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TERRITORIOS / Latinoamérica

¿Por qué una campaña contra Monsanto? (II)

 

Gabriela Soriano y Mariela Zunino
CIEPAC
30 -III -08


La tecnología Terminator

Terminator es el nombre con el que se conoce a la Tecnología de Restricción del Uso Genético. Es una creación más de Monsanto que se refiere a las plantas modificadas genéticamente que producen semillas estériles, esto es que no pueden ser reutilizadas para el siguiente ciclo de cultivo. Con esto se obliga a los agricultores a comprar las semillas nuevamente para el siguiente ciclo agrícola y los imposibilita de utilizar su propia cosecha para sembrarla. Las compañías que producen y promueven esta tecnología aseguran que la Tecnología Terminator acabará con la contaminación transgénica, sin embargo, algunos investigadores aseguran que si esta tecnología se introduce, contaminará las cosechas. Además, esta es una amenaza real para el 80% de agricultores que tradicionalmente, guardan su semilla para reutilizarla. Hasta ahora, la tecnología Terminator ha sido bloqueada gracias a las protestas internacionales de diversos grupos. Ahora se intenta una prohibición internacional para su producción y distribución.

Los agrotóxicos, asesinos silenciosos

Debido a que las variedades transgénicas son más resistentes a herbicidas e insecticidas, hay que usar una cantidad mayor de agroquímicos. La fertilidad de los suelos disminuye con el uso masivo de agroquímicos, entonces hay que usar más fertilizantes. Se trata, pues, de un efecto en cadena que soluciona muy poco y, en cambio, deriva en una mayor contaminación del agua, los suelos y nuestro medio ambiente.

Según la FAO, los plaguicidas son causantes de más de 20 mil muertes accidentales al año. Las malas condiciones en las que trabajan la mayoría de los campesinos en Latinoamérica los expone, aún más, a los daños de los agroquímicos, muchos no cuentan con el equipo necesario para evitar el contacto de los productos en su piel, otros no saben leer los rótulos con las instrucciones de aplicación de los mismos; y nada pueden hacer cuando sus comunidades, casas y familias son rociados por la lluvia fumigadora de los aviones.

Roundup es el agrotóxico más vendido en el mundo, se trata de un herbicida que contiene Glifosato, comercializado por Monsanto. En México se conoce como Rival, Faena y Ranger. Este agroquímico está siendo utilizado en muchos campos de nuestro país y en muchas otras partes del mundo causando graves daños en la salud de quienes están en contacto con él.

La Ley Monsanto

En 2005 fue aprobada la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, mejor conocida como Ley Monsanto, llamada así por ser reflejo de los intereses de las empresas del agronegocio que encabeza Monsanto. Esta ley permite la distribución y liberación de organismos transgénicos con probables riesgos a la salud humana y del medio ambiente así como de la soberanía alimentaria. Si bien, la ley presenta elementos de protección al maíz y cultivos nativos, lo hace de manera confusa, a la vez que, según expertos, resulta complicada su aplicación. La ley establece que para el cultivo experimental se debe definir el "régimen especial del maíz", como también delimitar los centros de origen para evitar la contaminación con transgénicos. Para dar inicio a los cultivos experimentales, la ley debe ser reglamentada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).

Mientras tanto, Monsanto sigue ejerciendo presión sobre el gobierno para que se establezca un marco legal para la siembra: anunció una inversión de 200 millones de dólares como parte de un plan 2007010 para la comercialización de maíz transgénico, a ser aplicado una vez que se aprueben los permisos para uso comercial del grano.

Las organizaciones ambientalistas coinciden en que dicha Ley tiene varios defectos. Algunos de ellos:

- Favorece la liberación indiscriminada de transgénicos en el ambiente sin mecanismos de monitoreo ni control, es decir, se libera de responsabilidad a las empresas en caso de causar daños por dicha liberación.

- No contempla mecanismos de protección o indemnización para campesinos cuyos cultivos puedan ser afectados por contaminación genética.

- No establece una clara acción de etiquetado para productos que puedan contener Organismos Genéticamente Modificados.

Monsanto y el agua

Se cree que en los próximos años la escasez de agua en muchos países hará que esta sea vista como "el oro azul". Para Monsanto las semillas no bastan, y hoy busca incluso controlar el agua. Monsanto calcula que el agua se transformará en un mercado multimillonario en los próximos años. El agotamiento de los recursos del agua es visto como una oportunidad de negocios, sobre todo en India y México donde el agua escasea.

