Acaba otro mal año para la

seguridad de las nucleares

 

 

 

Durante 2007 se produjeron nada menos que 22 paradas no programadas y 68 sucesos notificables en las centrales e instalaciones nucleares españolas. Destacan la parada no programada de Vandellós II, que se detuvo durante 10 días en diciembre de 2007 por severos problemas en sus barras de control, así como la larga parada de recarga de Cofrentes para reparar una válvula. Una de las contradicciones de las centrales nucleares es, que cuando ya están amortizadas y son más rentables, es justo cuando empiezan a dar más problemas técnicos y menor garantía de suministros aportan.

Durante 2007, las centrales nucleares españolas sufrieron nada menos que 22 paradas no programadas: 4 en Vandellós II (Tarragona), 6 en Ascó II (Tarragona), 5 en Trillo (Guadalajara), 2 en Garoña (Burgos), 3 en Cofrentes (Valencia) y 2 en Ascó I (Tarragona). De entre ellas destacan los 8 días de parada de Ascó II en mayo, justo cuando había otras tres nucleares paradas por recarga, lo que supuso que la mitad del parque (unos 4000 MW) estuviera fuera de servicio.

Las paradas para recargar fueron en algunos casos, especialmente largas este año, debido a las necesarias reparaciones y revisiones que se llevaron a cabo. Destacan en este capítulo la central de Vandellós II, cuyos problemas no acaban de solucionarse, que estuvo parada del 5 de mayo hasta el 1º de septiembre (un total de 128 días) y la de Cofrentes, parada desde el 29 de abril hasta el 30 de julio (un total de 90 días). El caso de Vandellós se debe a la continuidad de los graves problemas de seguridad descubiertos en 2005 y que se arrastran, algunos de ellos, desde 1993. La parada de Cofrentes fue tan larga debido a que se acometió la difícil soldadura de las penetraciones de las barras de control. Las técnicas elegidas en un primer momento y autorizadas por el CSN (Consejo de Seguridad Nuclear) resultaron ser ineficaces, lo que obligó a triplicar el tiempo típico de parada para cambiar de tecnología y realizar las pruebas pertinentes. En este complicado año, el total de días empleados en paradas para recarga que se aprovecharon para inspecciones y reparaciones ascendieron a 406 en todas las centrales. Esta cifra es la más alta de los últimos 5 años, incluido 2005, cuando Vandellós II sufrió una larga parada, de 5 meses y medio, para reparar los graves problemas de corrosión aparecidos en el circuito terciario. Los días totales parados para recarga fueron: 112 en 2003, 172 en 2004, 394 en 2005, 127 en 2006.

Además de estas paradas no programadas y programadas para recargas y reparaciones, se produjeron 68 sucesos notificables en el parque nuclear español, un 30% más que en 2006. En este capítulo destacaron Ascó II (Tarragona) con 15 sucesos, Vandellós II con 14 sucesos y Cofrentes con 11. Vandellós II continua con su saga de problemas, al igual que Cofrentes. Ascó II falló además cunado más inconveniente era para el parque eléctrico.

Uno de los argumentos que se esgrimen para proponer la energía nuclear como alternativa válida para luchar contra el cambio climático, es que contribuye a la garantía del suministro de electricidad. Es decir, se supone que las nucleares siempre van a estar disponibles cuando haya demanda de electricidad. Sin embargo las estadísticas son cada vez más tozudas en demostrar lo contrario. Como se ha visto en las anteriores cifras, las centrales nucleares incurren también en interrupciones inesperadas del suministro, incluso en momentos en que la demanda es alta. Con la gravedad de que la parada de una central nuclear supone la salida de la red de una gran cantidad de potencia (típicamente 1000 MW). Una trágica contradicción de la industria nuclear es que la energía nuclear más barata s producida por las centrales viejas, ya amortizadas, que son justamente las que pueden empezar a dar mayor cantidad de problemas técnicos, dado que sus sistemas empiezan a fallar. Por tanto, son las centrales más baratas las que menos garantía de suministro aportan.

 

 

 

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