Sobre los sucesos de San Juan Ixtayopan o como el Estado sacrifica a sus propios elementos para seguir manteniendo una injusticia

 

 Podríamos no decir nada, quedarnos callados, sin embargo es necesario y una obligación con nuestros principios, esos que el Estado califica de subversivos, escribir para evitar siempre la muerte de seres humanos, independientemente de su trabajo, como la de los agentes antiterroristas, Víctor Mireles Barrera y Cristóbal Bonilla

La nota de La jornada del sábado 27 de noviembre, dice que, según fuentes de la PFP “el trabajo que desarrollaban los agentes de la PFP estaba encaminado a lograr información sobre los vínculos de un profesor que habría estado ligado a los hermanos Cerezo Contreras (Héctor, Alejandro y Antonio), a quienes se culpó de haber hecho estallar, el 8 de agosto de 2001, petardos en tres sucursales bancarias, quienes se dijo pertenecían a las FARP”

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La información es correcta aunque incompleta si analizamos la información que nosotros como familiares de los hermanos Cerezo tenemos.

La colonia Peña Alta, ubicada sobre las faldas del Tehutli, pertenece al pueblo de San Juan Ixtayopan, Delegación Tláhuac, esa colonia fue fundada de manera irregular, ahí llegamos a vivir junto con nuestros padres hace ya más de 20 años, las autoridades delegacionales de ese tiempo intentaron destruir las viviendas que ya estaban asentadas en dicha colonia, gracias a la intervención de mi madre, Emilia Contreras junto con las mujeres de la colonia se pararon los bulldozers que ya habían destruido una casa y se protestó frente a la Delegación de Tláhuac por este hecho, logramos quedarnos en ese lugar y construir nuestra casa con nuestras propias manos, ahí fue donde pasamos nuestra infancia acompañando al Profesor a sus juntas vecinales y en el trabajo comunitario que permitió que la Av. Peña Alta tenga hoy 10 metros de ancho, una escuela primaria, luz, agua, drenaje, teléfono, una iglesia, pavimento.

Esa hermosa colonia a la cual con nuestras manos contribuimos a construir la dejamos hace 15 años y por razones escolares toda la familia nos trasladamos a una zona más céntrica de la Ciudad de México.

Desde la detención de mis hermanos Alejandro, Héctor y Antonio Cerezo Contreras, fuimos objeto de seguimiento policiaco, nos colocaron una cámara de video fuera de nuestro domicilio actual para mantenernos vigilados, no es nuevo para nosotros enterarnos que existe una vigilancia constante e ilegal en nuestra contra, pero lo que si nos sorprendió es que en un lugar en el cual hace mucho tiempo no vivimos, la Policía Federal Preventiva a través de su sección de antiterrorismo investigue, ¿es posible que intenten como buenos psicoanalistas retroceder hasta encontrar el origen del esperma que nos dio vida?

Qué investiga, hemos probado jurídicamente que ellos no tienen nada que ver con los petardos de Banamex, hemos también probado jurídicamente que nos son terroristas, por qué entonces son mantenidos en prisión, aislados en La Palma, sin comunicación al exterior más que con sus familiares, por que insiste el cuerpo de psicólogos de dicho centro de exterminio en si sus padres se han comunicado con ellos, cuando saben que eso es imposible, por qué el Amparo Directo que interpuso nuestra abogada Bárbara Zamora lleva más de 7 meses sin un resultado que permita la libertad de mis hermanos, son entonces rehenes del Estado mexicano para detener a quién investigaban los miembros de la PFP, al Profesor, cuyo nombre es Francisco Cerezo Quiroz y también es nuestro padre.

Mientras los medios se preocupaban más por obtener las últimas palabras de los agentes linchados que por salvarles la vida, los mandos operativos de la sección antiterrorista de la PFP calculaban el golpe político que les causaría si se supiera qué estaban investigando sus elementos y mejor los dejó morir para que no dijeran nada, no contaban que dentro de las propias filas de la PFP, existen seres humanos que hoy protestan contra los asesinos intelectuales de sus compañeros y quienes seguramente serán despedidos por no aceptar que su humanidad fuera aplastada por el entrenamiento para convertirlos en “maquinas de matar gente”

En su incesante búsqueda por destruir toda disidencia social, el Estado mexicano, detiene ilegalmente, tortura, fabrica delitos, desaparece personas, ejecuta extrajudicialmente y hoy también, asesina a sus propios elementos para lograr ese objetivo y nos sólo eso, sino que crea mentiras para cubrir su ominoso delito y con eso intenta también perpetuar la injusticia que se comete reiteradamente contra mis hermanos Alejandro, Héctor y Antonio Cerezo Contreras desde hace ya más de 3 años y tres meses, y que el propio Estado sabe son inocentes, no son ya sólo presos de conciencia, ahora sabemos son también rehenes de un Estado, representado por el Presidente Vicente Fox Quesada, el Procurador General Rafael Macedo de la Concha, el Secretario de Seguridad Pública Ramón Martín Huerta, el Secretario de Gobernación Santiago Creel, el Titular de la PFP Arturo Muñoz Villafaña, responsables intelectuales de estas innecesarias muertes.

No obstante nada termina aquí, empieza un calvario para los habitantes del Pueblo de San Juan Ixtayopan que seguramente y para poder continuar con la injusticia que se comete hace más de tres años contra los hermanos Cerezo, serán acusados injustamente y encarcelados por un hecho provocado por las mismas autoridades federales en su afán persecutorio contra la disidencia social.

También para ellos, los injustamente presos, hoy, asociados a motivos políticos, exigimos libertad al igual que castigo a los autores intelectuales de este crimen, las propias autoridades federales.

 

Atentamente

Un ex habitante de la colonia Peña Alta, San Juan Ixtayopan, Tláhuac

Francisco Cerezo Contreras