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Nuevos títulos de la Colección de Textos Breves Anarquistas

Nuevos títulos de la Colección de Textos Breves Anarquistas

¿Que es la anarquia?
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¿Qué es el anarquismo?

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Anarquía es democracia y libertad

MEMORIA HISTORICA

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L’Ajuntament de València segueix profanant i violant les fosses del cementiri on foren llançats represaliats/des del franquisme

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¿Qué es el anarquismo?

ANARQUÍA ES DEMOCRACIA Y LIBERTAD

(I): La polisemia libertaria 

Tradicionalmente, en el anarquismo militante ha habido exceso de discusión, bastante discurso y un déficit de conocimiento. En la forma en que esta corriente de pensamiento experimenta la realidad predominan a menudo las tendencias negativistas que la relegan al fotomatón de la disidencia antisocial. Esto ha conformado un modelo marginal, aislacionista, en donde la idea ácrata se ha instalado en una especie de dolce far niente político sin demasiada dificultad, posiblemente por el atractivo estético del malditismo que dicho carácter trasgresor conlleva. Ser anarquista era, para el denominador común de la percepción, motivar una alternativa desestabilizadora y subversiva de devastador coste social. Afincado en esa “caverna ideológica” por la patología de un argumentario autocomplaciente en su compromiso radical, el anarquismo renunció a dar la batalla de la ilustración que debía ser la clave de bóveda que soportara su dinámica revolucionaria. Clichés como su supuesto antipoliticismo y el culto a la violencia son algunas de las consecuencias de un ostracismo ensimismado, cuyos servicias aún perduran. Sin embargo, su verdadera potencialidad transformadora, humanista y civilizadora reside precisamente en esa comunidad de principios – logos, ethos y pathos – que perfila su estirpe. Hijo al fin de su tiempo, el anarquismo bien entendido supone una dinámica de construcción social superadora de las limitaciones del capitalismo y del liberalismo, sin pérdida de los referentes éticos indispensables para una existencia digna y emancipadora que asociados a los atajos de los distintos modelos totalitarios en liza. La miopía provocada por esa indigencia del conocimiento y el anestesiante hábito de la trifulca sin fin, auténtica dinamita cerebral, hizo necesario que hubiera de pasar un siglo para reconocer la energía implícita en aquellas virtudes avasalladas. Aunque recobrar plenamente la perspectiva anarquista suponga desmontar los eficaces mitos inoculados por adversarios e ignorantes. Uno de los espantapájaros que tan rotundamente han marcado la historia del anarquismo es el de lo “político” y todo lo que gira a su alrededor. La ideología dominante en la práctica social ha pretendido la existencia de un “antipoliticismo” o “apoliticismo” como base sustantiva y perenne de la idea libertaria, relegando su virtualidad al limbo de los oxímoros o de las contradicciones fácticas. Si el anarquismo rechaza de plano la política, que es el espacio obligado de transformación convivencial, se sitúa fuera de la realidad existencial y carece de sentido. Esa ha sido, en cierta manera, la proverbial cantinela esgrimida por tirios y troyanos. Y sin embargo, se trata de una superchería. Por el contrario, el anarquismo es el más político de los prontuarios sociales conocidos. Pero siempre que el término “político” se utilice con propiedad y no en su actual versión degradada y degenerada de mediación entre sujeto y objeto. Desde la aristotélica concepción del hombre como “zoom polítikom” (animal social) hasta la reciente de Karl Mannheim que entiende la política como “cualquier actividad que tiene como fin la transformación del mundo”, la acción directa anarquista puede significarse como la más acabada formulación de la político. Mientras, la política convencional es ejercida por profesionales a través de partidos políticos que en realidad sólo contribuyen a legitimar la actual neoservidumbre voluntaria. La política cotidiana nada tiene que ver con la política originaria. De una acepción política a otra hay un abismo. Lejos de ser el ciudadano el titular de la política, como en natural derecho le corresponde, se ha convertido en un trasunto de preceptores que, por delegación seleccionada entre partidos con listas cerradas y bloqueadas, hablan en su nombre, negocian y deciden por él. Es el triunfo de la versión lampedusiana de la política, consistente en cambiar algo para que todo siga prácticamente igual, y no una experiencia de autodeterminación que se presumía como actividad para “transformar el mundo” circundante. El político realmente existente es un impostor, un guardián del statu quo, un mal traficante de sueños, que altera lo que haya que alterar para adaptar la realidad a las necesidades de los avances tecnológicos y perpetuar así el sistema de dominación. No hay acción directa, sino vicaria. Ni tutela efectiva de la existencia de cada cual. Ni progreso verdadero y equidad. Lo legal vigente hoy en realidad es el reino de la antipolítico. En su genealogía libertaria como asiento de la verdadera democracia y en la aceptación de lo político como autogestión, tiene el anarquismo su expresión más autentica. La que sustenta un modelo de construcción social de la realidad por cooperación y acción directa decididamente anticompetitivo y antirepresentativo. Es un proyecto de interacción que se pretende superador del modelo delegativo que desde el advenimiento de la era industrial constituye una ideología basada en la transfusión de arriba abajo de un esquema de pensamiento, como tiene estudiado Serge Moscovici y su escuela, para una determinada versión vital. Prácticamente marginado de los anales del pensamiento político como si de un apestado se tratara, el anarquismo ha trepado hasta la actualidad sobreviviendo a ideologías fuertes que, como el marxismo, contaron con amplios apoyos institucionales, rotundos soportes sociales y fervientes referentes intelectuales. La mala salud de hierro de esa anarquía, tantas veces presentada como poseída por una secta de iluminados, parece exigir, pues, una explicación que permita visionar y racionalizar el potencial real de esa su pertinaz “anomalía”. A menudo considerado un agujero negro de la historia, anclado entre la resistencia numantina y el voluntario ostracismo, la anarquía sigue siendo un activo cierto para aportar materiales con que construir una convivencia libertaria, fraternal y equitativa por su condición de heredera de la más pura tradición democrática. De hecho, las relecturas participativas y deliberativas que ahora se postulan para intentar reflotar la desacreditada democracia en presencia recuperan recetas anárquicas, aunque la sempiterna cicatería oficial siga ocultando deshonestamente su origen de marca. Este trabajo no tiene más mérito ni pretensión que indagar, sin demasiadas complacencias, en las causas de esa insólita y postergada vitalidad a través de su rastro en la historia del pensamiento político-económico. Sólo busca mostrar cómo y por qué la an-anarquía puede considerarse el eslabón perdido de la demo-kratía a la altura de los tiempos modernos, incluso como enclave de la tradición republicana de la democracia deliberativa. También intenta hacerlo inteligible en el contexto de la política e identificar los valores básicos compartidos que cimentan dicho continuum rescatando un itinerario biográfico e ideológico poco frecuentado por los historiadores-zahories del pensamiento único. Porque, fruto de una reveladora polisemia, los dos nombres habituales del antiautoritarismo, anarquía (sin autoridad) y acracia (sin gobierno) tienen la misma raíz ideológica que democracia (gobierno del pueblo). ¿Por qué esa sinergia? ¿Qué hay detrás de esa identidad re-nombrada?

ANARQUÍA ES DEMOCRACIA Y LIBERTAD

 (II): Del gobierno de todos al sin gobierno 

Etimológicamente la palabra griega anarquía significa “sin gobierno”, “sin autoridad”, y expresa el espacio de realización autónoma del individuo indómito que cifra en la libre asociación el marco de la interacción colectiva, haciendo del trabazón público-privado el ámbito necesario de una existencia humana plena y digna. Por su parte, democracia quiere decir “gobierno del demos” (pueblo), y pretende un tipo de organización social en la que todos y cada uno de los ciudadanos gocen de la capacidad de gestión de lo público sin amputación del ascendente individual. Lo que Cornelius Castoriadis, uno de los más brillantes refutadores de la democracia placeba, llama “la autoinstitución de la colectividad por la colectividad”. Anarquía y democracia son procesos históricos, no piezas de museo. Están sometidas a las contingencias del devenir social, por lo que han sufrido distintas transformaciones, aunque su esencia, su núcleo duro, permanece estable, que no inmutable. Quizá por esa denunciada e interesada obsolescencia, que a veces sólo encubre su instrumentalización por el mercado como paradigma oferente, en la actualidad ambos términos son considerados como simples teorizaciones o ideales: el anarquismo se ve como una utopía (un tabú) y a la democracia se la tilda de ucronía (un tótem). La auténtica democracia es anárquica y la anarquía bien entendida es democrática. Por contener ese explosivo potencial transformador, la anarquía ha sido postergada y despreciada por los sistemas dominantes, los mismos que abusan –performativamente- del término democracia para justificar políticas claramente oligárquicas. Es más, se puede sugerir que el anarquismo supone la replantación de la democracia rasa, la de la antigua Grecia, a la sociedad industrial antes de la programada despolitización de las masas desde el poder. Y que lejos de ser equivalente a caos, como ha sido motejado por el nominalismo ventrílocuo, es “la más alta expresión de orden”, como sostenía el geógrafo Eliso Reclús. Una frase que pulía para la posteridad una idea expresada cincuenta años antes por Pedro José Proudhon, el creador del término anarquía: “La política es la ciencia de la libertad; el gobierno del hombre por el hombre, bajo no importa que nombre se disfrace, es la opresión; la más alta perfección de la sociedad se encuentra en la unión del orden y la anarquía”. Anarquía y democracia son conceptos sinónimos, reinterpretaciones de una misma causa, porque ambos identifican el gobierno del pueblo (si todos gobiernan nadie manda), una organización social que hace del hombre en libertad la medida de todas las cosas, parafraseando a aquel predemócrata de siglo VI antes de Cristo llamado Protágoras. La libertad es el fin inmediato, el bien supremo de la anarquía, y la democracia el medio. De ahí el persistente maximalismo liberal del anarquismo. Un afán nada superfluo que indujo a Joseph Déjacque a acuñar el neologismo “libertario” frente al común de “liberal” cuando, usurpado por los mercantilistas, quedó despojado de su dimensión política transformadora, institucionalizándose como algo pre-social. En la libertad sin condiciones ni obstáculos artificiales radica la garantía de la verdadera democracia, según dejó nítidamente escrito Aristóteles. “El principio básico de la condición democrática es la libertad, una constatación que la gente hace continuamente observando que sólo en esta constitución viven en libertad los hombres, porque toda democracia –dicen ellos- tiene la libertad como fin; gobernar y ser gobernados por turnos es una prueba de libertad. El otro elemento es vivir como se quiere, porque esto –dicen ellos- es una condición de la libertad, ya que el esclavo no puede vivir como desea. Esta es la segunda nota de la democracia, y de ella deriva el ideal de no ser gobernado por nadie siempre que sea posible, o al menos gobernar y ser gobernado por turnos” (Política VI, 1317). Retengamos la idea, “no ser gobernados por nadie”. Un equivalente a la noción de anarquía; que nadie mande sobre nadie. Aquí y ahora, igual que catalogan anarquía como desorden irremediable, se denomina democracia a lo que no es sino su perversión legitimada a través de la ficción de la representación, esa prótesis que Michael Foucault entendía como el nexo entre las palabras y las cosas. Lo establecido hoy, lo políticamente correcto, es la sociedad heterónoma, aquella en que el nomos, la norma, la ley, la institución, es dada por otros; que se impone desde fuera a nosotros. “En Francia –recordaba Castoriadis anticipando el debate de fondo que suele soslayarse-, el pueblo soberano está formado por 37 millones de electores. ¿Cómo ejerce éste su soberanía? Cada cinco o siete años es llamado a elegir, de entre 3.700 personas como máximo a quienes han de representarlo (…) La oligarquía dominante está formada por una milésima parte de la población, porcentaje que haría palidecer de celos a la oligarquía romana” (El ascenso de la insignificancia, 1998,122). En la Atenas democrática eran unos 40.000 los ciudadanos llamados a gobernar y ser gobernados, y unos 6.000 los que regularmente se reunían en asamblea (ecclesia) en el ágora o en el pnyx para debatir y decidir sobre los temas comunes de la polis como libres e guales. Aún no existía separación entre potestas y auctoritas. Nadie con un mínimo espíritu crítico puede discutir hoy que lo que denominamos democracia, con los calificativos que se la quieran poner (representativa, parlamentaria, de partidos, neoliberal, capitalista, popular, etc), ya no es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, propuesto por Abraham Lincoln. Tampoco es el modelo por el que los ciudadanos pueden gobernar y ser gobernados, mencionado por Aristóteles en su Política. Lo que existe en todos los países democráticos es el gobierno de una minoría sobre la mayoría, de una elite contra el resto de la población. Es el gobierno sobre el pueblo, aunque la manumisión se ejerza en su nombre. También la dictadura del proletario se pretendía en nombre del pueblo (el proletariado, la masa pobre) y no a su costa. Pero no se trata sólo de un cambio cuantitativo, la “ley de número” descrita por el libertario asturiano Ricardo Mella, sino de que junto a esa lesiva extrapolación de los guarismos se da una mutación cualitativa para concluir en la “aritmética parlamentaria”. El demos original en Atenas incluía al pueblo llano –también en el anarquismo-, que por serlo es objetivamente mayoritario, por lo que la democracia se entendía como el gobierno de la hegemonía social. Nada que ver, por tanto, con la democracia de mínimos al uso en Occidente, donde mediante un mecanismo de adoctrinamiento que implica una des-educación cívica institucionalizada, que incluye como piezas de un gran dominó a partidos políticos, separación de poderes, sufragio a la carta y elecciones, el demos se abandona a manos de una clase política que asume, despótica pero legal e incluso legítimamente, su representación. Un tránsito que pone la oración por pasiva, como ha intuido acertadamente C.B.Macpherson: “la democracia, vista desde los estratos superiores de sociedades divididas en clases, significaba la dominación de una clase” (La democracia liberal y su época, 1977, 20). Esto no quita para que la ateniense fuera a su modo también una democracia limitada, alicorta, restringida. En la sociedad griega la condición de ciudadano era excluyente, dejaba fuera a mujeres y esclavos, sobre todo a los esclavos, el sector mayoritario de la población, nuestros sin papeles de hoy. Pero todos los ciudadanos sin excepción eran sujetos políticamente capaces, podían gobernar y ser gobernados sin otras condiciones. Porque la democracia griega tenía una grandeza inigualable que la distingue de todas las otras democracias que en la historia han sido. Era una democracia oral, aunque no ágrafa, frente al si se quiere rudimentario alfabetismo del posterior sufragio. Lo que le daba un carácter realmente ecuménico. Su ejercicio no requería saberes ni requisitos previos. La participación en la polis estaba al alcance cualquiera. Por lo demás, en la para tantos modélica democracia americana, tan ponderada por el aristócrata Alexis de Tocqueville, la prohibición del sufragio a los negros persistió en algunos Estados de la Unión hasta bien entrados los años sesenta. Y en la católica España este tráfico con seres humanos no se abolió hasta el tardío 1870, con lo que las fortunas de las primeras dinastías capitalistas a principios del siglo XIX procedían, según el historiador Sebastián Balfour, “en especial del lucrativo tráfico de esclavos” (El fin del imperio español (1898-1923),1997,174). La esclavitud y su negocio representan una de las formas más antiguas de propiedad, la del hombre sobre el hombre. Ciertamente no es lo mismo mantener la esclavitud que cercenar derechos políticos por cuestión de raza o etnia, pero ambas prescripciones participan de una misma ideología: el numerus clausus democrático. Lo padeció la democracia griega con el baldón de la esclavitud y, en otro sentido, hay que reprochárselo incluso al propio padre de la anarquía, el francés Pedro José Proudhon, que si bien fue un decidido partidario de la universalización de los derechos del hombre y del ciudadano, se resistió a la emancipación de la mujer, como quedó de manifiesto en las páginas de la Pornocracia, uno de sus trabajos póstumos. No hablamos, por tanto, de regímenes perfectos, ideales, utópicos, sino de sistemas racionales que, aunque sometidos a la contingencia de la coyuntura historia y a los avatares de sus protagonistas, estaban orientados a la mejora social. Con todos sus errores y lacras: Sócrates, uno de los pocos filósofos que defendía la democracia en Grecia, fue condenado a muerte por una asamblea de demócratas. Por su parte, la paradójica dualidad proudhoniana de, por un lado, encendido defensor de la libertad de todos, y su aberrante refutación de la plena condición femenina, por otro, bebe en las fuentes de Adam Smith (de donde le vendría su firme impulso liberal) y de la Biblia (raíz de su “machismo” pero al mismo tiempo de la universalidad de la dignidad de las personas), dos referentes intelectuales que, junto con Hegel, fueron reconocidos por Proudhon como “mis verdaderos maestros” (Correspondencia, tomo I, XXII). Hecho este exordio, queda a la perspicacia del lector cómo semaforizar las actuales políticas emigratorias de este llamado mundo libre cuyas economías capitalizan un efecto llamada de mano de obra semiesclava. En este punto convendría recordar que, así y todo, aquella democracia jónica, auténticamente participativa y realmente deliberativa, se basada en tres premisas: isonomía, isegoría y parresía. La isonomía garantizaba la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. La isegoría aseguraba la igualdad de palabra en la asamblea. Y la parresía exigía que la participación en ella se hiciera bajo el principio de “decir verdad”. Como vemos no había separación de funciones (vulgo poderes). El pueblo era soberano íntegramente. Precisamente una de las características de la democracia actual es la fragmentación (centrifugación) de esos atributos que identificaban a la democracia. Hoy rige, al menos formalmente, una isonomía-ficción. Todas las constituciones proclaman retóricamente la igualdad de los ciudadanos ante la ley, pero se trata de una liturgia democrática a rebufo de la desigualdad realmente existente. En cuanto a la isegoría, se confiere a un cuerpo específico de profesionales de la política que ostenta la representación en el parlamento, sede teórica de la soberanía popular, para conformar la voluntad general, que habrá dejado ya de ser la voluntad popular (aunque la prestidigitación de los mass media aún valide el simulacro).Y la parresía (veracidad), indispensable para formar la conciencia que permita al ciudadano interpretar el mundo y decidir con conocimiento de causa, se focaliza en la socorrida opinión pública, que como es bien sabido resulta opinión publicada, más encuestas y sondeos. Con ello no se cumple el mínimum de “entre libres e iguales” que Juan Jacobo Rousseau demandaba como quórum democrático, y se desnaturaliza el proceso en su raíz. El sufragio como forma de acceso a la ciudadanía pasa a ser una antigualla y la historia como experiencia-memoria de libertad (B.Croce dixit) un sarcasmo.

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 (III): Sufragio y acción directa

 El fenómeno asimétrico de la persistencia de la esclavitud junto a la intensificación de las libertades revela el tipo de bandera de conveniencia con que las cúpulas sociales almenaron sus regimenes. Una tramoya que, salvo en cortos periodos históricos –la polis griega del siglo VII al V a.c., el experimento del primer Renacimiento en Europa Occidental durante el siglo XI y XII, los principios impulsores de la Revolución Americana de 1776 y las bases ideológicas de la Revolución Francesa de 1789-, se convertiría en hegemónica mediante el mecanismo de la representación a partir de la expansión industrial. Lo que dio lugar a la transformación de la vieja democracia, la democracia social de máximos, en un democracia indirecta, delegada, atomizada, de mínimos, y con ello al cambio de la concepción avalada por Montesquieu de la libertad como “poder hacer lo que se quiere” (el “vivir como se quiere” aristotélico) a la de las “libertades negativas” formulada por Isaac Berlín, axiología que pone el énfasis en la garantía de hacer lo que está permitido, autorizado, desde el poder, que por esa dejación se instituye en autor, en sujeto histórico. O sea, un tránsito de la libertad de los antiguos a la libertad de los modernos, en expresión de Benjamín Constant. El resultado es una especie de vagar por túnel del tiempo con merma de autonomía como peaje, porque como sostiene Rousseau “la soberanía no puede ser representada por la misma razón por la que no puede ser alienada (…) La voluntad no se representa: o es ella misma o es otra; no hay término medio. Los diputados del pueblo no son, pues, ni pueden ser sus representantes; no son más que sus comisarios; no pueden concluir nada definitivamente. Toda ley que el pueblo en persona no ha ratificado es nula; no es ley” (El contrato social, 1762, capítulo XV, III libro). El “pueblo en persona”, precisa agudamente el ginebrino, la acción directa ácrata, el ciudadano que puede gobernar y ser gobernado de la Grecia helénica. De esta forma, y siempre bajo el imperativo de la razón instrumental motivada por la sociedad fabril, urbana y de masas que despunta, surgen los mecanismos que habrán de caracterizar la nueva democracia representativa e indirecta. Cristaliza así respecto a la clásica polis una población escindida, con doble vínculo, una suerte de taxonomía política que distingue entre ciudadanos activos y pasivos, según la concepción introducida por Emmanuel-Joseph Sieyés en la Constitución de la Francia postrevolucionaria de 1791. Prescribe, pues, definitivamente la vieja acepción democrática que entendía la ciudadanía como la capacidad de gobernar y ser gobernado, aunque casi al mismo tiempo, como ave fénix, brota de nuevo bajo la consigna de organizar la an-arquía como la más alta expresión del orden. El viejo topo socialista-libertario, recibe el testigo de la antigua democracia deliberativa y participativa para trasegarla a la nueva era: “La política es la ciencia de la libertad: el gobierno del hombre por el hombre, bajo cualquier nombre que se disfrace, es opresión; la más alta perfección de la sociedad se encuentra en la unión del orden y la anarquía” (¿Qué es la propiedad?, capítulo V). La democracia ateniense era un régimen de poder popular donde el subconjunto de la mayoría ciudadana – libres e iguales - ostenta el gobierno de la polis, pero excluye al conjunto de la población que resulta de sumar los esclavos. Por el contrario, la democracia representativa vigente es un sistema en el que, al diferirse el gobierno a una elite, la mayoría ciudadana ve sus derechos políticos jibarizados. En realidad la misma doctrina que en un principio justificaba la exclusión de los esclavos serviría luego para legitimar la restricción del sufragio universal, visto por las clases privilegiadas como un peligro para sus estatus, por lo que seminalmente podía tener de acción directa. El propio John Stuart Mill, autor Del gobierno representativo, contemplaba en 1861 con sumo recelo la generalización del voto, llegando al extremo de admitir, como recuerda oportunamente Macpherson, que “había que hacer algo para impedir que la clase más numerosa pudiera dirigir el rumbo de la legislación y la administración conforme a su interés exclusivo de clase” (1977,72).De ahí el viejo dicho ácrata: delegar el poder es perderlo. En el lado opuesto, los marxistas-leninistas vieron en el sufragio universal la pértiga que necesitaba el proletariado para llegar al poder. “Un golpe de democracia”, esperaba Marx que fuera, y ya a finales del siglo XX el secretario general del poderoso Partido Comunista Italiano (PCI), Palmiro Togliatti, lo definiría como “la democracia que se organiza”. Sin embargo, la historia posterior se encargó de problematizar esos deseos. Falto de un auténtico proletariado con conciencia no cautiva que asumiera de manera estable su condición en el cuerpo a cuerpo electoral, serían el fascismo de Benito Mussolini y el nacionalsocialismo de Adolf Htler quienes mayor rentabilidad sacaran del derecho al sufragio. Los nazis subieron al gobierno al obtener el 5 de marzo de 1933 el 44 por 100 de los votos en las urnas y Mussolini obtendría un excelente puesto nueve años antes, mientras el partido bolchevique, motor de la Revolución de Octubre rusa, tuvo que aceptar el segundo puesto en las decisivas elecciones del 25 de noviembre de 1917. Un periplo que parecía certificar que la ruta del sufragio inducido era más apta para la reacción que para la revolución (posiblemente, escarmentado en esas experiencias el líder chino Mao-Tse Tung asumió que el “poder nace en la boca del fusil”). El prestigioso liberal británico Harold Laski resumía así la defección de la época: “La democracia capitalista no permitirá nunca que su cuerpo electoral vaya a caer en el socialismo por la casualidad de un veredicto de las urnas”. Sin embargo, esa no era la visión que durante casi un siglo habían tenido las castas dominantes. De hecho, la larga marcha en pos del sufragio universal resultó un camino incierto, repleto de barreras, trampas y rodeos para las capas populares. La clase alta avistaba las elecciones como quien menciona la soga en casa del ahorcado. Por eso programaron su sabotaje con flagrantes limitaciones a su ejercicio (sólo se reconocía el derecho de voto censitario: a los hombres, rentistas, terratenientes, etc), manipulación del régimen electoral (los “burgos podridos” de las circunscripciones uninominales), trabas para la formación de la opinión ciudadana (censura de prensa, adoctrinamiento desde los púlpitos religiosos aprovechando el alto grado de analfabetismo de los obreros) o simple y directo juego sucio (compra de voluntades, prohibición del voto secreto). Incluso hoy, cuando se ha consolidado el sufragio universal, los regímenes siguen conculcando a su conveniencia el Estado de Derecho para impedir “tocar poder” a los teóricos enemigos del sistema. Uno de los casos más sangrantes se ha producido recientemente en España, donde un gobierno socialista ha cercenado el camino electoral al partido abertzale Acción Nacionalista Vasca (ANV) con la excusa de que sus listas estaban “contaminadas” con personas que no repudiaron el terrorismo de la organización independentista vasca ETA. Lo chocante del caso es que el soporte jurídico utilizado, con el plácet del Tribunal Constitucional, partía de que dicha formación infringía la Ley de Partidos que condena la exaltación de la violencia, cuando la ilegalización parcial de las candidaturas de ANV fue fruto de un consenso de Estado con la oposición conservadora del Partido Popular (PP), formación que acababa de cometer la suprema ostentación de violencia de meter unilateralmente al país en la ilegal guerra de Irak. Eso a escala doméstica. A nivel macro ahí queda para una historia universal de la infamia política el atropello con que los frustrados dirigentes europeos han respondido al clamoroso “no” de los referendos sobre la Constitución, lo que pone de manifiesto el talante de la democracia karaoke vigente. Un sistema trucado de principio a fin, corrompido y corruptor, en el que la cacareada voluntad popular sólo existe como impúdica aclamación de lo políticamente correcto y tolerado. Los frenos y zancadillas a la generalización del sufragio trataban de evitar a toda costa que la mayoría social de los trabajadores se convirtiera en mayoría parlamentaria. Había que quebrar el principio seminal de entre libres e iguales residenciando el control gubernamental entre los poderosos, porque como afirma Moisés I. Finley “la política (…) es el arte de arribar a decisiones mediante la discusión pública” (Vieja y nueva política, 1980, 22). Precisamente, una de las señas de identidad del anarquismo, desde sus orígenes doctrinales, ha sido su firme rechazo de un parlamentarismo-embudo que socava el principio de acción directa al alejar el objeto-política del sujeto-ciudadano (la acepción acción directa se haría luego polivalente a violencia en el uso pervertido dado por George Sorel y Lenin). De ahí que la propuesta libertaria considere la política de partidos y la consiguiente lucha por el poder como sucedáneos de la auténtica democracia, esa forma de autogobierno que se aplicaba en la antigua Grecia bajo la divisa “parecía bien al Consejo y al Pueblo”. Para el anarquismo, partidos y clase política son enemigos del pueblo, entendiendo la expresión en su dimensión social.  

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 (IV): La representación como expropiación 

En la democracia ateniense las elecciones como tal no existían. Se accedía a los cargos por rotación o sorteo entre los ciudadanos que componían el pueblo llano. Sólo excepcionalmente, en situaciones de agresión exterior o ante decisiones que requirieran un profundo conocimiento de una materia, se llamaba a “expertos”, y siempre esas magistraturas eran coyunturales. Por su parte, en la tradición anarquista el abstencionismo electoral es una táctica de resistencia cargada de potencial subversivo (o sea, transformador), que busca despertar al ciudadano que todos llevamos dentro, y en ese sentido el partido político está considerado como una herramienta de autorrenuncia democrática. Helenistas como C. M. Bowra estiman que fue precisamente ese ejercicio de autoorganización lo que liberó las energías creadoras del pueblo ateniense que sigue asombrando al mundo. Un elán vital que aflora cíclicamente en la fase de democracia directa de muchas experiencias revolucionarias posteriores, de Espartaco a Chiapas. Gota a gota, el sufragio, aunque parcial, se fue implantando en Europa dando lugar a una participación popular controlada donde hasta entonces había existido sólo un simulacro de parlamentarismo. En Francia, en 1848, de una población de unos 30 millones de personas, el número de electores se reducía a unos 200.000. En 1867 el censo electoral en Inglaterra sólo alcanzaba al 30% de la población hábil. Pero ya ése mismo año, la Confederación del Norte de Alemania rompió la tendencia introduciendo el sufragio para varones. Suiza, España, Bélgica, Holanda y Noruega, lo adoptarían en 1874, 1890, 1893, 1896 y 1898, respectivamente. Más tardías fueron Italia y Gran Bretaña, que, con idénticas reservas, lo aprobaron en 1912 y 1918. En este panorama de paulatino desbordamiento popular surgen las formaciones políticas como medio de encauzar la rebelión de las masas. De hecho, los partidos tal como los conocemos hoy, un punto y seguido desde la teoría clásica de la democracia representativa hacía la robotización política tarifada en audiencias, tienen poco más de un siglo de existencia. El partido, en la experiencia libertaria, significa la introducción de facciones en el universo compacto y plural (público y privado) del demos y la cooptación de una casta que asume para sí la condición de autorreferente democrático (los representantes). Castoriadis recuerda que “en la Grecia antigua, en el derecho público al menos, se desconoce la idea de representación” (1998, 162) y Macpherson opina que “el sistema de partidos ha sido el medio de reconciliar el sufragio universal con el mantenimiento de una sociedad desigual” (1977, 83).El secuestro de la democracia por el “Estado de partidos”, a decir del eminente constitucionalista español Manuel García Pelayo, es ya un lugar común de la ciencia política, con citas tan clásicas como los estudios de Robert Michels, M.I..Ostrogorskij y W. Pareto. De la primitiva aritmética política se ha pasado a la engrasada maquinaria electoral, pues como afirma Maurice Duverger “los miembros del Parlamento están sometidos a una disciplina que los convierte en máquinas de votar manipuladas por los directivos de los partidos” (Les partis politiques, 1961,463). La pregunta obvia ahora sería: ¿una vez superado el sufragio censitario y ampliado el derecho al voto, por qué negar validez democrática al sistema? Y la respuesta es: porque el pathos de las sociedades postindustriales desactiva la capacidad de pronunciamiento democrático del voto, lo hace estéril. Hoy el sufragio ha sido desprovisto de su potencial transformador al aprobarse distorsionadores sistemas electorales mayoritarios, no proporcionales, y barreras de entrada que impiden la representación a las formaciones que no obtienen un porcentaje mínimo de votos. Ya no se habla de partidos políticos en general, los que cuentan son los autodenominados “partidos representativos”, aunque sea evidente que entre todos ellos sólo representan a una parte de la población. En casi todos los países capitalistas, y en Estados Unidos en primer lugar, un hombre ya no es un voto. El sistema proporcional, el modelo que John Stuart Mill consideraba como “el primer principio de la democracia”, ha sido sustituido por otro –mayoritario o mixto- para fomentar la gobernabilidad, que es la cara amable con que se encubre la ingeniería política cocinada para que las minorías antisistema no lleguen al parlamento. Aunque todos hablan de democracia plural, lo cierto y verdad es que los modelos electorales vigentes en las democracias parlamentarias están pensados para concentrar el poder (en el doble sentido de giro al centro y de unidad de mando) y dejar fuera a los sectores que, por opositores y radicales, parten con la desventaja de ser minoritarios. Así se conforman duopolios políticos (el famoso y acreditado bipartidismo), que en realidad, vía consenso sobre asuntos considerados estratégicos (razón de Estado), actúan como monopolios encubiertos. La democracia existe en las formas, incorpora ya todos sus atributos e ingredientes, pero se ha convertido en un parque temático y la forma de vida que habilita en una franquicia del poder. Hay innumerables ejemplos de esta deriva autocrática. Sin ir más lejos, en España, al cumplirse el 30 aniversario de las primeras elecciones tras la dictadura, uno de los artífices de la Constitución de 1978 por parte del partido postfranquista UCD, Miguel Herrero de Miñón, reveló en una intervención radiofónica que el sistema electoral vigente fue pensado para abortar la fuerza electoral del entonces influyente Partido Comunista Español (PCE). Al no existir equidad entre los votos emitidos y los escaños obtenidos, se roba representación por agregación a una parte de la ciudadanía, logrando de esta manera evitar las consecuencias no queridas de la universalización del sufragio: un “exceso de democracia” (Samuel Huntington, el célebre autor de El Choque de civilizaciones, miembro de la Trilateral, lo consideraba un enemigo a batir). Se trata de un golpe de mano en toda regla a la democracia que ha terminado siendo metabolizado por la sociedad de consumo, demostrando que el cuerpo electoral ha sustituido el valor “compartir” por el vector “competir”. Hasta el extremo de contemplar con toda naturalidad la irracionalidad de un sistema electoral donde un hombre ya es un voto, aunque a menudo sólo es una boina. Todos recordamos la disputa mediático política producida tras las elecciones municipales del 2007 en España, cuando se repetía la monserga habitual de “todos hemos ganado” por parte de los líderes políticos, porque unos partidos habían subido en recuento de votos y otros en escaños. En política ya dos más dos son cinco El valor político de la abstención preconizada por el anarquismo no es un axioma sino una táctica que se pragmatiza cuando la decisión electoral adquiere características de acción directa – “el pueblo en persona”, de Rousseau - al permitir un salto cualitativo civilizatorio, como ocurrió en España en el periodo 1931-1936. Pero en periodos de normalidad, la abstención recobra su real dimensión de alternativa en potencia, sobre todo si se considera el efecto bumerang que a medio plazo tiene para la izquierda la aceptación del corretaje electoral establecido. Con su imposible entrismo, la izquierda impulsa hacia el espejismo del voto útil precisamente al electorado más proclive a la ruptura o la reforma en profundidad del sistema. La consigna utilitaria le confunde al sugerirle de antemano que debe votar, aun tapándose las narices, si no quiere “tirar su papeleta”. Y lo más importante, la izquierda que supera la competición electoral inicia nada más cerrarse las urnas un camino de servidumbre en la estructura que pretende cambiar, ya que para sufragar las cada vez más costosas campañas se ve obligada a solicitar créditos continuos a las entidades financieras, sostén del régimen. Los informes anuales del Tribunal de Cuentas español revelan la discrecional con que los bancos prestamistas condonan las deudas de los partidos políticos y el mensaje oculto que la transacción supone: doy para recibir (do ut des). En este sentido, resulta clarificadora la opinión de Macpherson sobre que “la democracia es sencillamente un mecanismo de mercado: los votantes son los consumidores; los políticos las empresas (…), el sistema democrático de partidos es esencialmente una competencia entre elites” (1977, 97, 109). Aunque vista la persistencia de barreras de entrada, monopolios ocultos y falta de equilibrio general entre oferta y demanda, más que de libre mercado hay que hablar de un mercado que toma como rehenes a los ciudadanos. La realidad más tozuda cumple a su modo con la Ley de Say, y es la oferta política la que crea su propia demanda, evitando así que haya un “excedente” que capitalice el malestar de los insatisfechos. La crítica al Estado y a la Iglesia, por ser la crítica del Poder, es una derivada de la refutación del principio de autoridad concebido como dominación. Y es también, en su doble compulsión, un aspecto irrenunciable del anarquismo doctrinal e histórico que no admite abdicación. El Estado y la Iglesia, como poder terrenal el primero y espiritual (eterno) el segundo, son las expresiones más certeras de la representación política y social. De suyo, el concepto “representación” tiene un origen tándem, eclesiástico y civil. La politóloga Hanna Pitkin asegura que fueron los Papas y lo cardenales los primeros que a partir del siglo XIII lo emplearon al autonombrarse representantes de Cristo y los Apóstoles en la tierra, marcando así la impronta que tanto juego daría en la transformación-fetiche de la democracia directa en democracia indirecta. Por cierto, se debe a David Held, en su obra Modelos de democracia, la interesante observación de que fue precisamente a mediados de ese siglo cuando se descubre la Política de Aristóteles y el término democracia comienza a formar parte del lenguaje político. Pero sería el pensador inglés Thomas Hobbes quien “inventara” el logos representativo, al convertido en el deus ex machina de su Leviatán (1651), vinculando poder político y poder divino en un silogismo propicio para sus pretensiones: “El hombre es consciente de un dictado de la razón que lo dispone a la paz y a la obediencia bajo una orden civil (…) Sólo en la medida en que el dictado de la razón se entienda como una orden divina es una ley de la naturaleza (…) Esta ley de naturaleza, por último no es una ley que rija la existencia humana, en la que vive como una disposición hacia la paz, antes de que los hombres hayan acatado su mandato uniéndose en una sociedad civil bajo un representante público, el soberano. Sólo cuando éstos acuerdan someterse a un soberano común se convierte en ley de una sociedad en existencia histórica” (Cap.14, 106-107; cap. 15, 132 y 118-119). La obra que Hobbes consagró al monstruo bíblico, del que el libro de Job dice “que no hay potencia en la tierra que pueda serle comparada”, fue el punto de partida de la moderna teoría del Estado, y no accidentalmente llevaba por título Leviatán: o la materia, la forma y la potencia de un Estado eclesiástico y civil.

