Poema a nuestra abogada Digna Ochoa
y Plácido
DIGNA
Visitarte en el ocaso
Cuando tu sangre palpitaba
Guardar tu aliento entre mis venas
Aferrada a la vida
Morías entre cafetales,
Entre flores blancas
Tu grito ¿gritaste?
Que maldijo al verdugo en tu agonía
Se quedó entre nosotros,
tus hermanos.
No descanses en paz
Como no asumimos tu muerte en silencio,
Aún nos queda mucho por
hacer
Tienes miles de sueños que
concluir
Miles de manos que estrechar.
Nos reclama la vida otro esfuerzo
Construir un país distinto,
Con gente distinta
Seguimos juntos Digna, en este
sueño.
23 de octubre de 2001.
Antonio Cerezo Contreras
CEFERESO #1 La Palma, Almoloya.