EL FELIPISMO ARRUINÒ A RTVE
por J.M.Martìn Medem (*)

Felipe González no hizo lo que prometió al llegar al gobierno: no democratizó TVE en la última oportunidad de recuperarla como un servicio público tan imprescindible como la sanidad y la educación.
Además de no democratizarla, el felipismo arruinó a TVE y provocó su desprestigio social por la gubernamentalización de los servicios informativos.

El primer gobierno de Felipe González anunció que iba a cambiar lo que la UCD había provocado en TVE. Lo decía el borrador del Plan Estratégico elaborado en 1983 que nunca se aplicó:
-se ha generalizado una mala imagen de la dirección y la gestión de TVE
-no hay en TVE mecanismos que garanticen la independencia frente al poder
-es un hecho evidente que la presión sobre TVE es patente y que ello repercute como elemento distorsionador y desmoralizante a todos los niveles: dirección, mandos intermedios y profesionales.

El felipismo denunciaba la ausencia de mecanismos que garanticen la independencia de TVE frente al poder pero ocultaba que era la consecuencia del pacto entre la UCD y el PSOE para imponer en 1980 un Estatuto de la Radio y la Televisión que les facilitase en sus turnos de gobierno el control sobre la radiotelevisión publica estatal. Cuentan que cuando se negociaba el Estatuto hubo un desacuerdo entre Fernando Abril Martorell (de la UCD) y Alfonso Guerra (del PSOE) sobre el nombramiento del Director General de RTVE. Abril insistía en que lo nombrase el gobierno y Guerra no aceptaba esas designaciones conflicto se resolvió al preguntarle Abril a Guerra si el PSOE no estaba convencido de que llegaría al gobierno.
El pacto le aseguraba al felipismo que tendría su Director General en RTVE y sus servicios informativos en TVE.

En 1983 Felipe González llegó a la presidencia del gobierno prometiendo la democratización de TVE. Cuando consiguió la mayoría absoluta podría haber blindado RTVE como servicio público ante cualquier gobierno, garantizando la calidad y el pluralismo de la información, la buena gestión y la rentabilidad social. Y en 1996,cuando el felipismo perdió las elecciones, empantanado en el terrorismo de Estado, la corrupción y la prepotencia, culminó la demolición de la credibilidad de TVE al provocar la única intervención contra la gubernamentalización de la Dirección General de RTVE en la historia de la Junta Electoral Central. La Junta tuvo que ordenar el cambio de la programación de los servicios informativos de TVE durante la campaña electoral porque vulneraba el principio de neutralidad informativa de los medios de titularidad publica. Nunca había sucedido algo así y nunca volvió a suceder. Era el limite en la utilización gubernamental de los informativos de TVE.

Cuando el Partido Popular llegó al gobierno mantuvo el modelo de gubernamentalización de la información iniciado por la UCD y consolidado por el felipismo. Y además añadió may desprestigio en la demolición de TVE, implicando a sus servicios informativos en la operación para atribuir a ETA la matanza terrorista de Madrid. Ahora el gobierno de Zapatero amenaza con convertir a TVE en un bonsái para que la televisión de PRISA capture su audiencia y su publicidad. Pero en el PSOE y en el gobierno se manejan por lo menos dos posibilidades y no acaba de imponerse la definitiva como consecuencia del fracaso de los informativos de Iñaki Gabilondo en el canal Cuatro.

En el PSOE y en el gobierno hay partidarios de recuperar la eficacia del Comando Rubalcaba para controlar los informativos de TVE, desplazando al equipo que ahora los dirige, a quienes consideran unos buenos chicos con el prestigio del informativo walt disney de las Noticias de la 2 pero incapaces de hacer lo que el gobierno de Zapatero necesita. En el PSOE y en el gobierno hay también partidarios de apostar por la consolidación de los informativos Gabilondo cuatro por cuatro mientras se reduce el tamaño y la influencia de TVE, convirtiéndola en un bonsái de la televisión publica.