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 (V): Ecosistema y cadena trófica 

Concebida la democracia clásica como la más alta expresión del orden a que puede aspirar una sociedad en su periplo libertario, cabría catalogar a su esqueje representacional como una mutación en la cadena trófica política que persigue esa plenitud convivencial. Roto o desgajado tal eslabón natural con la irrupción del capitalismo, los sistemas vigentes deberán considerarse como expresiones indeseables e ineficaces que repercutirán holísticamente sobre toda la estructura social, provocando una identidad sobrevenida, un hombre menguante, el homo oeconomicus, y una nueva polis de soberanos y súbditos. Esta mutación hay que inscribirla en un contexto espacio-temporal, donde una memoria social resistente, en cuanto experiencia propia, vivida y no retransmitida (que no nos cuenten los otros cómo pasó), porfía por un nuevo equilibrio que revitalice los antiguos valores de la autodeterminación. Hay que tener en cuenta que, en términos de “duración”, la democracia representativa aún no ha superado en años a la democracia directa griega. La gran aportación histórica del anarquismo, en su dinámica de búsqueda incansable de máxima democracia y libertad, ha sido considerar la política y la economía como un ecosistema social que no puede vulnerarse sin consecuencias devastadoras (entropía). En este discurso concurrente de economía y política, en el que a medida que aumenta la difusión del espíritu del capitalismo se invierten las tornas y la economía condiciona a la política, merece la pena consignar que la teoría estatista de Hobbes tenía pedigrí económico. El autor de Leviatán se inspiró en su amigo William Petty, primer pensador de la economía como materia aparte antes que Adam Smith le diera categoría de disciplina. Hobbes y Petty habían estudiado anatomía en París en 1645, y el “protoeconomista” había acuñado el término “aritmética política” y la noción de “cuerpo político”, que tanto darían que hablar. Lo que induce a pensar que Thomas Hobbes hizo una recepción de aquellos materiales al campo de la jerarquización de las relaciones sociales, manteniendo los parámetros organicistas del modelo perfilado por el pionero Petty. Una vez que los escolasticos dieran su “fatwa” aprobando las actividades crematísticas –tenidas como crímenes por la Iglesia-, era cuestión de tiempo que la incipiente y unitaria economía política se escindiera en una rama económica, con el mercado y la “mano invisible” como factores constituyentes, y otra política que pivotaba en torno al Estado y el concepto de representación. Aunque los economistas clásicos, con su axiología del valor-trabajo aún lucharían para evitar el protagonismo excluyente de la economía, la impronta de la “revolución marginalista” iniciada dos siglos después por W. Stanley Jevons y Carl Menger confirmaría esa tendencia emancipadora. En este sentido, la tenaz posición integradora de Proudhon hay que valorarla casi como el único baluarte intelectual de entidad con una visión económica al servicio de la política y de la democracia directa antiatoritaria (Marx eligió la senda del socialismo de Estado), aunque su estela fuera eficazmente ninguneada por los guardianes de la ortodoxia. Economía y política son desde el Hobbes del Leviatán y el Maquiavelo de El Príncipe mundos distintos. Pero no demasiado distantes. El alejamiento ha sido sobre todo procedimental. Al sustituir la lógica del trabajo por la del interés, que caracteriza la etapa utilitarista de la economía capitalista, se ha producido un sorpasso de esta sobre el mundo de la política. Ello a costa de una progresiva canibalización que ya habían intuido los padres fundadores de la disciplina, como Adam Ferguson, miembro de la ilustración escocesa y coetáneo de Adam Smith, quien en su Ensayo sobre la historia de la sociedad civil se refería al “espíritu que impera en un estado comercial (…) donde a veces el hombre es un ser aislado y solitario” donde “se relaciona con sus congéneres como con su ganado y su tierra, por el provecho que le reportan”, y donde “los lazos de afecto están rotos”. “Reglas mordaza” llaman en el argot académico a esas normas de obligado cumplimiento hurtadas a la política que representan decisiones económicas fundamentales y condicionan nuestras vidas. De suyo, la globalización puede entenderse como la culminación de la separación entre economía y política, la entronización de “constituciones económicas” al margen de la voluntad democrática –Maastricht- y manejadas por cenáculos de poder y sociedades pétreas tipo Círculo de Davos, Club de Bilderberg o Comisión Trilateral. La historiadora Diana Wood ha aportado un significativo matiz para interpretar la dialéctica oculta en ese puzzle formado por política y economía en su obra El pensamiento económico medieval: “Una diferencia importante entre las ideas políticas y las económicas es que las primeras a menudo se anticipaban a la práctica, mientras que con las segundas sucedía al revés” (2003,289). Pero aún afirmando la tendencia hacia la segregación, no se han podido borrar las huellas de la dinámica interna que informa a política y economía desde sus orígenes remotos. Hasta el punto de que la justificación de la “elección racional”, que suele utilizarse como divisa de la concepción del mercado neoliberal, denuncia en sí una deslocalización arbitraria de la democracia. Se utilizan argumentos de libertad, espontaneidad y racionalidad en el área del mercado que al mismo tiempo se niegan por presuntamente impracticables en el terreno político. Así, el interés (amor propio, utilitarismo o búsqueda de la felicidad, son sinónimos) es considerado el impulso que guía a una mano invisible para hacer posible el mercado competitivo, incluso un muy discutible equilibrio general a largo plazo entre oferta y demanda. Y sin embargo, ese mismo argumento se desmiente como base para el ejercicio de la democracia directa. El derecho a decidir de las personas, la búsqueda de su legítimo interés, la elección racional, no valen para implantar una política de proximidad y se arguye como remedio la necesidad del andamiaje y la prótesis representacional. Para Karl Polanyi la clave de esta mutación está en que los economistas abandonaron pronto los fundamentos humanistas de Adam Smith por un absolutismo económico al que se subordinaba lo social, provocando una simplificación venal de la realidad. “La tesis defendida aquí es que la idea de un mercado que se regula así mismo era una idea puramente utópica”, dice. Y remata, “La historia económica muestra que los mercados nacionales no surgieron en absoluto porque se emancipase la esfera económica progresiva y espontáneamente del control gubernamental, sino más bien al contrario, el mercado fue la consecuencia de una intervención consciente y muchas veces violenta del Estado, que impuso la organización del mercado en la sociedad para fines no económicos” (La gran transformación, 1989, 26 y 391) Llama poderosamente la atención que la suprema justificación para institucionalizar este doble rasero político-económico radique prácticamente en un cambio cuantitativo, de magnitud. Según eso, el problema estaría entre la sociedad a pequeña escala de la Grecia clásica, autogobernada durante siglos mediante la acción directa, y en su difícil extrapolación a la sociedad de masas actual, que parece exigir la reductora de unos representantes que facilite su manejo. Pero, esto, que en el caso de la democracia parece una misión imposible, en el terreno de la economía se trueca en virtud. El mercado capitalista real está formado por un número infinito de pequeños mercados, casi tantos como habitantes, sometidos al efecto “altruista” de la mano invisible. O sea, que la providencial mano invisible – concepto que Adam Smith sólo enunció una vez en toda su obra - tiene más peso regulador que el criterio racional de las gentes que buscan organizarse espontánea y solidariamente. ¿Con qué base ética, con qué lógica, se mantiene esta sicofonía? ¿Por qué lo en que un caso es virtud en otro es vicio? ¿No hemos quedado que los vicios privados producen virtudes públicas? ¿O es que el mercado es una elaboración tan controlada ex ante como el Estado? Castoriadis asegura al respecto: “no conozco ninguna discusión digna de ese nombre sobre la metafísica de la representación” (1998,122). Y, por nuestra parte, creemos que el sofisma que encubre la errática lógica restrictiva dominante, basado en suma en una cuestión de densidad de tráfico político, equivaldría a argumentar, por semejanza, que el paso del carro de tracción animal a la sociedad motorizada originaría una hecatombe debido al crecimiento exponencial de los vehículos puestos en circulación. Cosa que nadie piensa, a pesar de que la elección racional a favor del tráfico rodado supone hoy la principal causa de muertes no naturales en nuestras modernas sociedades. Tamaña exaltación del capitalismo neoliberal contra la democracia libertaria, que haría exclamar a la ex premier británica Margaret Thacher “la sociedad no existe”, ha obligado siempre al anarquismo a hacer la política fuera de las instituciones. “Paz a los hombres, guerra a las instituciones”, pedía Bakunin. O, en la terminología más académica del autor del Ascenso de la insignificancia, a desarrollar acciones “adiafóricas”, fuera de las instituciones políticas, como practican en la actualidad muchos movimientos sociales altermundistas. Aparte de su empecinamiento en reubicar el valor trabajo en el magma de la organización social, el anarquismo siempre ha insistido en que la democracia directa (la acción directa) no sólo es posible sino que incluso ahora, cuando el individualismo se hace monadismo competitivo, es más necesaria que nunca. Esa es la raíz de su principio federativo, la pretensión de una democracia de proximidad que inserte el ideal micro de la ciudad-Estado helénico en el contexto macro del Estado-nación. Se trata de vestir a la democracia por los pies. Organizar la anarquía. De abajo arriba, y no a su revés representacional. Con pilares sólidos. No levantando cúpulas y cópulas endogámicas que necrofitan a sus bases como hace el irracional capitalismo neoliberal con sus crisis crónicas. Sin suplantar el interés general por el de las instituciones representativas. En cierta medida, recuperar el concepto de ciudad-Estado como “unidad de cuenta política”, en un mundo con los poderes globalizados, podría tener el mismo objetivo de búsqueda de equilibrio democrático que el que pensó Montesquieu para fundamentar su teoría de la separación de poderes: “para que no se pueda abusar el poder es preciso que, por disposición de las cosas, poder frene a poder”. Más allá y acá del específico federalismo libertario, confederal siempre, existe una no desdeñable tradición utilitarista en el anarquismo individualista, que reivindica como primer peldaño de una moral social el propio bienestar de cada uno. Max Stirner asumió esta posición, ciertamente desaforada y encriptada, en su obra El único y su propiedad: “Mis relaciones con el mundo consisten en que por él no hago ya nada, ni por el amor de Dios ni por el amor del Hombre. Lo que hago lo hago por el amor a Mí (…) Yo también amo a los hombres; no sólo a alguno sino a cada uno de ellos. Pero los amo con la conciencia de mi egoísmo; porque el amor me hace dichoso: porque me es natural y agradable amar”. Pero aunque la caligrafía ideológica de Stirner admite muchas y contradictorias interpretaciones, en un contexto libertario también cabe rastrear en su pensamiento secuelas del imperativo categórico de Immanuel Kant “obra de tal forma que la máxima de tu acción pueda convertirse en ley general” (Sobre la paz perpetua, 2006, 92). A su vez Rousseau, en el Emilio y los Discursos sobre el origen y fundamentos de la desigualdad entre los hombres, había establecido una distinción entre “amour de soi”, referido a la satisfacción de las verdaderas necesidades de forma limitada, y “amour prope”, que contempla la aprobación y admiración de terceros, y es voraz e ilimitado.

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(VI): Hacer superfluos a los seres humanos.

La expropiación política del capitalismo respecto a las formas de autoorganización es muy similar a la expropiación económica que ha reducido al hombre, el factor trabajo humano, casi al rol de mero consumidor. El individuo ni posee los medios de producción (políticos o económicos), ni controla el producto final, ni tiene intervención directa en la organización del proceso. La implantación del maquinismo, ayer, y de la revolución cibernética, ahora, está reduciendo el trabajo humano a una dimensión subalterna. Todos los estudios coinciden en su declinación. El sociólogo polaco Zygmunt Bauman lo considera un aspecto residual:”(…) si continúa la tendencia actual, el 20% de la potencial fuerza laboral bastará para mantener en marcha la economía” (El busca de la política, 2002, 28). Y Viviane Forrester, en su conocido ensayo El horror económico, prevé un horizonte de exclusión para una mayoría de la población afirmando con tintes no exentos de dramatismo “que hay algo peor que la explotación del hombre por el hombre: la ausencia de explotación” (1997,19). Esta perspectiva bucle del fin de trabajo como se ha concebido durante veinte siglos y la defenestración de la política como interacción social sugiere, como señaló Hannah Arendt, la tentación por parte del poder de hacer superfluos a los seres humanos. Según el último informe del Programa de la ONU para el Desarrollo, las 500 personas más ricas del mundo atesoran igual renta que 416 millones de seres en todo el planeta, y mientras la esperanza de vida es de 80 años en Canadá y 79,7 en España, en la República Centroafricana es de 39,1 y en Mozambique de 41,6. Una desigualdad que no es sólo distributiva sino que también es contributiva y supone primar la opulencia y la cleptocracia. La parte asalariada de la población es la que más sufraga –otra acepción clasista del sufragio- las haciendas públicas, mientras que las grandes fortunas suelen acogerse al beneficio de los paraísos fiscales. La política convencional ve en estos datos la prueba de la fuerza emprendedora de la competencia, destrucción creativa lo llamó el economista Joseph A. Schumpeter. La “polis” anarquista lo siente como una darwiniana colusión de intereses que sirve para cebar la violencia de las necesidades denunciaba Proudhon. Hoy hay que hablar de una alienación de doble vínculo, político-económico. Incluso podría argumentarse que en la “poliarquía” (muchas autoridades), nombre con el que el politólogo Robert Dahl ha rebautizado a la democracia vigente para reflejar una operatividad fáctica consensuada de dictadura socieconómica y democracia política, funciona una ley de rendimientos decrecientes. A medida que se multiplica el rito electoral por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, manteniendo fosilizada la participación ciudadana, encorsetada la formación de la opinión pública a los dictados de los medios privados y estabulada la libertad en su registro de libertades negativas, se produce un vaciamiento de la política, como demuestran los altos índices de abstención. En estas sociedades, habitadas por democracias sin ciudadanos, las deseconomías empiezan a ser más importantes que las economías, y casi más patentes. Basta con ver los últimos pronósticos sobre el calentamiento global (entropía). En el diseño de la hoja de ruta contra el Estado (terrenal o celestial), los “utópicos” ácratas no han estado doctrinalmente solos. Desde Adam Smith a Hans Kelsen, son numerosas las personalidades que han alertado sobre la raíz esencialmente dominadora del aparato del Estado, su razón de ser como herramienta legitimada de control y explotación social y personal. Para el prestigioso jurista Kelsen “si el liberalismo no niega completamente al Estado, sino que lo tolera, se debe al hecho de que siguen reconociendo en él una defensa de su sagrada propiedad privada”. Curiosamente esta denuncia revela una contradicción entre el primer liberalismo de La Riqueza de las naciones, cuyo autor consideraba al Estado como “aparato para la dominación del proletariado”, y el capitalismo neoliberal de nuevo cuño de la escuela austriaca, uno de cuyos adalides, Ludwig Mises, proclamó “que el capitalismo, o sea la propiedad privada de los medios de producción, constituye el único sistema de cooperación humana viable” (Liberalismo, 1927, 37). Una declaración que, en sentido contrario, coincide con la opinión de Macpherson sobre la postura del fundador del utilitarismo respecto al sufragio: “Y debemos señalar que no expuso –Bentham- el principio del sufragio democrático hasta que se persuadió de que lo pobres no utilizarían sus votos para nivelar la propiedad ni destruirla” (1977, 50). Por cierto que La riqueza de las naciones apareció casi al mismo tiempo en que otro “clérigo” británico, William Godwin, redactaba su Investigación sobre la Justicia Política, obra tenida también como la primera reflexión intelectual sobre la ideología anarquista. Las posiciones equidistantes de Smith y Mises parecen encubrir dos conceptos asincrónicos de democracia burguesa: la liberal y la capitalista. La democracia liberal y libertaria, de Smith y Proudhon, concibe al individuo como el único soberano y al Estado como su parasito; mientras la democracia capitalista convierte al Estado en el centro del sistema y disocia al individuo de su entorno (zoon politikon) al empotrarlo en la condición de consumidor (homo oeconómicus). Para mostrar el abismo político que media entre ambas familias liberales, conviene decir que Hebert Marcuse, en su libro La lucha contra el liberalismo en la concepción totalitaria del Estado, recuerda que en el temprano 1926 un imprudente Mises escribía que el fascismo había salvado la cultura occidental del bolchevismo.

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(VII): Represión estatal y temor de Dios.

Existe, en su nicho, una lingua franca entre el Estado y la Iglesia (represión y pecado) y ese nexo es la coacción, extremo éste en que basa el anarquismo su rechazo frontal a ambas instituciones, y que supone uno de las señas de identidad del antiautoritarismo libertario. Precisamente un teólogo político, el pensador alemán Eric Voegelin, adversario intelectual de Kelsen, ha descubierto la materia de que está hecho este íntimo ayuntamiento originario entre Estado e Iglesia. En su obra La nueva ciencia de la política afirma que en la explotación del natural miedo a la muerte (el summum malum) está el secreto de esa rentable complicidad. “Del mutuo miedo nace la disposición a someterse al gobierno por contrato. Cuando las partes acuerdan tener un gobierno, lo que hacen es conferir todo el poder y fortaleza a un hombre o a una asamblea de hombres, todos los cuales, por pluralidad de votos pueden reducir sus voluntades a una voluntad” (2006, 217). Y añade fijando el locus en que la naturaleza del demos torna en oligárquica: “En el acto del contrato dejan de ser personas que se autogobiernan y funden sus impulsos de poder en una persona, el Estado. El portador de esa nueva persona, su representante, es el soberano” (2006,218). En esta larga saga para la ordenación de la convivencia, hemos ido en caída libre del “pueblo en persona” con que Rousseau concibe el contrato, y del ciudadano capaz de “gobernar y ser gobernado” de Aristóteles, al “Estado en persona” de Voegelin y al Soberano que le encarna por representación de Hobbes, en un vaivén representativo de la cosa a la palabra que contiene vagos ecos de aquella mano invisible de Adam Smith capaz de regular angelicalmente el mercado. Se ha pasado de compartir a competir. Lo más significativo es que el trueque que, mutada la cadena trófica, encubre la entropía venidera no se motiva por un cambio de escala de sociedad que haga cuantitativamente imposible la democracia. Se argumenta, lisa y llanamente, con el objetivo de pastorear al demos. Voegelin lo expresa sin rodeos al ponderar la arquitectura política hobbesiana: “El estilo de la construcción es espléndido. Si se presume que la naturaleza humana no es más que existencia apasionada, carente de recursos de ordenación del alma, el horror a la aniquilación, de hecho, será la pasión dominante que lleve a la sumisión al orden”( 2006,219). Trono y Altar, porque al pueblo no se le puede dejar solo; necesita líderes y caudillos. Aunque en el siglo XXI del capitalismo global el feroz Leviatán ha sido engullido por el ogro filantrópico del Estado y los púlpitos de antaño sean las televisiones de hogaño. Al mando ha seguido el telemando. Aparte de que la trinidad que encarna el Poder de dominación integral sobre las personas, Estado, Capital e Iglesia, tiene vidas paralelas, juntos comparten una misma semiótica indicadora de su impulso originario. El dinero, principio activo del Capital; la representación, armazón del Estado; y la fe, razón de ser de la Iglesia, son iconos de una misma superstición. Como recuerda Word en su investigación, ya en la época de Shakespeare, contemporánea de la de Hobbes, la palabra “cruz” equivalía a “moneda” en argot, término que procede del griego y significa “médium”, porque sirve para mediar entre un comprador y un vendedor. De la misma forma que “representación” indica mediación entre elector y elegido. Eso hace cinco siglos. Hoy la implicación es mucho más manifiesta. El Estado más poderoso de la tierra, capital del Capital, y el país cuyo dinero sirve de patrón (médium) universal del mercado, tienen la misma añeja teología. Su “billete verde” de 5 dólares lleva impresa la leyenda “en Dios confiamos” (In God we trust). Y es precisamente eso, la con-fianza, lo que mantiene su valor simbólico. De forma que cuando las grandes crisis, políticas y económicas, quiebran esa convención social su valor-ficción desaparece, deviene estéril. Con el dinero no se come cuando una economía hace crack, ni en una revolución social el político profesional goza de representación alguna. Ni en todas las épocas ni en todas las naciones Estado e Iglesia han marchado siempre unidos. En su desarrollo científico-tecnológico el capitalismo ganó influencia sobre la religión y fue imponiendo su código, hasta el extremo por parte de la Iglesia de borrar en su disco duro aquella etapa en que basaba su autoridad moral en la defensa de los más indefensos frente al avasallador mercantilismo. En este sentido, la Escuela de Salamanca ha pasado a los anales de la economía por sus estudios sobre la usura, una especie que motivó las cavilaciones de muchos precursores de la “ciencia lúgubre” económica, disciplina que no inocentemente había nacido de una costilla de la filosofía moral. La Europa de la Reforma y los negocios, con los decisivos eximentes de Calvino y Lutero sobre el uso gozoso y pío de la riqueza, pudo ganar el pulso a la fe dando paso a sistemas políticos en que la separación de Iglesia y Estado constituía una de los razones de su existencia. No así en España, donde lejos de producirse un divorcio entre ambas instituciones el Estado subordinó su proyecto a las exigencias de la Iglesia más reaccionaria del continente, y viceversa. La consecuencia directa de esta involución fue un atraso económico y cultural del que aún el país no se ha repuesto. Y la indirecta fue que el anarquismo ibérico encontrara allí un plus de terreno abonado para su acción directa. Por contra, la voracidad y la dinámica del capitalismo que ha terminado fagocitando al Estado, más allá de la estricta defensa de la propiedad privada de los medios de producción, ha originado también su cuota alícuota de efectos no queridos pronosticada por Ferguson En la actual fase de despliegue global, la versión neoliberal, financiera y de hiperconsumo está creando una situación inédita que parece necesitar de nuevo el apoyo del poder espiritual, aunque previo desmoche del frágil Estado de Derecho y de Bienestar levantado en su día para dar seguridad jurídica y lustre al mercado. Al no tener el hombre de la democracia turbocapitalista superior norte existencial que el consumo (homo oeconomicus), y ser las posibilidades del mismo infinitas, la desregulación consiguiente está haciendo ingobernable e inarticulada la compleja sociedad de masas. Hechos como el pasotismo político-electoral (nada que ver con el abstencionismo responsable) y el constante deterioro del entorno natural, provocan las alarmas de gobiernos y Estados, dando trabajo a los think tank en plantilla, esos todólogos y analistos de cabecera del poder. El resultado es el diseño de un nuevo paradigma que combina total libertad de mercados, caos social, ilimitado nivel de consumo-ocio y dosis crecientes de inseguridad individual, vectores todos que sirven para justificar una tutela político-policial-mediática efectiva, un neofeudalismo. Los mal llamados liberales (“liberistas”, para el filósofo del derecho Elías Díaz) del primer capitalismo industrial, mudados a neocons con el capitalismo de casino, están adoptando hoy el ADN de “teocons”, un banderín de enganche que reconoce una identidad mixta de conservadurismo y teología. Para el sociólogo de la tercera vía Ulrich Beck esta amalgama que amenaza la vida sobre la tierra ha merecido la denominación de “sociedad del riesgo” y para su colega polaco Zygmunt Bauman el apóstrofe de “miedo ambiente”. En la coyuntura de reunificación de la economía con la teología, el anarquismo reconoce su virtualidad como la más alta expresión del orden, democracia de proximidad y autodeterminación individual. Como Luisa Michel dijo en su día allá por la Comuna de París de 1871, hoy más que nunca es preciso que la verdad ascienda desde los tugurios porque de las alturas sólo caen mentiras. La naturaleza humana no ha cambiado, por más que la entropía aceche, y cuando las circunstancias lo permiten aflora con toda su generosidad liberando sus energías creadoras ¿Por qué será que la ausencia de autoridad, de Estado, saca lo mejor de las personas, como han puesto de manifiesto los extraordinarios gestos de solidaridad, apoyo mutuo y abnegación de las movilizaciones ciudadanas contra la ilegal ocupación de Irak, la catástrofe del Prestige, el gran apagón de Barcelona, el auxilio en alta mar a pateras por pesqueros o el incendio de Canarias? ¿Estamos mejor sin Estado porque el Estado son los otros, y además tienen al único Dios verdadero en nómina?

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(VIII): Organizar la anarquía.

Repensar la anarquía como verdadera democracia es la tarea libertaria de los nuevos tiempos. Pero para ese viaje se necesitan a la vez nuevas y viejas alforjas y no confundir democracia con la que está permitido. Se precisa una ciudadanía responsable, un sujeto histórico dispuesto a protagonizar la travesía libertaria que, con todos sus riesgos, conlleva la democracia verdadera. Ese cultivar el bien común, en la práctica helénica, se perseguía con la paideia, una educación ética a lo largo de toda la vida que instruía a las personas en el estímulo colectivo. Y paideia a su nivel era el modelo de ilustración obrera de los ateneos libertarios y lo que el propio ejemplo de los anarquistas (la verdadera propaganda por el hecho) demostraba, entre libres e iguales: la mayéutica de una nueva mentalidad revolucionaria. En la cultura del capitalismo de Estado, por el contrario, la formación se ha estamentado y no sólo hay un tipo de educación según el nivel de renta o clase, sino que además los referentes disponibles reproducen desigualdad: son los mismos los que tienen la fama los que escardan la lana. La introducción de la asignatura de “educación para la ciudadanía” por el gobierno socialista en España como alternativa a la catequización general, podría ser en principio una medida socialmente muy provechosa a largo plazo…si no fuera porque son las mismas autoridades quienes la boicotean, como demuestran los ministros jurando y/o prometiendo sus cargos ante una Biblia y un crucifijo con impúdica y sumisa rutina. Que el anarquismo supone una concepción de democracia radical sin coacción y que la democracia griega fue un laboratorio para avanzar en esa dirección, no es un desideratum. Estuvo en la mente de muchos grandes pensadores, eminentes juristas, economistas y filósofos y ha dejado rastro en sus obras. Un sabio como el fundamentador de la teoría del tribunal constitucional, el ya citado Hans Kelsen, lo resumió de esta forma: “En la realidad social, el más alto grado de autodeterminación política, esto es, una situación en la que no es posible ningún conflicto entre el orden social y el individuo, difícilmente puede distinguirse de un estado de anarquía” (Teoría general del Derecho y del Estado, 1979,339). Aunque no esté en los libros de historia ni sea materia de estudio en las universidades, el secular hilo rojo que enlaza demo-kratía y an-arquía permite aventurar que si las libertades de los antiguos yacían en la vieja democracia, las libertades de los modernos tienen en la anarquía bien entendida su marco de futuro. Afirmar de entrada, como hemos hecho ya, que el anarquismo ha resultado ser la única ideología sin fecha de caducidad podría parecer un exceso patriótico digno de mejor causa. Pero si se medita seriamente –y eso precisamente intenta nuestra reflexión- se verá el fundamento de esta presunción. El anarquismo goza ya de larga vida. Mientras comunismo y fascismo han sido consecutivamente sentenciados por la historia, la veta libertaria sigue latente. Y no sólo eso. Como arriesgadamente denunciaron a principios de los años veinte del pasado siglo los anarquistas españoles que fueron a Moscú a contemplar los logros de la Revolución de Octubre (Ángel Pestaña y Gastón Leval), y la historia ha confirmado después con creces, fascismo y comunismo de Estado constituyen a la postre un duplex totalitario. La transición sin ruptura (a la española) del brutal régimen soviético hacia el neocapitalismo de los oligarcas y la conversión del genocida modelo chino en turbocapitalismo de cuartel, demuestran la espléndida lucidez, espíritu constructivo y actualidad del pensamiento libertario. Quizás porque, como decía Hegel del concepto de historia, el anarquismo representa el único modelo de convivencia cuyo fin es plasmar la historia humana como el progreso de la conciencia de la libertad. Se podría pensar, como teorizan a menudo algunos rigoristas, que su vitalidad radica precisamente en su recalcitrante aversión al poder. Que su firme y consecuente rechazo a toda forma de Gobierno, en la teoría y sobre todo en su encarnación práctica, le hace incombustible. Incluso cabría razonar que sus crisis estallaron sobre todo cuando se alejo de ése su “estado de naturaleza”, en pocas y excepcionales ocasiones, véase España durante la revolución social de 1936-1939. Pero esa es una explicación banal y demasiado socorrida. De ahí que haya que buscar respuestas de más vigor y fuste que revelen su oculta energía. Porque la realidad constatable insiste en que el anarquismo, que aparentemente no está en ningún sitio –es una utopía-, constituye hoy por hoy una vigorosa evidencia. En la actualidad existe abundante pensamiento anarquista o anarquizante sin etiquetas. Esas manifestaciones de espontaneidad libertaria que se dan en, por ejemplo, los movimientos antiglobalización, tienen un patente carácter antiautoritario. El rechazo al poder o su concienzuda diseminación para impedir esa okupación destructiva que ha caracterizado históricamente a la izquierda estatista, receta por lo demás común a la “conquista del Estado” de los autoritarios de derechas, es una de sus constantes. El vademécum revolucionario de postmarxistas irredentos que, como John Holoway, postulan fórmulas para cambiar el mundo sin tomar el poder, tampoco está en su camino. Los anónimos vagabundos libertarios del siglo XXI practican algo mucho más anarquista: dan la espalda a los juegos de poder, los ignoran. Y esa refutación de clara genealogía ácrata, revierte de nuevo en una reivindicación de ética democrática. Domenico Musti, en su libro Demokratía, orígenes de una idea, recuerda que “la cultura griega rechaza el poder, del que tiene una concepción trágica o propiamente demoniaca (…) pero la relación característicamente negativa de los griegos con el poder se basa en el hecho de que su cultura es fundamentalmente una cultura de la conciencia” (2000,113). Tesis que Castoriadis complementa asegurando que “en el mundo antiguo no existía el Estado como aparato o instancia separado de la colectividad política (1998, 164).

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(IX): El antipoder como paideia.

La perennidad del anarquismo, pues, debe responder a causas menos contingentes. Y a nuestro entender, la razón de la tozudez de “la idea” estriba en la probidad de su planteamiento sobre la calidad de la libertad como condición sine qua nom existencial, y en la radicalidad de su ejercicio. Esa es la constitución anarquista por excelencia, su paideia. De hecho, casi dos siglos después de sus primeras escaramuzas, buena parte de las más lúcidas indagaciones de los politólogos actuales para renovar y autentificar eso que llaman democracia y no lo es, se basan en supuestos “anarquistas” o “libertarios”. Pensamos en Carlos Santiago Nino, Phillip Pettit, J.G.A. Pocock, Chantal Mouffe y la llamada escuela “republicanista” o de democracia deliberativa. Como todo pensamiento inferencial, el anarquismo es hijo de su tiempo y esto a menudo se olvida porque prima la tendencia a una interpretación obsolescente y cortoplazista. El ethos libertario, en su contexto, es el mismo que el que se produce en esa explosión intelectual de finales del siglo XVIII que trata de comprender el fenómeno del naciente capitalismo y su impacto en la igualmente incipiente sociedad de masas. La quiebra conceptual que introdujo en la primera industrialización la “revolución mercantil” representó una mutación respecto al modelo de libertad que debía regular el proyecto capitalista. La independencia norteamericana, que contemplaba la conquista de la felicidad como algoritmo de la naciente sociedad (más tarde reflejada a su manera en la Constitución española de 1812), la publicación también en el emblemático 1776 del “nuevo testamento” de Adam Smith, La riqueza de las naciones, sacando la administración de las cosas del reducto doméstico del oikos, y la institucionalización de los derechos del hombre y del ciudadano por la Revolución Francesa, alumbraron un nuevo rumbo más allá de la acotada cartografía del nuevo mundo. Como la revolución copernicana en astronomía, este giro trifásico (económico, político y social) estaba destinado a hacer tierra quemada de lo hasta entonces existente. Nuevos valores desplazaron rápidamente a viejas creencias y situaciones de dominio. Con el soporte legitimador del cartesianismo, que suponía de facto el ocaso del feudalismo, los regímenes de propiedad basados en la casta y el origen divino de la riqueza y del poder, el viejo sistema se batió en retirada. La lógica del mercado precapitalista, con su divisa laissez faire-laissez passer, alumbraba una insólita impronta laicista en la sociedad civil, la emergencia del ciudadano-individuo como sujeto de derechos. Esta insoslayable concurrencia espacio-temporal se rastrea en obras tan notables y significativas como la Historia de las doctrinas económicas, de Charles Gide, publicada en castellano en 1927, que aparte de dedicar un extenso capítulo a Proudhon y el socialismo de 1848 y otro a Los anarquistas reconoce la deuda de la “ciencia lúgubre” con el pensamiento libertario por suponer éste un avance respecto al liberalismo y el socialismo al asumir como punto de partida de su reflexión la crítica del derecho de propiedad. “Este derecho, que los economistas se han abstenido cuidadosamente de discutir, transformando, como él dice (Proudhon), la Economía Política en un simple terreno de rutinas propietarias” (1927,426). Sin embargo para perfilar los contornos del nuevo imago mundi imperante faltaba definir qué tipo de cepa libertaria se iba a implementar y qué democracia sería precisa para pilotar a esa humanidad definitivamente civilizada (civilizada porque el mercado a escala precisaba de su secularización). O la “deliberativa” de los antiguos, o la “delegada” de los modernos que apadrina la revolución capitalista. La primera significaba una revisión del sistema convivencial que cristalizó en Atenas, centrado en la deliberación y la participación reglada (isonomía, isegoría y parresía), resiste en la Roma republicana y da su último respiro en las repúblicas italianas independientes, modeladas y moduladas en el Maquiavelo de Las décadas de Tito Livio. La segunda, que terminaría imponiéndose por su potencial racionalista y de emancipación material, cifraba su legitimidad en una astuta combinación de la máxima libertad posible para el mercado (la famosa “mano invisible”) y una libertad condicionada a la seguridad para los ciudadanos, erigiendo al Estado representativo en el garante de los sagrados derechos de propiedad de los medios de producción. Al cristalizar la libertad de los modernos, se inauguraba la nueva era que aún perdura. La división del trabajo, que Smith entendió como factor dinamizador de la producción a escala, la emergencia del Estado legitimado por Hobbes para socializar el poder en el Soberano, y la pátina benefactora que conllevaba la asunción del utilitarismo de Jeremías Bentham promoviendo el mayor bien posible para el mayor número de personas, dieron consistencia intelectual y espiritual a la nueva hoja de ruta capitalista, democrática y liberal. Todos ellos, a su modo, fueron los padres fundadores, aunque su máximo gurú, Adam Smith, estaba lejos de pretender el sistema omniscente y totalizador que se entronizaría con el tiempo, como queda explicitado más arriba. En este radiante pathos capitalista sólo dos hombres marcarían distancias con consecuencias: Pedro José Proudhon, el agitador francés, y el pensador alemán Karl Marx, quien en su panfleto El manifiesto comunista, publicado en 1848, pulverizó la tesis de la prédica capitalista. Pero estos dos colosos fueron también dos negatividades irreconciliables. Mientras Proudhon levantaba como alternativa la bandera de una epistemología libertaria que pivotaba sobre la negación del Estado y del principio de autoridad como salvaguardia de la autodeterminación personal, Marx daba pie con sus audaces reflexiones anticapitalistas a una hermenéutica de signo contrario. En donde, para los marxistas, el fin justifica los medios, para los anarquistas el medio predetermina el fin. Y, sobre todo, mientras la centralidad de la obra del alemán (excepto en el joven Marx de los Manuscritos, que era humanista antes que materialista) radica en la destrucción del capitalismo per se, en el acervo del francés lo seminal es la preservación y potenciación de la libertad del individuo en sociedad y el capitalismo uno de sus refractarios. Cruz y raya. A lomos del jacobinismo unificador y centralista, el fracaso de la revolución del 1848 y de la Comuna de 1871, que suponía un ensayo de autodemocracia, el capitalismo liberal rampante y la democracia representativa se impusieron urbi et orbi bajo el paraguas protector del Estado de partidos, que como ha señalado agudamente el historiador M. I .Finley (Vieja y nueva democracia) vino a de-construir la capacidad política que suponía para los trabajadores el ejercicio del sufragio. Esta paideia anarquista de que hablamos está lejos de suponer un rodillo uniformizador, un pensamiento único libertario, un ideal idílico, valga la redundancia. Por el contrario, consustancial a ella es el pluralismo intelectual, la controversia y el debate, como se ha manifestado en muchas ocasiones a lo largo y ancho de la historia social en confrontaciones que han marcado etapas y dejado jirones. En sus archivos se encuentran anarquismos individualistas y casi nihilistas como el de Max Stirner; personalidades que como Proudhon ocuparon un escaño en una asamblea legislativa tras la revolución de 1848 y puristas de la CNT-FAI que en las excepciones circunstancias de la guerra civil española aceptaron un cartera en un gobierno burgués. También comprometidos con el bando aliado en la Primera Guerra Mundial como Kropotkin, Reclus, Juan Grave, Carlos Malato, Federico Urales, Ricardo Mella y detractores tal que Malatesta, Fabri, Armand y Faure. Y hasta partidarios del uso de la violencia (discriminada) como Bakunin y quienes con Proudhon consideraban que no había nada más autoritario y antianarquista que la violencia cuando deja de ser defensiva, por no hablar de pacifistas puros como Tolstoi. Y sobre esos complejos avatares, cuando la idea se ha enfrentado con el yunque de la realidad, se ha ido cincelando la paideia anarquista, los surcos de su cultura ética, su ADN como antipoder. Un corpus doctrinal que, aun permitiendo que afloraran esos vaivenes, nunca eclosionó en sectarismo, en una nueva iglesia, en ser apóstoles de otra intolerancia. Porque como dijo un delegado en un congreso celebrado en Ginebra en 1882 “estamos unidos porque estamos divididos”.La prevalencia de este espíritu libre y libertario por encima de las coyunturas viene espléndidamente reflejada en las palabras que sobre Luigi Fabrí escribió el historiador del anarquismo italiano Pier Paolo Masini en el prólogo de la semblanza hecha al más estrecho colaborador de Malatesta por su hija Luce Fabri.“No fue un sectario. Su punto de referencia en el cuadro de la revolución francesa no fueron los jacobinos sino los girondinos. Este espíritu de tolerancia le llevó a buscar, fuera del movimiento anarquista, los contactos con los sectores afines de la izquierda. Y en este ámbito, colaboró con todos los que estaban disponibles para batallas laicas, de solidaridad civil y de protesta libertaria (…) También en el interior del movimiento se comportó y actuó como amortiguador de conflictos ideológicos y personales”( Historia de un hombre libre, 1996,10).

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 (X): Espacio público coto privado

 El espacio público como punto de encuentro de iniciativas personales para la socialización (zoon politikon) está siendo asesinado por el sistema dominante. El capitalismo trasnacional lo ha convertido en un flamante aeropuerto. Un lugar de paso transitado diariamente por miles de personas que resultan invisibles entre sí, autistas, que no interactúan. No hay ágora. Todos van y vienen sin apenas rozarse. Porque unos y otros están a lo suyo y al mismo tiempo fuera de sí. Lo individual-propio está deslocalizado en ninguna parte y en todas a la vez. La representación global la ostenta el Estado y su alcahuete, el gobierno de guardia. Esa fórmula permite orquestar políticas con lábel de públicas pero radicalmente antisociales. Caso del ataque internacional a Irak sin declaración oficial de guerra ni el trámite democrático de recibir la autorización de la ciudadanía a través de sus representantes oficiales (un caso perverso de cómo la voluntad de unos pocos políticos representa la voluntad general y la soberanía nacional) Cuando no se utilizan descaradamente recursos públicos para blindar intereses privados de casta, como con la casi billonaria inyección de liquidez a la gran banca en el tema de las hipotecas basura (subprime). El capitalismo global no duda en clausurar el Estado de Bienestar para inyectar negocio a su favor, con una mano, mientras con la otra roba al pobre para dárselo al rico. El saqueo social está en su agenda gracias a la imparable desintegración de lo público. El acceso universal al consumo se ha convertido en la nueva expresión de esa estéril voluntad general cocinada por malhechores y bribones. El triunfo exponencial del sistema de libre mercado no sólo supone una derrota histórica de la democracia sino que además permite la usurpación de las señas de identidad de los primeros genuinos demócratas y liberales, los anarquistas. Lo que el capitalismo de fuste smithiano y el liberalismo pusieron encima de la mesa fue la libertad de los modernos, una concepción de libertad individual (privacy) garantizada por la ley, que a partir de Bentham denominaron para la posteridad “libertades negativas”, en arriesgada cabriola terminológica que podría interpretarse como un lapsus freudiano. Una privacy que escinde la esfera pública de la privada y que fue utilizada con rotundo éxito como recambio de la libertad de los antiguos, modelo que, aparte de inspirar una democracia deliberativa y participativa, merecería por simetría la categoría de libertades positivas. Lógicamente, la institucionalización de las libertades negativas, como dispensa o tolerancia del aparato estatal a sus subordinados, daría como resultado la implantación de otro tipo de democracia, distinta y distante de la del ágora ateniense. A esta conclusión contribuyen dos lógicas. De un lado, la cuantitativa, que supone la transformación de una sociedad estructurada sobre el micro de la ciudad-Estado y la escasez a otra, de masas, centrada en el macro del Estado-nación y la abundancia . De lo que resultaría una notoria modificación a escala, que necesariamente haría crisis en un sistema de democracia de proximidad, exigiendo como remedo la ortopedia política de superponer a la ficción de lo “estatal” la ficción de la “representación”, estableciéndose así la segunda lógica ex post. Con lo que, sin pretenderlo, el ordenamiento democrático que la estructura económica capitalista demandaba, asumía las prerrogativas del panóptico asimismo ideado por Bentham como paradigma de arquitectura fabril. Una especie de casa de cristal que permitía a un estamento superior (más alto jerárquica y socialmente) controlar y regular el devenir social, asimilando opciones y actitudes de su escala de valores. Y aquí es donde el anarquismo y los anarquistas que en el mundo han sido forjaron su espléndida mala reputación. El libertario rechazo de los gestos autoritarios, elitistas, estatalistas y de manumisión blanda que defendieron los Proudhón, los Bakunin y los Kropotkin, entre otros, al mantener insobornable el principio de la “acción directa”, hizo del pensamiento antiautoritario el único yacimiento socialmente verificable de la autodeterminación individual frente a esta democracia de mínimos de nueva planta. El politólogo canadiense Phillip Pettit, autor del libro Republicanismo, un texto esencial sobre la renovación republicana de la democracia junto con El momento maquiavélico de su colega J.G.A. Pocock, ha definido con brillantez los límites precisos del problema .Desde 1776 hasta hoy, con el capitalismo a la conquista del mercado global, lo que ha existido políticamente ha sido la práctica de una libertad entendida como “no-interferencia”, ámbito en el que siempre se ha movido a sus anchas la escudería neoliberal hasta Isaac Berlin, K.R. Popper y Friederich Hayek. Frente a esa escuela, que ha creado las condiciones necesarias para la expansión de la economía en la post-modernidad, Pettit y los republicanos sostienen que la única salida realmente liberal, por libertaria, es la que anida en la versión de libertad entendida como “no-dominación”. O sea, que ante el recauchutado discurso de la nueva “servidumbre voluntaria”, con sus múltiples narrativas legitimistas -como el reelaborado argumentario de Berlin en torno a las “libertades negativas”, trasunto de la hegeliana concepción del Estado como “la realidad de la libertad concreta”-, reivindica el retorno a las fuentes de un anarquismo sin atributos. Eso lo postula y defiende el autor de Republicanismo sin citar los antecedentes anarquistas y además posiblemente desconociéndolos. Sin embargo, la refutación del concepto de libertad como no-interferencia no es una novedad en el pensamiento político democrático. Tiene una larga tradición, aunque aparezca bajo otras denominaciones. Algunas, como el término “tolerancia”, plenamente integrado en el sistema dominante como elemento cardinal del proyecto progresista. Ya en 1963, el ya citado Marcuse publicó un ensayo titulado La tolerancia represiva en el que analizaba la carga coercitiva de la expresión y denunciaba los estragos de su homologación por el aparato ideológico liberal. El texto del que fuera considerado ideólogo de la revuelta estudiantil del 68 formaba parte del libro, Crítica de la dolencia pura, escrito también con las aportaciones Barrington Moore Jr. y Robert Paul Wolff. De éste último, profesor de filosofía en la universidad norteamericana de Massachussets, es uno de los pocos estudios que existen en defensa del anarquismo como verdadera democracia. Pero el primero en marcar distancias ante el fenómeno social de la tolerancia y mostrar su faz oculta fue el sagaz Thomas Paine, quien en 1791 dejaba escrito lo siguiente en su conocido libro Derechos del hombre: “La tolerancia no es lo contrario de la intolerancia, sino su falsificación. Ambas son despotismos. La una asume como propio el derecho a impedir la libertad de conciencia y la otra a garantizarla”. Incluso en el propio campo liberal independiente se pueden encontrar testimonios de disidencias, malgre lui, que entroncan con el acervo libertario. En un pensador tan moderado y estricto como John Rawls despuntan rastros proudhunianos cuando aborda la crítica del utilitarismo por ignorar las necesidades de las personas y funcionar por mayorías, mecanismo que permite sacrificar por un teórico bien común a individuos concretos marginalizados. El autor de Teoría de la justicia afirma que la acción política justa debe ir encaminada a remover las desigualdades “involuntarias”: las que son debidas a la naturaleza y la familia, y la desigualdad provocada por el medio social. Su famoso “principio de diferencia”, que significa en la práctica una “discriminación positiva” a favor de la gente más desdichada, comparte una cierta identidad moral con la propuesta del padre del anarquismo para acabar con el “derecho de fortuna” (la herencia), y las “ganancias sin trabajo”, que dado el origen social de toda riqueza es sinónimo de rentas “robadas”. A menudo el anarquismo ha sido despachado con el calificativo de “milenarismo” y de “rebeldes primitivos” a sus seguidores por doctrinarios oportunistas o la neoescolastica marxista. Pero los hechos les desmienten. Incluso en terrenos tan arduos como la economía, el pensamiento libertario ha realizado notables aportaciones, no tanto por su nivel teórico cuanto por su proyección social. En este sentido, merece destacarse el trabajo publicado en 1936 por el faista Diego Abad de Santillán titulado El organismo económico de la revolución, en cuyo capítulo segundo desarrolla las innovadoras aportaciones del economista alicantino Germán Bernácer. Este químico de profesión -inédito entonces y ahora para el mundo oficial- está reconocido por la historiografía más solvente como precursor del Keynes de la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero. Y otro tanto se podría decir respecto a El apoyo mutuo, de Kropotkin, en cuanto factor de la evolución en el plano de la etología. O, por poner un ejemplo cercano, la imponente figura de Rafael Barret, fundador a los 27 años de la Unión Matemática Argentina con el sabio Julio Rey Pastor. Aunque no lo parezca, porque el sistema económico de siglo XIX, etapa Proudhon, era casi precapitalista respecto al avanzado mecanismo de producción económico-financiero del primer tercio del XX, etapa Bernácer, los presupuestos ideológicos entre ambos economistas son similares, y dan continuidad política a la tesis del trabajo como principal fuente de riqueza. Con significativas aportaciones del “Keynes español”, como su distinción entre productividad, legítima, y lucratividad, ilegítima, que vincula al interés del capital, lo que Bernácer llama “una retribución no ganada” Lo expone así en su libro Interés del capital. El problema de sus orígenes, escrito pocos años antes que el famoso texto del inglés. “Un problema moral hay también directamente enlazado con esta cuestión de la necesidad del interés. El valor de renta que el lucro da a la riqueza, no por su inversión, sino por su posesión, es lo que comunica principalmente a la sociedad actual su facies particular de persecución de la riqueza por sí misma, ese sello de sordidez y codicia, junto al lujo estéril, que es la característica económica y moral del momento social presente o al menos el aspecto que tiende a desarrollarse a expensas de otras muchas más nobles cualidades. Si es a la posesión de la riqueza, y no a la capacidad útil del trabajo, a lo que ha de estar vinculada siempre la mayor ventaja social, el mejoramiento moral de la sociedad – que es el fundamento de su progreso- será una obra muy lenta o acaso imposible” (1925,30). Y sigue Bernácer anticipando con gran visión de la jugada el lado oscuro de la propensión al consumo y la economía artificial: “La actividad industrial puede ser improductiva y, sin embargo, lucrativa, como sucede con la obtención de productos que no son útiles y aun son perjudiciales, (el opio, por ejemplo) pero que proporcionan pingües beneficios a sus productores” (1925,30). Para finalizar con una auténtica declaración anarcosindicalista: “ Si escuchamos a los socialistas, el justo precio sólo es pagado al trabajo cuando no queda nada para el capital, de suerte que, por definición, la supervalía resulta de una extorsión, de un robo de hecho al trabajador” (1925,31). No hay ideas innatas. Todo texto tiene un contexto y es hijo de su época. Todo testimonio se produce en un tiempo y en lugar. Y, como dijo el clásico, somos pigmeos a hombros de los gigantes que nos precedieron. Aunque en el caso que nos ocupa esos colosos pertenezcan a una tradición oculta y ocultada, que no ocultista, en muchas ocasiones tergiversada precisamente por los que han ostentado la condición oficial de centinelas del templo, cuando no eran más que eran vulgares charlatanes. Hay que pensar el pensamiento por el pensamiento mismo y no por su ubicación en zonas de complacencia política o intelectual. Y hay que huir de las verdades reveladas y de sus corifeos. Abunda el modelo de entendido que está de vuelta sin haber ido. A Marx, que nunca fue marxista, le petrificaron sus publicistas, y a Adam Smith los smithistas que se disfrazaron con la divisa liberal para undamentar un sistema económico pervertido respecto al verdadero mensaje social del escocés genial

En recuerdo deJosep Maria Alomà y Sanabras

 

Josep Alomà fue primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Tarragona durante la guerra civil. Durante el mismo periodo ejerció de Consejero de Cultura (donde hay que destacar la intensa promoción del teatro, el cine, el deporte, las bellas artes y la música entre las clases populares) y fue el director del Diari de Tarragona (portavoz de la CNT -FAI). De formación básicamente autodidacta, complementó la misma titulándose como maestro de la República durante los años 30, y destacó como presidente del Consejo de la Escuela Nueva Unificada en Tarragona, donde impulsó la pedagogía revolucionaria heredera de Ferrer Guardia.

