Marchan en recuerdo del 10 de junio

ISRAEL YAÑEZ.

Cientos de personas marcharon el día de ayer para recordar el genocidio cometido el 10 de junio de 1971, cuando decenas de personas desaparecieron, otras tantas fueron detenidas y torturadas, así como un número indefinido murieron.

El día de ayer, la Rivera de San Cosme volvió a escuchar la voz de protesta para recordar a las víctimas del denominado "halconazo", mítica fecha que se suma al santuario de conmemoraciones macabras de la historia política de nuestro país.

Entre veteranos de antiguas batallas sociales, dolientes de los desaparecidos que aún claman justicia, y miembros del Consejo General de Huelga (CGH), la marcha siguió su curso entre gritos de reprobación, cánticos de indignación, pero sobre todo de odio a la represión y la impunidad.

El mismo cielo se vistió de gris y baño las mantas y cartulinas, corriendo su tinta por los blancos lienzos; sin embargo, las letras tomaron un cariz más dramático y reflejaban con mayor crudeza la verdad de sus demandas.

La llovía no dejó descansar a los marchantes, quienes buscaron el cobijo de los impermeables de plástico de a cinco pesos cada uno. El amarillo, el azul y el blanco vistieron la marcha que por momentos enmudecia ante la voz de la lluvia.

Poco a poco, iban llegando a su destino, primero por la Rivera de San Cosme, y Circuito Interior, donde hace 33 años se perpetró uno de los actos de represión que han marcado la historia contemporánea de México no sólo por los muertos y desparecidos, sino por la impunidad con que se movieron sus asesinos.

Posteriormente los pasos de los manifestantes tomaron el rumbo de la calle de Guerrero, cruzaron Avenida Juárez para después tomar por Bucareli, hasta llegar a Gobernación.

El tiempo al igual que la lluvia pudo más que la memoria y los espíritus rebeldes, algunos de los disidentes no esperaron a que terminara el mitin, simplemente llegaron hasta el palacio de Bucareli para esconderse ante las amenazas del cielo que comenzaba a rugir presagiando una nueva precipitación.

Integrantes del Comité 68, los anarcopunks, miembros de Partido Comunista, familiares de los desaparecidos, estudiantes del la UNAM y Politécnico, entre otros, exigieron la liberación de los presos políticos y de conciencia, entre ellos los hermanos Alejandro, Antonio y Héctor, Cerezo Contreras, acusados de estallar petardos frente a una sucursal bancaria y recluidos en el Penal de la Palma, así como amigos de los detenidos en Guadalajara durante la III Cumbre de la Unión Europea, América Latina y el Caribe.

Raúl Álvarez Garín, veterano de la contienda del 10 de junio, aseveró en su turno como orador durante el mitin que se llevó a cabo frente a las instalaciones de la Secretaria de Gobernación, que la represión no ha terminado y que, ahora como antes, proviene de las instituciones, aunque ha cambiado de color, pero que el sistema de sometimiento sigue siendo el mismo y con iguales objetivos: negarle al pueblo su acceso al poder.

El Sol de México