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El Consejo para la reforma de los medios de comunicación de titularidad del Estado elaboró un buen informe. Confirma que "se ha producido el divorcio con la ciudadanía como consecuencia de la crónica dependencia gubernamental de la información". Recomienda "regenerar y fortalecer" la radiotelevisión publica porque el felipismo engendro y Aznar prolongó el sistema de mala gestión y peor información que arruino la credibilidad y la economía de TVE. El informe explica que una autentica radiotelevisión publica es imprescindible para la democracia. Y advierte que "nos encontramos ante la gran oportunidad de regenerar y fortalecer un servicio público homologable a los de los países europeos de nuestro entorno, vital para la calidad de la democracia española y fundamental para la educación de nuestra ciudadanía" pero añade que hacen falta voluntad política y responsabilidad social:

Ni este informe ni la ley que derive del mismo conseguiràn cambiar la realidad de la radiotelevisiòn pùblica si no se da, al mismo tiempo, una voluntad firme de hacer las cosas de otra manera.

De poco servirán las reformas aquí propuestas para los medios públicos si no se produce un cambio radical en las actitudes y en las disposiciones de quienes van a gestionarlos en el futuro.

Resulta indispensable que todos -políticos, operadores y telespectadores- entiendan y acepten la responsabilidad y los costes que supone sostener una radiotelevisión publica. El informe denuncia que los gobiernos del PSOE y del PP violaron durante veinte años el Estatuto de la Radio y la Televisión:
No se ha desarrollado una práctica democrática de servicio público ni se han establecido las garantías necesarias para que la radiotelevisión pública actuara con total independencia de la actividad política.

Una gestión irresponsable ha debilitado la legitimidad social de TVE al proyectar la imagen de una empresa ineficiente y despilfarradora.

Los medios de comunicación social de titularidad del Estado carecen hoy en España de un marco legal adecuado y consistente que asegure el cumplimiento de los mandatos constitucionales.

Cuando TVE va a cumplir cincuenta años, hace falta una reforma urgente y profunda de la radiotelevisión pública en una remodelación jurídica completa del sector audiovisual.

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Cuando el PSOE llegó al gobierno sólo había una televisión (que había sido controlada por la UCD después de la dictadura franquista) y el partido de Felipe González contaba con la militancia, afinidad o simpatía de la mayoría de los mejores profesionales de TVE. Cuando en 1996 el felipismo perdió las elecciones, había impuesto un escenario de demolición y conflictos en el que TVE queda desprestigiada y arruinada, las televisiones de las comunidades autónomas reproducen el modelo gubernamental de TVE y las televisiones comerciales orientan la competencia hacia la telebasura, arrastrando a las públicas.

En los servicios informativos de las televisiones comerciales con mayor audiencia también se reproduce el modelo de TVE (añadiendo la perversión laboral) porque es el marco de referencia y porque se abastecen de profesionales procedentes de TVE.
Algunos han dado muchas vueltas pero sólo a Pedro Piqueras le llaman el gondolero porque va de canal en canal. Cuando en 1996 el felipismo perdió las elecciones, la mayoría de los profesionales de TVE quedaba envilecida por el temor a la revancha del PP entre los vinculados con el PSOE, por la ansiedad de la venganza entre los que sintonizaban con el PP y por el miedo y la disposición a acomodarse de los que no querían problemas. No es poca la responsabilidad de los periodistas de TVE por no haber defendido adecuadamente el servicio público (y no voy a disimular que me incluyo en la minoría que sí lo ha hecho) pero los culpables son los gobiernos del PSOE y del PP que se adueñaron de TVE para protegerse, desprestigiándola y arruinándola.

Cuando sólo había una televisiòn, el PSOE ocupó los informativos aprovechando el embrujo autoritario de Felipe González. Cuando se estableció la competencia, el felipismo envenenó los informativos de TVE intentando ocultar la corrupción y el terrorismo de Estado.

La utilización política impidió una auténtica política de Estado para garantizar la calidad del servicio público y blindar el futuro de RTVE.