 

Gracias a su actuación numerosas personas perseguidas por la represión en la retaguardia republicana pudieron salvar la vida, entre ellas numerosos sacerdotes (Mn Ritort, Mn Esteve, Mn. Parera, Mn Batlle …) y lideró la conservación del Patrimonio de la provincia de Tarragona . En este sentido destacan que pudo evitar con su actuación personal el saqueo de los monasterios cistercienses de Poblet y Santes Creus así como el de la Catedral de Tarragona, con riesgo de la propia vida.

 

Posteriormente fue Comisario de Compañía al frente de Baza (Granada) y jefe de Propaganda del Ejército del Sur, en el Estado Mayor de Andalucía.

Finalizada la guerra, estuvo recluido en 3 campos de concentración franquistas antes de ser encarcelado en el Castillo de Pilatos y condenado a muerte por "rebelión militar". Sus hermanos Pablo y Santiago murieron como consecuencia de la represión de la dictadura a la inmediata posguerra.

 

Conmutada la pena por su comportamiento humanitario durante la guerra, permaneció largos años encarcelado y posteriormente fue desterrado de Catalunya, donde no pudo regresar hasta finales de la década de los sesenta.

Durante la Transición política, se abrió un proceso de restitución de las personalidades represaliadas por la dictadura, y Alomà no fue una excepción. Se negó a aceptar la Medalla de Oro de la Ciudad, pues argumentaba que simplemente había actuado en conciencia y las autoridades locales tuvieron que desplazarse a su domicilio para darle la misma.

 

Josep Maria Alomà y Sanabras murió en Tarragona el 9 de mayo de 1993.

 

 

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SE ESTRENA EL DOCUMENTAL SOBRE CIPRIANO MERA

 

No dejeis de verla esta semana pues nos puede ocurrir lo de siempre, que la semana prçoxima desaparezca de cartel)

 

VIVIR DE PIE: LAS GUERRAS DE CIPRIANO MERA

 

Dirección: Valentí Figueres.Género: documental.España, 2009.

Duración: 123 minutos.

 

El pasado 4 de diciembre se estrenó el documental sobre Cipriano Mera, en Madrid en el Pequeño Cine Estudio, Sala1, de la Calle Magallanes, (metro Quevedo) el pase todos los días a las 18,15 h.

 

Esta es el artículo aparecido hoy en el diario El País:

 

Honradez y utopía

 

J. O. 04/12/2009 

Albañil, anarquista, libertario y alto mando del Ejército republicano durante la Guerra Civil, Cipriano Mera tuvo una existencia entregada a unos ideales, entre la justicia y la utopía. Una vida de cine, de la que el documental Vivir de pie: las guerras de Cipriano Mera da cuenta de forma estimable.

 

Siguiendo los manuscritos del anarquista que se conservan, los responsables de la película optan por darle voz a través de la interpretación en off de un actor. Una solución narrativa audaz y eficaz, que se ve perjudicada por el añadido de otra voz en off: la de una narradora omnisciente que está cerca de convertir la película en hagiográfica, y que abunda demasiado en una suerte de innecesaria lírica recitada, acompañada de imágenes filmadas ad hoc. El ya clásico efecto recortable de las fotografías, sacado de El chico que conquistó Hollywood, y, sobre todo, las vivencias de un hombre que tuvo que lidiar en todo momento con la desunión (de su tierra, de la izquierda), acaban otorgando a Vivir de pie... una fiereza tan marcada como el ajado rostro de su protagonista.

 

Sinópsis

 

Narra a través de documentos inéditos la odisea de un trapero y cazador furtivo que se hizo albañil sindicado en la UGT y se convirtió en revolucionario y hombre de acción de la CNT. Es la vida del albañil que mandó el IV Cuerpo de Ejército en la Guerra Civil y venció a los generales italianos; y del General que retomó la paleta pero mantuvo su objetivo: matar a Franco. También es la historia desconocida de un camarero, un sastre, un ferroviario,... que en sus dobles vidas eran El Viejo, La Leona, El Fraile,...; la vida de aquellos que enarbolaron las banderas de la libertad y osaron soñar con "Un Mundo Nuevo".

 

Pçagina web del documental:

http://www.vivirdepie.net/index.htm

 

 

 

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Ley de memoria histórica:

una ley-trampa cobarde e infame

 

Ha transcurrido un año desde que se formalizara la entrada en vigor de la llamada Ley de Memoria Histórica. Su redacción y aprobación sufrió unos terribles vaivenes. Finalmente se aprobó con el apoyo de la gran parte de los grupos políticos pero sin la aprobación de la sociedad.

 

Lo que nos temíamos se ha hecho realidad e incluso ha resultado ser más sangrante de lo que se esperaba. Echando la vista atrás, analizamos lo que esperábamos conseguir con esta ley – recuperación y rehabilitación de los olvidados y vejados- y lo que realmente ha supuesto, vejar aún más la memoria de los vencidos. 

 

  • No se anulan las sentencias pronunciadas por los tribunales represivos de la dictadura franquista.
  • Se establece una infame discriminación entre las víctimas de la represión franquista en función de los años de comisión del asesinato.
  • Mantiene la ley de amnistía de 1977 para los verdugos.
  • No se crea una Comisión de la Verdad, demandada por la propia UE y la ONU
  • El estado no asume su responsabilidad de buscar a centenares de miles de desaparecidos.

 

Por otra parte, desde CGT, sólo podemos pensar que la admisión a trámite, en la Audiencia Nacional, de la denuncia presentada por Asociaciones y Organizaciones preocupadas por la rehabilitación y búsqueda de las víctimas y desaparecidos por el franquismo, CGT entre ellas, ha sido un sumario-trampa que tan sólo buscaba un lavado de imagen y cerrar definitivamente la discusión sobre si el régimen franquista asesinó o no a miles de personas, si cometió crímenes de lesa humanidad. Hay cuestiones que no admiten duda. Franco y sus secuaces son los responsables de que hoy haya cientos de miles de cadáveres en las cunetas de los pueblos. Pero para eso no es necesaria tanta fanfarria. Es un hecho objetivo y demostrado por los historiadores y conocido por toda la sociedad

 

Lo que no ha querido asumir el estado, lo que no ha querido asumir esta democracia formal,  es su responsabilidad en investigar y reparar estas muertes. Más al contrario, todo parece indicar que, tras una apariencia de intervención y estudio en el asunto, la actuación de la judicatura y el ejecutivo va dirigida a poner trabas y hacer más dificultoso el que debería ser el verdadero objetivo de la ley: rescatar la memoria, rehabilitar a las víctimas por ser defensores de los principios de la democracia y la libertad, buscar la verdad y restablecer la justicia social.

 

Por eso CGT seguirá reclamando:

 

Recuperación de personas:

 

Miles de personas quedaron sepultados/as en anónimas Fosas tras “paseillos” y ajusticiamientos. Sus familias reclaman esos cuerpos nunca olvidados pese al paso del tiempo, lo desconocido de su ubicación y las modificaciones del terreno. Hay que restituir sus cuerpos y, con ellos, su identificación. Miles fueron condenados en irregulares procesos judiciales impuestos por un gobierno ilegítimo e ilegal, impuesto por una sublevación militar fascista mantenido a través del terror y de la represión.

 

Es necesario que se lleve a cabo el reconocimiento y búsqueda de estos compañeros caídos.

 

 

Recuperación de ideas:

 

Hablamos de un alzamiento militar contra un gobierno establecido democráticamente. Y de una respuesta en defensa de ese gobierno, con avances y conquistas revolucionarios, más adelante destrozados. Hablamos de un trozo de nuestra historia en la que, quienes defendieron las banderas republicana o rojinegra, no obraron en busca de conquistas materiales, sino sociales e ideológicas. Todo esto ha sido mantenido en el olvido y el silencio, evitando su aparición en los libros escolares. Y la historia de un país debe ser conocida por su pueblo.

 

Recuperación de documentos:

 

Es notoria la destrucción de archivos de propiedades y registros. Es evidente que no se pueden reconstruir los archivos destruidos, pero sí se puede devolver lo trasladado. Y más fácilmente, se puede considerar que lo que aún permanece simplemente empaquetado – en el mejor de los casos – en Archivos y dependencias civiles o militares, debe ser accesible de manera sencilla y eficaz.

 

 

Recuperación de bienes:

 

Más allá de la destrucción realizada, dentro de la posible y discutible lógica de cualquier período de guerra, acabada ésta se procedió no sólo a retrotraer las propiedades de edificios y tierras a quienes antes la detentaban, sino que también se incautaron, destruyeron o entregaron a personas e instituciones bienes que habían sido levantados con las manos obreras o compradas con las aportaciones de cuotas sindicales. De  todo esto existe un listado pormenorizado, cuya compensación económica sigue pendiente.

 

  

Así pues creemos necesario seguir exigiendo:

 

  • La revisión y anulación de las sentencias franquistas. Y la compensación económica a sus familias, más allá de lo meramente simbólico.
  • La no discriminación entre las víctimas en función del año de su muerte.
  • El reconocimiento público del “sufrimiento” de los trabajadores y trabajadoras que fueron asesinados, perseguidos, reprimidos, encarcelados, represaliados…
  • No aceptar la equiparación entre víctimas y verdugos ya que las victimas fueron la consecuencia de una barbarie programada desde el aparato del estado franquista con la connivencia de la cúpula de la iglesia
  • Dotar de medios para la búsqueda, localización, exhumación e identificación de los cuerpos existentes en Fosas y cunetas. Una base de datos de todas esas personas sigue pendiente de realizar. La administración pública debe asumir este trabajo íntegramente.
  • No olvidar las condenas a trabajo esclavo (canal de los presos,…). Detectar esos campos y, en la medida de lo posible, hacer de ellos lugares de memoria.
  • Debe integrarse en los libros de educación aquellos casos de colectividades, rurales e industriales, que demostraron que otra gestión de la economía y de la sociedad fue y es posible.
  • A través de las organizaciones de ex-presos y refugiados es relativamente fácil conseguir la reconstrucción de nombres y hechos acaecidos a los refugiados españoles en los campos de concentración interiores (Albatera,…) y exteriores (Argèlès,..)
  • Revisión de cuantas leyes y actos se pusieron en marcha en el periodo de la denominada “Transición” para dar por superado artificialmente el periodo de dolor y represión franquista.

 

CGT exige que la democracia asuma su responsabilidad ante la vergüenza y deshonor de seguir validando las sentencias del régimen franquista.

 

Por todo ello se debe crear una “Comisión de la Verdad”, con reconocimiento y medios públicos, donde concurran todas las organizaciones y colectivos que estamos trabajando  en este campo para que finalmente pueda esclarecerse con profundidad la etapa franquista, definiéndose toda la verdad y el horror generado durante la dictadura 

 

Desde CGT seguiremos trabajando para que la pasividad de administración pública sea espoleada con la movilización social.

 

                            Secretaría general. Secretariado Permanente del Comité Confederal

Sagunto,   15 – 1º

28010 Madrid

Teléfono: 91 447 57 69 –  Fax: 91 445 31 32

Madrid, 24 Diciembre de 2008

 

 

----(ir a MEMORIA HISTORICA)------

 

 

L’Ajuntament de València segueix profanant i violant les fosses del cementiri on foren llançats represaliats/des del franquisme

(FORUM POR LA MEMORIA HISTORICA)

 

Efectivament, al quadre nº 1 de la fossa comuna de la Secció 5ª Dreta, en una de les parcel.les que queden lliures entre panteó i panteó, construïts gràcies a les actuacions de diferents governs municipals,  ara es construeix una cosa que té tot l’aspecte de ser un altre panteó. Seria una obra normal en el cementiri si no fóra perquè es construeix destruint els cossos dels represaliats del franquisme, traslladats fins allí en camions a les nits i llançats sense cap control ni registre a les fosses.

Aquests fets esdevingueren a València després de l’entrada de les tropes franquistes el 30 de març del 1.939, en finalitzar la guerra, i han estat relatats públicament fins i tot per treballadors del mateix cementiri

(diari Levante-EMV),  i per altres testimonis orals que també parlen d’enterraments “incontrolats” de represaliats no registrats i mai inhumats.

 

La nostra alcaldessa, Rita Barberá,  que tan generosa es mostra amb l’Arquebisbat en cedir-li, a la zona més cara de València, els terrenys de l’antiga fàbrica Cros perquè hi  construïsca el “macrosantuari” en memòria de 233 “víctimes innocents de la Santa Croada”,  destrueix sense cap respcte ni mirament les despulles de totes aquelles persones assassinades per defensar la llibertat i la democràcia, tot venent-los inclusivament com si foren terra vegetal per a les obres de consolidació de les rodalies de  la muralla del castell de Sagunt

 

L’afany especulador d’aquest ajuntament, no respecta ni la Llei de la Memòria, que protegeix aquests espais, ni les víctimes del franquisme ni llurs famílies. No és la primera vegada que l’ajuntament de València viola la fossa comuna de la Secció 5ª Dreta. L’any passat ja hi construí un altre panteó privat, prèvia venda de la parcel.la a particulars, a pesar de les protestes, denúncies i escrits on se li demanava respecte per les víctimes.

 

Potser ara, davant el temor de no poder seguir destruint despulles de represaliats i proves del genocidi, que és el que hauria passat si s’hagueren construït els nínxols a la fossa de la Secció 7ª Dreta, i a causa de les actuacions del Jutge Baltasar Garzón arran de las denúncies presentades per associacions i particulars des d’arreu d’Espanya, és pel  que s’afanya ara a destruir els pocs espais de las fosses que queden, dels quals és possible que encara se’n puguen exhumar les despulles dels represaliats que hi llançaren.

 

El fet és especialment greu perquè aquest ajuntament, junt a d’altres que l’han   precedit des que s’instaurà la democràcia, ha destruït algunes de les 6 fosses comunes que el Fòrum per la Memòria descobrí i documentà al Cementiri general de València. Pertot arreu hom investiga l’abast de la repressió franquista,  se’n demana la rehabilitació de les víctimes i l’aplicació de les lleis als responsables i col.laboradors d’aquells terribles crims; fins i tot hi ha Comunitats Autònomes que legislen per protegir les fosses, però l’ajuntament de València segueix agraviant les víctimes i llurs famílies.

 

Aquesta fossa amida 14.721 m2. Hi foren llançades oficialment, des del 22 d’agost del 1.945 fins al 19 d’octubre del 1.950, 16.535 persones,  a les quals cal afegir  les que hi tiraren clandestinament, que poden ser-ne diversos milers, després de l’entrada de les tropes franquistes a València. Precisament, és en una de las fosses sobre les quals el Jutjat Central d’Instrucció nº 5 de l’Audiència Nacional havia donat l’ordre d’exhumació, que ja podria haver començat el procés si no arriba a ser per l’actuació del fiscal de l’Audiència Nacional, Sr. Zaragoza qui, en lloc de protegir les víctimes i llurs famílies, ha preferit posar-se al costat del silenci, en demanar la paralització de les exhumacions, de manera que ha facilitat actuacions depredadores de les despulles de les víctimes com es fa ara mateix al nostre cementiri. L’ajuntament de València actua menyspreant sense descans la Memòria. És com si per a aquesta Alcaldessa i el seu govern les víctimes de la repressió foren morts pobres i incòmodes dels quals cal desfer-se per deixar pas a l’oblit i als panteons dels rics.

 

Només queda demanar decència a l’ajuntament, que suspenga aqueixes obres i deixe descansar en pau els morts del franquisme.

 

(VER FOTOS)

 

Jornades "Els Maquis: una perspectiva des de la Memoria Històrica".

Barcelona
21 y 22 de novembre
Col·legi d'Advocats de Barcelona (C/ Mallorca, 283)

El programa es pot llegir a
http://www.memoriahistoricaacatalunya.com/2008memoria/index.htm

(VER CARTEL)

 

http://www.sindominio.net/marxa-maquis
La història es un camp més entre el gran nombre de camps de batalla de la
guerra de classes

Nota informativa sobre petició d'exhumacions de fosses comunes al Cementiri General de València

 

FÒRUM PER LA MEMÒRIA DEL PAÍS VALENCIÀ

Apartat de Correus 3066. 46014 València

www.forumperlamemoria.org



NOTA INFORMATIVA


Diligencias Previas 399/2008 sobre desapariciones forzadas

Juzgado Central de Instrucción nº 5 de la Audiencia Nacional


El Fòrum per la Memòria del País Valencià, ha presentado el día 21 de octubre de 2.008, en el Juzgado Central de Instrucción nº 5 de Madrid, a través de su procuradora y de su abogada, Dª Amalia Alejandre, una petición para exhumar 3 fosas comunes ubicadas en el Cementerio General de Valencia. Descripción de las fosas objeto de la petición:


Fosa Común de la Sección 8ª Derecha:

Se solicita la exhumación de esta fosa para conocer e identificar el número real de personas que en ella fueron tiradas. La fosa consta de tres cuadros y solamente fueron registradas personas en el cuadro nº 1, desconociéndose por tanto, el número de personas y las circustancias de los enterramientos en los cuadros 2º y 3º.


No consta en los documentos existentes en el Archivo Municipal del Cementerio de Valencia, a los que tuvo acceso esta asociación durante los trabajos de investigación y documentación de las fosas comunes, que se hayan realizado exhumaciones o enterramientos posteriores al 3 de setiembre de 1.940, excepto los de las sepulturas preferentes individuales de superficie.

Superficie de la fosa: 5.000 m2

Personas enterradas y documentadas en el cuadro nº 1: 1.789

Periodo histórico documentado: del 28 de febrero a 3 de setiembre de 1.940



Fosa Común de la Sección 5ª Derecha:

De esta fosa se solicita la exhumación de un espacio de 1.590 m2 situado entre los cuadros 2º y 4º, dado que el resto de la fosa está destruída a causa de diferentes actuaciones municipales. Declaraciones de personas testigos de la época señalan que después de terminada la guerra, en el espacio señalado y en los cuadros 1º y 2º de la fosa, fueron lanzados cadáveres sin ningún tipo de control ni registro, trasladados hasta allí durante las noches en camiones. Se pretende conocer e identificar a las personas tiradas a la fosa en estas circunstancias.

Superficie total de la fosa: 14.721 m2

Personas tiradas a la fosa desde el 22 de agosto de 1.945 al 19 de octubre de 1.950: 16.535
Personas tiradas y documentadas desde el 22 de agosto al 31 de diciembre de 1.945: 856



Fosa Común de la Sección 7º Derecha:

Se solicita la exhumación de los cuadros 3º y 4º de esta fosa, debido que según consta en los Libros de Registro de Enterramientos del Cementerio General de Valencia, fueron tiradas a dichos cuadros, personas que constan como ejecutadas, sin expresar ningún otro dato ni circunstancia sobre ellas, excepto la fecha de enterramiento. De hecho en los Libros de Registro, constan como "desconocidos".


Durante la sesión del juicio contencioso-administrativo en el Juzgado nº 4 de Valencia, por la demanda interpuesta por esta asociación para impedir la construcción de 1.030 nichos sobre la superficie de esta fosa, que el Ayuntamiento de Valencia pretende construir, el mismo no acreditó documentalmente exhumaciones en esta fosa con posterioridad a los enterramientos que se describen. Esta asociación presentó un Recurso de Amparo ante el Tribunal Constitucional por la realización de las obras que a fecha de hoy no ha sido resuelto.

Superficie total de la fosa: 9.659 m2

Personas tiradas y documentadas a la fosa desde el 1 de abril de 1.939 al 27 de febrero de 1.940: 4.109



Valencia, 22 de octubre de 2.008

Se inicia en Cádiz el primer proceso para declarar el fallecimiento de personas desaparecidas en la guerra

 

Juan Pérez Silva, hijo de María Silva "Libertaria" y de Miguel Pérez Cordón, inició el pasado día 19 de Mayo los trámites ante el Juzgado de Instrucción de Chicana de la Frontera (Cádiz), para la Inscripción en el Registro Civil de la muerte de su madre, desaparecida y presuntamente asesinada el 24 de Agosto de 1936 junto al menos a otras 38 personas de Paterna de Rivera (Cádiz).

Se trata del primer proceso para promover expediente de jurisdicción voluntaria y, posteriormente, obtener la preceptiva declaración de fallecimiento, lo que hace teniendo como fundamento los artículos 2.031 y siguientes de la L.E.Civ., 193 y 326 del Código Civil y sus concordantes.

En esta situación de "desaparecida" se encuentras otras muchas miles de personas, asesinadas principalmente entre Julio de 1936 y Febrero de 1937, y a pesar de que en los últimos años de la década de los setenta y principio de los 80 se hicieron muchas inscripciones, el miedo y los problemas a los que se tenían que enfrentar las familias en los juzgados (falta de documentación, exigencia de testigos presénciales, etc..) hizo que muchas "desapariciones" no se hayan inscritos al día de hoy, algo fundamental, entre otras razones para cuantificar legalmente el número de represaliados.

En este caso, Juan Pérez se basa no solo en la memoria oral, sino también en los trabajos de investigación de José L. Gutiérrez Molina, recientemente publicados en el libro: “Casas Viejas: Del crimen a la esperanza. María Silva Libertaria y Miguel Pérez Cordón: Dos vidas unidas por un ideal” (1933-1939), páginas 142 a 150.

La petición solicita “finalizar con legal declaración de fallecimiento de Doña María Silva Cruz, si así se estimara procedente, y anotándose éste en el Registro Civil de la localidad de Paterna de Rivera (Cádiz), con la causa de por arma de fuego a consecuencia de la acción de los sublevados en julio de 1936”.

Juan Pérez también denunció -junto a otras familias andaluzas- a la Audiencia Nacional del juez Baltasar Garzón, el pasado 18 de Julio de 2007, la “desaparición” de su madre, estando a la espera de la decisión de abrir el proceso.

XI Marxa Homenatge als Maquis - MARXA 2008


Programa ACTIVITATS


Granollers, divendres 13 de juny :

A les 19 h als Anònims (c/Miquel Ricoma núm. 57): Xerrada a càrrec de la historiadora Dolors Marín sobre “La guerrilla urbana llibertària” en homenatge a Ramon González Sanmartí “el Nano” de Granollers en el setantè aniversari del seu assassinat..


Mollerussa, dissabte 14 de juny - Al CSO la Tercera Sèquia (Afores)

Durant el matí elaboració cassola vegetariana a càrrec dels Kassolaris del Sió.

Durant tot el dia hi haurà paradeta de la distribuïdora Kamilosetas Muskaria i recollida de firmes ILP (Iniciativa Legislació Popular) per declarar Catalunya Lliure de Transgènics.

Pintada d’un Mural en les parets de l’espai alliberat.

A les 12:30 h Presentació de la 11ª. Marxa Homenatge als Maquis (5a per les nostres terres) a càrrec del Pep Cara (historiador). * A les 13: 30 h Obra de Teatre a càrrec de la companyia PM SENSE COMPANYIA amb l’obra “El Gall Roig”. * A les 15h Dinar Popular Kassolari, cal apuntar-se al següent

correu electrònic: infotrinx@nodo50.org o anant al CSO i apuntant-s’hi allí una setmana abans. * A les 17h 3er Maquis Rock amb MYSK - KARBUNKO – KAFARNA

Tots els actes son gratuïts menys el dinar, preu popular per determinar.


Terrassa, dissabte 14 de juny

A les 18 h al Centre d’Estudis Llibertaris Francesc Sàbat (ctra. Montcada 79): Debat sobre el llibre Clandestinos de Dolors Marín a càrrec de l’autora i del també historiador Just Casas.

La Seu d’Urgell, Bellver Cerdanya, Martinet, 18-19-20 juliol (Per participar en les jornades, cal apuntarse).

MAQUIS ’08 5ª OFENSIVA CONTRA L’OBLIT


Alt Urgell i la Cerdanya, 18,19 i 20 de Juliol

Des del dia 1 al dia 18 de Juliol, hi haurà la exposició “10 anys de Marxa Homenatge als Maquis” a l’Ateneu Popular (c/ Canonges de la Seu d’Urgell).


La Seu d’Urgell, Divendres 18 de juliol

A les 20:30 h al Centre Cívic del passeig, presentació del llibre Clandestinos. Los Maquis contra el   franquismo amb la presència de la seva autora Dolors Marín i del també historiador Pep Cara.


Bellver de Cerdanya, Dissabte 19 de juliol

Alberg la Bruna -Pla de Codina, 2- (afores).

9:00 h : Arribada i instal·lació. * 10:30 h : Xerrada-col·loqui “La Dona al Maquis” a la sala d’actes, a càrrec dels historiadors Pep Cara i Dolors Marín. * 12:30 h: Documental sobre els Maquis. * Durant tot el cap de setmana hi haurà l’exposició “10 anys de Marxa Homenatge als Maquis”. * 14:00 h: Dinar. * 16:00 h: Ruta dels Maquis comentada per dos guies. Tindrem dos opcions a triar, l’opció curta de 4km i la llarga de 8 km (apte per tots els públics). * 20:30 h: Sopar. * 22:00 h - 24:00: Concert al Pub Vell, c/ Batllia de Bellver de Cerdanya, amb: El Ataque de la Basura Radioactiva (punk electrònic - Karcelona). Entrada gratuïta.


Bellver i Martinet, diumenge 20 de juliol

* 8:00 h: Esmorzar. * 11:00 h: Ruta comentada als Bunquers de Martinet. * 13:00 h: Final Maquis’08
Més Informació: infotrinx@nodo50.org


Barcelona, dissabte 30 d’agost

A les 20h trobada al lloc on van assassinar al company Josep Lluís Facerías, al Passeig Verdum cantonada amb el carrer Doctor Pí i Molist.


Sants (Barcelona), diumenge 7 de setembre

A les 10 h El Col·lectiu Negres Tempestes i l’Ateneu Llibertari de Sants organitzen un recorregut pels llocs més emblemàtics de la lluita dels Maquis a la ciutat de Barcelona. Ens trobem a la plaça de Sants, a darrera del monument al Ciclista.


Vilanova i la Geltrú, divendres 12 de setembre

A les 18h passi Pel·lícula-documental i posterior taula rodona “La lliçó dels Maquis a la lluita postmoderna” al local Endimari -Rambla Castell, 31-.


Vilanova i la Geltrú, dissabte 13 de setembre

A les 17h paradeta, teatre, música...Plaça Maquis (pç. Pau Casals) “La plaça és vostra”


Berga, dissabte 20 de setembre

 * 8 h Caminada comentada per les bases guerrilleres properes als canals de Sant Miquel (es sortirà des del Pont de Pedret). * 13:30 h a la carretera vella de Vilada: Homenatge a Joan Vilella, Josep Puertas i joseph Bertobillo. * 18 h Presentació de la reedició ampliada i en català de la biografia de Joan Busquets a l’Ateneu Columna Terra i Llibertat. * 23 h Concert a la plaça de la Ribera.


Sallent, dissabte 27 setembre.

A les 9h caminada comentada. Ens trobarem a la sortida rotonda entrada Sallent sud, per fer la Caminada de Sallent cap a Castellnou, pel camí coneixerem el lloc de dues bases de suport als maquis i al final de la caminada visitarem un petit museu que parla del maquis Ramon Vila.


Celoni, dilluns 5 de gener 2009

A les 12 h trobada al cementiri de Celoni en record del company Quico Sabaté-


Per més informació :

http://sindominio.net/marxa-maquis

www.myspace.com/collectiualestrinxeres

Comisión por la Recuperación de Memoria Histórica de Coruña denunciará al alcalde y tres ministros por incumplir la le. (31/06/08)  


        El presidente de la Comisión por la Recuperación de Memoria Histórica de Coruña, Manuel Monje, anunció que mañana presentarán una denuncia contra el alcalde coruñés, Javier Losada, y los ministros de Fomento, Magdalena Álvarez; de Economía y Hacienda, Pedro Solbes; y de Defensa, Carme Chacón, "por pervivencia en edificios públicos de escudos que son ilegales desde hace 27 años".

"Consideramos que hay falta de voluntad política para cumplir la Ley de Memoria Histórica y que, en ningún caso, puede alegarse ignorancia o falta de tiempo para proceder a su cumplimiento", señaló Monje, quien añadió que estos escudos perviven "bajo la responsabilidad" de los denunciados.

Monje aseguró además que lamentan "muchísimo" haber llegado hasta este punto, pero dijo que era "el momento de decir basta ya", después de ofrecer varias iniciativas trasladadas al Gobierno municipal "para evitar dar este paso". Hasta en 26 ocasiones se ha llevado al Pleno del Ayuntamiento y en cinco de ellas se votó, pero el PSOE y el PP lo hicieron en contra", recordó.

El presidente de la Comisión dijo que ya en 2006 le mandaron una carta al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "informándole de esta situación, de que en La Coruña no se cumplía la Ley". "Para vergüenza nuestra somos la capital de la simbología franquista", manifestó.

Manuel Monje se preguntó cuál es el objetivo del alcalde coruñés, Javier Losada, ya que, en su opinión, está realizando una "maniobra de despiste" quitando "sólo algunos" símbolos franquistas y dejando "sin tocar la mayoría". "Lo hace de forma vergonzosa, sin que nadie se entere, y queremos que lo haga a la luz del día", comentó.

La Comisión recordó nuevamente que se deben cambiar los nombres de varias calles de la ciudad que recuerdan a personajes de la etapa franquista, así como la estatua de Millán Astray o el nombre del Hospital Juan Canalejo, "fundador de la Falange en La Coruña", como señaló Monje. "Que no quepa ninguna duda de que ganaremos esta batalla", vaticinó.

La denuncia se presentará a las 10.30 horas de la mañana en el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, en La Coruña. Ésta se llevará a cabo con motivo de los símbolos franquistas en el Palacio de María Pita (Ayuntamiento); el Cuartel de Atocha y la Comandancia Militar de Marina, dependiente del Ministerio de Defensa; en la Aduana, del Ministerio de Economía; y en Correos, del Ministerio de Fomento.

 

LA HISTORIA ORAL DE LA GUERRA CIVIL LLEGA A JUICIO

Los investigadores reclaman protección constitucional y que secumpla la Ley de Memoria Histórica frente a las acusaciones de las familias de presuntos represores de la Guerra Civil y del franquismo.
 
El País/JOSÉ ANDRÉS ROJO 02/06/2008

¿Hasta dónde se puede llegar a la hora de investigar el turbio pasado de la Guerra Civil? ¿Es más importante conocer lo que ocurrió, y hacerlo público, o abstenerse para respetar el honor de los descendientes de episodios tan poco edificantes? ¿Qué margen tienen las víctimas, que pasaron años de humillación y oprobio, para recuperar una dignidad que la dictadura les escamoteó? ¿Hay algún consuelo en conocer la verdad? ¿Qué peso tienen los documentos que se conservan de la represión, con juicios sin garantías jurídicas y con testimonios arrancados en una atmósfera de miedo a una autoridad implacable? ¿Y qué crédito dar a los testimonios orales de los supervivientes que, en muchos casos, no pudieron hablar hasta fechas recientes?

Hace unos meses, el Juzgado de Primera Instancia de A Estrada, en Galicia, absolvió al historiador Dionisio Pereira que había sido acusado por los descendientes de Manuel Gutiérrez, alcalde de Cerdedo durante el franquismo, de no querer rectificar para salvar el honor de sus antepasados las conclusiones que hizo públicas en 2003 en un libro colectivo sobre la represión franquista.
 
Basándose en testimonios orales, Pereira señalaba ahí la presunta implicación de Gutiérrez, y de Francisco Nieto, entre otros, como "participantes o instigadores" en los actos que acabaron en agosto de 1936 con la vida de seis personas en la comarca de Cerdedo.

SE BUSCAN VOLUNTARIOS PARA EL HOMENAJE A LOS EX PRESOS Y EX PRESAS

El próximo 14 de junio se celebra en Madrid un homenaje a los hombres y mujeres que fueron hechos presos por sus ideas políticas durante la dictadura franquista. Ese día, cerca de 800 ex presos y ex presas de todo el Estado irán a comer a Rivas Vaciamadrid (Madrid). Y hacen falta voluntarios para ayudar en todo lo necesario para organizar la comida, acompañar a los homenajeados y homenajeadas y que sientan el reconocimiento que merecen los hombres y las mujeres más demócratas de este país.

CUALQUIER QUE QUIERA OFRECERSE A COLABORAR TIENE QUE LLAMAR A LOS NÚMEROS DE TELÉFONO:

91.666.69.08
91.666.69.07

El horario en el que puedes llamar es de 10:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00


Para información sobre el homenaje y la asociación de ex presos y ex presas:
http://www.asocexpresospoliticos.org/

(+ información)

La Federación Estatal de Foros por la Memoria reanuda los trabajos de exhumación de los cinco republicanos asesinados por pistoleros falangistas

 

Los trabajos, que fueron iniciados por voluntarios de la organización el pasado 15 de mayo y tienen prevista su finalización el próximo domingo, prosiguen con la búsqueda de los cuerpos aún no localizados. La Federación Estatal de Foros por la Memoria recuerda que el pasado 17 de mayo fueron hallados los restos de tres de los cincos jornaleros asesinados en 1936, según el Informe Histórico de la Federación, el cual constituye el soporte documental de los presentes trabajos.


La Federación así mismo anuncia que para hoy, sábado 24 de mayo, a las 18.30 horas se celebrará un merecido homenaje a los jornaleros asesinados, el cual contará con la participación de los familiares de las victimas franquistas. En dicho homenaje se recuperarán los valores republicanos encarnados por los luchadores de la libertad, Ángel Otero Alonso, Silverio Sánchez Muñoz, Epifanio Pascual García, Gregorio Pascual García y Cecilio Otero Hernández. La Federación recuerda que en el mismo Alcañizo existe una segunda fosa donde yacen supuestamente los vecinos republicanos Agustín Moreno Sanz, Valeriano Rodríguez Sánchez y José Otero Polo, “Tío Puerro”.


La Federación Estatal de Foros por la Memoria invita a los compañeros de la prensa a difundir los trabajos de exhumación y homenaje que viene realizando la Federación con el fin de denunciar el gigantesco osario donde vivimos los españoles postfranquistas y ayudarnos en nuestra labor de recuperación de memoria histórica y dignidad. La Federación aclara que la recuperación de dignidad se refiere a parte de la sociedad española actual, ajena extrañamente al genocidio español por parte del fascismo. Los compañeros republicanos asesinados, represaliados, encarcelados, exiliados y desaparecidos nunca perdieron su dignidad. Es más, su lucha desinteresada por la Democracia resplandece aún más en esta España asediada todavía por las fuerzas del nacionalcatolicismo.


La Federación Estatal de Foros por la Memoria continuará reclamando, tal y como sostiene Naciones Unidas, Reparación, Justicia y Verdad para las víctimas de delitos de lesa humanidad y genocidio.


Más información:

www.foroporlamemori
 

La indecencia, la inmoralidad y el cinismo, alcanzan su máxima expresión con la firma del nuevo PACTO “SOCIAL”

 

CCOO Y UGTEl acuerdo que los sindicatos mayoritarios y el Gobierno acaban de alcanzar estaba cantado. Sólo los más ciegos, o los más ilusos, conservaban la esperanza de que esos “sindicatos”, con su triste trayectoria de decenios, mantuviesen encendida la llama de la independencia y de la contestación. Asumamos de buen grado que al menos las cosas quedan claras, muy claras, a los ojos de quienes han preferido ignorar la realidad durante meses. Si ya habían tirado por la borda cualquier ilusión en lo que hace a la vocación progresista –qué palabra más gastada- del Gobierno, ahora ya saben a qué atenerse en lo que se refiere a CCOO y UGT. No parece, en fin, que la fanfarria retórica que nos acosa, convenientemente endulzada desde los medios de incomunicación, esté llamada a engañar a nadie: los acuerdos ultimados responden puntillosamente a los intereses y a las prácticas empresariales que nos han conducido a un escenario de crisis sistémica. Sobran los motivos para adelantar, eso sí, que ante la obscena reaparición de los mismos mecanismos que nos han conducido a la crisis, vendrán nuevas reformas desreguladoras.

VER REFERENTES HISTORICOS:

España, La quiebra que pudo ser el 7 de Mayo

 

 

El mercado cerró el grifo a la deuda pública y privada de España entre el 3 y 7 de mayo. Los inversores llegaron a rechazar tipos de interés del 18%. "España se encontraba quebrada", según el presidente del IEE, José Luis Feito. El defcon 1 se activó. Bruselas y el FMI acudieron al rescate ese fin de semana.

 

Qué sucedió entre el 3 y el 7 de mayo? Durante la segunda semana negra del Ibex 35 –la primera aconteció el pasado febrero– la bolsa española llegó a perder casi un 14%, hasta situarse en el nivel de los 9.000 puntos, arrastrada, sobre todo, por la banca española.


No fue el único. También fue la semana en la que cayeron a plomo las bolsas europeas al tiempo que se disparaban a niveles máximos las primas de riesgo de la deuda de España y Portugal. De hecho, el pánico a la quiebra de países de la zona euro –incluida España– provocó el mayor descalabro intradía de Wall Street desde los años 80 –llegó a caer casi un 10% en apenas cinco minutos–.ç

En esos días de alta tensión fue también cuando saltó el rumor de que el Gobierno español estaba estudiando la posibilidad de solicitar un rescate a Bruselas próximo a los 280.000 millones de euros. Y, curiosamente, poco después (el fin de semana del 8 y 9 de mayo) dicho rescate tuvo lugar tras una reunión extraordinaria de los líderes de la zona euro en la que se acordaba, junto al Fondo Monetario Internacional (FMI), la aprobación de un mega plan, dotado con 750.000 millones de euros, para evitar la quiebra de países.


Los datos anteriores ponen de relieve no sólo el miedo real a que la crisis de deuda pública en Grecia se trasladara al resto de economías periféricas de la zona euro, los conocidos PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, España y Grecia), sino que, realmente, dicho contagio tuvo lugar. España se encontró en situación de insolvencia y, dado el tamaño de su economía (cinco veces superior a la griega), tuvo que ser rescatada in extremis para no arrastrar consigo a sus acreedores (Alemania y Francia).

¿Cómo constatar tal afirmación? La Junta Directiva de la CEOE (patronal de empresarios) lo expuso con meridiana claridad en su reunión del pasado miércoles, poniendo voz a lo que muchos no se atreven a decir. El presidente de la Comisión de Economía de CEOE y del Instituto de Estudios Económicos (IEE), José Luis Feito, no dudó en calificar la situación vivida entre el 3 y el 7 de mayo de "dramática".


De hecho, afirmó: "El viernes pasado (en referencia al 7 de mayo) España se encontraba quebrada, porque no había ninguna financiera que comprara deuda o bonos españoles, ni públicos ni privados, aunque se llegó a ofrecer tipos de interés cercanos al 18%", tal y como recoge José María Triper en elEconomista. Es decir, el mercado internacional cerró por completo el grifo de la financiación no sólo al Tesoro sino también al sector privado –bancos y cajas españoles–.


Y si caía España, "ello supondría la quiebra de los países del euro", alertó Feito, ya que arrastraría a la insolvencia al sistema financiero alemán y francés. Así pues, fue la situación de quiebra técnica de España la que obligó a poner en marcha el plan de rescate extraordinario aprobado en Bruselas en la madrugada del lunes 10 de mayo, horas antes de que abrieran las bolsas europeas.

 


Rescate

Ese lunes fue, precisamente, cuando el Ibex registró la mayor subida de su historia (más de un 14%), impulsada por los avances de la banca –con subidas superiores incluso al 20%–. No es para menos si se tiene en cuenta que España estaba en quiebra técnica el viernes y 48 horas después había sido rescatada al contar con el aval de los países más fuertes de la zona euro (Alemania y Francia) y la compra de deuda pública por parte del Banco Central Europeo (BCE) –mecanismo inédito en la historia de este organismo–

 

Sin embargo, desde entonces los líderes europeos –sobre todo el español– insisten en que todas estas medidas extraordinarias se adoptaron para defender al euro de los ataques especulativos, ocultando así a la población que, en realidad, la debilidad de la divisa única respondía a la situación de quiebra técnica de países miembros, como es el caso de España.

