EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS IMPULSA FINALMENTE UN ESTUDIO EPIDEMIOLÓGICO EN TORNO A LAS CENTRALES NUCLEARES TAL Y COMO EXIGÍA ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

 

 

El Congreso de los diputados ha decidido por aclamación la realización de un estudio epidemiológico en torno a las centrales nucleares auspiciado por el Ministerio de Sanidad. Con ésto se cumple una antigua reivindicación de los grupos antinucleares para poner de manifiesto el verdadero efecto sobre la salud de las personas que viven próximas a centrales e instalaciones nucleares.

El Congreso de los Diputados se ha hecho finalmente sensible a la reivindicación histórica del movimiento antinuclear en general y de Ecologistas en Acción, en particular, para intentar averiguar el efecto sobre la salud de las personas que viven cerca de las instalaciones y centrales nucleares. Por una mayoría contundente de 303 votos a favor, 1 voto en contra y dos abstenciones, el Congreso de los Diputados ha aprobado una propuesta de IU-IC-IV y PSOE para realizar e studios epidemiológicos en tporno a poblaciones cercanas a las centrals e instalaciones nucleares. Se trata de esclarecer si tales instlaciones tienen o no un efecto significativo sobre la salud de las personas que viven en su entorno.

Ecologistas en Acción valora positivamente la asunción de esta vieja reivindicación de los grupos antinucleares por parte del Congreso de los Diputados. Hasta la fecha existen dos estudios epidemiológicos que contemplan un gran número de personas realizados en torno a las instalaciones nucleares españolas. Uno sobre tumores sólidos y otro sobre cánceres sanguíneos realizados por miembros del Instituto de Salud Carlos III en los años 1999 y 2001 respectivamente. Dichos estudios arrojaban un aumento de cánceres significativo en torno a las minas de uranio y las fábricas de combustible nuclear, así como en el entorno de las centrales españolas más antiguas, Zorita (Guadalajara) y Garoña (Burgos). No obstante, los autores de dichos estudios se atrevían a poner sobre la mesa las limitacione¡s a las que se vieron sometidos: Por un lado se trataba de estudios sobre la mortalidad, y no sobre la incidencia total del cáncer, lo cual supone en sí mismo un problema puesto que un porcentaje en torno al 45 % de los cánceres se curan en la actualidad; por otro lado no se pudieron tener en cuenta los movimientos de población de tales zonas; finalmente, algunas centrales nucleare no eran lo bastante antiguas para que hubiera pasado suficiente tiempo para que el cáncer se manifestara. Los propios autores de los artículos científicos doinde se exponen los resultasdos de los citados estudios epidemiológicos ponen de manifiesto estas limitaciones y abogan por la realización de trabajos que las superen.

Ecologistas en Acción ve con buenos ojos, en sintonía con los autores de los dos estudios epidemiológicos citados, la realización de estudios que permitan poner de manifiesto el efecto sobre la salud de las instalciones nucleares españolas, sean centrales, minas de uranio o fábricas de combustible nuclear, que superen las limitaciones citadas anteriormente. Sería imprescindible un cálculo, siquiera sea aproximado, de las dosis radiactivas sufridas por cada sector de la población bajo investigación. Hasta la fecha sólo sirven como patrón los efectos de las bombas nucleares arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, lo cual resulta insuficiente, porque los tipos y dosis radiactivas recibidas por la población son muy distintas de las que podría sufrir la población que vive cerca de una instaloción nuclear. Sobre todo, existe hoy en día un profundo desconocimiento de los efectos de las bajas dosis radiactivas sufridads por las personas durante largo tiempo.

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