E L  C O R R E O  I L U S T R A D O

Miércoles 19 de enero de 2005

Solidaridad con los hermanos Cerezo

Señora directora: Es preocupante e indignante cómo va perfilándose una espiral riesgosa de criminalización de la lucha social en este país ya tan lastimado en su dignidad y grandeza, en sus derechos humanos más elementales. Los padres de Pável González nos solidarizamos con los hermanos Cerezo, jóvenes de bien y buenos estudiantes, injustamente encarcelados a la par con los peores delincuentes. La separación de los hermanos a otros penales, junto con famosos narcos, con argumentos irisorios y ambiguos, es una injusticia más del gobierno federal.

Ante la gravedad y delicadeza de estos hechos deplorables es necesario que todas las organizaciones sociales y todo ciudadano progresista y democrático se pronuncie en contra de tales abusos y atropellos. Apelamos a que la sabiduría histórica de la sociedad civil y nuestros legisladores sabrá dar el cauce para que México retome las riendas, conforme al derecho, a tanta ignominia, para dignificar la vida social del país, que tanto añora la paz y la justicia, no dejar que se cree un funesto precedente, deteniendo esta escalada represiva que se avizora cada vez más enrarecida. Estamos a tiempo, mañana podríamos todos lamentarlo. Unidad y mesura. Sin justicia no hay democracia.

¿Qué disentir es ya un delito grave? Es peor que en el oscurantismo. México no puede retroceder a tal nivel. El mensaje mediático de este abuso a los derechos es grave.

¿Acaso los seres humanos no podríamos vivir en armonía, sin egoísmo? La intolerancia, históricamente en el mundo, siempre ha pagado su cuota, ha rendido cuentas.

Por nuestro hijo Pável, por su gran capacidad solidaria con toda causa noble y justa sin importar el sacrificio, y por todos los luchadores sociales que han sido víctimas de la guerra sucia, brindamos nuestra solidaridad a los hermanos Cerezo.

Responsabilizamos al gobierno federal y la ultraderecha en el poder de todo lo que pueda suceder a quienes no piensan como ellos y buscan la justicia.

Mario y Lourdes González, papás de Pável