 

Pero España no sólo fue rescatada el domingo 9 de mayo, sino también intervenida, de ahí el drástico cambio de rumbo aplicado por el Gobierno en su política económica. Las condiciones de Bruselas y Washington eran claras: España debía y debe reducir el gasto público para ir cerrando la brecha fiscal, así como aprobar reformas estructurales (mercado laboral y pensiones) para impulsar el crecimiento económico

 

 

 

 

 

La fiesta griega

 

por Miquel Amorós


La bancarrota del Estado griego, en tanto que acelerador de la crisis financiera mundial, ha de despertar todas las simpatías de quienes deseen el fin del capitalismo. La importancia del hecho resulta patente al apuntar otras posibles quiebras estatales de mayor repercusión, concretamente en Portugal, Irlanda y España, pero sobre todo, al transcurrir inmerso en una crisis social que no ha cesado de profundizarse. La revuelta griega que arrancó en diciembre de 2008 con tan buenos augurios, camina a buen paso sin que los intentos de pacificación o reconducción hayan podido detenerla, y eso que su fin es la condición sine qua non de la recomposición del Estado y de la salud de los mercados financieros mundiales (y si nos apuran, del funcionamiento correcto de los ordenadores que los dirigen). La aplicación de un severo plan de austeridad diseñado por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, dos de las más altas instancias del capitalismo, depende de la pacificación de la sociedad griega, a fin de que las deudas del Estado, en poder de los grandes bancos europeos, puedan ser traspasadas a los trabajadores, los funcionarios y los pensionistas griegos. Pero, además, el mayor peligro de la revuelta no reposa en sí misma, en las dificultades que ofrezca al restablecimiento del orden económico en un lugar concreto de la geografía capitalista, aunque sean considerables, sino en el mal ejemplo que ofrece a las poblaciones amenazadas por medidas similares, en su capacidad de contagio, en su efecto dominó. Máxime cuando la siguiente ficha que amenaza en caer es el Estado español. Y es que el triunfo de la revuelta griega se halla suspendido a su expansión, depende de su internacionalización. Los males griegos encontrarán solución cuando dejen de ser precisamente eso, griegos.

 

Para evitar mimetismos incongruentes, hemos de acercarnos a la realidad griega actual y hacernos una idea del país. Lo primero que llama la atención es que de los 11’2 millones de habitantes, cinco pertenecen a la conurbación de Atenas y algo más de uno a la de Salónica. Patras, la tercera conurbación griega, apenas tiene 250.000 habitantes, con lo cual la situación queda bastante simplificada por el enorme desequilibrio territorial: lo que sucede en Grecia, sucede ante todo en Atenas y Salónica. El resto es campo y turismo. En efecto, las dos metrópolis concentran toda la industria y la mayoría de los negocios, así como la mayor parte de la administración y el empleo. También en ellas discurren las maniobras políticas y se dirimen las luchas sociales. Sorprenderá menos pues, la pasividad del gobierno ante los incendios del verano de 2007 que devastaron la tercera parte del territorio, y su atolondramiento cuando el humo llegó a la capital. Pero eso no fue siempre así, y hasta 1970 la producción agraria superó a la industrial. El territorio griego no se hallaba tan descompensado, pero en los 25 años siguientes la población campesina emigró a las ciudades, no a cualquiera de ellas, sino a las dos mencionadas, verdaderos sumideros de mano de obra descalificada. Con todo la población campesina residual es proporcionalmente el triple de la de cualquier otro país europeo. Ese proceso particular de concentración poblacional fue dirigido desde el Estado, y esa es la segunda característica especial de Grecia, el enorme peso del sector público. La tercera parte de la masa asalariada son funcionarios y el Estado controla buena parte de la industria y las finanzas. De ahí que los partidos que se alternan en el gobierno, la socialdemocracia y los conservadores, el PASOK y la ND, no sean simples partidos, sino verdaderas maquinarias de gestión, extremadamente jerarquizadas, con un concepto patrimonial de la política y de la propiedad pública propio de otros continentes. Las mismas jefaturas partidistas han pasado de padres a hijos. Las exigencias de la Comunidad Económica Europea, a la que Grecia pertenecía desde 1981, obligaron a desmontar una parte del aparato, por lo que a partir de 1990 se realizaron privatizaciones y en 1998 se liberalizó la Banca. Precisamente los primeros conflictos de envergadura sucedieron en torno a la privatización de la enseñanza. Las fondos europeos de ayuda no bastaron para modernizar el país, ni mucho menos para disminuir la plutocracia, lo que se tradujo en una descapitalización de los servicios públicos y unos menguados salarios. Un sentimiento de frustración se apoderó de la población trabajadora.


A partir de 1996 debutó la época de las vacas gordas y la clase dirigente griega pudo beneficiarse de la bonanza económica de la globalización. Se produjo un boom turístico y financiero, florecieron los negocios inmobiliarios y la marina mercante, cayó la natalidad en picado, se multiplicaron las hipotecas y la oferta de trabajo atrajo a miles de inmigrantes. Grecia entraba en la modernidad, acentuando las divisiones sociales. La clase dirigente usaba al Estado para reforzarse y enriquecerse, mientras que los pactos con los potentes sindicatos GSEE y ADEDY, la Confederación General de Trabajadores y la Unión de Empleados Civiles, lograban la paz social a costa de un proletariado no sindicado, precario y marginado, en buena parte inmigrante, que sobrevivía en el comercio, la construcción y el turismo. La sanidad, la enseñanza, la asistencia social y la justicia, seguían deteriorándose inexorablemente, en un intento estatal por forzar su privatización, mientras el contrapunto de todo ello, la seguridad, experimentaba un auge importante. De siempre es sabido que las desigualdades inaceptables se sostienen mediante la fuerza y las prisiones. En Grecia hay en la actualidad 13.000 presos; es la tasa de encierro más alta de Europa. También tiene Grecia el privilegio ciudadano de disfrutar de una brutalidad policial sin parangón europeo y de contemplar un apreciable número de crímenes de Estado. En ningún otro país pues, la lucha contra el capitalismo, contra la clase dirigente, es de forma tan evidente una lucha contra la policía, tanto la oficial como la paramilitar. Porque en ningún otro país, cualquier conflicto, por nimio que sea, es tan fundamentalmente, una cuestión de orden, y, por lo tanto, un conflicto contra el Estado. Estas condiciones tan especiales hacen de Grecia un hervidero de anarquistas.


En Grecia hay anarquistas de todos los colores --reformistas, reaccionarios y revolucionarios-- como en todas partes, con la salvedad de que allí no forman un gueto autocomplaciente y acomodado, sino que gozan de una cierta influencia, bien que minoritaria, y de un cierto prestigio social, que han sabido ganarse a pulso en los últimos años. No nos detendremos en el movimiento anarquista, pues lo que interesa no son sus distintas formaciones o sus alambicadas diferencias, sino el peso creciente de las ideas libertarias en las luchas contra el capital internacional y el Estado griego. La agitación anarquista ha sido el detonante de la crisis social presente. De algún modo, en el marco de un consumismo fallido, las denuncias de injusticia y desigualdad social, el odio a la policía y a las vedettes de los medios de comunicación, la burla del lujo y de la autoridad, el rechazo de la corrupción, calaron en la juventud rebelde y abrieron una brecha en el conformismo de la población, justo cuando se avecinaba la época de las vacas flacas. La revuelta de diciembre hizo visible lo ya era evidente, y todas las mentiras de la prensa y la televisión no fueron capaces de ocultar el inicio de una crisis social que desbordaba todas las barreras habituales: sindicatos, partidos, militantes... 2009 fue el año de los debates ideológicos y de las tentativas por conectar con los trabajadores. Como de costumbre, la realidad adelantaba a la reflexión y la novedad era explicada las más de las veces con fórmulas pretéritas, obrerismo ramplón y consignas abstractas vanguardistas. La revuelta tenía que crear su propio lenguaje con el que ilustrar políticamente sus propias acciones y los libertarios eran los únicos que podrían hacerlo.


En toda crisis social se desencadena un proceso contrarrevolucionario, acto reflejo con el que la dominación intenta defender sus posiciones. Sus primeras manifestaciones son el endurecimiento represivo y el progreso de la extrema derecha, pero hay que mirar también al otro lado, el de los últimos cartuchos, para el caso, el Partido Comunista Griego, KKE, y la coalición SYRIZA. Ambos representan la alternativa ultraestatalista, el capitalismo burocrático de Estado, bien en la clásica versión totalitaria estalinista, bien en la moderna versión keynesiana ciudadanista. La existencia del KKE es un arcaísmo típicamente griego, pues el partido ha sobrevivido al derrumbe de la Unión Soviética y conservado un mínimo ascendiente entre los asalariados a través de su sindicato PAME, el Frente Militante de Todos los Trabajadores. La política del KKE ha sido errática, pues igual ha apoyado a la derecha contra sus rivales del PASOK, que ha tanteado a los izquierdistas de Synaspismos. En política exterior, ha terminado por alinearse con la Rusia de Putin frente al “imperialismo europeo”. Pero en lo que nunca ha variado es en presentarse como un partido del orden. Como tal, se ha unido, cuando no encabezado, al coro de voces que tachaban a los rebeldes de delincuentes, criminales y fascistas. La existencia de SYRIZA obedece precisamente a la de la antigualla inmovilista y autoritaria del KKE; es el equivalente a lo que en otros estados es Izquierda Unida, el PCF, Bloco Portugués, Die Linke o Rifundazione Comunista, a saber, el post estalinismo ciudadanista. Aunque los fines que persigue, un Estado que gestione la crisis fuera de la Unión Europea, son los mismos que los del KKE, sus tácticas difieren, en cuanto que SYRIZA se inclina a infiltrar y recuperar el movimiento de protesta, y el KKE prefiere fabricar otro paralelo, totalmente controlado y blindado.


A menudo se acusa a la plutocracia griega de haber arruinado el país, despilfarrado el erario público y favorecido la especulación. Por la mala imagen de la corrupción, los dirigentes aparecen como malos administradores, cuando la verdad es muy otra: hicieron bien sus deberes, puesto que no eran otros que los de financiar el despilfarro con una burbuja especulativa. Toda la economía mundial funciona así, a base de gastar sin mesura y especular con el crédito, a la baja o a la alta (en este caso, con la deuda del Estado). De no ser por ello, el Estado hubiera caído en barrena mucho antes. El problema vino de la crisis americana del verano de 2007, cuando las hipotecas basura se vinieron abajo, desencadenando la serie de acontecimientos que bloqueó la financiación y pinchó las burbujas. El riesgo asociado a la deuda estatal griega aumentó exponencialmente y las reformas administrativas no llegaron a buen puerto, resintiéndose los servicios públicos y las infraestructuras; la economía entraba en recesión y los salarios disminuían; ante ese panorama el gobierno conservador se quitó de en medio y pasó el testigo a los socialdemócratas. El PASOK ganó las elecciones anticipadas de octubre de 2009 (con un tercio de abstenciones) porque era el único partido con posibilidades de trasladar la deuda fiscal del Estado a la población, salvando así a los bancos europeos que guardaban sus títulos. Ni se molestó en investigar fortunas sospechosas o en encarcelar a unos cuantos políticos y empresarios corruptos del partido ND, puesto que eso nunca fue su objetivo. La decepción de quienes depositaron sus esperanzas en un cambio político fue monumental; además, todos los proyectos estatales fueron abandonados por falta de dinero, mientras el paro y la morosidad crecían más aprisa de lo esperado, con lo que hasta los mismos sindicatos comprometidos en el “cambio de rumbo”, la CSEE y la ADEDY, tuvieron que marcar distancias con la política del gobierno. Desde enero del año en curso hasta mayo, se fueron sucediendo huelgas, cuatro de ellas generales, y celebrando asambleas y manifestaciones, con el común denominador del rechazo de todos los partidos y de la política en bloque. La agitación descansaba sobre todo en los funcionarios y empleados públicos, menos expuestos a los despidos. Ha sido el momento de la gran maniobra del KKE, presentándose como el “partido de la clase obrera”, mostrándose adalid del antieuropeismo, y haciéndose eco del antiparlamentarismo generalizado, sin que por otra parte le tiemble la voz al denunciar como violentos y provocadores a los verdaderos antiparlamentarios.


En Grecia emergen enfrentados dos conceptos diferentes de proletariado, el viejo y el nuevo. Los estalinistas y los izquierdistas, cuando hablan de clase obrera, se refieren a la masa asalariada encuadrada en sindicatos, políticamente manipulable por partidos o vanguardias, a los que debe votar en tanto que “ciudadanía”. Pero ocurre que la contradicción fundamental del capitalismo no reside en la oposición capital-trabajo, sino en el sometimiento de cualquier actividad a la lógica capitalista, con lo que la lucha por el salario o el empleo es un conflicto menor que no cuestiona al sistema. Eso significa que no se puede constituir una clase ligada por el exclusivo hecho del trabajo. La verdadera lucha consiste en la liberación de la vida cotidiana colonizada por la mercancía, así pues, en el rechazo del trabajo asalariado y del consumo. Trabajador, en el sentido actual, es aquél rehén del capitalismo en todos los aspectos de su vida, no simplemente aquél que cobra un salario. Solamente a partir de una voluntad de descolonización de la vida cotidiana puede formarse una comunidad de lucha auténtica. La cuestión es importante puesto que el concepto reduccionista de proletariado nos devuelve a la perspectiva obrerista de los aspirantes a líderes e impone una estrategia capituladora. En las formas de lucha obrerista prevalecen las reivindicaciones laborales y la indiferencia política; el centro del conflicto permanece en el lugar de trabajo y la organización resultante es sindical o parasindical. En las formas de lucha revolucionaria dominan las reivindicaciones sociales y la negación decidida de la política; el centro del conflicto es territorial y la organización consecuente son asambleas de barrio y comités de base. Propias del sindicalismo son las huelgas seguidas de negociación; típicas del radicalismo son las ocupaciones innegociables. En las primeras fases del combate social ambas luchas se confunden, puesto que en principio no se contradicen, ya que la principal tarea consiste en la demolición del edificio social clasista. Pero en la medida en que el combate progresa surgen dos posiciones: la que regresa al lugar de trabajo y la que permanece en la calle; la que se conforma con gestionar su miseria y la que pretende sabotear sus mecanismos; la que pretende revalorizar la mercancía-trabajo y la que quiere derrocar el régimen mercantil. Entonces se echa en falta o se agradece la presencia de un proyecto revolucionario coherente.


Cuando hablamos de clase obrera y de capitalismo griego, no aludimos a abstracciones irreales, a referentes de la imaginación, sino de formaciones sociales concretas, contemporáneas. Los proletarios griegos conforman una variopinta masa de empleados, funcionarios, pensionistas, precarios, parados, trabajadores de servicios y obreros de la industria, con intereses sectoriales específicos que habrán de superarse para que el capitalismo se desplome. Solamente entonces, cuando coloquen un pie fuera del capitalismo, cuando sus intereses como colonizados prevalezcan sobre sus intereses como asalariados, formarán una clase, un sujeto histórico. En caso contrario, la ruina del capitalismo llevaría a su recomposición sobre bases diferentes, es decir, se irá de un tipo de capitalismo a otro. El capitalismo griego es un fenómeno casi enteramente subsidiario del Estado. Por consiguiente, la condición previa de cualquier proceso liberalizador en Grecia sería su desmoronamiento, cosa que sucedería si quedara cortado de los flujos económicos mundiales, debido a su propia incapacidad o por la resistencia de la población a someterse. Entonces entraría en juego la segunda opción del orden, a saber, la dictadura, militar o de partido, de derechas o de izquierdas, moderada o terrorista. Todo depende de las fuerzas en presencia y de sus movimientos estratégicos o tácticos. La represión es pues el común denominador de todo el periodo de descomposición capitalista, al que los revolucionarios habrán de hacer frente con las armas de que dispongan. Si triunfan, se dará la ocasión histórica para desarrollar su proyecto. Al cesar el dominio del capital, el proletariado tendrá que abolirse en tanto que polo de una relación acabada. En el caso griego, con tantos funcionarios de por medio, no faltarán quienes propongan la autogestión del aparato estatal en lugar de su desmantelamiento. No obstante, la autogestión de la producción y de los servicios orientada a la satisfacción de necesidades básicas podrá ser una medida de transición, puesto que la dispersión de las conurbaciones y la repoblación racional del territorio griego no será algo que ocurrirá de la noche a la mañana. Eso sí, las formas igualitarias de convivencia social, cada vez más descentralizadas y horizontales, habrán de impedir la reaparición de mecanismos de poder separado, desde donde el orden abolido pueda volver a recomponerse.


La mejor forma de ayudar a la revuelta griega en la península ibérica sería imitar su ejemplo, pero aquí el desclasamiento es tan grande que el endeudamiento general, la debilidad financiera del Estado y los cuatro millones y medio de parados no son suficientes para impulsar una crisis social. La solidaridad con Grecia, en consecuencia, no ha podido ser más que simbólica y no ha salido de los guetos, padeciendo todas las incongruencias de aquellos. Ya hemos visto las diferencias que existen entre ambos países, lo que determinará procesos sin duda bien diferentes. La verdad es que la clase dirigente española ya sabe que los tiempos por venir serán convulsos y se prepara. Olvida la “economía sostenible” y recluta efectivos para el mantenimiento del orden. Ha de escoger entre el sacrificio de las masas o la quiebra, y sabemos que no escogerá la quiebra. Un arsenal represivo imponente está ya a disposición de los gobiernos para cuando fallen las maniobras políticas, sindicales y ciudadanas, pero nadie se da por enterado. La inconsciencia de la población que va a sufrir las medidas de rescate económico del Estado al tiempo que sigue pagando su hipoteca, es signo preocupante de los malos tiempos que se avecinan. La conciencia de lo que es y de lo que debe ser, de lo que se está haciendo y de lo que hay que hacer, es por lo tanto el problema y el objetivo. Pues las masas han de dejar de dormir y empezar a soñar.


Miguel Amorós

9 de mayo de 2010

 

 

 

 

 

 

Los amos de la Sociedad Interamericana de Prensa

 

pdf Yaifred Ron

Tribuna Popular

 

Normalmente, los grupos mediáticos hablan de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) como si fuera un organismo consultivo válido, una organización internacional como la ONU, la OEA o una ONG de derechos humanos que defiende la «libertad de prensa». Nada de eso. La SIP es un cartel de los grandes dueños de medios de comunicación del continente, un conglomerado de empresarios mediáticos que nació en el marco de la 2ª Guerra Mundial y se moldeó al calor de la Guerra Fría, para protagonizar una historia de defensa de intereses oligopólicos, alianza con los poderes imperiales y atentados contra la soberanía de los pueblos latinoamericanos.

La acción de la SIP, en ese sentido, está debidamente documentada y se ha basado en el empleo de esquemas de desestabilización que, al resultar exitosos, han sido repetidos y son repetidos todavía hoy, en toda la región latinoamericana. En estas páginas reunimos algunos ejemplos, estudiados por periodistas latinoamericanos, de cómo este grupo de propietarios de los medios ha implementado una tradición de presión contra gobiernos democráticos, con resultados nefastos.

Presentamos aquí los orígenes de la organización empresarial y su vinculación temprana con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), así como casos puntuales de desarrollo de propaganda negra por parte de la SIP contra los gobiernos que han promovido la libertad y progreso de sus pueblos, en contraste con el silencio y la complicidad mostrados con regímenes dictatoriales de la región, disimulando incluso el encarcelamiento y asesinato de periodistas.

En la última parte, intentamos exponer las manipulaciones que han permitido a la SIP no sólo continuar usurpando la representación del periodismo en la región, sino también abrogarse derechos que corresponden a las organizaciones sociales y no sólo a un puñado de poderosos propietarios de los medios. Para ello, hemos contado con la guía de dignos periodistas latinoamericanos que han luchado por rasgar las máscaras del poder mediático y han denunciado las perversiones de la actuación de la SIP, que han colocado a la gran prensa a espaldas de los pueblos.

Esperamos que este sea un aporte, entre muchos otros, al desarrollo de la necesaria conciencia crítica en contra de las manipulaciones y desinformaciones de los amos de la prensa.

La SIP y el panamericanismo imperial

El germen de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) hay que buscarlo en el concepto del panamericanismo. Pero no en el panamericanismo bolivariano del Congreso Anfictiónico de Panamá, sino en el panamericanismo imperial.

En la primera conferencia panamericana, celebrada en Estados Unidos (EEUU), en 1889, se moldeó un aparataje orientado a organizar reuniones de gobiernos, con la intención, según sus creadores, de incentivar la comunicación y la colaboración entre los países, en condiciones de igualdad. Sin embargo, estas reuniones respondían en realidad a la preocupación de Estados Unidos por delinear las manifestaciones de control imperial, en vinculación con las oligarquías locales.

Este panamericanismo, de hecho, es entendido como una continuación de la famosa Doctrina Monroe de 1823, impuesta bajo el lema «América para los americanos», a través de la cual Estados Unidos declaraba que no permitiría a ninguna potencia no americana intervenir en el continente.

Bajo tal signo ideológico, fueron celebradas estas conferencias en distintos países de la región y en 1923, en la Quinta Conferencia Panamericana, en Santiago de Chile, se planteó la necesidad de organizar una reunión sobre la prensa.

Esa primera conferencia sobre la prensa se realizó finalmente en Washington, tres años después, y aun cuando los historiadores oficiales de la SIP insisten en señalar que se trataba de un congreso de periodistas, era esencialmente una reunión de empresarios. Así lo resalta el investigador Juan Gargurevich, en su libro A golpe de titular. CIA y periodismo en América Latina, cuando afirma que aquella era la primera vez que se reunían tantos propietarios de periódicos de América Latina. No está de más recordar que los temas tratados por las diferentes mesas (de la conferencia) no incluyeron los problemas de los periodistas mismos. A los norteamericanos les interesaban los dueños, no los empleados, escribe Gargurevich.

Luego de esta conferencia inicial, se continúan efectuando reuniones en varios países, sin concretarse la creación de la organización, hasta que en 1943, en La Habana, tiene lugar la conferencia que funda la SIP.

En ese momento gobierna en Cuba el famoso tirano Fulgencio Batista. El planeta estaba estremecido por la Segunda Guerra Mundial, y Estados Unidos y la Unión Soviética hacían sociedad para derrotar el fascismo. Este clima histórico, permeado por la existencia de un frente antifascista, permite que al fundarse la SIP se incluyan entre sus miembros, aunque de manera minoritaria, algunas publicaciones progresistas y de izquierda, entre ellas el órgano de prensa del Partido Comunista cubano, el diario Noticias de Hoy, fundado en 1938.

Desde esa primera reunión de la SIP, las voces minoritarias progresistas intentan impulsar la unidad de los trabajadores de la prensa en la región y asumen el papel de denunciantes, en contra del papel jugado en América Latina por las grandes agencias de noticias, que actúan como reproductoras del mensaje imperial.

Sin embargo, la historia cambia al finalizar la guerra. Ya en 1947 ha comenzado la Guerra Fría que enfrenta a los antiguos aliados -EEUU y Unión Soviética- se perfila el maccartismo en Estados Unidos y se crea en ese año la Agencia Central de Inteligencia (CIA), hecho que tendría un papel fundamental en lo que el periodista cubano Ernesto Vera llama el golpe CIA-SIP [1].

Este golpe, que se consumó en el año 1950, fue promovido un año antes en Quito, en el V Congreso Interamericano de Prensa, por la delegación estadounidense, integrada por tres personajes claves: un representante del Departamento de Estado, Tom Wallace, y dos altos oficiales de la CIA, Joshua Powers y Jules Dubois. El trío era encabezado aparentemente por Wallace, pero en realidad el personaje central, como se demostraría luego, fue siempre Dubois, quien coordinó durante 15 años después la labor de la CIA-SIP en América Latina.

Este trío plantea en Quito que la próxima reunión de la SIP tenga lugar en Estados Unidos, ya que los anteriores encuentros habían tenido como sede capitales latinoamericanas: México, La Habana, Caracas, Bogotá y Quito. Un grupo de latinoamericanos, entre ellos el periodista peruano Genaro Carnero Checa, se levantó contra la idea de escoger a Estados Unidos como país sede, asegurando que la discriminación racial y política en ese país no permitía que existieran las garantías necesarias para celebrar allí un Congreso.

La delegación norteamericana, luego de aceptar que la discriminación en su país era bochornosa, se comprometió a brindar las seguridades para la participación de todos los delegados, con independencia de sus ideas políticas. Finalmente, la propuesta se impuso y se aprobó que la reunión del año siguiente se realizara en Nueva York.

Al regresar a Estados Unidos, Wallace entregó un informe al Departamento de Estado, titulado Background of previous Interamerican Press Meeting, en el cual queda al descubierto la maniobra. En ese documento, Wallace resaltaba que en la reunión de Quito habían alcanzado el éxito en los dos objetivos planteados por la delegación norteamericana: trabajar por una nueva constitución de la organización original y procurar que la próxima reunión se hiciera en suelo estadounidense bajo los auspicios privados de las publicaciones de Estados Unidos:

«Tuvimos éxito en ambos propósitos sin tener que provocar la creación cismática de otra organización y dejar de esa manera en descubierto que la prensa de Estados Unidos había tenido que provocarla por no poder controlar la organización», explicaba Wallace a sus jefes, en el informe citado por Gargurevich. De esta manera, había comenzado a gestarse el secuestro de la organización.

Las historias del tesorero


Según la historia oficial de la SIP, 1950 fue el año más importante para la organización. Fue precisamente en ese año cuando se refundó la SIP y quedó conformada tal y como la conocemos ahora, sin la participación de las pocas publicaciones progresistas que inicialmente habían sido incluidas en la Sociedad. A partir de ese año, se hacen claros los objetivos que la CIA conferirá al funcionamiento de la SIP en América Latina.

Pese a las garantías ofrecidas en Quito, los representantes de los órganos de prensa progresistas no fueron invitados a la reunión de ese VI Congreso Interamericano de Prensa. A algunos se les negó la visa de entrada a Estados Unidos bajo la acusación de ser comunistas. Cuando se quejaron ante los organizadores, Wallace les ignoró, indicándoles que la visa había sido negada por el gobierno y por lo tanto debían quejarse al gobierno.

Hubo incluso quienes llegaron hasta el aeropuerto de Idlewild, sólo para ser detenidos y devueltos por las autoridades de Estados Unidos, previo interrogatorio del FBI. Tal fue el caso del cubano Carlos Rafael Rodríguez, quien representaba al periódico Noticias de Hoy, pero era además el tesorero de la SIP, reelecto por tercera vez consecutiva, y por esta misma condición viajaba con pasaporte especial.

En una narración sobre este suceso, titulada «Crónica de una New York entrevista», Rodríguez cuenta cómo fue retenido en Ellis Island, tildado de peligroso por su ideología, considerado inadmisible en Estados Unidos, ignorado por la comisión organizadora del congreso y depositado por el FBI en una aerolínea venezolana que lo devolvería a Cuba. En esa crónica, Rodríguez describía con detalles las razones por las cuales a los gestores de la nueva SIP no les interesaba su presencia:

«¿Por qué se me excluyó del Congreso?

»Se sabía muy bien que yo iba a New York a denunciar todos los casos de violación de la libertad de prensa en América. Los organizadores norteamericanos, obrando al dictado de Washington, querían condenar sólo a un grupo, cargando la mano a aquellos gobiernos que no tienen el beneplácito del State Departament. Para mí Videla es igual a Perón, y la Junta Militar Venezolana no es menos culpable que Prío.

»En segundo término se temía -y hacían bien en temerlo- que yo utilizara la tribuna del Congreso para protestar contra la vergonzosa intromisión del embajador de Estados Unidos en México, Mr. Thurton, en la libertad de prensa mexicana, a la que pretendió dictar una política de sometimiento a los intereses de Washington.

»Estos hechos han sido denunciados por el ilustre periodista don Martín Luis Guzmán y por más de sesenta escritores mexicanos.

»Por último no se quería que yo pusiera de nuevo en debate la tesis mantenida en Quito: la libertad de prensa en Estados Unidos no es más que formal. En el fondo la prensa norteamericana es un instrumento monopolista de las grandes empresas. Estas son las conclusiones a que arribó desde 1947 una comisión de expertos nombrada por la Universidad de Chicago, y pagada por el ultraconservador Henry R. Luce, de la revista Time, y por la Enciclopedia Británica. Cuando dije estas cosas en Quito, Mr. Tom Wallace -que presidió el Congreso de New York- me contestó airado que quienes tal cosa decían eran un manojo de tontos. De esa manera calificaba nada menos que a Robert Hutchins, canciller de la Universidad de Chicago; a Archibald Mc. Leish, subsecretario de Estado; al profesor de Economía en Columbia, John M. Clark; al profesor Arthur M. Schlesinger, de Harvard, y a otros conocidos intelectuales yanquis. Pero, como le repliqué a Mr. Wallace: puede pensarse que los investigadores universitarios son tontos; sin embargo, aunque sabemos que en el Senado de Estados Unidos hay una buena dosis de tontos, no son tantos como para formar mayoría. Y fue la mayoría la que en el informe de la Small Plants Comité, corroboró las ideas de que son verdaderos monopolios los que rigen la prensa americana.

»Para impedir que se plantearan estas cosas se me retuvo en Ellis Island. Pero además, los organizadores yanquis tenían un propósito adicional. Pensaban dar -y dieron- un golpe de estado. Reformaron los Estatutos de la SIP de modo ilegal. Establecieron -arbitrariamente- el voto por publicaciones dando una artificial mayoría norteamericana. Arrebataron a Cuba la sede permanente de la Sociedad para radicarla en New York. Han destruido, en resumen, la Sociedad Interamericana de Prensa como entidad independiente, transformándola en un simple aparato político al servicio de los objetivos internacionales de Estados Unidos. Para hacer esto les estorbaba la presencia de algunos delegados. Yo les resultaba especialmente indeseable. (Rodríguez, 1950).»

En efecto, antes de la conferencia del año 50, los estatutos de la SIP estipulaban que cada país tenía un voto dentro de la Sociedad, independientemente de la cantidad de órganos de prensa afiliados. El cambio de estatutos permitió tumbar el esquema un país, un voto y sustituirlo por cada publicación, un voto.

En un intento por maquillar este golpe, la historia oficial de la SIP señala que hasta ese año, las conferencias de la organización se celebraban bajo los auspicios del gobierno del país anfitrión, con lo cual las delegaciones se limitaban a sentarse y a votar por países, y los miembros no siempre eran periodistas. De acuerdo con el lenguaje oficial, fue entonces, para evitar estos patrocinios y hacerse independientes, cuando se tomó la decisión de modificar los estatutos. Sin embargo, lo cierto es que en términos prácticos Estados Unidos pasó de un voto a 424 y se alzó con la mayoría [2]. Es de suponer que estos 424 votos componen el pequeño grupo de editores y directores de periódicos estadounidenses que se habían sumado a la SIP en 1946, de acuerdo con los historiadores oficiales de la patronal.

Por eso Vera, en una entrevista ofrecida recientemente insiste en que, desde 1950 hasta nuestros días, hay una libertad de prensa secuestrada por el poder del dinero, de los recursos, y lógicamente sobre la base de una estrategia imperial: «Por eso digo que hay una mentira organizada y hay una verdad dispersa. Hay una mentira organizada, porque hay una estrategia imperialista y no hay una verdad organizada porque no tenemos todavía una estrategia antiimperialista. Eso funciona milimétricamente».

Voces dignas contra la SIP

El golpe CIA-SIP generó malestar en Latinoamérica. Mientras la SIP repetía que representaba a los periodistas, cada vez se hacía más evidente el perfil de la organización, integrada por los grandes medios impresos conservadores de la región -marcadamente proestadounidenses- y guiada por intereses imperialistas y empresariales, pero no periodísticos.

Este malestar incubado en América Latina se puso de manifiesto en la conferencia siguiente, celebrada en 1951 en Montevideo, Uruguay, donde representaciones del país anfitrión, Brasil, Chile, Perú y Argentina proclamaron su abandono de la SIP y suscribieron el Acta de Montevideo, en la que denunciaban que los propietarios de los medios se habían abrogado la función de determinar donde había o no libertad de prensa, cuando los que tienen derecho a ello, además de la sociedad, son los periodistas.

Tras manifestarse en contra de este secuestro, el Acta de Montevideo indicaba que era preciso el nacimiento de una organización que agrupara verdaderamente a las asociaciones de periodistas, a fin de evitar que sus funciones siguieran siendo usurpadas por los dueños de los grandes medios [3].

En su libro Breve historia de la SIP [4], el periodista Gregorio Selser registra entre las voces que se alzaron contra la SIP en 1951 al escritor y periodista venezolano Miguel Otero Silva, propietario de El Nacional de Caracas. En esa ocasión, Otero Silva reclamó que el cambio de estatutos aprobado en Nueva York violaba las normas más fundamentales de la organización, «dándole el carácter que ahora tiene: una entidad exclusivamente patronal de intercambio comercial, estrictamente controlada por los vendedores de papel, las agencias noticiosas y los buscadores de avisos que residen en Estados Unidos. Nada más inoportuno en ese ambiente que un periodista».

Otero Silva denunció además como tendencioso un informe de la SIP en el cual, mientras se le dedicaba 80 o 90 por ciento de su contenido a relatar minuciosamente los atropellos cometidos por Perón contra la libertad de expresión, se tendía un piadoso y cómplice manto sobre las dictaduras latinoamericanas.

En ese mismo informe, continuaba Otero Silva, aparecía el tirano nicaragüense Anastasio Somoza como un ángel tutelar de la libertad de pensamiento y se colocaban como arquetipos de la democracia al chileno González Videla y a los dictadores bolivianos. Mientras tanto, daba vergüenza ver en aquella asamblea de Montevideo a los esbirros intelectuales de Rafael Leónidas Trujillo bramando en la tribuna para decir que Perón era un tirano y que en su país, en cambio, se disfrutaba de una absoluta libertad de pensar, afirmaba indignado el escritor venezolano.

En este libro de Selser, citado por el periodista José Steinsleger, aparece otro testimonio de denuncia contra la SIP, proveniente de sus propias filas. De acuerdo con Selser, en 1958 uno de los ex presidentes de la SIP, el mexicano Miguel Lanz Duret (1909-1959), director de El Universal, renunció a la organización cuando supo que la SIP había solicitado su inscripción como corporación, dando como sede la ciudad de Dover, en Estados Unidos. Con esta acción, para Lanz Duret, la SIP iría a depender, a todos los efectos jurídicos y legales, de las leyes norteamericanas, desmintiendo así su supuesta independencia y desvirtuando en los hechos la recomendable extraterritorialidad que le confería, por ejemplo, una sede anual móvil, distinto de la norteamericana.

Más recientemente, en el año 2000, una posición similar tuvo que ser adoptada por el diario uruguayo La República y la revista Posdata, los cuales hicieron pública su renuncia a la organización empresarial al enterarse de que el antiguo director de prensa de la dictadura militar en ese país (1973-1985), Danilo Arbilla, había sido nombrado presidente de la SIP.

La carta de renuncia a la SIP, firmada por el director de La República, Federico Fasano Mertens, y fechada el 24 de octubre de 2000, reprochaba que la designación de Arbilla como presidente de una entidad que tenía entre sus principales objetivos declarados defender la libertad de prensa, constituía un insulto a la conciencia democrática de los pueblos americanos. «Su designación al frente del organismo que pretende velar por la libertad de prensa equivale a poner al zorro a cuidar el gallinero. Por todo lo antes dicho, el diario La República tiene el alto honor de renunciar, formal y públicamente, como miembro de esta Sociedad mientras el impostor continúe a su frente», concluía la misiva.

Mis amigos, los dictadores

Como dice el periodista cubano Ernesto Vera, el terrorismo mediático tiene muchas manifestaciones. Aunque la mayoría de las veces se manifiesta en la acción de la SIP y sus afiliados, en no pocas ocasiones se manifiesta en la omisión. Los silencios de la SIP son igual de elocuentes, sobre todo cuando cubren sus alianzas con regímenes dictatoriales.

En el año 2005, este denunciado ex presidente de la SIP, Danilo Arbilla, cargó contra el gobierno del entonces presidente Néstor Kirchner, a quien acusó de «manejar la publicidad de manera selectiva» y «tratar con desconsideración» a los medios de comunicación. Kirchner refrescó entonces el historial de Arbilla y recordó además al subdirector del diario argentino La Nación, Claudio Escribano, su complacencia con las atrocidades cometidas en Argentina durante la dictadura militar en ese país.

Esta vinculación de los dueños de la gran prensa con los regímenes dictatoriales latinoamericanos ha sido suficientemente documentada y citada en numerosas ocasiones, para demostrar que las preocupaciones de la SIP no se dirigen a la defensa de las libertades, sino a la preservación de intereses empresariales y oligárquicos.

En el caso Arbilla, éste había sido jefe de prensa de la última dictadura militar en Uruguay, que torturó y asesinó a ciudadanos uruguayos. De acuerdo al diario uruguayo La República, Arbilla fue designado en el cargo por el presidente Juan María Bordaberry y continuó desempeñando esas funciones luego de que el mandatario eliminara las instituciones republicanas contando con el respaldo militar, e incluso después de instaurada plenamente la dictadura.

Así, el diario recuerda que Arbilla fue cómplice del decreto presidencial del 27 de junio de 1973 que prohibía expresamente la divulgación por la prensa de todo tipo de información que "directa o indirectamente mencione o se refiera a lo dispuesto por el presente decreto atribuyendo propósitos dictatoriales al Poder Ejecutivo, o pueda perturbar la tranquilidad y el orden públicos"; durante su gestión entre 1973 y 1976, se clausuraron 173 medios de comunicación -14 de estas clausuras fueron definitivas- y se intervino la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU), la organización sindical de los periodistas. También fue desaparecido el subdirector del semanario Marcha, Julio Castro, y fueron encarcelados y torturados decenas de periodistas.

Un personaje parecido, el dominicano Germán Ornés, era el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la SIP que dirigía cartas preocupadas al presidente chileno Salvador Allende por falsas violaciones a la libertad de prensa. Este mismo Ornés fue señalado por investigadores de distintas nacionalidades de haber actuado como adulador del dictador de República Dominicana, Rafael Leonidas Trujillo.

Otro ejemplo de la actuación de la SIP frente a las dictaduras lo encontramos en sus denuncias en el año 1974, cuando de acuerdo con la organización empresarial el peor enemigo de la libertad de prensa en el continente era el gobierno nacionalista peruano de Juan Velasco Alvarado, debido a las medidas de expropiación de la gran prensa. Mientras tanto, la brutal represión y el amordazamiento en las dictaduras de Chile, Argentina y Uruguay eran prácticamente ignorados por los amos de la prensa.

Los golpes de la SIP

En paralelo a su relación con gobiernos dictatoriales, la historia del cartel de la gran prensa americana registra un buen número de agresiones en contra de gobiernos constitucionalmente constituidos, en consonancia con los intereses imperialistas en la región. En este sentido, Gargurevich destaca la temprana conformación de un eje CIA, SIP y agencias de noticias, como parte de la estructura de dominación estadounidense, formando un poderoso aparato para los planes desestabilizadores en América Latina [5].

Quizás el caso más emblemático de acción desestabilizadora de la SIP, haya sido el de su campaña de propaganda sucia contra el gobierno de Salvador Allende en Chile, derrocado en 1973 por la combinación de fuerzas reaccionarias chilenas y la CIA, a partir de la implementación de una fuerte guerra psicológica.

El periodista chileno Hernán Uribe asegura que a lo largo de toda la historia de Chile, no hubo un período en el que reinara una libertad informativa de tal magnitud que incluso cayó en el libertinaje y en claras violaciones a la ética profesional, como en el período presidencial de Allende. El propio presidente Allende, en 1970, declaró a la agencia Prensa Latina que su gobierno estaría a favor de una irrestricta libertad de prensa, pero también propiciaría que todos los actores sociales y corrientes ideológicas tuvieran acceso a la opinión.

«Actualmente, esos derechos están consagrados formalmente, pero su ejercicio en la práctica aparece restringido a sectores minoritarios que tienen una situación prominente desde el punto de vista financiero», señalaba Allende, según un recuento hecho por el también periodista Ernesto Carmona. Sus palabras, obviamente, no podían gustar a los magnates mediáticos. Menos cuando Allende apuntaba hacia un tema central, al indicar que los medios en los regímenes capitalistas se convierten no en instrumentos de información, sino en instrumentos de desinformación de los intereses populares.

Guiados por la CIA, los medios opositores chilenos, con el diario El Mercurio a la cabeza, no podían responder a la petición de Allende de informar en forma objetiva y mantener con hidalguía sus puntos de vista. Por el contrario, se dedicaron a difundir falsedades y a intentar dar una imagen de persecución a la prensa, echándole leña al fuego en el que cocinarían la dictadura pinochetista. De allí que Allende reclamara, el 12 de febrero de 1973: «Nos hemos visto obligados a señalar la falta de autoridad moral y el interés tergiversado de aquellos que se cobijan en la Sociedad Interamericana de Prensa. No nos inquieta la crítica. No sólo la aceptamos, sino que la reclamamos».

Uribe resalta también que fue la CIA la encargada de manejar a la gran prensa chilena y a los afiliados de la SIP en una campaña de propaganda negra contra Allende, hecho corroborado por papeles desclasificados en Estados Unidos. En este marco, el diario El Mercurio, propiedad de Agustín Edwards, quien fungía como vicepresidente de la SIP, recibió los dólares suficientes para su campaña contra Allende, y llegó incluso a dejar de circular durante un día, alegando amenazas, «con el objetivo de armar un escándalo desinformativo que clamara `por el cierre' de El Mercurio».

De acuerdo con el periodista chileno, las falacias fueron tales que la campaña denunciaba que se agrediría a la prensa cortándole el suministro de papel, cuando en realidad el gobierno no tenía relación en el negocio del papel, pues el productor monopólico de ese elemento era una empresa privada.

En la investigación realizada por Gargurevich, se demuestra que esta campaña de desestabilización en el Chile de Allende incluía el deterioro de la imagen del gobierno de la Unidad Popular, tanto interna como externamente. Ese «frente externo» estaba conformado por los diarios miembros de la SIP. Las noticias eran redactadas por la CIA, difundidas por las grandes agencias de prensa y publicadas por los afiliados sipianos.

La SIP llegó incluso a reunirse en Santiago de Chile en octubre de 1972, reunión a la cual Allende no se negó, a pesar de la oposición de diversos sectores chilenos, conocedores de las intenciones de la organización. Aquella reunión en la que de nuevo se «defendía la libertad de prensa» tuvo, por supuesto, una amplia repercusión mediática.

El trabajo de la SIP y sus asociados en el derrocamiento del presidente guatemalteco Jacobo Arbenz, ocurrido en 1954, también ha sido develado por documentos de la CIA, desclasificados en 1999, y recogidos en el libro La CIA en Uruguay del historiador Roberto García [6].

La investigación histórica hecha por García prueba que las prioridades propagandísticas establecidas por la CIA en contra de Arbenz eran de inmediato reflejadas por la prensa de derecha de Uruguay. Medios como El País y El Día publicaban editoriales sobre la «infiltración comunista» elaborados por la CIA, incluso con errores de traducción del inglés y descaradamente destacados por ambos periódicos con un solo día de diferencia.