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Los gobiernos de Felipe González se apoderaron de RTVE violando el Estatuto de la Radio y la Televisión: secuestraron la información, arruinaron el sistema de financiación y desprestigiaron a TVE y RNE para que los ciudadanos no sintonizaran con un servicio público tan decisivo en la calidad de la democracia como la sanidad y la educación. En la política de González está el origen de lo que Zapatero va a consumar: convertir RTVE en un bonsái como los que Felipe cultivaba en la Moncloa. Lo lógico era que la derecha quisiera jibarizar RTVE para dejar la información en manos del mercado y que los negocios ocuparan el imprescindible espacio del servicio público. Pero que lo hicieran los gobiernos del PSOE parecía el suicidio de su supuesta política socialdemócrata.

No es un suicidio. Es que no hay política socialdemócrata. Cancelan la alianza con los ciudadanos y prefieren el pacto con los grandes grupos audiovisuales. Es la ejecución de una barbaridad política, económica y social que incluso va en contra de la retórica de la Unión Europea, que sólo mantiene con palabras la evidente necesidad de una buena radiotelevisión pública con suficiente presencia como para garantizar la calidad de la democracia mediante el acceso universal y gratuito a una información sin trampas.

Reducir la plantilla de RTVE y aumentar los contratos basura significa convertir a la radiotelevisión pública estatal en un bonsái condenado a consumirse por inanición. Argumentan (el gobierno, el PP y las empresas que quieren capturar la audiencia y la publicidad) que RTVE está en quiebra por su endeudamiento, que no es rentable y que acumula demasiados trabajadores.

Todos mienten. La deuda es del Estado y no de RTVE. Los gobiernos de González (y después los de Aznar) impusieron un sistema de financiación que violaba el Estatuto de la Radio y la Televisión: préstamos bancarios en lugar de la aplicación de los Presupuestos Generales del Estado. Si a un trabajador no le paga su empresa y le obliga a recibir su salario con créditos cuya devolución la misma empresa garantiza, ¿de quien es la deuda? ¿Del trabajador o de la empresa? ¿Saben los ciudadanos que el sistema de financiación impuesto por González ha aumentado ¡en 300.000 millones de pesetas? la carga para los impuestos de la factura de RTVE como consecuencia de los intereses pagados a los bancos, que han hecho así uno de sus mejores negocios? Mienten también sobre la rentabilidad y la plantilla. La rentabilidad de RTVE debe ser su rentabilidad social: el servicio público, universal y gratuito, que garantice con buena información la vitalidad de la democracia. Y mienten sobre el supuesto exceso de plantilla porque RTVE es la radiotelevisión pública con menos trabajadores, menos presupuesto y más productividad de la Unión Europea. ¿Aceptaría la Directora General un debate con los sindicatos en TVE para aclarar la situación actual y el futuro de RTVE?

El gobierno de Zapatero añade a las mentiras la barbaridad de una reforma con la que va a hacer lo contrario de lo prometido: en vez de esperar a la aprobación de la nueva ley en el Parlamento que establezca las funciones de RTVE y determine el presupuesto y los trabajadores necesarios, lo que anuncian es el bonsái de financiación y plantilla que impondrá un modelo testimonial de radiotelevisión pública.
González arruinó la credibilidad y la financiación de RTVE. Zapatero va a liquidar la radiotelevisión pública estatal. Y sólo la estatal porque no se enreda con las radiotelevisiones de las comunidades autónomas para facilitar los acuerdos con los nacionalistas. Añadir ahora una petición puede parecer el colmo de la ingenuidad. Pero si ya han decidido jibarizar TVE en beneficio de la televisión comercial, que dejen por lo menos un bonsái moderno: servicio pùblico de informaciòn, universal y gratuito, a travès del Canal 24 Horas y una TVE Internacional (fundamentalmente informativa) que compita con la CNN mediante una polìtica de Estado basada en la influencia latinoamericana de nuestro idioma.

(*) Representó a Izquierda Unida en el Consejo de Administración de RTVE
Dirige los programas Casa de América y Barrio Latino en TVE