A buscarse la vida


Yo, German López Alavez expongo lo siguiente: En febrero 2001 me fui en los Estados Unidos para New Jersez a trabajar a buscarme la vida y la de mis hijos. Primero compré un boleto de avión en Oaxaca para Hermosillo Sonora y de Hermosillo tomé un taxi para Aguaprieta nogales. Llegué en Aguaprieta en un Hotel. Ahí es la frontera. Entonces busqué un coyote para cruzarme en la línea escondidamente y el coyote me iba cobrarme 1600 Dólares y estuve sufriendo 3 días caminando en el monte, ósea en la frontera para llegar a Phoenix California y los 3 días no teníamos comidas ni agua y tuve que aguantar por la necesidad que yo tenía y hasta los 4 días llegamos en Finix California. Ya nos dieron comidas y aguas y de Finix nos llevaron acostados en una «van» durante 4 días y 3 noches y éramos 12 personas de diferentes lugares. Llegando en New Jersey se buscó trabajo. Estuve un año con 7 meses trabajando. Después me regresé en mi población para estar conviviendo con mis familiares.

Y así sucesivamente tod@s los ciudadanos y ciudadanas de la comunidad van en tierras extranjeros a trabajar a buscar la vida y la de sus hij@s porque en esta población no hay trabajo para ganarse la vida. Y los terrenos del cultivo tampoco dan mucha cosecha para mantener a toda la familia. Por eso much@s emigran a varias partes del mundo por la vida cotidiana.


El marido que se fue

Hace 5 años se fue su marido para el norte con el fin de tener una vida mejor. Solo que él se encontró con otra mujer y se olvidó de su familia incluyendo a sus hijos. Sólo los mantuvo por un año y ahorita no les manda nada para sus hijos y su esposa.

Le nombraron un cargo y el no quiere regresar. La señora Rosario mantiene a sus 4 hijos y los esta sacando adelante sin el apoyo de su marido. Tiene un pequeño terreno. Siembra maíz, fríjol y también trigo y esto les mantiene.

Sus padres y sus suegros ayudan a hacer el trabajo para que los niños crezcan y pueden ir a la escuela.

Dictado por Rosario Perez Lopez


Ya vivimos un poco mejor...

Antes cuando yo me casé con 18 años mi vida fue llena de tristezas porque mi esposo fue pobre. No tenía terreno, no tenía ni casa y tuvimos hijos. Sufrimos y yo estuve trabajando en la casa, haciendo comida para dar de comer a los maestros, lavarles la ropa. Así tuve creciendo a mis hijos, fueron ocho. Y así hice para mandarles en la escuela.
Ahora ya es grande uno de mis hijos y ya salió al norte a trabajar. Entonces ya me ayuda. Ya vivimos un poco mejor. Ya solo somos 3 en la casa y compramos terreno.

Dictado por Rosenda Cruz Perez

 

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