Las pruebas se encuentran en documentos como «CIA, Guatemala  General Plan of Action» (Doc. Nº 135875, 12 November 1953), que establece los contenidos esenciales del plan de desinformación continental contra Arbenz; y «CIA, Hemisphere Support of PBsuccess» (Doc. Nº 913376, 16 February 1954), que detalla los apoyos hemisféricos para el plan de desinformación.

Toda esta operación estaba coronada por la infaltable denuncia de la SIP sobre violación de la libertad de prensa en Guatemala. En su publicación oficial Press of the Americas (Num. 25, Vol. 1, marzo 1º de 1954), la SIP apoyaba sus preocupaciones en una conferencia de prensa ofrecida por Jules Dubois, presidente del Comité de Libertad de Prensa de la SIP, luego que el presidente Arbenz alertara que la prensa estaba fomentando una intervención extranjera en su país.

De la misma manera, Gargurevich establece en su investigación los paralelismos entre la operación puesta en marcha para derrocar a Allende en Chile con la campaña que logró la derrota del primer ministro de Jamaica, Michael Manley, en las elecciones de octubre de 1980, acusadas de fraudulentas. Manley había sido señalado por Estados Unidos de inclinarse hacia el comunismo -con todo lo que eso significaba en el marco de la Guerra Fría-, tras establecer relaciones diplomáticas con Cuba, sumarse a los no alineados, elevar los impuestos a empresas transnacionales y declarar que su país se encaminaba hacia un socialismo democrático.

En este caso, el papel que jugó El Mercurio en Chile fue adjudicado a The Daily Gleaner, que en 1979 fue acusado por la Asociación de Prensa de Jamaica de asumir una conducta no profesional, y cuya feroz campaña contra el gobierno de Manley fue ampliamente reproducida por los diarios afiliados a la SIP.

Es conocida también la vinculación CIA-gran prensa contra el gobierno sandinista en Nicaragua, denunciada en 1981 por los periodistas nicaragüenses; y en general contra los gobiernos nacionalistas, socialistas, progresistas en la región que tomen medidas que puedan afectar a los intereses de las oligarquías locales y de Estados Unidos.

La propaganda negra continúa

Luego de probar con éxito estos esquemas de propaganda negra contra gobiernos democráticos y populares, el eje CIA-SIP continúa aplicándolos en América Latina, siendo obvia su utilización en el caso de Cuba, Argentina, con la presidencia de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner; Bolivia, con el gobierno de Evo Morales; Ecuador, con el presidente Rafael Correa; y Venezuela, con la Revolución Bolivariana impulsada por el presidente Hugo Chávez.

En el año 2005, el ex presidente de la SIP, Danilo Arbilla, denunciado por su vinculación con la dictadura uruguaya, cargó contra el gobierno del presidente Néstor Kirchner, al cual acusó de «manejar la publicidad de manera selectiva» y «tratar con desconsideración» a los medios de comunicación. La queja de Arbilla iba dirigida a la disposición del gobierno argentino de distribuir la publicidad oficial con criterio de equilibrio, entre los medios pequeños, medianos y grandes.

Contra Evo Morales, en el año 2006, la SIP señaló que en Bolivia estaba en peligro la libertad de prensa ante el propósito de apoyar la formación de una red de medios comunitarias, a pesar de que estos medios constituyen una herramienta para la democratización de las comunicaciones, a través de la gestión de las propias comunidades.

En cuanto al gobierno de Rafael Correa, el periodista ecuatoriano Alberto Maldonado ha denunciado que la SIP ubica al presidente Correa como «hostil a la prensa», sólo por sus expresiones para calificar a determinados medios y representantes de la prensa, frente a acusaciones y calificativos que estos han usado en su contra sin ninguna discreción.

Sobre Venezuela, la SIP ha vertido numerosas acusaciones a lo largo del gobierno del presidente Hugo Chávez, reiterando el modelo de propaganda negra, según el cual estaría en peligro la libertad de expresión.

En el caso de la aprobación de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión -conocida como Ley Resorte- en el año 2004, la SIP, fiel a su precepto de que «la mejor ley de prensa es la que no existe», afirmó que esta legislación estimulaba la censura previa, cuando en realidad buscaba promover el derecho del pueblo a una información oportuna y veraz. Sin embargo, en abril de 2002, la SIP avaló el golpe de Estado contra el gobierno legítimo de Venezuela y no se pronunció sobre el black out informativo de los canales privados el 13 de abril, ni sobre el cierre de Venezolana de Televisión durante el efímero gobierno de facto.

Por otra parte, el lazo de la patronal de la prensa con los intereses de Estados Unidos ha quedado de nuevo en evidencia, como lo destaca Steinsleger, cuando el 13 de octubre de 2003, la entonces consejera de seguridad nacional, Condoleezza Rice, ordenaba en teleconferencia a la Asamblea General de la SIP que apoyara al gobierno de Gonzalo Sánchez de Losada, cuya dimisión pedían los bolivianos luego de una intensa represión policial.

La SIP defiende el viejo orden

La Sociedad Interamericana de Prensa no sólo ha desatado campañas en contra de gobiernos legítimos, sino que ha tocado también a organizaciones internacionales del propio sistema de Naciones Unidas, que se han puesto al lado de los pueblos latinoamericanos en la lucha por la democratización de las comunicaciones. Así ocurrió en los años setenta contra la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), cuando ésta promovía el derecho de los Estados a establecer políticas comunicacionales.

En esa década, los países no alineados iniciaron un ágil movimiento exigiendo la creación de un Nuevo Orden Económico Internacional (Noei) que superara las injusticias del orden que prevalecía hasta el momento. Aparejado a este Noei, el Movimiento de los No Alineados, en su Declaración de Argel de 1974, proclamó la necesidad de un Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación (Nomic), que contribuyera a la democratización de las comunicaciones, utilizando entre otras fórmulas, la definición de políticas nacionales de comunicación. Denunciaba el Noal al sistema informativo existente como un instrumento de dominación.

La respuesta de Estados Unidos contra esta propuesta fue inmediata y constituyó una cerrada defensa a la doctrina del libre flujo de la información [7], en lo cual de nuevo la SIP actuó como su aliada. A esa doctrina, los países del llamado Tercer Mundo oponían la exigencia de un flujo equilibrado, a través de la reestructuración de los sistemas de información y comunicación, contra la unidireccionalidad de los mensajes y la concentración mediática.

Las denuncias contra ese «libre flujo» encontraron una aliado en el informe «Un solo mundo, voces múltiples», presentado en 1980, resultado del trabajo de una comisión nombrada por la Unesco y presidida por el Premio Lenin y Premio Nobel de la Paz, Sean MacBride. En ese documento, conocido como Informe McBride, se exponía el desequilibrio del flujo informativo y se planteaba la necesidad de mayor justicia en el intercambio de información, así como de menor dependencia en relación a las corrientes de comunicación.

La SIP se convirtió en una de las más feroces voces opositoras al Nomic y a la implementación de políticas nacionales de comunicación (PNC), en una actitud reaccionaria de lucha contra cualquier posibilidad de democratización de la comunicación, que lógicamente atentaría contra los intereses de los poderosos grupos mediáticos.


El argumento central que alzaron en su ofensiva contra el Nomic fue el más trillado de toda la época de la Guerra Fría: ese nuevo orden olía a conspiración comunista y estaba impulsado por la Unión Soviética.

Para frenar cualquier acción gubernamental que favoreciera la democratización comunicacional, la SIP se unió a otra patronal regional, la Asociación Interamericana de Radiodifusión (AIR). Ambas atacaron además en otro frente, al descalificar la acción de la Unesco, organismo que bajo la conducción del senegalés Amadou M'Bow había decidido impulsar el Nomic, estableciendo el vínculo entre comunicación y desarrollo. El acoso contra la Unesco no cesó hasta que Estados Unidos e Inglaterra anunciaron su retiro del organismo, denunciando la politización de este foro; y se obtuvo el nombramiento del español Federico Mayor Zaragoza, una figura considerada mucho más dócil ante los intereses dominantes. De allí que el investigador venezolano Oswaldo Capriles concluyera:

«El castigo sufrido por Unesco es una de las principales lecciones que pueden sacarse en cuanto a la terrible fuerza que las organizaciones de agencias y medios noticiosos occidentales, en especial estadounidenses, tienen, no solamente en cuanto a capacidad específica para influenciar opinión a través de la tergiversación de la información, sino en cuanto a la capacidad para presionar directamente los gobiernos y obtener resultados políticos de tal gravedad en la escena de los organismos del sistema internacional de las Naciones Unidas». (1996, p. 42)

Los encargados de esta campaña fueron principalmente The New York Times, las agencias de noticias AP, UPI y AFP, y sobre todo la SIP y la AIR.

La acción de la SIP fue particularmente fuerte en 1976 en contra de la Conferencia de San José de Costa Rica, donde los gobiernos latinoamericanos se reunieron para debatir sobre políticas nacionales de comunicación. La SIP, al no haber solicitado el estatus de observador en la Unesco, no fue invitada a la reunión; sin embargo, la patronal emprendió una campaña asegurando que al no invitarla se rehuía el debate y, en un golpe de efecto, anunció una reunión paralela en San José, «bajo la gritona dirección de un periodista dominicano, ex portavoz del fenecido dictador Trujillo», como señalaba Capriles.

En un análisis detallado de la campaña de la SIP y la AIR contra la Unesco, Capriles indica que ambas patronales lograron inundar la prensa del mundo con una guerra de opinión en la cual se impuso la idea de la existencia de una «tesis Unesco», inspirada por la «extrema izquierda» y atentatoria contra la libertad de expresión. Adicionalmente, los ataques se concentraban contra aquellos países que apoyaban la conferencia, mientras que en los grandes diarios disminuían las noticias negativas sobre los países que se mostraban dispuestos a colaborar.

Los comunicados emitidos por la Unesco no eran publicados por casi ningún periódico, mientras que cualquier documento emitido por el llamado Comité para la Defensa de la Libertad de Información, creado por la SIP y por el International Press Institute (IPI) como uno de sus frentes de batalla, era reproducido en todos los medios afiliados. La campaña de la SIP era repetida en Estados Unidos por los periódicos del grupo Hearts y elNew York Times [8]. Entretanto, desde El Noticiero de la SIP, se mezclaban hechos sin conexión, acusaciones de antisemitismo, denuncias de maniobras de la «aplanadora rusa-Tercer Mundo» para arremeter contra la Unesco.

Aunque una de las estrategias aplicadas por la SIP fue insistir en un supuesto complot contra la libertad de expresión orquestado por gobiernos de extrema derecha y de extrema izquierda, lo cierto es que como revela Capriles:

«En los países de gobierno dictatorial existió de hecho un acuerdo tácito entre gobiernos y medios difusivos sobre la base de situaciones previas de entendimiento, lo que demuestra de paso que los medios comerciales no estaban exigiendo democracia o libertad, sino defendiendo privilegios oligopólicos para su actividad publicitaria, actividad que en cambio consideraban amenazada en aquellos países de régimen de democracia formal, por el hecho de ser en estos -o al menos en algunos de ellos- donde se había planteado el tema de las políticas de comunicación, como elemento necesario para un avance o perfeccionamiento de la democracia». (Capriles, 1996, p. 57)


Algunos de los acuerdos de esa reunión de Costa Rica consistían en crear una agencia latinoamericana y caribeña de noticias, establecer formas de cooperación para el desarrollo de las comunicaciones rurales, formar un consejo latinoamericano de comunicación social, exigir una circulación equilibrada de comunicación e información en el plano internacional y reconocer el derecho a la comunicación como derivado del derecho universal de expresión. Sin embargo, todos estos propósitos fueron abandonados por los gobiernos ante la fuerte presión mediática.

Particularmente en Venezuela, la SIP encontró el apoyo de la patronal Fedecámaras, que el 3 de agosto lanzó una declaración en la cual hablaba sobre la necesidad de salvaguardar la libertad de expresión y alertaba contra el peligro totalitario.

Desde entonces hasta ahora, la SIP se ha mantenido actuando contra los intentos de reivindicación del derecho a la comunicación y a la información veraz. Es por ello que a finales de los noventa, acusó al gobierno de Rafael Caldera de tener tentaciones totalitarias, buscando impedir que presentara su propuesta del derecho a la información veraz en la VII Cumbre Iberoamericana, reunida en la isla de Margarita, en 1997.

En aquella cumbre, a pesar de la violenta oposición de la SIP, se aprobó por primera vez un párrafo que habla sobre garantizar el derecho a la información veraz, en el acuerdo 38 de esa conferencia, que aún está vigente. Este principio encontró luego caminos más firmes en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que consagra en el artículo 58 el derecho a la información oportuna, veraz e imparcial.

El lenguaje de la SIP. ¿Libertad de prensa o libertad de empresa?

En su lenguaje oficial, la SIP se esmera en utilizar conceptos que legitiman su comportamiento y la autoerigen en un referente a la hora de definir qué es la libertad de prensa y de decidir quién respeta esta libertad y quién no. No obstante, cuando hace esto, está incurriendo en la usurpación de un derecho colectivo de los pueblos y oculta en nombre de quiénes actúa verdaderamente esta organización patronal. Veamos algunos ejemplos:

* La SIP se empeña en hablar como representante de los periodistas, pero como hemos visto, se trata de una organización empresarial que sólo representa a los dueños de los medios. Por lo tanto, no puede hablar en nombre del gremio periodístico, como lo han denunciado periodistas de todo el continente.


* La SIP se abroga el derecho de decidir quién viola y quién respeta la libertad de expresión. Como advierte el periodista Ernesto Vera, la libertad de expresión es un derecho individual, del cual se deriva la libertad de prensa, pero en el tiempo de los medios masivos se convierte en un derecho colectivo. Es entonces un derecho de la sociedad y no de los dueños de la gran prensa. Dejarlo efectivamente en sus manos, es como si confiáramos que el derecho a la salud fuera defendido y definido sólo por las grandes clínicas privadas.

Oswaldo Capriles, en su libro Poder político y comunicación, señala también que la SIP utiliza la libertad de prensa para presionar en la opinión pública. Al presentarse como los encargados de definir en cuáles países hay libertad de prensa y en cuáles no, consiguen mantener presionados a los gobiernos y presentarse ante la opinión pública con un valor que no tienen. Recuerda además que se nos oferta la concepción dominante de la libertad de expresión como un exclusivo privilegio de los dueños de los medios.

En definitiva, ¿quién tiene derecho a la libertad de expresión, sino la sociedad? Es por eso que se denuncia con frecuencia la pretensión de la SIP de fusionar la libertad de prensa con la libertad de empresa, que no es más que la defensa de su capacidad de realizar negocios, tal y como lo expresa la Felap:

«Siendo esta sociedad una agrupación nucleada con base en propietarios y editores de periódicos, la libertad de prensa que dice defender no puede ser otra que la libertad de empresa que necesitan sus miembros para participar en el comercio de la prensa y utilizar la noticia con una mercancía u objeto de consumo» (2006, p. 28).

 

* La SIP pretende definir, sin la participación de otras instancias de la sociedad, qué es la libertad de expresión, un derecho que no les ha sido otorgado y del cual se han apropiado a partir de su poder económico. Esta pretensión de la SIP es muy clara en su Declaración de Chapultepec, en la cual se expresa una apología de un concepto de libertad de prensa que pretende una prerrogativa de los medios de difusión. La organización empresarial inició el proyecto de Chapultepec en 1994 y actualmente asegura que los diez puntos establecidos en la Declaración se han establecido como «el estándar reconocido mediante el cual el hemisferio mide la libertad de prensa y expresión». De hecho, aseguran que a partir de 1994, se ha tomado «un concepto abstracto», como el de libertad de expresión y se le ha dado una configuración que ha permitido que la gente ya no dé respuestas «confusas, esporádicas e incoherentes» cuando se le pregunta qué es libertad de expresión.



* La SIP invariablemente se presenta como la defensora de la prensa independiente. Vistos los cuantiosos ejemplos de manipulación y desinformación, habría que preguntarse, ¿esa prensa es independiente de qué? Independiente de los intereses populares; dependiente de los dueños del dinero y del poder.


* La SIP se opone duramente al concepto de información veraz, alegando que si lo aceptan tendrían que rendirles cuentas a los gobiernos, y que estos podrían censurar a la prensa al ser los que definan qué es la información veraz. Es esta una falsa dicotomía, porque es la sociedad la encargada de denunciar a los medios cuando mienten. El dilema no es SIP vs. Gobierno, sino SIP vs. Sociedad.


* La SIP siempre se ha manifestado en contra de las leyes de prensa, defendiendo en su lugar el concepto de autorregulación. Sin embargo, el hecho de que alguien tenga dinero para poseer un medio de prensa que alcanza a centenares de miles o millones de personas, no lo coloca sobre la sociedad o al margen de la sociedad; igual debe responder y asumir una responsabilidad ética y social; si no, estaríamos ante la paradoja de un poder antidemocrático que actúa como contralor de otro poder, este sí democráticamente constituido, sin tener que rendir cuentas y sin posibilidad de ser cambiado.


Habría que recordar, como lo hace Vera, que la prensa se apoya para su existencia en preceptos constitucionales que no se compraron con dinero, sino con el sacrificio y la sangre de todos los que lucharon por tener independencia.


Poderosos, pero no todopoderosos

 

A pesar de este historial de alianzas imperialistas, manipulaciones y desinformación, en los últimos tiempos gobiernos progresistas, de izquierda o revolucionarios, han logrado obtener victorias en procesos electorales en América Latina, aun en contra de la voluntad y la posición de los grandes medios de prensa, lo cual representa una derrota para los poderosos de la SIP. Esto evidencia, sin duda, un crecimiento de la conciencia crítica de los pueblos, aun cuando las campañas de propaganda negra continúan haciendo daño e intentando doblar la voluntad popular de avanzar hacia la transformación de nuestras realidades.


Una idea defendida por Ernesto Vera, luego de años en el ejercicio del periodismo, es que los dueños de los medios son poderosos, pero no todopoderosos. Y su punto débil radica precisamente en que su mensaje ofende la inteligencia humana y no se identifica con la realidad de la inmensa mayoría de los destinatarios. Es por ello que aun con menos recursos, tecnológicos y financieros, es preciso insistir en la tarea de desarrollar la conciencia crítica sobre lo que significan esos medios y sobre quiénes son sus dueños, y los dueños de esos dueños.

 

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[1] Las informaciones y reflexiones aportadas por el periodista cubano Ernesto Vera surgieron de una entrevista personal realizada para este trabajo. Vera es presidente honorario de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) y profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí.


[2] En 1950, la SIP tenía un total de 778 miembros, 424 eran estadounidenses, 314 eran latinoamericanos y 22 canadienses y europeos.


[3] Para dar respuesta a este llamado, pasarían 25 años, pues fue sólo en 1976 cuando se creó la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap), bajo el principio de apoyar siempre el derecho de los pueblos a la información veraz. Para fundar la Felap fue fundamental la acción del combatiente periodista peruano Genaro Carnero Checa, quien logró que el presidente de México para ese entonces, Luis Echeverría, le diera apoyo al nacimiento de la organización. Hoy en día, las acciones y declaraciones de la Felap continúan siendo silenciadas por los grandes medios.


[4] Las citas sobre este libro de Selser están recogidas por el periodista José Steinsleger, en el artículo «SIP: Mordaza de libre presión», publicado por el diario mexicano La Jornada, el 15 de octubre de 2006. Sobre este tema de la SIP, Selser también es citado con frencuencia por Juan Gargurevich. Steinsleger anota que si la SIP fuese una entidad realmente comprometida con la libertad, la independencia y la democracia, el edificio que en Miami alberga su sede debería llamarse Gregorio Selser (1922-1991), en lugar de Jules Dubois.


[5] El investigador venezolano Oswaldo Capriles, en un libro titulado Poder político y comunicación, puntualiza que sin duda las agencias de seguridad estadounidenses han estado involucradas en la conformación de la SIP, aunque los dueños de los medios no necesiten mucha presión para mantener posiciones coincidentes con el complejo industrial-político-militar estadounidense, dado su lugar dentro de las élites dominantes. De allí se explica la tendencia ultraconservadora que otorga a la SIP.


[6] Las notas sobre el libro de García fueron publicadas en el diario uruguayo La República, el 20 de agosto de 2007, bajo el título «La CIA ordenaba; El País y la SIP ejecutaban». La reseña del diario recuerda que Arbenz encabezó el segundo gobierno de lo que se llamó la primavera democrática en Guatemala y fue derrocado el 27 de junio de 1954, por una invasión de un ejército libertador organizado, financiado y armado por EEUU. «La operación de la CIA para derrocar a Arbenz se denominó 'Sucess' y fue la primera que incluyó la implementación de un aparato de construcción de opinión a nivel continental según la definición propia de los EEUU. La operación fue autorizada por el presidente de EEUU, Dwigth Einshower e instrumentada por el entonces canciller John Foster Dulles, y su hermano Allen, director de la CIA. Los hermanos Dulles, eran accionistas de la United Fruit Company, propietaria de enormes latifundios y plantaciones en Guatemala, afectados por la Reforma Agraria emprendida por Arbenz para darles tierra a los miles de campesinos e indígenas privados de ella».


[7] Ya en la Conferencia Interamericana de Chapultepec, realizada en 1945, Estados Unidos había impulsado la aprobación de una resolución relativa a la libre circulación de noticias. Como destaca el periodista venezolano Eleazar Díaz Rangel, en su libro La información internacional en América Latina, estas resoluciones podían ser inobjetables en la letra, pero en la práctica «sólo beneficiarían al único país en capacidad de hacer circular todo tipo de mensajes comunicacionales, consciente del poder de la información». Un año después, en 1946, el Departamento de Estado informaba que un subsecretario de Estado se ocuparía de los asuntos de comunicación, con la función expresa de romper las barreras que se oponían a la expansión de los medios estadounidenses en el planeta, asumiendo la libertad de prensa como parte de la política exterior estadounidense.


[8] La reportera del New York Times, Deidre Carmody, sostenía los argumentos de la SIP y se quejaba de la imposibilidad de presentar los alegatos de la UNESCO afirmando que no había sido posible contactar a ninguno de sus funcionarios en la conferencia de Costa Rica, cuando luego quedó al descubierto que no sólo no estaba acreditada como corresponsal para el evento, sino que tampoco se encontraba en San José.


Referencias

Capriles, O. (1996). Poder político y comunicación. Caracas: Universidad Central de Venezuela.


Carmona, E. (2003, septiembre 14). «Allende y la libertad de prensa». Tomado de 

http://www.elperiodista.cl/newtenberg/1477/article-41287.html

Díaz Rangel, E. (1991). La información internacional en América Latina. Caracas: Monte Avila Editores.


FELAP (2006). FELAP. Treinta años de principios. México: Universidad de Colima.


Gargurevich, J. (1981). A golpe de titular. CIA y periodismo en América Latina. Praga: Videopress.


La República (2000). "La República renunció a la SIP". Tomado de 

http://www.ambiente-cologico.com/ediciones/2000/076_11.2000/076_InfoGral11.php3

La República (2000, octubre 23). «Durante la gestión de Arbilla en la dictadura masacraron a la prensa». Tomado de

http://www.larepublica.com.uy/politica/25918-durante-la-gestion-de-arbilla-en-la-dictadura-masacraron-a-la-prensa

Maldonado, A. (2007). «Correa ya está en la lista negra de la SIP».

www.cubaperiodistas.cu/noticias/noviembre07/14/04.html

Mazzarovich, G. (2007, agosto 20). «La CIA ordenaba; El País y la SIP ejecutaban». Tomado de 

http://www.larepublica.com.uy/politica/271431-la-cia-ordenaba-el-pais-y-la-sip-ejecutaban%20(20

MacBride, S. et al (1993). Un solo mundo, voces múltiples. Comunicación e información en nuestro tiempo. México: Fondo de Cultura Económica.


MinCI (2004, diciembre 6). «Comunicado oficial del Ministerio de Comunicación e Información ante la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)». Tomado de 

http://www.minci.gob.ve/noticias/1/1889/mci_responde_a.html


Red Voltaire (2005, marzo 5). «Néstor Kirchner y la SIP: 'No nos vengan a decir cómo funciona la libertad de prensa los que para imponer sus ideas mataron, asesinaron y secuestraron'». 

Tomado de http://www.voltairenet.org/article124103.html



Rodríguez, C. (1950). «Crónica de un New York entrevisto». La Habana: La Vanguardia.


SIP (1994). «Proyecto Chapultepec». Tomado de http://www.declaraciondechapultepec.org/


Steinsleger, J. (2006, octubre 11). «SIP: Mordaza de libre presión». Tomado de

 http://www.jornada.unam.mx/2006/10/11/index.php?section=politica&article=022a1pol

Uribe, H. (2002, marzo 30). «En busca de un Pinochet perdido». Tomado de 

http://www.pww.org/article/articleprint/926/ 

 

 

 

 

 

 

El “caso Mir” o el odio clerical a los anarquistas.

De la novela a la crónica, de la crónica al libelo, del libelo a la historia basura.

 

 

“Sí, caballeros, tenéis razón; era una cruzada.

Pero la cruz era la gamada”

Herbert R. Sothworth. El mito de la cruzada de Franco

 

En este artículo argumentamos:

 

1.- Que Josep Serra no fue un patrullero de las Patrullas de Control del CCMA.

2.- Que Miquel Mir ha manipulado las memorias de Josep Asens para difamar a los anarquistas y a Tarradellas.

 

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NO ES UNA GUERRA CONVENCIONAL… ¡ES IRREGULAR!

 

Popayán, 10 de noviembre de 2009

 

Dicen los historiadores de la caída del Muro de Berlín, que el presidente de la República Democrática Alemana RDA en 1989, Erich Honecker, tenía tal nivel de “esquematismo” en su cabeza, que “el muro caía ante sus ojos, y él no lo creía”. “No lo veía”, dice una periodista.

 

Pareciera que frente a la actual ofensiva del imperialismo sufriéramos de enfermedades parecidas. Todos aceptamos que los gringos desarrollan una guerra irregular. Lo decimos, lo escribimos, pero actuamos como si fuera lo contrario. Hay que decirlo con fuerza: No es una guerra convencional… ¡es UNA GUERRA irregular!   

 

Es un tipo de guerra diferente, no se parece ni a la de Korea, ni a la de Vietnam, mucho menos a la de Irak o Afganistán. La fueron diseñando desde la época de Allende en Chile, desarrollaron sus técnicas con las dictaduras del Cono Sur, la practicaron con los “contras” en Nicaragua, la perfeccionaron en El Salvador, pero la han desarrollado a niveles insospechados en Colombia. Y ahora, ya han empezado con Venezuela.

 

La fórmula actual es más compleja. Han retomado los métodos tenebrosos que la oligarquía colombiana utilizó en las guerras civiles del siglo XIX, y durante la violencia de los años 50 del siglo pasado. Le acoplaron la tecnología y la inteligencia israelí, la  experiencia de la Mossad, y todo el tratado sobre conflictos de baja intensidad que elaboraron durante 40 años de “guerra fría”. 

Ellos mismos lo dicen:

 

“La guerra irregular (IW) en general y la contrainsurgencia (COIN) en particular, requieren una manera de pensar particular y talentos específicos que no son aplicables ni comunes en su totalidad a los estilos más tradicionales de guerra. Esto no sugiere que COIN represente una forma nueva o separada de guerra.”(1)

 

En nuestro país, Colombia, llevan 59 años de guerra irregular. La CIA asesinó a Gaitán en 1948 Es una guerra que, por lo menos, ha dejado tras de sí 500 mil muertos. No es una guerra que sea declarada. Nadie la anuncia, nadie la declara, nadie la reivindica. Es una guerra “sucia”, “sorda”, sin reglas, es una guerra diferente. Bastante le aprendieron los gringos a los nor-vietnamitas, que los derrotaron con una guerra de características similares, pero… ¡justa!, porque defendían lo suyo. 

 

Este tipo de guerra juega con la fuerza del enemigo. Trata de colocar a su servicio tanto las debilidades como la fuerza del contrario. Actúa y manipula con inteligencia. Ante todo, LA GUERRA IRREGULAR ES UNA GUERRA INTELIGENTE. Es una guerra dirigida a causar la derrota política de su enemigo. Su objetivo no es la derrota militar, es una “GUERRA POLÍTICA”.

 

Debemos recordar que el ejército nor-vietnamita nunca derrotó militarmente al ejército estadounidense. Lo que hicieron fue desgastarlo, desmoralizarlo, obligarlo a actuar con desesperación, al punto que los gringos llegaron a niveles de degradación que quemaban pueblos y asesinaban en forma indiscriminada. Y… ¡Todo eso se vio por televisión!

 

Después de obligarlos a comportarse en forma delictiva y facinerosa, la ofensiva fue política. Fue el mismo pueblo norteamericano, la juventud pacifista, los demócratas liberales, quienes con horror comprobaron que su ejército no tenía moral, que se había convertido en una fuerza criminal. En eso consistió el triunfo del pueblo vietnamita, y eso lo aprendieron los gringos en carne propia.

 

El caso de la guerrilla colombiana y peruana

 

Las tácticas utilizadas por las oligarquías y por el imperialismo norteamericano en Colombia y en el Perú, tenían ese objetivo. La estrategia paramilitar en sus diversas modalidades (“autodefensas campesinas” y “rondas campesinas”, respectivamente), se concentraron en obligar a la guerrilla a degradar sus métodos. (3)

 

Incluso, en ambos países se le hizo creer a la dirigencia guerrillera que había alcanzado el “equilibrio estratégico”, en el aspecto militar. Cuando la dirigencia insurgente cree firmemente en ello, lanza una ofensiva en donde se validan actos de terrorismo, ataques indiscriminados donde el pueblo es víctima de sus armas y explosivos. Se dinamita la infraestructura vial y energética, se ataca a los pueblos. En ambos países, la guerrilla identifica a toda clase de políticos e incluso, a funcionarios del Estado y de ONGs., como objetivos militares.

 

Era una ilusión. El “equilibrio estratégico” era una trampa. Mientras la guerrilla lanzaba su ofensiva, la oligarquía y el ejército hacían el trabajo ideológico. Convencer a la población que la guerrilla era la “guerrerista” y ellos los “pacifistas”. Ganar la bandera de la paz, era su objetivo. Los paramilitares en muchas zonas de Colombia, repartieron tierra entre campesinos pobres, hacían “trabajo cívico-militar”, instalaban puestos de salud, promovían proyectos productivos, contaban con la ayuda del Estado, el ejército y las transnacionales. Así lo hizo Fujimori en el Perú. Claro, a quienes se les oponían, ya sabemos qué les hacían.

Una vez la guerrilla se deja llevar al terreno de lesionar al pueblo, está perdida. Su discurso queda dislocado, y ella en conjunto, descolocada. Peor, cuando en Colombia se meten a financiar la guerra acudiendo a secuestros y extorsión. Y cuando las necesidades militares los obligan a gravar con impuestos a los narcotraficantes, se entra en la connivencia con ese negocio, que todo lo corrompe. Allí se acabó de minar su imagen ética: su moral revolucionaria fue lesionada. La derrota política era cuestión de tiempo.

 

Cuando el imperio y las oligarquías, consiguen que las vanguardias revolucionarias coloquen sus metas militares por encima de las necesidades de las masas populares, allí están consiguiendo el primer paso para su derrota. Cuando lo logran, aprietan el acelerador, utilizan de lleno el ejército oficial y desarrollan fases donde ya la fuerza paramilitar no es indispensable. “Recuperar la institucionalidad”, es su frase.

 

Una de las etapas más temibles y terribles es la llamada en Colombia “criminalización de la lucha social”. Consiste en convertir al luchador social, al dirigente de izquierda civilista, a cualquier persona que les incomode, en un agente de la “criminal guerrilla”, ya sea para perseguirlo, acosarlo, apresarlo, asesinarlo o desaparecerlo. Es la fase terminal del proceso, la que seguimos viviendo y no hemos podido superar.

 

Lo que empieza a ocurrir frente a los gobiernos nacionalistas y democráticos

 

Lo que podemos ver que están aplicando con los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Bolivia, es muy similar a lo que ha ocurrido con los movimientos sociales y de izquierda en Colombia. 

 

Primero, tratar de relacionarlos con la guerrilla. El ataque al campamento de Reyes en el Ecuador y la utilización de los famosos computadores era parte de ese ejercicio.

 

Segundo, hacerlos ver como cómplices del narcotráfico y como gobiernos corruptos.

 

Tercero, mostrarlos como gobiernos “comunistas” que quieren exportar la revolución. El golpe de Honduras es, además de una agresión, una provocación. Utilizaron las reacciones solidarias con el pueblo hondureño para acusar de intervencionismo, especialmente a Chávez, y de estar detrás de las supuestas “ilegalidades” de Zelaya.

 

Cuarto, provocar reacciones geopolíticas con la instalación de las 7 bases militares en Colombia. Ésta es una efectiva acción militar-colonial, pero tiene - ante todo - el alcance de una “política de contención”. Busca generar reacciones militaristas, es parte de un “juego geopolítico”, pretende agudizar la tensión, “mostrarnos los dientes”.

 

Quinto: Alinear a los gobiernos bolivarianos con el “eje del mal”. Acusarlos de terrorismo internacional, aliados de Irán y de ser enemigos del “orden internacional”. Hacerlos aparecer ante el mundo de que se están armando, de ser peligrosos para sus vecinos y para la seguridad regional. Todo ello a la sombra de que, en verdad, es Uribe, la oligarquía latinoamericana y los halcones gringos, quienes complotan y preparan el escenario de la guerra irregular.

 

Claro, para eso están los medios de comunicación, que explotan los más mínimos errores. Y más de las veces,  por no tener claridad política, nosotros les ayudamos.

 

Aunque el rechazo frente a las bases y al golpe de Honduras ha sido unánime de parte de los gobiernos de América Latina, lo que se observa es que han logrado “separar el trigo de la maleza”. Brasil, Chile, Argentina, Uruguay, y otros países han mermado la presión. Chávez, Evo y Correa, van quedando en la mira. 

 

Es la guerra mediática de desgaste. Es la política de contención desarrollada con maestría y filigrana. Una vez logran las reacciones “naturales” de parte de los países “objetivo”, buscando su aislamiento político, empiezan a diseñar otras acciones.

 

Ahora han empezado con asesinatos en la frontera, desestabilización, agresiones, que muy seguramente van a ir en escalada, con un gobierno colombiano posando de diplomático y pacífico, cuando – en verdad - es un gobierno criminal, corrupto y avezado en la infiltración y la guerra irregular.

 

No habrá invasión… ¡es guerra irregular!

 

Es importante decir con contundencia: Los gringos no van a invadir. No va a haber un desembarco clásico… ¡no va a haber una invasión! Ellos ya nos conocen, saben que una invasión tipo “Bahía Cochinos” en Cuba, fue un grave error. Están al tanto que ello genera resistencia y unidad de cuerpo de carácter nacionalista. Ellos evalúan y aprenden.

 

Para eso  tienen dentro de nuestros países a sus aliados, tienen sus “caballos de Troya”.

 

Las oligarquías de cada uno de nuestros países les hacen la inteligencia; esa oligarquía – para decirlo en términos de penetración - "somos" nosotros mismos -; es decir,  pueden actuar como hacían los "vietcong", que se camuflaban, y los gringos no los podían identificar. Esa oligarquía actúa con dinero, compra mercenarios, utiliza al desempleado, al vendedor ambulante, a nuestra propia gente. ¡Es una guerra irregular!  

 

Por todo lo anterior, cuando el presidente Chávez llama a un ejército regular a prepararse para la guerra, está haciendo exactamente lo que el imperio quiere. Está actuando como un boxeador ciego, enviando golpes contra un fantasma. Desgraciadamente esos golpes caen sobre nuestros propios pueblos. De eso se trata.

 

La guerra irregular busca la derrota política de los gobiernos revolucionarios de carácter nacionalista-democrático. El pueblo de la frontera, de ambos países, es el objetivo inmediato del imperio y de la oligarquía colombo-tachierense y zuliana. Provocar el caos, la inseguridad, y la tensión es su primera meta.

 

Agudizar la confrontación, NO entre la población de ambos países, sino de TODA la población fronteriza - que tiene una vida y unos intereses en común -, con el gobierno nacional de Venezuela y con las fuerzas armadas nacionales de Venezuela, es el siguiente paso. Ya lo están consiguiendo. 

 

La xenofobia en Venezuela contra los colombianos calificándolos a todos de ser paramilitares seguramente debe estar en el recetario. Hacer lo mismo en el otro lado, será el paso previo a las escaramuzas militares, para seguir haciendo creer que va a haber una invasión y una guerra regular. Mientras tanto, la verdadera guerra va por dentro.

 

Incrementar el desorden en todo en todo el país, acrecentar la inseguridad, hacer ver al gobierno como incapaz de poner orden, es el terreno preferido de toda guerra irregular. Las fases van en evolución. Su objetivo es político, no lo olvidemos.

 

 

 

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Funerales de Estado

 

de rafa cid

 

Mientras el paro continúa su implacable guillotina, demostrando que la crisis la pagan las víctimas, y los bancos hacen su agosto, tomando dinero al 1% del Banco Central Europeo (nosotros) y prestando al Estado (nosotros) al 3,8%, institucionalizando la estafa legal como forma pía de negocio, la izquierda social está siendo conducida al burladero de la retórica política por la izquierda karaoke en el poder y su entorno, desviando el problema clave del saqueo económico hacia el debate partidista de los casos Gürtel y Garzón para acumular fuerzas que permitan al gobierno socialista revalidarse lampedusianamente en las urnas para que todo siga igual.


El caso Gürtel es una trama de corrupción política como la copa de un pino que debería llevar al desguace a todo el Partido Popular, a sus pompas y a sus honras, por varias generaciones. La caverna, como estaba profetizado dado sus espurios orígenes, ha devenido en una cueva de malhechores sin remisión. Y el intento de procesar a Baltasar Garzón por haber abierto un sumario sobre los crímenes del franquismo para impedir que la Ley de Memoria Histórica se convirtiera en la práctica en una Ley de Punto Final, es otra constatación de la pobre calidad de la democracia existente, fruto envenenado de una transición que sirvió de Arca de Noé para que los verdugos de la dictadura se blanquearan en las nuevas instituciones. Treinta y cinco años de consensos para extirpar de la conciencia popular la experiencia democrática de la legalidad republicano han convertido el actual Estado de Derecho en un simulacro sólo apto para catecúmenos. 


Pero esas dos realidades incontestables no deberían convertirse en el único referente político, ni agotar todas las posibilidades de vitalización democrática. Hay que atacar los efectos pero si no se corrigen las causas estaremos haciendo un ejercicio de simulación a beneficio de inventario, aunque el aprovechado en este turno de oficio sea la sedicente izquierda. Y en el origen de los males de la patria, que diría un regeneracionista trasnochado, está el poder de la banca, que riega con su generosa financiación a los partidos políticos mayoritarios para que no se atropellen en casos cleptómanos tipo Gürtel o Filesa, y el mecanismo parasitario del paso de una dictadura a una democracia coronada con los mismos mimbres que la dictadura.


Lo que no puede ser es que la espuma de los días nos impida ver el bosque aunque estemos emboscados. Es decir, constatar que la defensa del caso Garzón se haga obviando que estos lodos proceden de los vendavales antidemocráticos de la transición, como por otra parte han señalado por todo lo alto instituciones como la ONU, Human Rights Watch y Amnistía Internacional, al exigir como reparación esencial la anulación de la Ley de Amnistía del 77. O, en el caso Gürtel y los 40 ladrones, que este atraco en toda regla no sea óbice ni valladar para que el PSOE mantenga acuerdos de calado con ese PP cleptómano o asimilados en Euskadi, Navarra (por partido interpuesto, UPN) y Baleares (la trincona Unió Mallorquina) o aborte los consensos con la banda de los gürtelianos en asuntos capitales como Educación, elección de Durao Barroso para la presidencia de la UE, pacto de directiva de la vergüenza sobre emigración, desregulación fusiones de televisiones privadas , limitación ley de Justicia Universal, pacto de Sanidad, etc., etc., etc. 


La amenaza de berlusconización de la política española no es fenómeno sobrenatural, sino una consecuencia del descrédito de una clase política ganado a pulso por legislaturas garrapiñadas entre las cúpulas del duopolio partidista sin juego parlamentario real. La indiferencia ciudadana, el autismo vivencial, la pasividad venal y el abstencionismo ético es un caldo de cultivo que se condimenta en las cocinas de la política realmente existente para impedir que haya un cambio estructural que signifique algo nuevo para la sociedad civil. Por el eso, al margen de los movimientos pendulares que temas como la trama Gürtel procuran de tarde en tarde como pirotecnia ideológica, la percepción entre el pueblo soberano es que todo sigue atado y bien atado. Invadido el espacio público por la representación partidista, que en última instancia obedece a intereses privados inconfesables, como demuestran las medidas adoptadas para capear la crisis drenando recursos públicos al sector privados, el conservadurismo atolondrado se convierte en un axioma para el común de los mortales. De hecho, con la que está cayendo (el fondo de reptiles Gürtel que es la madre de todas las corrupciones habidas y por haber, y el más difícil todavía de Falange Española y de las JONS, el banderín de enganche del Alzamiento Nacional, sentando en el banquillo al magistrado que osó investigar las responsabilidades del franquismo), el PP aventaja en seis puntos en intención de voto al PSOE. ¿Será por algo? 

 

 

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El Muro cayó y dejó su herencia maldita

 

Bruno Lima Rocha (politólogo radicado en el sur de Brasil), 

blimarocha@gmail.com  

 


El lunes día 09 de noviembre cumplen veinte años de la derrumbada, a martillazos, del Muro de Berlín, erguido a las prisas en 1961. La actual generación de jóvenes (entre dieciocho y veinticinco años) tiene poca o ninguna noción de esos significados para la política contemporánea. Afirmo eso basado en mi propia experiencia reciente en la docencia universitaria, trabajando también con especialización y post-grado académico. 


El término de la URSS vino después de la reacción popular al último suspiro estalinista en la forma de golpe militar en agosto 1991. Con el fin de la Guerra Fría, la derrota y la disolución de la antigua Unión Soviética, concretizada entre agosto y diciembre de 1991, jugaron en la fosa común las ideas de igualdad y durante una década, fue asociada la democracia liberal como única forma de régimen democrático. A partir de la derrota y posterior disolución de la antigua Unión Soviética culmina un proceso donde, de forma intencional, se confunde la plataforma de la igualdad con ineficiencia económica e ideas ultrapasadas. 


