colocando a Iraq bajo la ocupación.

La guerra fue fácil, duró pocas semanas, después de las cuales el presidente norteamericano -con toda arrogancia- proclamó que las operaciones militares habían llegado a su fin y que la misión había sido cumplida a la perfección; pero días después la realidad sobre el terreno demostró cuán necio y apresurado había sido.

Iraq no está mejor, tampoco lo están las gentes que lo habitan. Esta guerra se registrará en los libros de la historia no por haberse declarado sobre mentiras, sino por haber sido la más costosa material y humanamente. La guerra ha costado la vida a 100.000 iraquíes más cientos de miles de heridos, destrozó a su país geográfica y confesionalmente; mientras, a los americanos les costó 18.000 bajas entre muertos y heridos, 300.000 millones de dólares, y lo más importante es que EEUU -gracias a su actual administración- ha perdido su reputación como país líder del mundo libre y protector de los valores occidentales de justicia, tolerancia, respeto a los derechos humanos y en la aplicación de las leyes y los acuerdos internacionales.

La guerra norteamericana en Iraq quiso cambiar la zona de Oriente Medio y consagrar la democracia occidental, pero lo que ha ocurrido ha sido exactamente todo lo contrario, puesto que fueron los EEUU quienes cambiaron, y la opinión pública norteamericana vive en un estado de despertar después de haber sido engañada por las mentiras y por la banda que controla sus decisiones. Los valores democráticos occidentales han sido los grandes derrotados después del escándalo de las cárceles de la tortura en Europa y las iraquíes en los sótanos del Ministerio del Interior, y después de la publicación del documento cuyo contenido asegura la existencia de planes que tenía el presidente Bush para bombardear la sede del canal de televisión por satélite de Al-Jazeera.

Sin embargo, y tal vez, la implicación del Departamento de Defensa de EEUU en unos vergonzosos sobornos a algunos periodistas iraquíes -que por un puñado de dólares publicasen temas para dar una imagen positiva sobre la situación en Iraq- fuese el golpe más duro que se dirige a lo que le queda de credibilidad de proclamas de ésta administración cuando hablan de democracia y medios de comunicación libres. Esta administración ha actuado como actúa cualquier régimen atrasado del Tercer Mundo, donde se publican artículos en los periódicos para glorificar al presidente alabando sus grandes éxitos.

Los iraquíes, independientemente de sus etnias y confesiones, han sido los grandes engañados, puesto que habían creído en las promesas norteamericanas sobre bienestar, justicia y democracia. Se imaginaron que iban a superar a los ciudadanos del Golfo Arábigo en lujo, bienestar y cultura del consumo, pero los resultados han sido frustrantes del todo, hasta tal punto de que algunos sienten nostalgia por la situación anterior a la ocupación; entre ésta gente hay quien había sido reprimido y perdido a parte de sus familiares.

Sería extraño que los periódicos difundan algún día alguna noticia alegre desde Iraq, ya que todas las noticias hablan de explosiones, secuestros, asesinatos, coches-bomba y descubrimientos de cadáveres en descomposición de desconocidos maniatados, con los ojos vendados y con un tiro en la nuca. Son decenas -tal vez centenares- los que han sido detenidos por parte de desconocidos y con un paradero más desconocido aún. Es por ello que no ha causado ninguna sorpresa el sondeo efectuado por la BBC que muestra que la mitad de los iraquíes manifestaron su deseo de que hubiera un gobernante fuerte para su país, mientras que algo menos de dos tercios de los encuestados manifestaron que la democracia no es una prioridad para ellos. La democracia norteamericana dividió a los iraquíes en confesiones, etnias y regiones geográficas, reavivando el tribalismo. Los que mañana van a ir a votar lo harán, desgraciadamente, sobre bases confesionales y étnicas. El chiíta votará al chiíta, el kurdo votará al kurdo y el sunní elegirá al sunní, etc.

El Iraq de hoy ha perdido su identidad del mismo modo que perdió su unidad nacional y, lo más peligroso, ha perdido a su clase media. Han emigrado los cualificados y los capitales, los expertos técnicos y profesionales; y quienes quedan de ellos se han atrincherado detrás de la puerta cerrada a cal y canto de su casa, esperando una oportunidad de trabajo en el extranjero. Millones de iraquíes que decían haber huido de la represión del régimen anterior no han vuelto al nuevo Iraq. Quien sí ha vuelto ha sido la minoría que tenía su nómina en la lista de la CIA para asumir altos puestos dentro del Estado en recompensa a su colaboración con el proyecto de invasión estadounidense. Medio millón de personas han emigrado del nuevo Iraq democrático hacia Jordania, otro medio millón hacia Siria y cientos de miles se fueron a los países del Golfo y Europa para salvar sus vidas, buscando un trozo de tierra segura que les proporcione un dormir tranquilo sin los estruendos de las explosiones, los misiles y los coches-bomba.

El mago norteamericano ha agotado todos sus trucos, juegos y engaños. Ha quedado desenmascarado y desnudo ante los espectadores. Las elecciones que vienen es lo último que le queda en su cartuchera y es posible que ello fuese el prólogo de su huida con sus tropas de Iraq, utilizando como pretexto la conclusión del proceso democrático. El presidente Bush habla de una estrategia para la victoria en Iraq y aún no sabemos cómo vencerá cuando sus tropas han tenido que liberar Ramadi cinco veces, Samarra tres veces y Faluya dos. La resistencia cada vez es más intratable, desarrolla cualitativamente sus atentados y no pasa ni un día sin que caigan muertos cinco o diez soldados estadounidenses. Nadie esperaba esta miserable situación de Iraq tras mil días desde el comienzo de la guerra y bajo la ocupación de la mayor potencia de la Historia, tanto política como militar y económicamente. La administración norteamericana ha sido derrotada en Iraq en un tiempo récord y es posible que se multiplique la derrota si se aventurara a ir a una confrontación con Irán por su ambicioso programa nuclear.

No creemos que el presidente Bush vaya a encontrar a alguien que le crea cuando habla de sus mentirosas victorias, ya que el pavo real norteamericano ha perdido sus plumas del mismo modo que perdió su orgullo y sus valores. Y es que todo lo que se construye sobre la ilegitimidad, ilegítimo es.