Mucha pavada fue dicha, como el Fin de la Historia y la irreductible marcha de la humanidad rumbo a la mundialización del capitalismo. Ni todo fue o es tan simplista, siendo que la Caída del Muro fue conmemorada por varios sectores de la izquierda, justo los críticos más duros de aquel Estado totalitario.

 

El senso común, bombardeado por las industrias de bienes simbólicos (media corporativa) en general, percibe sólo el efecto de la llamada Globalización de las Corporaciones, como la materialización de la victoria política, económica y militar de los EUA y el bloque de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Esto genera una serie de equívocos y déficits en la formación de aquellos que están en la faena política cotidiana y la ciudadanía brasileña paga el precio por esta laguna. El problema se nota en dos ejemplos. Uno, confundir la política de izquierda esencialmente con la mayor intervención del Estado en la economía. Otro relaciona este campo del pensamiento sólo con totalitarismo y partido único. Se traducen conceptos apenas explicados en jerga y rótulos de poca o ninguna profundidad. Sólo para ejemplificar el volumen de las tonterías, hay muchos analistas políticos por ahí diciendo que “tal político es de izquierda porque defiende mayor intervención del Estado en la economía capitalista”. Bien, por ese concepto tuerto, Franklin Delano Roosevelt también sería de “izquierda”. 


Estos equívocos son una parte de la herencia maldita de la Cortina de Hierro. El senso común asocia al pensamiento distribuctivista e igualitario a las características de una sociedad gobernada bajo dictaduras de inspiración marxista. Esta es una verdad sólo parcial. Ni todo socialismo es dictatorial y menos aún marxista. Es correcto que el marxismo - con todas sus derivaciones - fue el pensamiento mayoritario en las izquierdas. Pero está lejos de ser el único. Los embates en el interior del campo socialista comienzan en 1848 y culminan en la fractura entre federalistas (anarquistas) y centralistas (marxistas) en la 1ª Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT, 1864-1871). 


Ya el siglo XIX el problema de la libertad y de la vía estatal dividía aguas. Y, justicia sea hecha, todo lo que aconteció en las sociedades gobernadas por la Nomenklatura como clase dominante fue previsto por los opositores de Marx dentro de la AIT. Dicho y hecho. Al desdeñar del problema de la libertad y centralizar las decisiones en gestores profesionales basados en una doctrina con pretensión “científica”, la sociedad pasa a ser sólo un objeto de control y no sujetos a ser emancipados a través de la gestión directa en el mundo del trabajo, de la cultura, de la política y del ocio.

 

Entiendo que es urgente rescatar la crítica al totalitarismo por izquierda para contraponerse su falsa alternativa, el pensamiento único de base neoliberal. La asociación vulgar disemina la creencia de que “competencia” de mercado es sinónimo de libertad política. No es. El primer Estado que la ortodoxia neoliberal toma de asalto es Chile de Pinochet. Los economistas chilenos formados por Milton Friedman, con apodo de Chicago Boys, hicieron real el autoritarismo de mercado. 


En parte el problema continúa. El régimen dictatorial de la China comprueba que la dictadura de partido único y control de la sociedad entran en “armonía” perfecta con las grandes transnacionales. Su clase dominante, los mandarines del Partido, son dublés de empresarios e interdependientes económicamente de los Estados Unidos. Eso puede ser todo, menos la expresión societaria de la libertad política con distribución de renta y poder. 


Está más del que probado. Una sociedad justa no puede ser basada ni en la competición y tampoco en ninguna forma de pensamiento único. Veo dos desafíos fundamentales para las izquierdas actuales. Uno es profundizar las formas de democracia social con participación directa en las decisiones fundamentales. Otro es librarse de vez de toda la herencia maldita del extinto Bloque Soviético y sus derivaciones.

 

 

Bruno Lima Rocha es politólogo, docente universitario y milita en el frente de medios del Elaopa.

 

 

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 Article de Bruno Lima Rocha sobre la repressió a la FAG de Rio Grande do Sul (Brasil)

 

La governadora de Riu Gran do Sul Yeda Crusius encerta en el que ve i arriba al que abans no podia mirar


La vesprada de dijous, dia 29 d’octubre de 2009, va marcar la història recent de la política de Rio Grande do Sul (estat més meridional de Brasil i límit d’Uruguai i Argentina). Aquest dia, la seu de la Federació Anarquista Gautxa (FAG) en Porto Alegre va ser el blanc d’un procediment de la Policia Civil (la policia judiciària estatal), que portant un mandat de la Justícia (estatal, per descomptat), es va fer efectiu per a entrar en aquest domicili. El motiu, una acusació per calúmnia i difamació per part de la pròpia governadora d’estat, l’economista Yeda Rorato Crusius (PSDB). Les pàgines que segueixen expressen allò que ha passat des del punt de vista dels atacats i presenta una de les interpretacions possibles de ser acceptades per a explicar el per què del procediment discrecional. El centre és la batalla pels drets polítics d’un col·lectiu, contra el resguard de la imatge personal, blanc primari de les batalles politicomediàtiques de la contemporaneïtat. Per descomptat, la llibertat d’expressió i la política com a eina de mobilització estan en joc també. El neoliberalisme salvatge que envaeix les entranyes de l’aparell d’Estat en Rio Grande necessita d’un Executiu fort i autoritari.


El que va passar


En aquella vesprada 
va ser llançada l’execució per la Policia Civil del Riu Gran del Sud de dos mandats judicials de recerca i captura, en dos llocs simultanis. Un equip de la Civil va anarcontra la seu pública de la FAG (en la Ciutat Baixa, barri bohemi pròxim al Centre de Porto Alegre) i, un altre va partir rumb a l’adreça d’hostalatge del portal vermelhoenegro.org (on s’agreguen les federacions i grups estatals aliats en el Fòrum de l’Anarquisme Organitzat, FAO) localitzat en la ciutat de Gravataí, Regió Metropolitana de la capital gautxa. En tals ordes judicials constava l’autorització del Poder Judicial Estatal de captura de material imprès de propaganda, ordinadors (CPU), memòries (back up) 
i altres objectes relacionats a la queixa criminal. Es ressalta que la queixa judicial, va ser de la pròpia governadora com a persona física.


El motiu, segons l’orde judicial, 
va ser la campanya de 
cartells pegats als carrers de l’estat del Rio Grande do Sul (RS) i de difusió electrònica a través d’un portal d’Internet, derivats de l’assassinat del colon sense-terra Eltom Brum de Silva. Yeda es va sentir ferida en la seva imatge, perquè se li atribuïa el terme de “assassina”, fent-la responsable política per la violència promoguda per la Brigada Militar (BM, policia militar del Rio Grande do Sul) quan en el matí de 21 d’agost, un sense-terra va rebre un tret de balins a traïció per l'esquena . El procediment seria llavors per a aconseguir proves materials, corroborant la queixa, i justificant així el procés contra els responsables de la dita campanya. Com ja vaig dir més a dalt, en l’era de la política mediàtica, un cartell artístic té un pes considerable.


D’acord amb el testimoni de veïns del carrer, els agents de l’Estat inicialment van intentar enderrocar la porta, ja que la seu estava tancada en aquell moment. Després de l’entrada en el local, per mitjà de la lectura del mandat, van iniciar la recerca a l’interior de l’immoble de cartells, butlletins informatius i altres documents, alhora que van desconnectar el telèfon, al·legant que durant aquella execució no es podia usar tal 
mitjà. Un dels fets és que a més del cartell requerit per l’orde judicial, haurien sigut portats els arxius d’altres produccions impreses d’opinió política i informació, així com un arxiu d’altres cartells. Un d’ells reivindicava la sortida de la governadora, el mandat del qual està travessat per casos de denúncies de corrupció i situacions límit, com la de la mort del seu exrepresentant a Brasília, Marcelo Cavalcante. Al mateix temps, l'imprès associava la imatge i gestió de l’economista neoclàssica (neoliberal i neoinstitucionalista per complement) denunciant-la per entreguista, a causa de la ingerència del Banc Mundial en el seu projecte polític.


Així, si el problema 
fos buscar proves de campanyes injurioses contra el govern constituït a través d’un marge de vots de prop de 5% en el segon torn de 2006, la captura d’impresos 
ja n'hi hauria prou. Però, conforme va ser àmpliament divulgat pels mitjans alternatius del sud del Brasil, l’operatiu es va emportar, a més de material gràfic i serigrafia, també documents interns de la FAG, actes de reunions i documentació en general de la vida interna de la Federació. A més d’allò que constava en el mandat, van ser confiscats altres documents no relacionats al fet, així com discos d’arxiu de copias de seguridad i del mateix CPU. Preguntaven per armes i drogues, en una temptativa de criminalització. Ni les escombraries es van lliurar. Haurien inquirit als militants allí presents, sobre els que prenen les decisions, els que són els responsables, com funciona la FAG, si té registre jurídic formal com a associació o entitat. Per a una acció de danys morals, l’operació sembla més de policia política, encara que (de moment) d’intimidació i no de repressió física.


Simultàniament van buscar també, amb un segon mandat semblant, l’adreça i el responsable per la pàgina d’Internet. Sembla evident que la peça jurídica intentava criminalitzar a l’encarregat tècnic de la pàgina, un treballador autònom que simplement presta serveis per al col·lectiu gestor de la pàgina. Com el mateix no 
va ser localitzat, va ser portat a la 17ª comissaria de la capital (la comissaria que s’està especialitzant a actuar com a policia política) el titular de l’adreça delportal. Aquest tampoc és membre actiu de la Federació, però així i tot va ser confiscat en aquest local en Gravataí també el CPU del seu ordinador i un palm-top d’ús personal. I, tal com en Porto Alegre, la policia judicial va confiscar arxius de documents històrics de la FAG, que romanien allà guardats al llarg dels anys, com ara cartells, revistes i informatius diversos. Qual és el mòbil? Un procediment de rutina o la determinació superior d’aconseguir dades i control intern d’una organització política que juga per fora de la disputa parlamentària?


Després de les diligències i aprensions 
van ser llavors identificades i portades quatre persones per a interrogatori a la 17ª comissaria de Policia Civil en Porto Alegre. Altres testimonis encara van quedar de comparèixer de manera que el delegat titular de l’interrogatori pugui concloure'l en curt temps. Per lògica, alguns individus poden arribar a ser acusats. Resta saber la dimensió i la caracterització jurídica del procés. El resultat polític és multiplicat, això perquè el reu en un cas d’aquests, al contrari de bona part del secretariat i dels ocupants de llocs de 1r, 2º i 3r esglaó que van passar pel Palau Piratini (seu de l’Executiu estatal) en aquest govern i en l’anterior, no es tracta de reu per corrupció i sí per expressar una opinió política. Amb tota certesa, si això arriba a ocórrer, Yeda haurà fomentat una campanya de tipus solidaritat militant sense precedents n la història contemporània de l’estat gautxo.


Yeda va tirar al que va veure i va encertar on no podia mirar


Una vegada que la governadora es va alliberar del rol d’enjudiciada en el procés d’investigació federal de l’Operació Rodin (corrupció del Departament Estatal de Trànsit en el Rio Grande do Sul), 
consiguió mantindre la majoria per a suspendre el informe del procés (impeachment) i tornar buida la Comissió Parlamentària d’Investigació (CPI) de la Corrupció, es va veure sense frens i apta per a la contraofensiva. Es va escapolir de la Justícia Federal i va fer us de la majoria parlamentària per a guanyar en la “molt noble, lleial i valerosa” Assemblea Legislativa de RS. 
Va arribar l'hora de contraatacar, va pensar el govern. Un bon començament seria atacar una organització política menys mediàtica, de tipus no parlamentari, i amb menys visibilitat per no comptar amb llocs de govern o representació, fruit de la seva línia ideològica i opció estratègica. Bé, una organització d’aques tipus en RS és la FAG. És el blanc perfecte, considerant inclusivament aspectes històrics de divisió en el pensament socialista que remunten a la 1ª Internacional dels Treballadors (AIT, reivindicada pels anarquistes).


El possible error de càlcul pe part d’ella i la seva assessoria (almenys aquells que aconsegueixen aconsellar-la) 
va ser pressuposar que la grandària i l’opció ideològica d’aquesta organització implicaren aïllament i pocs vincles. Just es va donar al revés. Fruit de la inserció social i d’una política no sectària, encara que radical i intolerant amb la intermediació parlamentària, va sobrar solidaritat amb la FAG. Entitats punta com el sindicat de treballadors de l’educació pública (Cpers-sindicato) i el Moviment dels Treballadors Rurals Sense Terra (MST), a més de l’Associació Gautxa de Radiodifusió Comunitària (Abraço-RS), passant per la pàgina d’oposició i d’alternativa mediàtica més llegida de l’estat (RSurgente.org) immediatament van començar a moure’s, a articular suports jurídics, arribant fins a desplaçar gent al local sotadiligència. Tal va ser el cas de la presidenta i vice del Cpers, que es van dirigir a la seu de la Federació (pròxima al Centre de Porto Alegre) i immediatament després van acompanyar els militants anarquistes a la 17ª comissaria. No es tracta de poca importància, considerant que el Cpers té més de 90 mil afiliats i és el major sindicat del Rio Grande.


El major moviment popular de l’Amèrica Llatina també es va moure. El MST va divulgar una nota oficial de repudi a l’atropell i de solidaritat, i va posar el seu aparell jurídic a disposició (així com també el gabinet d’advocats que atén el sindicat d’educació 
va ser accionat). Les ràdioscomunitàries van accionar la seva difusió en Porto Alegre, i, en el cas de RS Urgente, el seu editor va entrar en contacte telefònic amb una de les acusades i va publicar en la seva pàgina la nota sobre l’organització atacada. Això va ser només el començament, sent enviades desenes de notes de solidaritat i gestos de suport, inclusivament d’altres països, com en el veí Uruguai i l’Argentina, on organitzacions afins en la línia política van prendre les conduccions de la xarxa de solidaritat i van fer circular informació i accionar altres suports. De l’exterior, l’acte més àgil i notori va ocórrer a Espanya, on la Confederació General del Treball (CGT) un dia després, va realitzar un breu acte de protesta enfront de l’ambaixada del Brasil a Madrid. Durant la setmana, la llista de solidaritat va créixer en forma espiral, arribant a països de l’Amèrica Llatina, Europa, Austràlia i EUA. Definitivament, Yeda va errar el blanc.

La lògica invertida -l'acusadora passa a perseguir políticament, l’argument és la calúmnia


Entenc que el cas caracteritza una amenaça directa d’
assetjar la llibertat d’expressió del periodisme en el seu to més polític i de l’ús de la comunicació alternativa, que va del muralisme, passant per l’agitació i propaganda, fins a arribar a la Internet. A l’assetjar la circulació d’informació per fora dels canals oficiosos (els mitjans corporatius, palangristas, com diuen els veneçolans), Yeda creu forçar un consens construït en la base de l’espiral del silenci i de silenciar a l’oposició amb la repressió policial i d’una certa complicitat dels poders no triats per mitjà de l’urna de la democràcia representativa. Així, sense un cert grau de domesticació de la Justícia estatal i del Ministeri Públic del RS, mai hi hauria semblant acarnissament i autoconfiança en l’acte de reprimir. El seu govern, els seus assessors i aliats polítics estan marcats com a blancs d’investigació de tipus policial per robatori de recursos públics a través del control de parts de l’aparell d’Estat. La típica “Patria Contratista” com afirmen els brillants periodistes d’investigació argentins. S’inverteix la lògica, com ho va ser en el cas del banquer bandit, Daniel Dantas. El perseguit passa a ser al perseguidor, el jacobí idealista que va pensar poder canviar la societat brasilera a través de l’Estat que l’oprimeix. Va donar en el que va donar.


En el cas de l’avançada neoliberal salvatge en el Rio Grande, tinc la certesa que aquesta campanya pública 
llançada per la FAG dins del context de mobilització sindical i popular àmplia que ve desenvolupant-se almenys des de fa un any en aquest estat, irrita profundament la governadora Yeda Crusius (PSDB). Tant ella com el seu perímetre de suport directe operen -literalment- com a braç politicoeconòmic-mediàtic del capital financer, són executors d’un acord entreguista i rifen els destins dels treballadors del servei públic de RS als abusos i les pràctiques poc o gens republicanes de les “consultories” contractades per a executar aquest mateix contracte. Tot això ve denunciant l’organització reprimida, la FAG, públicament per tots els mitjans que li són possibles, incloent-hi la pegada de cartells en els carrers de la capital Porto Alegre i d’algunes “cidades-pólo” (grans ciutats de l’interior) l’estat. En l’era de la política mediatitzada, era quasi “natural” la reacció de l’Executiu amb aires discrecionals. Va tardar, però va arribar.


S’al·lega, de part de la governadora, que l’acció de queixa criminal i la conseqüent intervenció policial, 
van ser motivades per la defensa del seu honor. Aixeco una altra hipòtesi. La meta era responsabilitzar a un col·lectiu o alguns individus organitzats en la Federació. Després de l’entrada en la seu i l’aprensió de material, tant l’interrogatori i posterior procés judicial són contra els individus identificats i responsabilitzats per la referida campanya pública de difusió d’opinió en nom de la FAG, sobre el fet del colon sense-terra Eltom Brum de Silva sent assassinat per operadors de la Brigada Militar, a l’agost en la hisenda Southall en São Gabriel, en la Frontera Oest. En aquest cas, hi ha una sospita inicial i fins avui mal explicada. Segons allò que s’ha denunciat pel moviment de ràdios comunitàries, recau sobre un oficial d’alta graduació la possible autoria dels tirs. Aquesta desconfiança, la de que el soldat que va confessar no és el verdader autor dels tirs, és una hipòtesi reforçada per la carta del Grup Tortura Mai Més de São Paulo. Si l’acció solidària aconsegueix reobrir l’interrogatori o federalitzar la investigació, llavors l’efecte contrari serà total.


Un altre tema complementari és la responsabilització política. Una acció de l’envergadura del
desallotjament del MST en la Hisenda Southall no és de rutina i passa per un equip d’acompanyament i gestió de crisi al servei de l’Executiu. Tot acte repressiu de dimensió política té un nivell de responsabilització política. Si els agents de policia estatal actuen sota l’orientació del govern de torn, la cap de l’Executiu és, per tant, la responsable política del que vingui a ocórrer per accions derivades dels seus comandats. Aquest raonament, exposat en la forma d’eslògan de campanya política, encara que prou aplicat en els països germans, no té aquesta costum en el Brasil. Per fora de la cultura política brasilera, que és còmplice amb la corrupció endèmica i estructural, però no amb les paraules dures del joc real, va ser més fàcil per a Yeda aconseguir l’orde judicial per a l’operatiu. L’acusació d’assassina era massa fort. Va passar a merèixer la pena reprimir. I va ser el que va succeir.


Els poders estatals temen la lluita política dels anarquistas


El procés per part de la governadora Yeda Crusius contra la FAG té el seu origen per tant en el contingut de materials de comunicació visual, o millor, d’opinió i propaganda, els quals ella considera calumniosos. Específicament el terme “assassina”. En aquest cas es tracta de cartells, pamflets i contingut de la Web de Internet narrant els fets polítics i opinant sobre una realitat específica, la política d’aquest govern de torn en Rio Grande do Sul, les seves conseqüències i la responsabilització d’aquestes, d’acord amb les pròpies regles jurídiques vigents de l’Estat.


El que pot haver-la deixat inquieta és saber que una força política extraparlamentària, aconsegueix apuntar amb precisió als manadors i responsables dels crims contra el poble i la seva propaganda té efectes superiors a la dels grups també radicalitzats, però aïllats socialment. Específicament l’episodi de l’assassinat del sense-terra Eltom Brum de Silva i les anàlisis divulgats per la FAG sobre els fets van motivar la queixa d’injúria, 
calúmnia i difamació, de la qual es va desenvolupar el mandat judicial de cerca i captura en la seu pública de la FAG referent als cartells llavors produïts i divulgats la setmana següent al 21 d’Agost de 2009. De què ella ens acusa? De defendre amb idees i treball de base la memòria i el sentit del martiri d’un sense-terra. aAquesta vegada el mort va ser en l’estat on l’agro-negoci respon per quasi 40% del PIB, té pressió de mitjans favorable, bancada parlamentària pròpia i aconsegueix extraure fons dels diners públics estatals sense més dificultats. Una de les micro regions on el conflicte de terres és més fort és justament en la Frontera Oest, on es localitza el municipi de Sant Gabriel. A més de l’embat històric contra el latifundi, l’agro-negoci es col·loca al servei de la indústria verda, com la de la canya de sucre transgènica en el nord del Rio Grande, o del Deserto Verde (plantacions d’eucaliptus en escala absurdament gran).


Quan una força política que actua per 
fora del joc electoral de tipus democraticoburgés aconsegueix formar part de les pautes generalitzables a l’estat, ja demostra la grandària suficient que justifiqui la seva repressió. El lema va ser la suposada calúmnia, i el fet estructural va ser el posicionament sobre el futur del Rio Grande, la sobirania popular i la seva Bioma Pampa. I, 
val la pena recordar, en el sud del país, el treballador rural va ser covardament mort amb un tir de calibre 12 a traïció, havent-hi inclusivament relats discordants quant al responsable directe per l’assassinat.


En el 
límit de la cadena jeràrquica estan els governadors dels estats brasilers, els caps màxims de les policies, tant l’ostensiva (militar) com la judicial (civil). Per tant la responsable és la governadora Yeda en el Rio Grande do Sudl, així com seria el seu governador en un altre estat del país. Però hi ha encara altres consideracions importants. Temes de polèmica i conflicte de projectes estructurals estan en joc. Les polítiques públiques implementades pels governs són també responsabilitat de qui les defineix i executa, més d’una vegada representat en el seu cap, el governador. Llavors, tenim més fets. A més de l’assassinat d’un sense-terra, caracteritzat pels propis mitjans tradicionals (corporatius i comercials) com a polític, però també les conseqüències de les polítiques per a l’educació i salut públiques, de la criminalització de la pobresa i de la violència policial exercida sobre els pobres en les perifèries urbanes i en el camp, així com sobre els moviments socials i sindicats, són banderes legítimes que diversos sectors del poble organitzat aixequen al llarg d’uns quants mesos contra aquest govern.


La mitologia política retro alimenta la contestació contemporània. El Rio Grande que va nàixer de la República Comunera Guaraní, avui viu sota un govern 
infiltrat per reus en processos federals. No és només un govern més de tipus burgés i neoliberal. És un govern burgés i neoliberal sense límits. Per a aquest analista, és tan devastador per a la població gautxa com ho van ser els governs Menem (Argentina, 1989-1998) i Bush Jr. (EUA, 2000-2008). I les propostes i decisions són a més de la pròpia Yeda. Val recordar que el banc estatal (el Banrisul) va ser dilapidat amb la venda del 47% de les seves accions preferencials. Ja el parlament estatal en aquesta legislatura, on l’Executiu té majoria, va aprovar, firmant de forma unànime, el contracte entreguista del Banc Mundial sense tan sols llegir-ho. Per a qualsevol organització d’esquerra mínimament responsable això ja seria prou per a convocar una “Pueblada” d’aquelles. En el cas específic dels anarquistes políticament organitzats en la FAG, semblant entrega de la sobirania popular va sonar com intolerable. Ve d’aquí la motivació per a l’agressiva propaganda pública i el reforç –a través de fronts socials– de l’àmplia mobilització coneguda com Fora Yeda!


Tal vegada el que falta per a la lluita popular brasilera és una tradició vinguda de Mèxic, on es preveu que tenim el dret a lluitar contra un mal 
govern. En aquest cas, entenc que la via més conseqüent seria que la contestació ampliada fos acompanyada d’una major democràcia interna en els moviments populars i sindicals, i a partir d’aquest nou caldo de cultura, modificar el model d’acumulació de forces en la societat brasilera. Això passa per un nou pacte de l’esquerra, on el deure comú seria construir una democràcia participativa. On la igualtat social i econòmica sigui la base de les llibertats polítiques i de la participació directa del poble en les seves decisions fonamentals. És a dir el que la FAG ajuda a fer des que va ser fundada el 18 de novembre de 1995. És a dir el que Yeda tem. Per això aquesta senyora, el seu exmarit, els seus secretaris d’estat i la gent que l’acompanya intenten criminalitzar als militants anarquistes.


Les lluites contemporànies del poble organitzat en l’estat més al sud del Brasil


En el Rio Grande do Sul, des del mes de març de 2008 no existeixen fets aïllats. El que hi ha és una acumulació de temptatives de criminalitzar la lluita popular i una repressió brutal a tots els sectors organitzats de les classes oprimides. Com per exemple en la vaga dels bancaris i dels professors estatals en 2008, que va resultar en la temptativa de 
criminalització del Cpers (Sindicat dels Treballadors d’Educació Pública), avui un dels majors sindicats de l’Amèrica Llatina, amb més de 90 mil afiliats. No n’hi ha prou amb imposar al poble gautxo una secretaria d’educació autoritària i ofensiva a la comunitat escolar; la forma de gestió de la qual és claramentprivatitzadora, esgotant els recursos de l’educació i entregant el pressupost per a ser complementat per les fundacions educacionals, verdaderes bugaderies de diners i de desviació d’impostos. Tampoc puc ometre el procés polític deflagrat junt amb el ministeri públic estatal contra el MST, amb la clara intenció de criminalitzar a aquest moviment. Aquesta és la conspiració oficial que va donar origen a l’assassinat d’Eltom Brum i que ara intenta incriminar a la FAG.


El silenci dels mitjans corporatius també és còmplice. El que està fora de la pauta de les lluites i del monopoli dels mitjans gautxos, capitanejats pel Grup RBS (blanc de denúncia del Ministeri Públic Federal de Canoes), són els efectes a curt, mitjà i llarg termini del préstec amb el Banc Mundial. En aquest contracte absurd i 
ven pàtria, endossat pel govern de Lula, consta, per exemple, el règim de caixa i la ingerencia de consultors estrangers en el pressupost públic de RS. Un altre intent de vendre al Riu Gran és en la liquidació del Bioma Pampa entregant les terres més fèrtils del país per a plantar eucaliptus i produir pasta de cel·lulosa destinada a fabricar paper higiènic a Europa! La mateixa relació desigual es dóna en el tema de la producció d’aliments, quan l’Estat intervé per a afavorir el latifundi en la forma de “agronegoci” i relega l’agricultura camperola i familiar a la penúria i la pobresa. Ja els capitals de la indústria, liderats per la gegant Gerdau (diverses vegades beneficiada amb subsidis estatals i estatals) tenen el seu pla estratègic en RS, impacients per acabar amb els drets adquirits pels treballadors i públicament divulgats en l’anomenada Agenda 2020.


En aquest breu anàlisi no es pot desconsiderar el paper de les elits dirigents ni de la classe d’intermediaris polítics tradicionals, com a agents importants en les decisions polítiques i la seva influència en el joc d’interessos que caracteritza qualsevol govern de qualsevol Estat. Aquí en RS, avui es fonen els interessos dels latifundistes i de l’agro
negoci i tota la seva cadena de depredació, amb la indústria de la cel·lulosa, el desert verd, l’explotació de les reserves d’aigua, la temptativa de criminalització del MST, el tancament de les escoles itinerants dels assentaments, etc...


També estan en joc els interessos d’aquells que viuen del robatori sistemàtic contra el poble, de la corrupció institucionalitzada, de la banca -composta per estafadors i criminals de trage i corbata- de la vella orde de prendre avantatge amb el patrimoni col·lectiu, de despreciar el poble i fonamentalment els seus drets i la seva capacitat de rebel·lar-se. Finalment són 
incomptablesles denúncies i evidències de corrupció escandalosa així com van ser moltes les temptatives de desqualificar i impedir als sindicats i moviments socials manifestar el seu repudi, la seva opinió.


En el que concerneix els treballadors del servei públic, la situació és molt greu. El 
gerencialismeés una de les marques d’aquest govern que va manar a la Policia Civil envair la seu de la FAG. La política d'eliminació dels drets dels treballadors, molts d’ells conquistes històriques i orgullosament iniciades en les lluites dels sindicats de resistència fa més de cent anys, no és exclusiva del govern Lula. En RS el govern Yeda Crusius va prendre i pren diverses mesures per a assetjar, executar repressió i criminalització contra els professors estatals i el seu el sindicat (CPERS), així com contra els seus dirigents. Les escoles públiques s'han convertit en un negoci entre el govern i l’organitzacions privades, les OSCIPS (organitzacions socials d’interés públic; en la pràctica empreses privades substituint l’Estat), amb la seva lògica de gestió i els seus interessos, on qui gana són els de sempre i qui perd és el poble. Les conquistes de dècades de lluites de les categories dels treballadors de l’educació vénen sent combatudes àrduament per l’actual política per a l’educació en el govern estatal, abans també personificat en la figura de Mariza Abreu, exsecretària d’educació, després també responsable per les seves conseqüències. La meta esta quasi per ser aprovada. Rebaixar el salari base i implantar la remuneració per “productivitat”; mesura aquesta que permet enfrontar als treballadors uns contra els altres 
i debilita encara més la representació sindical.


És aquesta la conjuntura que marca la repressió contra la Federació Anarquista Gautxa.


El contraatac: acte públic en el cantó democràtic, marxa per la Borges i acte polític en el Quilombo de les Arts. I ara?


Enmig de l’interrogatori i els dies frenètics que van seguir, es van donar situacions interessants. Analitzo que el moviment de solidaritat amb la FAG ultrapassa el repudi que les entitats del moviment popular i l’esquerra en general han donat al govern neoliberal acusat de corrupció, i opera com un reconeixement al treball d’aquesta organització. Tant en el sentit de la inserció com a forma d’apoderament dels subjectes socials organitzats (retirant així poder dels intermediaris professionals) com en l’efectiva política d’unitat en lluita i no sectarisme estèril.


Això es va fer veure el 3 de novembre, quan a les 18 hores, després d’un temporal, quasi un centenar de persones de diferents agrupacions més a l’esquerra, es van trobar en el Cantó Democràtic, centre de Porto Alegre, per a, 
sota una pluja fina però incessant, participar d’un acte polític de desgreuge contra la repressió patida per la FAG. En la seqüència de l’acte, va haver-hi una breu marxa per la Borges rumb al Quilombo de les Arts, espai cultural de la Comunitat Autònoma Utopia i Lluita, on es va realitzar l’acte polític. Al no canviar l’estil de treball, es demostra als poders de l’Estat que la intimidació oficial no va donar resultat. Si per un costat el titular de la 17ª DP encara no va concloure l’interrogatori, la qual cosa deixa marge per a hipòtesi en el camp jurídic, d’un altre, en el que és estrictament polític, la campanya de solidaritat està enfortida i intentant reobrir l’interrogatori policial de la investigació de l’assassinat del colon sense-terra Eltom Brum. Amb certesa, va augmentar la legitimitat de la FAG i l’organització surtenfortida de l’episodi. I ara?


Concloc apuntant algunes variables. Si els activistes de drets humans aconsegueixen reobrir l’interrogatori de l’assassinat d’Eltom, com queda la cúpula de la seguretat pública en RS? Què farà el govern de Yeda Crusius? Ella va redoblar l’aposta? Apuntarà un altre blanc, tal vegada no polític específic, però sí social, i per la seva naturalesa, de major envergadura? L’única certesa és de que aquesta Altra Campanya, per temes estratègics i de llarg termini, com la defensa del Bioma Pampa i frenar la venda del Rio Grande per al Banc Mundial, no cessarà ni durant la carrera electoral de 2010. 
Part d’això és mèrit polític de la FAG, reconegut inclusivament per l’operadora neoliberal, quan aquesta decideix reprimir l’organització. Com vaig dir més amunt,encerta en el que ve i arriba al que no va poder veure abans. 


Bruno Llima Rocha

9 de Novembre, 2009

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Aquest article va ser publicat, en portugués, pel company Bruno Llima Rocha en el portalEstratègia & Analitze . Aquesta és la versió en català de la Xarxa Llibertària Ajut Mutu  . La versió en castellà en el portal http://www.anarkismo.net.

El company Bruno Llima Rocha, és politòleg amb un doctorat i mestria de la UFRGS, periodista graduat per la UFRJ, professor de comunicació i investigador 1 d’Unisinos (vinculat al Grup Ceps / PPG (www.grupocepos.net ), i és director del Portal Estratègia & Analitze

www.estrategiaeanalise  .com.br ). Compromés en la lluita pels interessos de les majories empobrides i les seves formes d’organització, tant en Va riure Gran com a Brasil i en tota Amèrica Llatina, sota els principis de democràcia directa, lluita popular, la solidaritat i la independència de classe, és un destacat militant de la Federació Anarquista Gautxa (FAG),

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Nova
 adreça web de la FAG (http://www.vermelhoenegro.co.cc/ )

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http://www.lsqueluchan.org/
http://www.anarkismo.net/
http://www.red-libertaria.net

 

 

-----(ir a TEXTOS INTERESANTES)-----

 

 

 

Ideas para que Zapatero reduzca el déficit

 

Zapatero pidió ayer en el debate sobre la crisis que se le dijera por dónde recortar el gasto “de una manera significativa para reducir el déficit. ¿Qué líneas de alta velocidad o autovías aplazamos sine die?”. Pues bien, Ecologistas en Acción quiere darle unas cuantas ideas en este sentido.

El Gobierno persiste en su idea de dedicar grandes inversiones a las infraestructuras, sobre todo autovías y líneas de AVE, como forma de reactivar la economía. Si las virtudes que le asigna el Gobierno a las grandes infraestructuras de transporte fueran ciertas (enorme generación de empleo, dinamización económica…), la situación en España debería ser muy distinta a la que es. Efectivamente, puesto que somos el país europeo con más kilómetros de autovías y autopistas –y en 2012 seremos el que cuente con la mayor red de alta velocidad ferroviaria del mundo–, no deberíamos tener una tasa de paro tan alta y la crisis apenas debería notarse… salvo que las cosas no funcionen del modo que nos dicen.

Todo parece indicar que es así. Multitud de estudios concluyen que a partir de un cierto umbral en la dotación de grandes infraestructuras –que en España hemos superado de largo–, cualquier inversión en nuevas obras puede ser contraproducente para el desarrollo desde una estricta visión economicista, sin hablar de su impacto ambiental y social.

En este sentido, uno de los estudios más relevantes es el informe del grupo de asesores creado por John Major en los años 90 para evaluar un plan de construir 500 nuevas carreteras en Reino Unido. Este grupo, conocido por sus siglas en inglés, SACTRA, publicó en 1999 Transport and the Economy, donde analizaba la relación entre el crecimiento de la economía y las grandes infraestructuras de transporte en todos los países desarrollados. ¿El resultado? Gran parte de las tópicos sobre estas obras –que generan riqueza y empleo, por ejemplo– por los suelos. El plan de 500 carreteras se quedó en sólo 37.

Ante estos análisis, los planes del Gobierno no se pueden considerar sino un brutal despilfarro y su recorte una forma clara y sencilla de reducir el déficit y los impactos ambientales y sociales que llevan aparejados. Así, la estrella de los presupuestos de 2009 son las autovías, que se están llevando una tajada de 5.636 millones € (16% más que en 2008), seguidas muy de cerca por el AVE, con 5.629 millones € (21,6% de aumento). En total, el presupuesto para infraestructuras de 2009 asciende a 19.271 millones €, un 7,5% más que hace un año.

Para entender de qué estamos hablando, un ejemplo entre los muchos posibles: el Gobierno de Zapatero ya ha iniciado los trámites para convertir en autovía la N-211 entre Alcolea del Pinar (Guadalajara) y Monreal del Campo (Teruel). Hablamos de una carretera que no llega ni a la quinta parte del tráfico para el que los manuales de ingeniería recomiendan un desdoblamiento, en la que puede circularse a velocidades próximas a 100 km/h en todo su recorrido. El trazado, de más de 107 kilómetros, supondrá una inversión por parte del Gobierno de más de 500 millones de euros. Un despilfarro, que provocará un gran impacto ambiental, y que no tendrá ningún beneficio para los pueblos de la zona.

Para Ecologistas en Acción resulta claro que necesitamos inversiones en transporte, pero ni mucho menos las que se están planteando. Necesitamos mejores servicios de transporte, no más autovías. Nos hace falta un mejor ferrocarril, no un tren elitista que sólo tenga parada en grandes poblaciones. Necesitamos buenos servicios de cercanías ferroviarias, no más y más anillos de circunvalación. Urge poner en práctica planes de movilidad sostenible, no más listas de infraestructuras.

Ecologistas en Acción considera que a pesar de nuestra sobredotación de infraestructuras de transporte, seguimos invirtiendo en ellas una cantidad de fondos brutal. Por el contrario, todos los indicadores señalan que estamos a la cola de los países de nuestro entorno en recursos y servicios de sanidad, educación, atención social, investigación, etc. pero éstos, más allá de los discursos, no tienen prioridad presupuestaria alguna. Sin embargo, son precisamente estos sectores en los que es posible crear más empleo sin impactos ambientales y con un gran beneficio social.

Aquí tiene, pues, el presidente de Gobierno un buen catálogo de ideas para reducir el déficit y reorientar las inversiones, al tiempo que deja de maltratar al medio ambiente.

 

ECOLOGISTAS EN ACCIÓN


 

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La quimera del coche eléctrico

 

Ecologistas en Acción, ante la presentación del proyecto Movele, discrepa de los datos de ahorro energético facilitados por el Ministro de Industria. Del mismo modo, pone en duda que la solución a nuestros problemas de movilidad venga del lado del coche eléctrico. Más bien al contrario.

El Ministro de Industria, Turismo y Comercio acaba de presentar el llamado Proyecto Piloto de Movilidad Eléctrica, Movele. En dicha presentación ha atribuido unas virtudes al coche eléctrico que están muy lejos de la realidad.

Efectivamente, los datos presentados no resisten el más mínimo análisis científico. Así, por ejemplo, el ministro Sebastián ha declarado que en caso de sustituir todo el parque automovilístico actual “se dejarían de emitir 81 millones de toneladas de CO2 anuales, cifra que representa el 81% de las emisiones el sector del transporte”.

Olvida el Ministro que, por ejemplo, fabricar todos esos vehículos tendría un coste energético brutal. De hecho, se calcula que fabricar un automóvil consume tanta energía como la que gasta ese mismo vehículo a lo largo de 60.000 km, un balance que a buen seguro no ha considerado el Sr. Sebastián en sus cuentas.

También llama la atención que el afán en reducir emisiones de CO2 no se vea correspondido con otras actuaciones del Ministro, como lo prueba el fuerte recorte que realizó sobre la energía fotovoltaica, una forma de generación eléctrica claramente reductora de emisiones.

También parece dar por hecho el Ministro que los nuevos vehículos eléctricos van a sustituir a los actuales automóviles diesel o gasolina. Está por ver. Más bien la situación será la de que las familias conserven su vehículo de combustión interna para recorridos largos e incorporen un nuevo vehículo eléctrico para recorridos urbanos, incrementando aún más el enorme parque móvil que ya tenemos.

Pero, además, los estudios demuestran que las mejoras en la eficiencia no suelen ir acompañadas de reducciones en el consumo total de un recurso, sino a menudo lo contrario. Así, la mejora en la eficiencia de los actuales coches con respecto a los de hace una década no ha supuesto una bajada en el consumo de combustible en estos diez años, sino su aumento por la mayor utilización de los nuevos vehículos. Es lo que se conoce como el efecto rebote. La “conciencia tranquila” que puede provocar el uso de un coche eléctrico en el consumidor –en especial con propaganda como la que se hace desde el Ministerio de Industria o desde los fabricantes, que los califican como vehículos limpios y de emisiones cero– a buen seguro llevará a una mayor utilización de estos automóviles.

En cuanto a los 8 millones de euros previstos en ayudas para impulsar la demanda de coches eléctricos, para Ecologistas en Acción estos fondos mejor se emplearían en programas como los que se impulsan desde algunos países europeos: promover el abandono del coche a cambio de abonos de transporte público. Esto sí que provocaría, de forma drástica, un gran ahorro energético, menor dependencia energética y menores emisiones de CO2, además de facilitar una mayor calidad del aire en nuestras ciudades y una mejora de la habitabilidad urbana, sin hablar de la reducción de la siniestralidad.

Para Ecologistas en Acción es cierto que los vehículos eléctricos podrían generar menor contaminación acústica, de gases y de partículas en las ciudades. Pero los coches originan otra serie de problemas, como los relacionados con el modelo urbanístico y de transporte: expansión urbana, construcción de grandes infraestructuras, gran ocupación de espacio público, limitaciones a la movilidad de otros medios más sostenibles –la bicicleta, caminar o el transporte colectivo–, siniestralidad en conductores y peatones, y un largo etcétera.

El automóvil eléctrico avanza un paso más en mantener una situación de insostenibilidad, simulando todo lo contrario. Mantener y potenciar los desplazamientos privados en los entornos metropolitanos favorece el modelo disperso de urbanismo e impulsa la creación de más infraestructuras de transporte. Crea la ilusión de que es posible un sistema de transporte “ecológico” al margen del transporte público y de la reorganización urbanística.

 

ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

 

Las pensiones no se tocan

de rafa cid

Hace unos días, el periódico pronuclear de nueva referencia publicaba un artículo firmado por la científica Margarita Salas y dos académicos más, en el que bajo el título “Rentable para Hacienda, bueno para la salud”, la eminente bioquímica terciaba con buenas intenciones a favor de la campaña de la patronal sobre la extensión de la edad de jubilación. La argumentación esgrimida en dicho trabajo era cabal, pero otra cosa es la reaccionaria interpretación que del mismo podía hacerse como una pieza más, en este caso de alto estandin, de la teoría de la reforma laboral.

Se sumaban Salas y sus dos compañeros de opinión a esa corriente, aún apenas un susurro, que quiere introducir la voluntariedad en la jubilación para los funcionarios públicos, posibilidad que en cierta medida y con limitaciones ya existe en la legislación vigente. Pero lo notable de la posición de tan calificada científica era su encendida oposición a la jubilación forzosa en el mundo académico, y para ello traía a colación la extraordinaria experiencia de la premio Nobel, Rita Levi-Montalcini, admiradora entusiasta de Santiago Ramón y Cajal, quien remontados ya los cien años de edad “sigue asistiendo todos los días a su laboratorio y que sigue investigando sobre su tema esencial: la neuroplasticidad”.

La extraordinaria excepcionalidad del “caso Levi-Montalcini” sirve a los firmantes para hacerse la pregunta de rigor que someten al veredicto de la opinión publicada: “¿qué habría pasado si la hubieran jubilado? Inquisición retórica y torticera por su “rara avis”, como cuando los antiabortistas ponen el ejemplo imposible de un nasciturus Einstein víctima de los nuevos y malvados Herodes. Migrar entre escalas, generalizar lo que sólo es un parámetro, no es de recibo y menos en personas a las que se supone una excelencia intelectual. Incluso la llamada por Carlyle “ciencia lúgubre”, la economía, tiene como axioma de arranque, su famoso “ceteris paribus” (si lo demás no varía), un “preservativo” con el que llamar la atención de la imprecisión de sus teorías cuando cambia el contexto.

Pero no caigamos en la fácil simplificación. Lo notable del texto amadriñado por Margarita Salas es la relación de importantes detalles sobre algo que ya sabíamos: la esperanza de vida hoy no tiene nada que ver con la existente hace 100 años. Ergo, la gente debería poder seguir profesionalmente activa. También es verdad que al centrar el foco del debate en el mundo profesoral, se acota mucho la “universalidad” de la receta que los firmantes promueven. Hablan de un territorio acotado, el de los funcionarios, privilegiados con empleo estable, vitalicio, y suculentas dadivas que representan una flagrante desigualdad frente al común de los trabajadores. Como ejemplo ahí están esos planes para “rejuvenecer” las universidades que permiten paracaídas de oro a sus titulares como jubilarse a los 65 años con el 100 por 100 del sueldo, aunque sólo se hayan cotizado 15 años. Un estatus ad hoc que sólo es comparable con el marco legal elitista que disfrutan otros servidores públicos como políticos, militares y demás rarezas.

Y aún así lo que pregonan no es del todo cierto, urbi et orbi. ¿Se atrevería a sostener también Salas y cía. que la esperanza de vida en ´buena parte de África y Asía, por limitarnos a dos continentes, es tan fantástica como en el llamado “primer mundo”? Por si no lo sabe, aunque sus colegas de firma -entre ellos el sociólogo Juan Díaz Nicolás, que tantos dictámenes ha hecho para la patronal a lo largo de su carrera como publicista- a buen seguro que están enterados, ni siquiera en el rico occidente eso es una evidencia. Por el contario, según el informe publicado recientemente por la OMS , la longevidad va por barrios y no depende de la genética. Según el organismo internacional, una niña de Lesoto tiene hoy una esperanza de vida de 42 años menos que otra japonesa, y, a nivel europeo, un niño nacido en el suburbio de Calton en Glasgow, puede llegar a los 54 años de promedio, mientras que otro que vea la luz en barrio residencial de Lenzie, a pocos kilómetros del anterior, es posible que alcance hasta los 82 años. Dar esperanza a la vida y vida a la esperanza, este es el problema.

El problema de lo que Margarita Salas expone, con el tirón de credibilidad y responsabilidad que da su posición social y científica, es que su criterio, en el contexto de la contrarreforma neoliberal en marcha, puede ser utilizado como bandera de conveniencia por los reaccionarios. ¿No sería más lógico utilizar esos mismos valores que nuestra sabia encuentra hoy en los avances de la medicina, el higienismo y la dietética para demandar una salida a tiempo para disfrutar del ocio creativo, la participación política y la cooperación cívica a esos millones de trabajadores que ya han pasado el ecuador existencial, y permitir así el reemplazo generacional por los jóvenes y no tan jóvenes que no tienen ni oficio ni beneficio por la desigualdad y las barreras de entrada en el reparto del recurso trabajo? O no es cierto, a pesar de las maravillas de la ciencia, que el estiramiento del umbral vital no impide que a partir de de la frontera de los 60 años muchas personas de la “tercera edad” acusan el desgaste del ciclo natural (artrosis, lumbago, insomnio, cataratas, próstata, osteoporosis, sordera, etc.) y de la problemática que marca la vida moderna y el competitivismo rampante que imponen las empresas (estrés, obesidad, tabaquismo, etc.)? 

A algo de esta problemática debe responder el hecho de que, como refiere el artículo de marras, las encuestas arrojen que sólo entre el 10 y el 15 por 100 de los consultados querrían seguir trabajando después de los 65 años. Así que para la salud, no convence a la mayoría. Y para hacienda, como reza el título, tiene truco. ¿Por qué hay que negar a los jubilados lo que se ofrece sin más problema a la banca cleptómana? Una vida entera dedicada a crear verdadera riqueza social sin amasar fortunas personales, como los financieros rescatados con dinero público, justifica de sobra usar los impuestos de los excedentes empresariales para sufragar las pensiones cuando la formula contributiva (autocofinanciación) no baste. 

Finalizamos. El problema no son las buenas intenciones de Margaritas Salas, sino que en el contexto actual se saquen de quicio y se haga de esa lectura un argumento de excelencia. Por no hablar del hecho bumerán de que para fundamentarlo se eche mano de la “libertad individual” como un derecho supremo, como si fuera un activo más de la libertad de mercado que siguen predicando los mangantes del crac financiero en curso. Dicen los abajo firmantes que “la jubilación forzosa implica claramente una discriminación en función de la edad”, y añadimos nosotros: ¿qué tipo de discriminación es la que afecta a millones de parados de larga duración y a las nuevas generaciones sin más horizonte laboral que, en el mejor de los casos, un contrato basura? Libertad, libertad, cuantos dislates se perpetran en tu nombre, que dijo el otro.

La trayectoria social de Rita Levi-Montalcini es mucho más rica y compleja como para empotrarla interesadamente en una querella de parte. Basta con leer su libro “Elogio de la imperfección” para darse cuenta de su talla moral. Por ciento, hablando de ética, como tras el nombre de los tres firmantes del famosos artículo figuran las instituciones donde trabajan (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Universidad complutense y Universidad Autónoma de Madrid), ¿significa esto que esos centros asumen sus opiniones o sólo es un desliz de la edición achacable a los sempiternos duendes de la imprenta? Otra propuesta, la de Margarita Salas, de la escudería liberal: con buenas intenciones y malas vibraciones.

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El "estado" sin estado de Palestina

x Mumia Abu Jamal  


Los líderes del Occidente cacarean del “proceso de paz”, que a final de cuentas, no es otra cosa que un congelamiento de la opresión.


La victoria de Barack Obama ha generado expectativas en el mundo que han rebasado la realidad para llegar al absurdo.


Esta tendencia, en parte, es evidentemente impulsada por los medios corporativos, que ya no dan reportes de las noticias sino que producen lo que podríamos llamar las “pre-noticias”. Predicen lo que pasará o lo que podría pasar para que la competencia no les robe la primicia informativa. Y en el viraje brusco de las noticias a la opinión, proyectan a Obama como líder mundial en formas que son simplemente irracionales.


Esto se vio en víspera de las elecciones presidenciales iraníes, donde el reportaje vaticinó la victoria del candidato de la oposición, Mir Hossein Moussavi, y la caída del irascible Mahoud Ahmadinejad. Una vez pronosticado el resultado, las cabezas parlantes empezaron a opinar sobre la influencia global de Obama en las elecciones. (Y si de elecciones robadas se trata, ¿acaso millones de estadounidenses tomaron las calles AQUÍ para protestar las elecciones del 2000 que SÍ fueron robados?)


De la misma manera, mucho del reportaje se centró en la “línea dura” de Obama hacia los Israelíes, por ejemplo, su llamado en El Cairo a un congelamiento de los asentamientos israelíes.


La política estadounidense hacia Israel es tan sesgada a favor de Israel que un alto en la construcción de asentamientos ilegales en territorio palestino es visto como “línea dura”.


Por su parte, los ultraderechistas israelíes, muchos de los cuales apoyan al recién electo presidente Benjamín Netanyahu, han pegado carteles por todas partes de Tel Aviv con imágenes de Obama con kefiya (pañuelo palestino), engalanada con las palabras “Odiador de judíos” y “Anti-semita”, en ingles y hebreo (una referencia a su nombre musulmán y su ascendencia familiar).


El “congelar” una situación fundamentalmente injusta es mantener el status quo que deja al pueblo palestino en una situación totalmente injusta e insostenible.


Y para el colmo, Netanyahu recientemente rechazó el “congelamiento” exigido por Obama a la vez que anunció su supuesto apoyo para un estado palestino, pero desmilitarizado, con sus relaciones exteriores controladas por Israel.


Éste es un estado sólo en el sentido de que los anteriores bantustanes sudafricanos eran “territorios independientes”, es decir, de ninguna manera es un estado.


A los palestinos les arrebatan sus mejores tierras para imponer asentamientos israelíes que las convierten en queso gruyere. Encarcelan a su parlamento, racionan su propia agua y derrumban sus casas con excavadoras, mientras 


Mientras tanto, Israel, no sólo el poder militar más fuerte de la región, sino un estado con armas nucleares no declarados, acepta la idea de un estado palestino, pero sólo si está desmilitarizado. ¡Y esto se considera como progreso!

 

Desde el corredor de la muerte, soy Mumia Abu-Jamal



Escrito el 15 de junio de 2009

 

 

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ERES DE PUFO

 

 

El siguiente artículo aparecido en el último número del periódico “CNT” (nº 357, Junio 2009) expone de forma breve alguno de los criterios que demuestran que el actual periodo de crisis económica es una invención de los poderes económicos para reestructurar el mercado laboral con la intención de exprimir salvajemente a los trabajadores y trabajadoras. En todo caso, sí es cierto que los malabares financieros de las grandes empresas hacen aguas… pero el paro la destrucción permanente de puestos de trabajo, los recortes, etc, son harina de otro costal.

 

 

"ERES de pufo" por Juan Armada


        En la última legislatura de Felipe González, se llevaron a cabo las reformas laborales más salvajes de los últimos 30 años. Felipe se fue, dejándolo todo atado y bien atado, como en su día dijo un asesino. Uno de los preceptos del Estatuto de los Trabajadores que sufrió un cambio radical por esas reformas (y siempre para peor) fue el artículo 51, que en su redacción original sólo admitía como causas de los expedientes de crisis: causas económicas, tecnológicas y fuerza mayor. Después de la reforma del año 1994, se le añadieron: por causas organizativas y de la producción. Esto es lo que se conoce en derecho como un "concepto jurídico indeterminado". Es decir, se trata de causas no mensurables, que no están delimitadas, pues dichas causas las empresas las pueden utilizar como una forma barata para reestructurar plantillas, sin dar muchas explicaciones. Pues bien, este tipo de conceptos jurídicamente indeterminados producen una absoluta indefensión al trabajador, porque para que el derecho laboral cumpla la finalidad de protegerlo (los juristas le llaman función tuitiva), los preceptos de ese derecho deben caracterizarse por ser normas imperativas o prohibitivas con respecto al empresario, y nunca tener una redacción que permita la posibilidad de que el empresario pueda hacer o escoger, ya que si la norma laboral al empresario le deja hacer o decidir, entonces el derecho laboral se convierte en mercantil.

En estos momentos de crisis, estamos asistiendo al abuso de derecho que hace la patronal, aprovechándose de la nefasta legislación laboral de este país, y lo que es peor, que se está haciendo de forma incentivada con medidas aprobadas por el gobierno.

Si echamos mano de las estadísticas del Ministerio de Trabajo de los últimos meses respecto de los ERES aprobados, obtenemos los siguientes datos: el número de trabajadores afectados por ERES que comportan la extinción del contrato de trabajo en enero y febrero de 2009 por causas organizativas de la producción fueron 4.651 trabajadores. Mientras que por las causas económicas derivadas de quiebra, suspensión de pagos, restricción de la demanda y baja productividad fueron 485 trabajadores. Y los extinguidos por causas económicas derivadas de problemas de financiación y aplicación de medidas económicas suponen 5.663 trabajadores despedidos. Si nos fijamos en los contratos suspendidos (que cuentan con una bonificación del 50% las cuotas de la seguridad social que pagan los empresarios), las cifras son más indicativas: por causas organizativas y de la producción en esos 2 meses suman 72.965 trabajadores con el contrato suspendido; frente a los 22.700 por quiebra, suspensión de pagos, restricción de la demanda y baja productividad; y los 10.794 por problemas de financiación y aplicación de medidas económicas.

Otro tanto podríamos decir del número de trabajadores afectados por ERES aprobados con medidas de reducción de jornada. Es decir, ¿qué quieren decir estos datos? Que la crisis financiera no ha afectado verdaderamente a la estabilidad de las empresas, ya que si esto fuese así, los ERES que se aprobarían lo serían por quiebra, suspensión de pagos, restricción de la demanda y baja productividad. ¿Qué está haciendo el capital entonces? Aprovechar la crisis para llevar a cabo una nueva reestructuración de plantillas y degradar aún más el mercado laboral y los sistemas públicos de protección social. Es decir, hacer más crisis de la crisis.

Resulta chocante que se aprueben un número importante de extinciones y suspensiones de contratos por falta de tesorería, cuando el Ministerio de Trabajo dice que las empresas, gracias a las recientes medidas aprobadas, "se liberan de 6.000 millones de euros a través de rebajas fiscales y 29.000 millones de euros a través de las líneas del ICO para facilitar su acceso al crédito"… Eso sin contar con los avales que recibió la banca para facilitar crédito a las empresas. Me gustaría saber qué opina de todo esto el último fichaje de Instituto de Empresa S.L., José Mª Fidalgo.

¿Existe un obsceno y repugnante negocio tras esta “crisis”? ¿A quién beneficia?...

 

Federació Local de Sindicats de L´Hospitalet de Llobregat CNT

Enrique Martínez

Secretari de Premsa y Comunicació

 

 

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Abstencionismo y movimiento social

(Análisis de un compañero mexicano)

 

John M. Ackerman

 

Estrictamente hablando, el acto de votar es irracional, es más un acto de fe que un cálculo pragmático. Por muy cerradas que se hayan vuelto las competencias electorales en los últimos años, es casi imposible que las elecciones masivas se decidan por un voto. Estadísticamente, la boleta que usted, su vecino o un servidor depositemos en la urna electoral tiene nulas posibilidades de incidir en el resultado final de la elección.

Pero exactamente lo mismo se aplica a la anulación del voto. Un voto en blanco tiene mínimas probabilidades de impactar el desenlace de la elección. Un voto en blanco tampoco será contabilizado como un voto de protesta debido a la total opacidad respecto del contenido de los votos nulos que exige nuestra legislación electoral. El ilegal e inmoral rechazo del acceso ciudadano a las boletas también asegura que el tamaño real de la anulación activa se mantenga en secreto.

El airado intercambio entre los que abogan por la anulación del voto y los que defienden el ejercicio del sufragio es un debate falso. La triste realidad es que, dado el sistema electoral que actualmente tenemos, las acciones individuales simplemente no cuentan.

Lo verdaderamente importante no es lo que hagamos en solitario y en secreto dentro de la casilla electoral, sino lo que nos atrevamos a expresar en colectivo en las plazas y foros públicos. Si lo que queremos es cambiar la cultura política del país, los ciudadanos tenemos que construir una alternativa independiente que de una vez por todas obligue a las autoridades a rendir cuentas y a responder a nuestras demandas.

Una de las lecciones más evidentes de las últimas décadas es que las reformas significativas no surgen de la buena voluntad de los políticos, sino que se construyen a través de vigorosos movimientos sociales. La reforma política de 1996 fue el resultado directo del levantamiento armado en Chiapas y la acción política del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). La reforma electoral de 2007 y las modificaciones a la reforma petrolera de 2008 son victorias atribuibles a la acción ciudadana y política encabezada por Andrés Manuel López Obrador.

A pesar de la desinformación generada a través los principales medios electrónicos, el pueblo mexicano es muy inteligente y cuando entra en acción de manera colectiva tiene el potencial de impactar directamente en el desarrollo de la política nacional.

Sin embargo, falta articular un movimiento social independiente y dinámico que revitalice nuestra fallida democracia. En particular los jóvenes tendrían que asumir un liderazgo central en esta nueva etapa de la vida política del país. La renovación generacional de la política es una tarea impostergable. Los representantes políticos, cívicos, intelectuales y periodistas que típicamente encabezan estos esfuerzos deben entender que el país reclama un relevo generacional que permita el florecimiento de nuevas ideas y nuevos voceros del movimiento democrático nacional.

Los movimientos estudiantiles de 1968 y 1986, así como los primeros años del movimiento zapatista iniciado en 1994, son ejemplos históricos de lo que una juventud movilizada y consciente es capaz de lograr. Quizás en esta ocasión sean los jóvenes militantes de la contracultura los que nos enseñen el camino hacia una nueva forma de hacer política. O tal vez los jóvenes rechazados de las escuelas públicas encontrarán la forma de organizarse para demandar un cambio estructural al sistema de desarrollo excluyente que predomina en el país.

No sabemos de dónde surgirá la esperanza en este momento tan crítico y desolador del desarrollo de nuestra nación. Pero lo que sí queda claro es que el reto más importante es escuchar atentamente las inquietudes sociales y encontrar maneras de movilizar y canalizar la frustración social. Los movimientos sociales no surgen solos, pero tampoco se generan por decreto.

El descontento ciudadano es un hecho. Lo que falta es la conversión de la desesperación pasiva en un plan de acción concreto para la renovación política del país.

La televisión y los poderes fácticos apuestan al desencanto ciudadano y a las reacciones individualizadas ante las crisis política, económica y social. Para estos actores, el abstencionismo sería la perfecta válvula de escape para la frustración creciente del pueblo mexicano. Pero lo que realmente pondría a temblar a un sistema tan corrupto e injusto como el que nos gobierna no es la protesta silenciosa dentro de la casilla electoral, sino la toma del espacio público por una nueva generación harta del engaño y la mentira.

 

El blog de Ackerman presenta una visión de México interesnate de leer.

http://www.johnackerman.blogspot.com

 

 

 

 

Revista que la xarxa llibertària ha preparado sobre el aborto.

 

Publicació intermitent de la Xarxa Anarquista


Editorial

 

 

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CLONES, MENTIRAS Y SALVEMOS TELEMADRID

 

de rafa cid

 

López con Basagoiti, Blanco con Aguirre, el ministro de Trabajo contra el gobernador del Banco de España y Zapatero bendiciéndolo todo desde el altar mayor, ¿a quién creer? ¿Al PSOE “malo” que pacta con los chicos del PP para reconquistar Euskadi y aprueba los latrocinios urbanísticos de la presidenta de la Comunidad de Madrid, o al PSOE “bueno” que defiende la integridad del sistema de pensiones frente a las revisiones neoliberales de Miguel Ángel Fernández Ordoñez? Una estrategia especulativa, hecha de parches, intereses inconfesables, cortoplacismo y miedo al abismo está convirtiendo al gobierno en un espectro político. Las verdaderas intenciones, dentro, por el calor; en el escaparate, sólo clones.


En el 2004, con una economía boyante, el Partido Popular naufragó sin remisión porque creyó que tenía ganada a la opinión pública. Pero bastó que agentes sociales y algunos medios influyentes agitaran la criminal guerra de Irak para que el hechizo saltara en mil pedazos. La “España va bien” de Aznar y su pertinaz cuadrilla fue incapaz de resistir en las urnas el vendaval opositor generado en la calle contra la política genocida del “trío de las Azores”. 


Ahora, cinco años más tarde, es el propio Zapatero quien se enfrenta con una papeleta similar, tras una primera legislatura de guiños a la izquierda mediática que le aupó al poder. ¿Ser o no ser? En medio de una crisis económica que no se la ve final, la cuestión para el gobierno del PSOE es crucial: ¿seguir con la mal llamada política de Estado y de líneas rojas, lo que implica pactos contradictorios puntales con el PP de Rajoy, para lograr salvar las votaciones en el Parlamento, o engatusar de nuevo a la izquierda para evitar una debacle electoral a manos del partido de “los descamisados”, como le sucedió a su predecesor en La Moncloa?


Y así, tras algunos titubeos y pendoneos patrióticos, tal que el Pacto de investidura con el PP en Euskadi configurando un anti-Lizarra centralista, todo parece indicar que se va optar por reeditar el esquema populista de antaño. Torres Mora, el ideólogo de cabecera de Zapatero, surge de nuevo como el director de orquesta preferido para capear el temporal. Esta vez, levantando la divisa de la “igualdad” en donde en el 2004 se vendió republicanismo y pacifismo de boutique. Todo porque los últimos sondeos sobre intención de voto arrojan una victoria desahogada para el Partido Popular.


El proyecto de ley sobre libertad religiosa y de ampliación del aborto, referentes indudables de profundización en el terreno igualitario, se vendrían a sumar a mayores a ese ministerio de Igualdad flambeado, cuyas atribuciones hasta la fecha están constreñidas a la discriminación de género. No cabe duda que el concepto de igualdad sigue siendo una reivindicación con prestigio entre la izquierda, pero la igualdad transformadora es la entendida como justicia política, a la manera postulada por William Godwin, y no como ese atrezzo salvapantallas de la discriminación positiva. Porque esta última es tactismo de quita y pon, y no prescribe la institucionalización de una auténtica cultura de democracia social.


De hecho ese formato pret a porter es el que ha seguido el PSOE desde que desbancó al PP para intentar mantener un cierto grado de adhesión ciudadana sin comprometer su perfil de partido de orden y, por tanto, de gobierno. No resultan creíbles leyes como las previstas mientras desde los poderes del Estado se las refuta con actitudes como, por ejemplo, la jura o la promesa por parte de los ministros delante de una biblia y un crucifijo, en colusión con el artículo 16.3 de la Constitución. Aunque ¡vaya usted a saber!, también existen normas sobre igualdad de género y es precisamente la Carta Magna la que proclama lo contrario al primar al varón sobre la mujer en el orden sucesorio de la Corona. Claro, que el propio texto fundamental es una obra machista, ya que entre los “padres de la constitución” no había una sola “madre”.


La zancada progresista que publicita ahora ZP para zanganear la crisis necesita contar con los grandes medios de comunicación para que nos se revuelvan contra el gobierno, como le ocurrió a Aznar con el sudario de Irak, y con el mundo de cine, la movida y el famoseo progre. Es ese contexto hay que valorar el cambio en el ministerio de Cultura, poniendo a su frente a la cineasta González Sinde, y las medidas “desreguladoras” del sector audiovisual, permitiendo fusiones entre cadenas de televisión con una mano y con la otra cerrando al grifo de la publicidad a TVE para solaz de las emisoras privadas. Lo que no deja de ser, en su modalidad, una nueva fase de la “operación rescate” del capital: se transfieren recursos de lo público a lo privado. Otra provechosa “desregulación” hecha por el Estado en nuestro nombre y por nuestro propio bien.


Mientras, en el mundo real, los trabajadores de Telemadrid, siguen con sus razonadas, justas y ejemplares protestas y huelgas en defensa de la libertad de expresión ante la ceguera general. Sólos ante la mugre, pero con la cabeza alta. ¡¡ Allons enfants!! 

 

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LES DONES INVISIBLES DEL 8 DE MARÇ

 

 

Ara que la Diada de la Dona Treballadora ha passat a ser simplement la Diada de la Dona , no resulta tan estrany que les notícies dels mitjans de comunicació sobre el 8 de març hagin oblidat fer referències als col·lectius de dones que es troben en una posició més feble per fer front a les agressions i discriminacions de gènere de la nostra societat patriarcal. Parlo, en primer lloc, de les dones sense papers, que, per la clandestinitat en què han de viure, suporten en silenci tota mena d’arbitrarietats i abussos, com els que de tant en tant ens assabentem que han patit als Centres d’Internament per a Estrangers.

 

També penso en el col·lectiu de dones que, a través de la fórmula del reagrupament familiar de la Llei d’Estrangeria, disposen d’uns documents on diu que “depenen” d’una altra persona, i que tenen “permís de residència”, però no “permís de treball”. Fórmula sorprenent per a una llei d’un racó del món, Europa, on les institucions es vantaven d’haver assumit des de fa temps que, com sostenien les primeres lluites feministes, l’alliberament de la dona passava perquè fos considerada com un individu lliure, no depenent de ningú, i perquè tingués accés a una feina remunerada.

 

Sense papers o sense permís de treball, aquestes dones no tenen més opció que obtenir ingressos en l’economia submergida, en condicions de gran precarietat, sense cap mena de drets laborals, de protecció social o de reconeixement legal per la seva feina.  Són especialment abundants en el servei domèstic, en la neteja, en l’atenció de vells o de malalts, i això, de retruc, fa que s’acabi reforçant la creença social que sosté que les activitats lligades al manteniment de les condicions de l’existència humana, desenvolupades tradicionalment per les dones, no són vertaderes feines, creença que allunya la possibilitat que les autoritats regulin millor i reconeguin adequadament l’exercici d’aquestes tasques.

 

Tot i que les associacions que lluiten pels drets d’aquests col·lectius de dones eren ben presents a les manifestacions del vuit de març, els mitjans no se’n van fer ressó, i, reduint la política –la participació de la ciutadania en l’esfera pública- a la política de partits, van estimar-se més ressaltar la presència d’aquest diputat o d’aquella diputada. Diputats de partits, per cert, que en la passada legislatura van fer una reforma de la Seguretat Social que allarga el període que han de cotitzar les persones amb contractes a temps parcial per poder cobrar una pensió contributiva, mesura que, sens dubte, augmentarà la feminització de la pobresa entre la població vella,  perquè són sobretot dones –que intenten fer compatible el treball productiu amb el treball reproductiu- les persones que es veuen abocades a acceptar aquesta mena de contractes.

 

Jorge López

 

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Una crisis cargada de futuro

  

dde Koldo Aldai

 

No se habla de otra cosa en tantos lugares. Aún será por tiempo el monotema, el siniestro y amenazante fantasma colectivo dispuesto a seguirnos en días futuros. El mantra machacón  de la crisis es repetido a todas horas por los medios de comunicación. La palabra viene asociada a un paralizante pesimismo colectivo. ¿Pero en realidad de qué crisis estamos hablando? Junto con la bolsa no se desplomaron los cielos, ni sus estrellas. El sol no se levanta más perezoso, ni la huerta nos honra con menos regalos. La madre tierra sigue dando y nuestras manos pueden seguir recogiendo en abundancia. No huyeron los peces de los ríos y mares, ni escondieron las ramas sus frutos… ¿Dónde está la crisis? Probablemente dentro de nosotros y en el sistema que hemos creado.


He  contemplado las  marchas de parados y amenazados de despido, concretamente en el polígono industrial de Landaben  en Pamplona. Custodiado por la policía, avanzaba un clamor lánguido reclamando soluciones. He  visto manifestaciones con poca  fuerza y garra, admitiendo una suerte de fatalismo que pareciera sólo pueden evitar la empresa o la administración.

 
Es fácil coger  megáfono y  corneta y estampar en el viento nuestra impotencia,  pasearse con una mano en el bolsillo y la otra en la pancarta. Es sencillo pedir a los otros que nos  salven, que no nos priven de nuestro puesto de trabajo, sin embargo dudo que  sea la hora del solo grito y el megáfono. Quizás sea también la hora de poner a trabajar nuestra imaginación y comenzar a visualizar otro tajo, otra industria, otras ciudades, otro campo...

 
Nunca se cierran todos los caminos. Hemos de reencontrar nuestro puesto en el mundo, quizás no ya nuestro puesto en la cadena de montaje de la multinacional de turno en crisis. Los nubarrones no se extienden por doquier. La tan mentada crisis tiene muchas lecturas. Es preciso evitar la más derrotista. Sí hay un sistema económico individualista y depredador que se quiebra. Lo fácil es parchearlo, lo difícil es alumbrar uno nuevo. El viejo mundo ya no da más de sí, y la crisis nos brinda la oportunidad de explorar otro, pero esta vez atendiendo por fin a la ley de la solidaridad universal  y la prevalencia del bien común.


Este sistema económico ha entrado en la UVI y hay que olvidarse de resucitarlo. Puede tirar algunas millas, pero tarde o temprano se certificará su fin. El progreso individual a costa del colectivo no tiene futuro, la propia vida y sus leyes lo impiden. Lo que no es sostenible se desmorona y las claves de la sostenibilidad son la preservación de la naturaleza y la primacía del beneficio colectivo.


Belem y Davos, y sus respectivos foros social y económico, evidenciaron un año más incapacidad  humana  para  aunar esfuerzos en el alumbramiento del otro “mundo posible”. En Davos  los gurús del sistema se sinceraron y admitieron no tener la solución. Se  elevó  el canto del cisne por su modelo moribundo, pero poco “mea culpa” ha retumbado entre las altas montañas suizas.

 
En el trópico de Belem tampoco tenían todas consigo. El idealismo genuino, militante  y sincero se  mezclaba con un oportunismo evidente. La pureza de la utopía se veía teñida una vez más por un populismo interesado. Los salvapatrias de turno no están en condiciones de señalar horizontes. No nos sirven los sistemas que patentizan los Chávez, los Ortega, los Castro…, no digamos  los  socialismos “made in China” o “Corea”, que no sólo reproducen las mismas lacras capitalistas, vistiendo con uniforme a quien abusa, sino que además privan de las mínimas libertades.

 
No nos sirve la fórmula de Zapatero y del “establishment” político que se limita a reactivar el mismo circuito vicioso de incentivación del crédito para reactivar desaforado consumo. ¿A la postre, qué habremos aprendido con esta lección? Menos nos sirve el ariete por nombre “crisis” que ha encontrado Rajoy para derribar al Gobierno, a sabiendas de que la situación desborda el marco estatal y la sola actuación política.

 
¿Para qué nos  sirve la crisis? Para parar, reflexionar y empezar de nuevo. Ahora con otros principios, con otros valores, con otro norte. La crisis nos sirve para reorientar el futuro particular y colectivo. ¿Quizás el ritmo y la forma de vida anterior estaban equivocados? ¿Quizás era falsa esa felicidad asociada a la acumulación de cosas?

 
Muchas soluciones apuntan a correcciones de maquillaje, pero no estructurales. Lo  más  grave de esta crisis  sería que  a golpe de subvenciones, a fuerza de parches y más parches, no cambiáramos nada. Lo más grave de esta crisis no son siquiera las colas en el INEM, sino esa triste nostalgia de una tarjeta de plástico sin límite de consumo, esa añoranza de un abotargante confort. Más grave que esta  crisis económica, hipotecaria, energética o incluso alimentaria  global, puede ser  la crisis de voluntades, de coraje, de iniciativa y creatividad para  rehacer un mundo  nuevo.

 
Ha hecho “crack” el sistema  a  causa de los individuos y entidades financieras con pocos  escrúpulos, ¿pero quién nos dice que el mismo sistema enfermo no generará  mañana otra  casta de depredadores? Bendita  sea la crisis  y la oportunidad  que nos presenta de jubilar anticipada y definitivamente a los brokers y demás expendedores de “subprimes”, de echar pronto candado a los  parquets  de las bolsas… Bendita esta crisis y la posibilidad que nos brinda de fomento de una industria más pequeña y sostenible que produzca elementos útiles, no superfluos, contaminantes o destructores. Bendita la crisis y su opción de desinflar megaurbes, de volver a la tierra, a la economía real; de empezar a desarrollar  a mayor escala comercio justo, trueque  de servicios, intercambio local en base a productos ecológicos, artesanales...

 
¡Basta de maldecirla! Pintemos la crisis de futuro y esperanza. Al fin y al cabo nos sugiere que si no despilfarramos hay para todos, que lo pequeño es sostenible y hermoso…; al fin y al cabo nos invita a que produzcamos lo justo y necesario, que repoblemos el campo, que abracemos la naturaleza… Al fin y al cabo  anima a nuestras manos a que vuelvan a crear y a nuestra mente a tirar de una utopía, de unos sueños que teníamos tan aparcados.

 
Koldo Aldai 

 

Socialismo para ricos o filosofía de la miseria

 

de Rafael Cid.

 

Milton Friedman, el gurú neoliberal que desbancó en las preferencias de las cúpulas económicas al Keynes de la postguerra, predicaba urbi et orbi la mismidad entre capitalismo y democracia, tal para cual. Su tesis durante oprobiosas décadas fue que donde arraigaba el capitalismo existía democracia y viceversa. Aquel tanto monta monta tanto, parecía la escenificación perfecta del “fin de la historia”…y comieron perdices. Pero en eso llegó la crisis y ha sido precisamente la insurgencia de lo social lo que terminado fulminando las bribonas teorizaciones de ricos, poderosos y mandamases.

Aunque a algunos aún les cueste entenderlo, por la labor de zapa del panóptico mediático que nos troquela y marca la agenda diaria, la vida en el siglo XXI para media humanidad sigue siendo, como en tiempos de Thomas Hobbes, breve, solitaria y brutal. Y como entonces, la salida que se ofrece desde las tribunas púrpura del trono, el altar y los negocios, con sus gobiernos mendicantes y pensadores de cabecera al alimón, es más Estado y menos pueblo, un Leviatán posmoderno. O sea, más de lo mismo, matapobres,pero con prosopopeya y bajo palio. Ahora lo visten de “regulación”, pero de hecho no es más que cambiar algo para que todo siga igual o parecido. Se trata de que al socialismo de cuartel que han blandido durante años, utilizando impunemente al Estado como ogro filantrópico y policial, suceda un socialismo para ricos que colectivice el sufrimiento provocado por la barbarie de un sistema financiero concienzudamente “regulado” a favor de los de arriba y de sus privilegios.

Dóciles rehenes de las impagables deudas contraídas con la gran banca para financiar sus costosas campañas electorales, políticas y demás saraos, los partidos mayoritarios en tándem con los sindicatos “representativos” (un término, “representativo”, que hay que poner ya en cuestión para empezar a hablar con propiedad), legitimaron una sociedad dual y caníbal que basculaba entre la opulencia de unos pocos y la precariedad de los muchos. Estructurada económicamente sobre el rutinario saqueo de trabajadores y contribuyentes, mediante una continua redistribución de renta del mundo del trabajo a favor del capital, vía reducción salarial e inequidad fiscal, y oportunamente “regulado” bajo el disfraz del Estado de Derecho, la clase dirigente (no es verdad que no haya clases, lo que pasa es que los ricos las han vampirizado) ha hecho añicos cualquier posibilidad de coexistencia pacífica entre dominados y dominadores. Otra vez tenía razón Proudhon. La propiedad es un robo, pero como nuestros caseros tienen la sartén por el margo y el mango también, esos corruptos que nos gobiernos pregonan cínicamente que “los ladrones somos gente honrada”.

De momento, el experimento del socialismo para ricos, que es una brutal trasferencia de riqueza de los que menos tienen a los que más poseen y derrochan, avanza viento en popa sin que nadie en las instituciones lo frene. Es el atraco perfecto. Bancos con beneficios a espuertas recibiendo dinero público sin garantías ciertas de contraprestación; escuelas de postín subvencionadas con la excusa de evitar la emigración a los centros públicos de enseñanza; altos directivos de entidades financieras quebradas “despedidos” con indemnizaciones multimillonarias, y castas profesionales con el riñón blindado, como jueces, pilotos y controladores aéreos, desenterrando el hacha de huelga para que cunda el chantaje y se sepa quien manda aquí. Mientras, el paro diezma a los verdaderos agentes productivos de la sociedad; hay jueces que “regulan” la convivencia mandando a la cárcel a jóvenes por quedarse con unas pizzas o robar una baguette, y empieza a ser habitual que ciudadanos de a pie tengan que devolver sus viviendas protegidas recién adquiridas porque la huelga de créditos caídos de los bancos les asfixia. Esa misma banca, criada en las ubres del proteccionismo en canal, que contabiliza en sus balances a precio de tasación activos basura, mientras, implacables en la usura, cobran las hipotecas a sus clientes como si el valor del bien mantuviera su estratosférico precio original.

A todo esto, el gobierno del talante y el estado de ánimo, tan cerca de los banqueros y tan lejos de las ciudadanos. De mentira en mentira hasta la derrota final. Regurgitando que la economía del hambre (Filosofía de la Miseria, decía Proudhon) es un estado de ánimo. Retomando el populismo gañán en los mítines de las elecciones vascas y catalanas, mientras rectifican la ley de costas para volver a subastar el litoral; se someten a los intereses de la iglesia en asuntos como la eutanasia y la retirada de símbolos religiosos de la escena pública para ganar cuota de mercado entre la derecha cañí; encarecen el recibo de la luz con tretas para agradar a las poderosas eléctricas y pasan página de la investigación sobre los vuelos de la CIA. Y todo ello para atarse al sillón en una gran coalición con el PP, la Iglesia, la Banca, los sindicatos y la Casa Real, sin darse cuenta que ellos, y nada más que ellos, serán los responsables, por acción y omisión, de la cada vez más que factible revancha de una ultraderecha xenófoba y redentora. Todo por la patria, no vaya a ser que se favorezca una peligrosa alternativa verdaderamente democrática de la izquierda social y ecológica que tome el relevo político e institucional allí donde el modelo neoliberal ha consumado su holocausto.

Frente al nuevo proteccionismo expropiatorio del socialismo para ricos decretado (“regulado”) por el gobierno del PSOE (“nuestra paciencia con la banca es ilimitada”, Pepiño Blanco dixit) convendría rescatar aquella hermosa frase de Luisa Michel: “Es preciso que la verdad ascienda desde los tugurios porque desde arriba sólo caen mentiras”.

CARTA LEÍDA POR LOS COMPAÑEROS DE ALEXANDRO EN EL FUNERAL


Queremos un mundo mejor. Ayudadnos
No somos "terroristas", ni "encapuchados", ni los "conocidos-desconocidos"
Somos vuestros hijos.
Tenemos ilusión, no matéis nuestra ilusión.
Tenemos ímpetu, no detengáis nuestro ímpetu.
Recordad, una vez fuisteis jóvenes vosotros también.
Ahora perseguís el dinero, solo os importa vuestra "vitrina",
engordasteis, os habéis vuelto calvos, OLVIDÁSTEIS.
Esperábamos que nos defendiérais,
esperábamos que os interasarais,
que nos hiciérais sentir orgullosos por una vez. EN VANO.
Vivís falsas vidas, habéis bajado la cabeza,
os habéis bajado los pantalones y esperáis la muerte.
No tenéis imaginación.
No os enamoráis.
No sois creativos.
Solo compráis y vendéis.
Materia por todo.
Amor en ninguna parte.
Verdad en ninguna parte.
¿Dónde están los padres?
¿Dónde estan los artistas?
¿POR QUÉ NO SALEN A LA CALLE?
Ayudadnos, a los niños.

 

Los Amos del Mundo


(Artículo del escritor español Arturo Pérez-Reverte, publicado en 'El Semanal' el 15 de noviembre de 1998, y que ahora, diez años después , parece una visión de Nostradamus) .



Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla antro del computador, su
futuro y el de sus hijos.


Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro.


Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management , y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje,
como quien comenta el partido del domingo.


Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando  anan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.


No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro.


Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia.

Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese  elotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados.

 

Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese  espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.


Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad.


Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, ¡oh, prodigio!,  ientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no.


Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros. Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda... Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la  estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo,  Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.

Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena.


Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.

 

(ir a TEXTOS INTERESANTES)

Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros

(Artículo de Arturo Pérez-Reverte publicado en XL-Semanal)

 

Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros -aquí matizaré ministros y ministras- de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera.

No quiero que acabe el mes sin mentaros -el tuteo es deliberado- a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía.

 

De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.

 

Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana -que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural-, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña.

 

Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de

 

Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico». O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.

 

Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente -recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española-. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos» Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p’alante. Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo. Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio.

 

Cuánto más peligro tiene un imbécil, que un malvado.

El "Eco de los pasos" reeditado

 

Después de años, de muchos intentos  para reeditar EL ECO DE LOS PASOS sin conseguirlo, ahora sale editado por la CNT de Catalunya (sector, Joaquin Costa).


Han respetado la voluntad del editor, José Martínez de Ruedo Ibérico, cuando había posibilidades de haber editado las memorias completas, sin censura alguna. Tampoco han querido editarlo conjuntamente con el resto de organizaciones del movimiento libertario, tal como hicimos nosotros con la obra de Cipriano Mera. Parece que la óptica económica es la que finalmente ha primado.

"El eco de los pasos", libro autobiográfico del autor, es algo más que una autobiografía, más o menos autocontemplativa de su protagonista. Es también el análisis de un momento histórico, de un hacer y un comportamiento sin parangón en la historia de los pueblos. Páginas de la historia de España ocultadas  por historiadores de todas las tendencias políticas, porque precisamente cuestiona de forma radical y comprobable esas tendencias.

Esta experiencia aquí plasmada del final del siglo XIX y el primer tercio del XX la creemos muy necesaria para orientar, sobretodo a los pedagogos e interesados en la historia, para que, si quieren, puedan ampliar conocimientos, alejados, cuando no totalmente enfrentados, a las mentiras del sistema. Creemos sinceramente que esta biografía, conjuntamente con el libro "La CNT en la Revolución Española" escrito por Peirats y también editado por Ruedo Ibérico, debieran ser imprescindibles para cualquier historiador honesto.

 

El volumen se presenta también con tapa dura y sobrecubierta. El PVP es de 21 € /ejemplar. En Solidaridad Obrera tenemos la oportunidad de obtener un considerable número de ejemplares a 10 €/ejemplar. Pero para ello hay que apuntarse a una lista en la sección Sindical de Metro. Para ello es necesario o bien llamar a la Sección Sindical o bien enviar un correo electrónico a <lacandanosa@gmail.com>.

Aunque DEBEMOS ADVERTIR A TODOS Y TODAS que la editorial Planeta también ha editado este libro y lo pondrá a la venta el próximo 21 de octubre al precio de 26 €/ejemplar.

 

 

ESTO ES LO QUE SE HABLÓ DE

"EL ECO DE LOS PASOS" EN LOS AÑOS 70:

Publicado en Nueva Historia, nº 24, enero 1979

García Oliver: El eco de los pasos de un revolucionario. José Martínez

 

Tras muchos años de silencio y de huir de todo tipo de protagonismo histórico, desde su exilio mexicano Juan García Oliver da a la publicidad sus Memorias. Anarcosindicalista de la primera hora, hombre bregado en huelgas y luchas revolucionarias, este antiguo camarero, huésped asiduo de los más duros penales de la dictadura primorriverista, había de convertirse en una de las figuras políticas claves del bando republicano. Su intervención resultó decisiva para la continuidad de la legalidad republiblicana en Catalunya tras la derrota de las fuerzas insurrectas y más tarde, siendo ya ministro de Justicia, había de convertirse en hombre-puente a quien confiar el allanamiento y suavización de los antagonismos que enfrentaban a las fuerzas en el seno de la República.

De sí mismo, Juan García Oliver ha dicho: "Mi muerte será gris y posiblemente llegue con demasiado retraso." Más de medio siglo de actividad militante hacen imposible una biografía sucinta, a la manera clásica, que mar- que los hitos más importantes de su vida. Lo importante en García Oliver es el hilo conductor, la coherencia íntima de sus actos.

Los primeros pasos

Nacido en Reus en 1902, en una familia de obreros del textil, sólo le será posible frecuentar breve tiempo la escuela primaria. En El eco de los pasos recordará con cariño a uno de sus maestros, el republicano Grau. Una huelga perdida que significará la miseria para su familia y los encuentros armados en Reus entre obreros y sol- dados durante la "Semana Trágica" serán sus primeras impresiones de las luchas sociales. Niño todavía, empezará a trabajar en la hostelería en Reus, en Tarragona y, finalmente, en Barcelo- na. Le conquista rápidamente la magia de la gran ciudad. Allí asiste a los enfrentamientos originados por la huelga general de 1917, y participa en la fundación del Sindicato único de camareros (CNT).

Es una época agitada en la que menudean los enfrentamientos entre sindicalistas y pistoleros a sueldo de los patronos. Busca la compañía de sus compañeros más radicales. La figura más sobresaliente del sindicalismo es entonces Salvador Seguí, "el Noi del Sucre", y García Oliver toma postura en contra de las tendencias reformistas que se atribuyen a este dirigente. La primera huelga de camareros dará lugar a sus primeras prisiones. Tiene 17 años. La cárcel será una experiencia rica para él y le permite conocer a anarquistas y sindicalistas ya notorios.

A su liberación será comisionado por el Comité regional de la CNT de Cataluña para organizar los sindicatos de su comarca natal, feudo entonces de la UGT y del lerrouxismo. En Reus existe industria textil, tenerías, serrerías, molinos de aceite, empresas de transporte y construcción. García Oliver trabaja como camarero. La oligarquía local, enriquecida por la primera guerra mundial, es dura y está influida por los jesuitas y el requeté. Hay pocos militantes anarquistas. Pero su labor de organizador tendrá inmediato éxito: ganará su primera huelga, la de transporte, aplicando la enseñanza del "Noi del Sucre": si se plantea una huelga, hay que ganarla, cueste lo que cueste.

La consolidación del anarco-sindicalismo en la década de los veinte

Hace sus primeras armas como orador, junto a Salvador Seguí, a Manuel Buenacasa, a Juan Peiró; a Andrés Nin. Reus, Borjas, Falset, el Vendrell, Flix, Constantí, Tarragona, constituyen el cuadro de su actividad como propagandista y organizador. El año 1920, será de éxitos Cenetistas en Tarragona. Estos éxitos suscitan la escalada represiva de los patronos y de las autoridades, y el año 1921 será de gran dureza para los sindicalistas revolucionarios. Aparecen en la provincia los pistoleros del Sindicato Libre, se multiplican las detenciones, las recogidas de periódicos anarquistas, los consejos de guerra contra sindicalistas acusados de antimilitarismo. A los intentos de organización de los sindicatos católicos propiciados por los patronos, responderán los anarquistas con una violencia que costará vidas.

A finales de 1921 forma parte de una comisión de Cenetistas que visita en Madrid al Gobierno para intentar resolver la crisis textil, pero cuyo objeto oculto era preparar el atentado contra Eduardo Dato, jefe del Gobierno, el hombre que refiriéndose a los sindicalistas de la CNT dijo: "Sus y a ellos". García Oliver obtendrá el dinero necesario para la empresa, pero en el momento del atentado estará de nuevo en la Cárcel Modelo de Barcelona. La muerte de Dato dará lugar a su liberación y podrá asistir en calidad de representante de los sindicatos de Reus a la Conferencia nacional de la CNT en Zaragoza, primera asamblea de carácter nacional a la que asiste.

En 1923, a petición de los "hombres de acción" que organizaron el atentado contra Dato, se instalará en Manresa, donde se opondrá violentamente a los pistoleros del Sindicato Libre. El asesinato del "Noi del Sucre" le sorprenderá en Barcelona. A petición de los órganos superiores de la CNT organizará el grupo "Los Solidarios" para responder al terrorismo del Sindicato Libre. "Los Solidarios" matarán al cardenal Soldevila en Zaragoza y a Reguera! en Toledo.

Condenado a raíz de un encuentro sangriento con los pistoleros del Libre es enviado al Penal de Burgos, donde permanecerá varios años.

En 1926 se exilia en Francia. Amante de las grandes ciudades, García Oliver recordará en sus Memorias un París insólito, en el que frecuenta a anarquistas franceses, rusos, italianos y españoles, algunos de ellos supervivientes del dispersado grupo "Los Solidarios", y también a nacionalistas catalanes. Tiene trato frecuente con Maciá, pero no secunda sus proyectos de invasión armada de Cataluña. Los esfuerzos de García Oliver para unificar la acción de los sindicalistas y anarquistas españoles exiliados en Francia fracasarán.

Un anarquista italiano -Schiavina- le transmite una carta de Errico Malatesta en la que éste expresa la necesidad de ajusticiar a Mussolini. El atentado, que debía ser llevado a cabo por el propio García Oliver, junto con Durruti, Ascaso, Aurelio Fernández y Jover, no tendrá lugar porque los anarquistas italianos no pudieron aportar los medios materiales necesarios. Este grupo se propondrá, por sugerencia de Durruti, atentar en el propio París contra Alfonso XIII. Delatados antes de pasar a la acción, el grupo se dispersará: Durruti, Ascaso y Jover serán encarcelados; Aurelio Fernández y García Oliver vuelven clandestinamente a España y son detenidos en Pamplona. García Oliver será condenado y enviado de nuevo al Penal de Burgos. Tiene entonces 25 años. El 13 de abril de 1931, sublevará la población reclusa y proclamará la República en el propio penal

El nacimiento de la Federación Anarquista Ibérica (F.A.I.)

En Barcelona encuentra una CNT en pleno proceso de reorganización tras los años de clandestinidad impuesta por la dictadura de Primo de Rivera y dominada por la tendencia reformista que inspira Ángel Pestaña. Prácticamente solo, García Oliver expone en el Congreso nacional de la CNT de 1931, el embrión de lo que pronto serán las posiciones "faístas": la táctica de la "gimnasia revolucionaria" encaminada a impedir que la Segunda República se estabilice y que la CNT caiga en el reformismo, el llamado "treintismo", posiciones que simbolizará la bandera rojinegra, creada por el propio García Oliver y que se enarbola por primera vez el 1.° de mayo de 1931 en una manifestación que acabará en tiroteo en la plaza de San Jaime de Barcelona. Ese mismo verano, se constituye de manera informal el grupo "Nosotros" integrado por Durruti, Ascaso, García Oliver, Ricardo Sanz, Aurelio Fernán- dez, Gregorio Jover, Antonio Ortiz y Antonio Martínez. El Comité de Defensa Confederal, integrado por miembros de este grupo, organizará, en aplicación de la táctica de hostigamiento a la República, los hechos del 8 de enero de 1933, cuyo más notorio acontecimiento fue la matanza de Casas Viejas. García Oliver será detenido y apaleado cruelmente por los guardias de Asalto en la Jefatura de Policía de Barcelona.

Defensor de la independencia y de la hegemonía obrera de la CNT, García Oliver encabezará la oposición a la huelga general de octubre de 1934 y será duramente criticado en el propio seno de la CNT, especialmente por los sindicalistas asturianos. A fines de 1935, en unión de Durruti y Ascaso, negociará con delegados de Esquerra de Cataluña, que representan también al Frente Popular, la no abstención electoral de la CNT a cambio de la amnistía y de la entrega a los anarco-sindicalistas de armas, base material para su plan defensivo ante el previsible golpe de Estado derechista en caso de victoria electoral de las izquierdas. Esquerra y el Frente Popular no cumplirían la segunda parte de su compro- miso y ello será una de las causas de la debilidad de la respuesta de los anarco-sindicalistas andaluces y gallegos frente al golpe de Estado de julio de 1936.

En el Congreso de Zaragoza de mayo de 1936, su papel será determinante en la reunificación de los sindicatos "treintistas" y de la CNT. Pero es duramente atacado por su propuesta de creación de milicias sindicales y el texto de su ponencia sobre el comunismo libertario será sustancialmente alterado.

Los días 18, 19 y 20 de julio de 1936 dirigirá los cuadros de Defensa de la CNT en la batalla barcelonesa contra los militares sublevados, pero en el Pleno regional de la CNT del 23 del mismo mes su propuesta de proclamar el comunismo libertario, de "ir a por el todo", será combatida por Abad de Santillán y Federica Montseny y derro- tada. Este acató la decisión del Pleno y pasó a dirigir de hecho el Comité Cen- tral de Milicias de Cataluña, organismo en el que Companys y los partidos del Frente Popular contaban canalizar las energías revolucionarias hacia meras tareas de orden público, pero que, compuesto por representantes de todas las fuerzas antifascistas organizadas, se convierte en verdadero gobierno catalán, responsable no sólo del mantenimiento del orden, sino también de la industria (cuya colectivización alienta) de la defensa del territorio, organizando milicias y Consejos de Obreros y Soldados y formando oficiales. Nunca había gozado Cataluña de instituciones propias tan completas desde su anexión a la corona española.

El Comité de Milicias tropezó con la enemiga del Gobierno de la Generalidad, con las maniobras de los partidos del Frente Popular y con la oposición del Gobierno central y halló escaso calor en las instancias dirigentes de la CNT y de la FAI, que hicieron suya la frase de Durruti ("Renunciamos a todo menos a la victoria") que coincidía con la consigna comunista de "primero ganar la guerra, después hacer la revolución". Las conversaciones que García Oliver inicia con el Comité de Acción marroquí no llegarán a resultados a causa del desinterés del Gobierno central, temeroso de crearse conflictos con Francia e Inglaterra si contribuía a modificar el equilibrio colonial en el Magreb.

La columna "Los Aguiluchos" organizada por García Oliver será un fracaso: los 15.000 hombres previstos serían reducidos por los organismos de la CNT a unos escasos 2.000. La correlación de fuerzas, materialmente a favor de la CNT, será modificada políticamente por la indecisión y la falta de perspectivas revolucionarias de sus propios dirigentes.

"Un ex-presidiario Ministro de Justicia"

El Comité de Milicias es disuelto y los Cenetistas entran en el Gobierno de la Generalidad, primero, y en el Gobierno de Largo Caballero poco después. Opuesto a la disolución del Comité de Milicias y a la participación gubernamental de la CNT, García Oliver será, sin embargo, ministro de Largo Caballero, junto con sus compañeros de organización, Federica Montseny, Juan Peiró y Juan López. Rasgo típico en él, una vez se ha plegado a la decisión de la CNT, García Oliver lleva a cabo su labor con la mayor eficacia posible: pone fin a los asesinatos que llevan a cabo en Madrid las Juventudes Socialistas Unificadas, disuelve el "Tribunal de la Sangre" en Valencia, ordena la destrucción de los archivos de antecedentes penales y dicta una serie de leyes de inspiración revolucionaria: creación de Tribunales Populares, reforma penitenciaria, igualdad de derechos para ambos sexos, redención de penas por el trabajo. Gobierna mediante una política de hechos consumados, frente al ala más reaccionaria del Gobierno y con el apoyo táctico de Largo Caballero, oponiéndose a la creciente influencia del Partido Comunista y de la URSS, a pesar de las amistosas relaciones que mantiene con los diplomáticos y consejeros militares soviéticos. Propone la constitución del Consejo de Defensa, supremo organismo para la dirección de la guerra, del que será miembro encargado particularmente de la organización de las Escuelas de Guerra.

Largo Caballero perderá el poder, víctima de la confluencia de diversos intereses contradictorios sostenidos por el Gobierno soviético, todos ellos opuestos al predominio del ala socialista izquierdista y del anarcosindicalismo.

La lectura de las Memorias de García Oliver, El eco de los pasos, hace plausible la hipótesis de que los agentes soviéticos en España estaban divididos y que durante algún tiempo se sopesó la conveniencia de apoyar la línea política que representaba García Oliver.

A partir de junio de 1937, contemplará en Barcelona la degradación de la situación republicana y tratará de oponerse al influjo creciente del Partido Comunista. A comienzos de 1939, se ofrecerá, sin ser escuchado, a defender la ciudad y tendrá que pasar a Francia. Desde allí, perdida Cataluña para la República, propone volver a la zona Centro-Sur para proseguir la guerra. Tampoco será esta vez seguido. Acepta y justifica la constitución de la Junta del coronel Casado, considerándola como la única solución para llegar a una paz pactada con Franco.

Empieza entonces para él un exilio que durará hasta nuestros días. Primero en Francia. Luego en Suecia. Al comienzo de la segunda guerra mundial, obtiene un visado de tránsito de la URSS y, a través de la Siberia, se embarcará para llegar a México, donde todavía reside. Allí, reorganizará a la CNT, de la que será secretario nacional en 1944, sosteniendo la postura de que los exiliados españoles deben reconstruir las instituciones gubernamentales, se declaren beligerantes en el conflicto mundial, para proseguir una guerra que él no considera terminada, y contribuir a la derrota del Eje, única manera de acabar en España con el régimen franquista. Esta postura no hallará el asentimiento general del exilio republicano español.

Al final de sus Memorias, El eco de los pasos, García Oliver afirma: "Ni antes, ni durante mi gestión de ministro, ni durante el tiempo que vegeté en Barcelona, me arrepentí de lo que hice siendo ministro, ni de haber propuesto ir a por el todo. Jamás dejé de esperar la oportunidad de poder hacerlo."

La Europa que Hitler pudo soñar

Tema el vaivén de rafa cid

Red-libertaria

 

Carlos Palomino, el joven madrileño de 16 años asesinado en el metro cuando acudía a una manifestación contra el racismo ha tenido una segunda muerte. La primera fue física, y se produjo cuando un militar neozani le asestó varias puñaladas con un machete reglamentario. Pero la segunda embestida homicida ha consistido en la agresión legal del parlamento europeo al aprobar por mayoría la “directiva del retorno”. Porque con su vergonzosa y brutal resolución la clase política de Bruselas ha legitimado en el Viejo Continente la barbarie de la xenofobia, dando rienda suelta a todo tipo de desmanes.


Al ritmo de involución actual, la clase política construirá vía decisionismo elitista la Europa panóptica y orwelliana que Hitler pudo soñar imponer por la fuerza bruta. Un inmenso establo de seres-reses, que abarca desde Gibraltar a los Urales, amartillado en el autoritarismo, la corrupción, la antidemocracia, el racismo y el ultracapitalismo. La Europa de las libertades, los derechos humanos y el Estado social está siendo canibalizada por la oligarquía más despótica y venal que ha conocido la historia desde la Segunda Guerra Mundial. El eje Sarkozy-Merkel-Berlusconi-Zapatero pretende hacer de la Unión Europea, no la sociedad del conocimiento más competitiva del mundo, como publicita el Tratado de Lisboa, sino un hiperlatifundio que consagre la servidumbre voluntaria y el expolio como forma placeba de gobierno.


Tras caer del Muro de Berlín por la irrefrenable tentación del consumismo capitalista y las atrocidades del stalinismo, el capitalismo de fachada democrática que le secundó ha demostrado ser sólo la cara cínica del mismo e inhumano sistema de dominación. Hoy en día, en un mundo que asiste inerme a la muerte, la miseria, la infelicidad, el sufrimiento y la desgracia de millones de seres humanos frente a la opulencia criminal de una cúpula dirigente, aquellas palabras de Thomas Hobbes calificando la existencia humana en el siglo XVIII como “solitaria, pobre, desagradable, cruel y corta” no han perdido actualidad. Sólo ha cambiado la relación de fuerzas. Hoy la fortuna de algunos pocos se fundamenta en la desdicha de los muchos. Unos pocos que, irónicamente, han sido elegidos como sus representantes por los muchos. Así funciona la trama de la farsa.


La burla de esos representantes ante el democrático “no” irlandés al Tratado de Lisboa, versión abreviada y subrepticia de la Constitución rechazada en referéndum por los pueblos francés y holandés, es la prueba de la contrarrevolución en marcha. Exportación de la crisis de las hipotecas basura por el sistema financiero a toda la economía; directiva del retorno, directiva de las 60 horas semanales, espionaje legal a los sistemas de comunicación privados; prisiones secretas y aviones gulag de la CIA; paro y trabajo temporal, etc., son elementos que configuran el mapa de la refeudalización en marcha. La consigna es hacer superfluos a los seres humanos dejando que los gobiernos decidan por ellos. Y para eso sobra el Estado de derecho y la democracia, más allá del simulacro electoral rutinario. Una nueva leva euroentregada, formada por los países surgidos de la implosión soviética y su mugre moral, política y material, servirá de ejército de reserva al capitalismo neoliberal para consumar su latrocinio.


El 11-S sirvió para justificar la reacción que el deslegitimado capitalismo necesitaba para continuar su rapiña e invadir Irak y controlar sus estratégicas reservas de crudo. Ahora, la aplicación de sanciones a Irán por la UE anticipa la próxima invasión de aquel país para, por segunda vez, llevar la democracia militar a los infieles con bombas racimo y devolverles a la edad de piedra antes de que su potencial nuclear actúe como fuerza de disuasión en toda la zona. Los grandes de Europa, y con ellos sus alienados y resignados ciudadanos, parecen decididos ahora a secundar como protagonistas a los halcones de EEUU en su última cruzada. Y para completar el escenario, los mismos lobbys que en España intentan aprovechar la crisis energética para relanzar el parque de centrales nucleares de uso civil, presentan el programa nuclear iraní como un caso paradigmático de “armas de destrucción masiva”.


España no es diferente. Su clase política y su triángulo económico-financiero-dinástico están integrados a piñón fijo en el proceso europeo. Quizá la única diferencia radique en que, por graciosa concesión de un Estados Unidos que ha comprendido la ventaja de la lengua común, son entidades nacionales y algunas multinacionales nacidas de la rifa de la privatización, como Telefónica y Repsol, las que vampirizan subsidiariamente los recursos de América Latina, copando espacios de botín (“corralitos”) en banca, telefonía y extracción de petróleo.


Dependa est democracia. Zapatero ya no puede sacar más conejos de su chistera para distraer al personal mientras los medios de comunicación de cabecera agitan el burdo fantoche del aznarismo. Nada mejor que la izquierda para cabalgar la crisis por la derecha. Lo que ocurre es que los integristas del PP no valían para la política de consenso que demandan los nuevos y agitados tiempos. Había que borrarlos del mapa para dejar libre el camino al populismo seudoizquierdista de ZP. De ahí, la súbita rectificación de Rajoy tras su batacazo electoral. Alguien descolgó un teléfono y le convenció de que, ahora más que nunca, tenía que seguir liderando el partido para gobernar al alimón con Zapatero y así conjurar el peligro de ruptura del régimen que implicaba el frentismo trasnochado de los fanatizados teocons.


Está en juego el sistema de dominación inaugurado con la transición. Y como entonces, la salida de la crisis en el esquema de los que de verdad mandan es la contrarreforma laboral, la contención salarial, la involución social, más privatizaciones, menor presión fiscal sobre el sector empresarial y mucha vaselina para que la buena y confiada gente que paga el pato no se entere de la patada que están propinando en su propio culo. Pero esta vez va la vencida: o nos echamos a la calle -todos para uno y uno para todos- en una revolución cívica que frene la siniestra maniobra, o lo lamentaremos durante otro cuarto de siglo.


¡¡Allons enfant!! Coraje y dignidad.

Mis cenetistas preferidos ( Por Pepe Gutiérrez-Álvarez)

A lo largo de mi vida he conocido muchos cenetistas, pero mis preferencias tienen cuatro nombres: Francecs Pedra, José Peirats, Germinal Gracia, y José Ester. Gente que trataron de hacer algo muy difícil. Nada menos que estar a la altura del ideal.

Como un niño, y luego un muchacho que buscaba la República, fui descubriendo, allá por principios de los años sesenta, que la mayor parte de gente mayor interesante que conocía, tenía su historia de militancia en la República. Primero fue un pariente, Antonio Segura, casado con una sobrina de mi abuela paterno que era un encanto, y que siendo muy joven y de “buena familia”, la respetaron. Segura era comunista, y se destacó en La Puebla por llamar públicamente asesino a un personaje que en mi libro de recuerdo llamó “Sicario”, y que todavía octogenario proclamaba que volvería a ser lo mismo. Es una frase típica de los gozan de impunidad, y un amigo me contaba que en su pueblo, no de los guardia que había acompañado a Tejero el 23-f, vivía regaladamente de una buena pensión, y repetía la misma frase…Luego estuvo “el abuelo”, el anciano mendigo que nos contaba historias a los niños “de la calle de La Ermita”,y que murió en una cueva llena de piojos ante la indiferencia de los mayores.

En Barcelona conocí muchos más, eran los obreros que en las diversas empresas en las que fui pasando, decían cosas sobre lo estúpido e ignorante que resultaban la mayoría, pendientes de los resultados del domingo y de las quinielas, mientras que trabajabanduramente por salarios que los obligaban a las horas extras o al pluriempleo. Republicano era don Antonio Vidal, maestro represaliado que daba clases nocturnas en la Iglesia de San Ramón Nonato, y republicano era el bibliotecario que nos recibía en la Biblioteca de Coll-Blanch cuya puerta era contigua a la de la policía local. Éste hombre me contaba todo lo que había tenido que sufrir para recuperar su empleo, y llevó mis inquietudes de lecturas hacía la literatura popular: Verne, London, Stevenson, Baroja…Nunca se lo apareceré lo suficiente.

Pero mi compromiso principal lo tuve inicialmente con la escuela anarquista, una relación que no se expresó con un adhesión orgánica (fui a un par de reuniones ultraclandestinas de gente de la CNT y no me convenció como hablaban de “los comunistas”), pero de ella surgió una vocación doble, tanto por el estudio de la historia social en general, como por el aprecio de la libertaria y la pluralidad. Aunque esto lo he explicado en otras partes, creo conveniente ofrecer aquí cinco céntimos de una historia que, por otro lado, es muy similar a la de tantos otros y otras que bajo el franquismo buscaron la República, y se encontraron con los restos humanos de la resistencia libertaria. Este encuentro tiene en mi caso nombres que aparecen en estas páginas, son Francecs Pedra, y a través de él, de José Peirats, y más tarde de José Ester (en el exilio en París), y luego con Víctor o Germinal García, y otros y otras como Dolores Peñalver, Lola.

Al margen de otras consideraciones como las políticas (que son muy conflictivas), esta relación adquieren unas señas de identidad que sigo considerando de gran valor para cualquier joven que quiere aprender a aprender. Pedra en particular fue, en sí mismo, una lección, de fidelidad a una clase trabajadora, de insumisión ante las injusticias, de una voluntad de saber desde una base casi analfabeta, y de reconocimiento de la pluralidad. Dicha pluralidad se manifestaba por su propia diversidad personal, asumidamente contradictoria, y justificada siempre por lo que se hace. Pedra abogaba por estudiar, estudiar y estudiar, y ofrecía el ejemplo de Peirats que lo hizo trabajando desde bien mocoso en trabajos tan duros comoel de ladrillero, y convirtiéndose, a pesar de las vicisitudes vividas en la guerra y en los exilios, en un historiador y escritor cuyo carácter de autodidacta no le impide ser comparado con otros que hicieron su carrera en la universidad, entre ellos, Peirats es quizás el que aporta más verdad y autenticidad, aunque o se coincida con él, algo que pude comprobar a través de una nutrida correspondencia a través de la cual me ofreció información sobre una larga lista de personajes que él había conocido o había leído. Lo mismo me sucedió con Víctor García. Más que ninguno, José Ester, al que traté ampliamente en París, me ofreció el ejemplo de un libertario tolerante, capaz de llevar a cabo empresas extraordinarias que no contaba si tú no se las preguntaba, y que sobresalía por su exquisito respeto a todas las personas que luchaban por un dial, fuesen de la escuela que fuesen, al mismo tiempo que se mostraba exigente con la propia. Ciertamente, conocer gente así es todo un privilegio.

De Francesc Pedra i Argüelles, militante anarcosindicalista desde su primera juventud (Barcelona, 1914-L´Hospitalet, 2000), ya he hablado en otras ocasiones. Según me dijeron en el Centre d´Estudis de L´ Hospitalet, el ayuntamiento tenía previsto dedicarle una plaza, pero de momento no sé nada más. En esta ciudad, Pedra será durante la década de los setenta uno de los animadores decisivos de los movimientos sociales, especialmente en el barrio de Pubilla Casas. Ulteriormente fue dirigente y en buena parte, inspirador del movimiento de jubilados y pensionistas de la misma ciudad. Su padre intervino, junto con Federico Urales, uno de los fundadores del grupo anarquista “Los de ayer y los de hoy”. Dolors Marín cuenta La ciudad rebelde, la historia de los huelgas de los aprendices en la que Francecs fue uno de los animadores. Su hermano Camilo fue un notable «hombre de acción» conocido como «El cojo de Sants», y murió en exilio en la miseria por rechazar una pensión concedida por el Estado francés por su reconocida labor en la Resistencia. De formación autodidacta («…aprendí a leer tarde, no fui nunca al colegio, lo poco que sé me lo enseñó mi padre y un maestro racionalista…»); quedó huérfano cuando cumplió a los 9 años. Militante cenetista desde finales de los años veinte, es nombrado a los 17 años Presidente del Sindicato de Oficios Varios en Stª Eulalia, en L´Hospitalet, donde tomará parte en la efímera tentativa de implantar el comunismo libertario en 1933. Al estallar la guerra, Pedra ocupa la vicepresidencia del mismo sindicato en Barcelona y en la sección del Vidrio Hueco, oficio en el que trabajará la mayor parte de su vida y que ejercerá con orgullo profesional. Contraviniendo las órdenes de su sindicato, Pedra marchó clandestinamente al frente.

El exilio le hará recorrer una larga y penosa estancia en diversos campos de concentración: Saint Cyprien, Agde, Clermont Ferrant, Argelés para desembocar en Magdeburg, a 60 Km de Berlín. El 16 de noviembre de 1945, Pedra regresa clandestinamente a Barcelona siguiendo sus propios criterios y sobrevive gracias a la solidaridad de los trabajadores de Can Tarrída. Vuelve a vivir con su compañera Dolores Peñalver, de origen murciano y también militante de la CNT. A mediado de los años sesenta, y a pesar de sufrir una crisis depresiva derivada de sus duras experiencias, se acerca a Comisiones Obreras. En 1967, Pedra participa en el núcleo izquierdista que anima el Centro Social del barrio de La Florida, y a principios de la década siguiente es uno de los fundadores de la Asociación de Vecinos de Pubilla Casa que, después del desplazamiento de la hegemonía del PSUC, pasa a ser el centro urbano más activo y radical de la ciudad. Cuando poco antes de su jubilación se queda parado, Pedra milita intensamente en la Asamblea de parados de la ciudad que protagoniza grandes movilizaciones. Poco después de la muerte del dictador y junto con el cordobés Pedro Rodríguez — anarquista, soldado con Mera— y Merced Rosaura —monja seglar e intrépida asistenta social, cuya categoría moral haría matizar notablemente el anticlericalismo de Pedra—, constituyen la dinámica vocalía de jubilados y pensionistas del barrio, uno de los centros generadores del desarrollo ulterior del movimiento que tendrá un peso militante hasta mediados los años ochenta. Esta labor se verá reconocida en el Congreso internacional de Lille, cuando los delegados italianos le conceden la medalla al mejor militante.

En estos años Pedra se ha mantenido como un anarcosindicalista muy a su manera, tempranamente se distanció de la CNT del exilio que calificaba de «federiquista» considerando que «se le había parado el reloj». Volvió con la CNT al inicio de la “Transición”, pero se distanció cuando se produjo la crisis que dio lugar a la CGT. Defensor fervoroso de las tradiciones de la democracia obrera, no pudo evitar —quizás por su empirismo intelectual y su desconfianza hacia el comunismo oficial— la tentación socialdemócrata, llegando a mantener una colaboración institucional con el PSC local, sin dejar por ello de manifestar su profunda malestar por su derechización, y por la decadencia de la actividad social, reviviendo en ocasiones como la campaña anti-OTAN.

Fue gracias Pedra que conocí a José, Peirats, del que me habló siempre como un modelo de obrero autodidacta que llega a ser un historiador apasionado pero muy respetado. Desde muy joven Peirats fue un destacado militante e «intelectual orgánico» de la CNT y la FAI, conocido tanto por sus actividades como por sus trabajos como divulgador e historiador (Vall de Uxo, Castellón, 1908-1989). Emigró a Barcelona cuando tenía 4 años, y a los 9 se instaló en el barrio de La Torratxa, de L´ Hospitalet. Trabajó como «un bruto» como ladrillero desde los 9 años hasta el 18 de julio de 1936. A los 14 años ingresó en la CNT y comenzó a sentir una gran pasión por la cultura. Peirats lee de todo, su fiebre de lectura llega hasta Volney, Darwin, Haeckel y se extiende hacia los clásicos griegos y, claro está, los anarquistas. Frecuenta la escuela nocturna de Juan Roige. Vive intensamente la lucha contra la dictadura de Primo de Rivera, y sobresale en las actividades culturales del Ateneo del barrio. Posteriormente, Peirats participa en el Ateneo Racionalista de Sants, mostrándose muy preocupado por la acción cultural: «…queríamos que la cultura no fuese ni comunista ni anarquista, porque la cultura es algo general de la humanidad y por eso tratábamos en nuestros cursos de conferencias de temas de cultura general, desde la astronomía a la química o a la pedagogía (…) queríamos que los jóvenes que se formaban con nosotros, y nosotros con ellos, tuviesen una visión de la cultura lo más amplia posible; que tuviesen una base cultural y no una cultura adocenada y clasista, saturada de temas obreristas», declaraciones en Tiempo de Historia).

A los 20 años publica el Boletín del sindicato de los ladrilleros. Colabora en toda la prensa anarquista y anarcosindicalista de los años treinta utilizando diferentes seudónimos, fue redactor del diario Solidaridad Obrera, y director de Acracia, de Lleída. Peirats se especializó en temas judiciales y desarrolló un estilo literario muy semejante al de Felipe Aláiz y Angel Samblancat. Fue adversario de las posiciones «trentistas» («no por sus tesis sino por su fermento escisionista») y estuvo siempre dentro de la FAI, aunque se proclama en «contra la prepotencia desquiciada de la FAI, que siempre tuve por no anarquista y bolchevizante». Militante de las JJLL; delegado y secretario de actas en el Congreso de Zaragoza, teniente de la 26ª División del Ejército popular republicano, cruza la frontera en unión del resto de la unidad al finalizar la guerra en Cataluña.

En agosto de 1939 se les anuncia que podrán emigrar a México, pero son vetados y conducidos a campos de concentración. En 1940, Peirats desembarca en la República Dominicana que vive bajo el terror de la familia Trujillo. Trabaja en las fronteras con Haití hasta que una fundación norteamericana presidida por John Dos Passos que quiere facilitar una solución a los españoles exiliados mediante la creación de unas colonias agrícolas en el Ecuador, le permitió salir de allí para llegar, después de diversas vicisitudes marineras, al puerto de Guayaquil. Vivió entonces cortado de la civilización, en plena sierra oriental donde la estación de las lluvias se prolongaba por meses enteros. Aunque se entregaron en cuerpo y alma a la tarea —Peirats se hizo un consumado panadero—, la situación cambia cuando a raíz de la entrada de los Estados Unidos en la guerra, la fundación cesa en su ayuda. Navega entonces hacia México en un barco que va a la deriva y sin subsistencias en medio de un mar Pacífico que hace honor a su nombre. Llega a Panamá y se gana la vida trabajando en oficios diferentes, entre ellos el de fotógrafo ambulante.

Luego marcha a Venezuela donde colabora en el periódico El País y en 1947 asiste a una Conferencia Intercontinental del ML en París. Regresa clandestinamente a España como miembro de las JJLL. De nuevo en Francia ocupa la Secretaria del Movimiento Libertario y pasa a ser uno de los más incisivos polemistas en los diferentes debates que conmueven el exilio, en particular sobre el tema de la posible participación en los sucesivos gobiernos republicanos. Teóricamente, Peirats siempre se manifestó contrario al gubernamentalismo anarquista. Cuando en 1948 trabaja en la instalación de una explotación maderera en la Landas francesa, le llega la propuesta para hacerse cargo «de una extensa obra sobre la actuación de la CNT en la guerra y en la revolución española. Era una tarea importante que llevaría años de trabajo en condiciones nada favorables. Pero acepté sin vacilaciones, entregándome de lleno a la tarea, consultando archivos, reuniendo documentos y dialogando con cuantos habían intervenido personalmente en cada uno de los acontecimientos». Tras cuatro años de intensa labor —parte de la cual transcurre en la cárcel—, concluye La CNT en la revolución española (editada en 3 volúmenes por Ruedo Ibérico; reedición Madre Tierra), que se agota rápidamente. Sin duda esta es la obra capital de Peirats y resulta, con todas las limitaciones obvias derivadas tanto de las condiciones materiales en que fue escrita como de su carácter «orgánico» —fue un encargo del Congreso de 1947 celebrado en Toulouse—, comparable por su importancia con El proletariado militante, de Anselmo Lorenzo. Imprescindible para cualquier estudio serio sobre la revolución española y la actuación de los anarquistas, fue también la base para una versión reducida titulada Los anarquistas en la Guerra Civil española (Júcar, Madrid, 1976).

Peirats no es un pensador original, sus ideas son las de la tradición libertaria (esto es notoria por ejemplo en su concepción sobre el Estado cuando escribe «La conquista del Estado es una ilusión El Estado conquista finalmente a sus conquistadores. O convierte en Estado a cuantos llegan hasta él, por sufragio o por asalto»), su principal característica radica en que personifica como pocos a ese importante sector de obreros autodidactos educados y forjados en las luchas sociales y en la intensa vida cultural proletaria de finales de los años veinte y la década de los treinta. Hombre de carácter, de voluntad critica, áspera e independiente, lo cual ha motivado no pocas discusiones en las filas anarquistas del exilio, y con numerosas personalidades y comités. Después de 37 años de exilio, pudo regresar a España con la ilusión de una pronta e inevitable reconstrucción del anarcosindicalismo. En su actuación pública, durante un mitin multitudinario —el primero y el último de esta amplitud en la efímera reconstrucción cenetista— en Barcelona, en el Estadio de Montjuich, sus palabras sobre las autonomías, muy en la honda proudhoniana, dieron lugar a una reacción crispada dentro y fuera del movimiento al que pertenece. La ulterior división de la CNT, lo ha llevado a una posición solitaria y pesimista, retirándose de la vida militante activa y recluyéndose en su pueblo natal.

Otras obras son: Figuras del movimiento libertario español (Picazo, BCN, 1977), Emma Goldman. Una anarquista de dos mundos (Campo Abierto, Madrid, 1977, reedición Laia, BCN), Diccionario del anarquismo (Dopesa, BCN, 1977). Al exilio corresponden: Examen crítico-constructivo de movimiento libertario español (Ed. Mexicanos Reunidos, 1967), Voluntarismo y determinismo, La destrucción del Estado; España: ¿transición o continuidad? (Toulouse 1973), Estampas del exilioAnarquismo, Breve historia de la CNT, La pretendida destrucción del Estado (las tres en Madre Tierra). Peirats ha escrito para la prensa libertaria numerosas semblanzas biográficas, varias traducciones (como El debate imaginario entre Marx v Bakunin, de Maurice Crompton), así como algunos prólogos como el que antecede al libro de H.E. Kaminski, Los de Barcelona (Cotal, BCN, 1977). En Tiempo de Historia nº 62 apareció una larga entrevista sobre su vida y sus ideas. La revista Anthropos (nº 18), le dedicó uno de sus «dossiers»: José Peirats Valls: Una experiencia histórica del pensamiento libertario. Memorias y selección de artículos breve, que contiene igualmente unacompleta bibliografía.

Algún día no muy lejano pondré en limpio las cartas que me escribió para darlas a conocer.

Y fue gracias a Peirats que mantuve una nutrida correspondencia con Tomás Gracia Ibars, más conocido como «Víctor García» o como «Germinal Gracia» (Barcelona, 1919). Autodidacta, hombre de acción y de pluma, divulgador e historiador prolífico. Tomás marcha como voluntario al lado de «Los Aguiluchos» al frente de Aragón, pero cuando llega la militarización abandona el frente y se integra en la colectividad de Cervía (Lleída) donde constituye las juventudes formando parte del CR juvenil catalán. Después del desastre del Ebro se reincorpora a las armas y es herido en Tremp. En Francia pasa por el campo de concentración de Le-Vernet d'Ariège, y escapa de un convoy alemán que le conduce al campo de exterminio de Dachau. Para escapar del cerco de la policía vichysta tiene que trabajar como minero de fondo, sin embargo la Liberación le coge en París y ocupa cargos en la FIJL.

Viaja por Italia y asimila el idioma, ya sabía también francés y esperanto (en el que se expresa en el Convegno de Faenza de 1946 como delegado español), y aprenderá después el inglés. A finales de este mismo año penetra en España para incorporarse a la lucha clandestina y es detenido en 1949; en la cárcel redacta los boletines Esfuerzo y Acurus scabieri. Excarcelado logra burlar la policía franquista y llegar a Francia desde donde —quemado políticamente— embarca hacia Venezuela, allí «no tardó en realizar su más caro sueño juvenil: nada menos que la vuelta al mundo a través del Pacifico, desde San Francisco al Japón, recorriendo la China, India, Medio Oriente, Israel y nuevamente Francia y Venezuela, donde echó anclas al constituir una familia. De estos viajes, que le valieron a Gracia ser amistosamente nombrado –un poco pomposamente-el `Marco Polo de la anarquía´, produjo varios libros…» (Peirats), tales como Coordenadas Andariegas, Panamá, México y el Océano Pacífico, El Japón hoy, Escarceos sobre China, El sudeste asiático, La incógnita de Indonesia, La sabiduría oriental, y el estudio Mussihushugi, al anarquismo japonés (Mexicanos Unidos, 1977), el que denota un conocimiento de primera mano del material histórico tratado, el único por lo demás aparecido en castellano.

Militante incansable, vinculado al sector más ortodoxo del anarquismo —aunque Carlos Díaz subraya su primacía de la praxis, su apertura a las renovaciones y su hostilidad al sectarismo—, «ha escrito muchísimo en la prensa afín y de mucho más calidad de lo que suele ser norma» (Iñiguez). Tal es su esfuerzo divulgador que crea una editora artesanal propia en Caracas, Ruta, en la que publicará sus propios textos sobre los clásicos anarquistas, también interviene en la traducción remodelada de la Enciclopedia anarquista, de Faure, que no pasó del primer volumen. Otras obras suyas son: La FIJL en la lucha por la libertad (Ed FL de la CNT, 1961), El Vaticano; España hoy (1962). Franco y el quinto mandamiento. Juicio contra Franco (1963), Las utopías y el anarquismo (Mexicanos Unidos, 1977), El pensamiento anarquista, La Internacional Obrera (una historia de la AIT, reeditado en ZYX), Bakunin, hoy (Grupo Editor de Estudios Sociales, con un prólogo de Agustín Souchy y una cronología de V. Muñoz), El pensamiento de Proudhom (1985), Madre Tierra ha reeditado el voluminoso compendio Antología del anarcosindicalismo (cuya primera edición fue en Ruta, Caracas, en 1988), Utopía y anarquismo, así como un retrato suyo efectuado por Carlos Díaz: Víctor García, «El Marco Polo de la anarquía»…

Pero anteriormente había conocido en París, a José Ester Borrás, (a) Minga, anarcosindicalista del Alto Llobregat (Berga, Barcelona, 1913-Alés, 1980), reconocido sobre todo por su testimonio sobre el calvario de los exiliados españoles en los campos de concentración nazis, del que guardo el recuerdo como un hombre de principios pero abierto y dialogante como pocos dentro de n movimiento que –a mi parecer- siempre pecó de estrecho...

De familia pequeño burguesa, comenzó a interesarse por las concepciones anarquistas durante los acontecimientos revolucionarios de Figols. Con un grupo de amigos consiguió fundar en su pueblo un sindicato confederal, que hasta 1936 tuvo una implantación muy modesta. Fue notoria su intervención para evitar las represalias contra los sectores carlistas y ultramontanos de la comarca. Luchó con la columna «Tierra y Libertad» en el frente de Madrid, y sufrió —cuando la columna se convirtió en la 153 Brigada— los embates del partido comunista que no se detuvo en medios para situarla bajo su mandato. El propio Minga fue perseguido judicialmente y detenido. Una vez en el exilio en Francia, gracias a su relación con Pozan —que lo liberará del campo de Vernet— formó partede uno de esos grupos poco conocidos que se dedicaron a colaborar con los servicios aliados en la tarea de salvar aviadores, e incluso a muchos de los propios agentes aliados en apuros, a través de los pasos pirenaicos.

Ester conocía muy bien la frontera, y amplió estos trabajos hacia los judíos. Cayó prisionero, junto con su primera mujer Alfonsina, y su cuñado Miguel Bueno, gracias a una trampa y fue a recalar al campo de exterminio de Mathaüsen. Allí contempló como «La gente veía como mataban a su padre y a su hijo y no podían decir ni hacer nada. Éramos miseria humana (…) con que lo que nos daban para comer, un ser humano no podía sobrepasar los seis meses de vida. Sólo sobrevivimos los que pudimos ejercer algún oficio o los que podíamos robar algo.

Soportar doce horas de trabajo y torturas sin comer es inaguantable. Hay que pensar que dentro del campo no había ningún soldado alemán. La administración la llevaban los propios presos. El jefe de una barraca tenía plena libertad para matar y, se cargaba a siete u ocho, y entonces había más raciones para comer». En la posguerra, Ester llevó una infatigable labor, primero en Toulouse, con la Federación Española de Deportados e Internados (FEDIP), que reagrupará a todas las corrientes políticas del exilio salvo a los estalinistas, en 1947 Ester fue el instigador de la campaña por la liberación de los marinos y aviadores antifascista españoles internados en el campo de reclusión soviético de Karaganda; después, siguió trabajando en la OFRA, con Eroles, donde mostró su capacidad solidaria, una extraordinaria bondad y su talante, abierto y dialogante. Siempre mantuvo su revista Hispania. Igualmente fue un gran coleccionista de libros y documentos, sobre todo en lo referente a loa campos de concentración nazis, que fueron distribuidos en el Instituto de Ámsterdam, en tanto que sus libros fueron a parar a la Fundación que lleva su nombre en Berga. Su nombre es también inexcusable en la red de apoyo de las actividades de los maquis de Caracremada o Massana. Murió de cáncer y fue incinerado en Marsella.

Evidentemente, a lo largo de mi vida reconocido a muchos más, algunos de gran valor, otros no tanto, y algún otro sobre los que me costaría hablar bien. En general, gente muy valiosa, de los que siempre he querido aprender, y antes los que he mantenido una línea de devoción especial, lo cual no quiere decir que no discutiera con ellos, de hecho ellos mismos eran unos grandes discutidores. Gente de un tiempo, de una clase, de unas ideas, y que hicieron cosas grandes sin esperar reconocimientos ni recompensas. Ahí es nada.

(Material extraido de Kaosenladed. )

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