Monsanto planea ganancias de 63 millones de dólares para el 2008 con sus negocios del agua en India y México. La empresa estima que para 2010, unos 2500 millones de personas en el mundo tendrán difícil acceso al agua potable. De este modo el suministro de agua potable se convierte en un excelente negocio para Monsanto.
Además, sus agroquímicos contaminan nuestras fuentes de agua. En Dinamarca se descubrió que los niveles de glifosato - principal componente del Round Up, herbicida de Monsanto - eran 5 veces más altos que el nivel permitido para el agua potable. Esto significa que en 5 a 10 años será necesario remover el glifosato del agua para que siga siendo potable.

¿Sabes qué estas comiendo? Etiquetado de productos transgénicos

En México habemos más de 100 millones de consumidores, nadie puede decir con certeza que los alimentos que consume no son transgénicos; de hecho, si nos hiciéramos esta pregunta, la respuesta seguramente sería que sí lo son. La mayoría de los productos que se venden en México tienen, al menos, algún ingrediente transgénico, y esto no podemos saberlo porque las empresas no lo especifican en sus etiquetas. En nuestro país la industria bio-tecnológica ha convencido a nuestro gobierno de que el etiquetado de los alimentos transgénicos no es necesario, a pesar de ser México uno de los principales importadores de productos agropecuarios y de alimentos de Estados Unidos.

Muchos productos que consumimos diariamente contienen algún porcentaje transgénico, por ejemplo, podemos ir a la tienda y comprar una bolsa de pan sin imaginarnos que entre sus ingredientes puede haber alguno transgénico porque en el empaque no lo indica. Entonces nos preguntamos, si son tan buenos esos transgénicos como nos dicen las empresas, ¿por qué no les ponen una etiqueta para identificarlos?, ¿por qué prefieren que no se sepa que contienen transgénicos?

Hasta la fecha son muy pocos los lugares donde se tiene que aplicar el etiquetado de productos con componentes transgénicos. Hoy en día, el consumidor, aunque debiera tener el derecho de saber lo que compra, no lo tiene. Como consumidores, tenemos el derecho de elegir lo que comemos y decidir si queremos comer o no transgénicos.

Algunas de las cosas que podemos hacer para conocer y controlar lo que comemos:

1. Las empresas productoras de alimentos tienen la obligación de informar a los consumidores sobre los ingredientes que contienen sus productos, así podemos llamar a los números de atención a clientes, que están en las etiquetas, para solicitar información sobre los productos que compras y para exigir que, si usan transgénicos, lo indiquen en las etiquetas.

2. Consumir productos orgánicos, esto es, que hayan sido cosechados sin fertilizantes ni insecticidas químicos y que no hayan sido modificados genéticamente, además de ser alimentos saludables, apoyarás a campesinos y pequeñas empresas de alimentos y a la producción local

3. Informar a otras personas sobre el tema e invitarlos a formar redes de consumo responsable.

Biopiratería: el robo de la vida

La biopiratería es el nombre que utilizamos cuando una empresa transnacional se apropia ilegalmente o sea, roba, mediante engaños, recursos biológicos (o alguna de sus propiedades) y de conocimientos ancestrales de los pueblos para luego utilizarlos y patentarlos, o sea, hacerse sus dueños, con fines comerciales después de convertirlos en productos. No conformes con robarse conocimientos y recursos biológicos, son estas empresas las que acusan de ladrones a campesinos e indígenas por utilizar plantas y productos ya patentados por la empresa.

La biopiratería se vale del saqueo de los recursos naturales vivos, o recursos biológicos, con el fin de utilizarlos en investigaciones científicas que habiliten la producción de artículos que puedan ser comercializados. Para ello, primero se acude a la bioprospección, es decir, la búsqueda y recolección de plantas o animales. Luego de investigar de qué están hechos esos recursos y para qué sirven, se procede a registrarlos ante la ley como propietario de sus descubrimientos. Esta apropiación del conocimiento es lo que se conoce como patentes.

Podemos afirmar que todas las patentes de la transnacional Monsanto fueron obtenidas bajo esta práctica de biopiratería, ya que esos conocimientos patentados son el resultado de miles de años de trabajo colectivo de las y los campesinos e indígenas en todo el mundo, que cuidaron y domesticaron cientos de variedades que luego las empresas se roban para trabajarlas en sus laboratorios y lucrar con ellas. Es decir, un conocimiento público y que pertenece a todos es apropiado por una empresa, quien se dice propietaria de dicho conocimiento a través de las patentes, para luego acusar de ladrones a quienes son los verdaderos promotores y guardianes de esos recursos y conocimientos.

Biocombustibles. comestibles convertidos en combustibles

Existe una campaña a nivel mundial de empresas y gobiernos que presentan a los biocombustibles como alternativa al consumo de petróleo y solución para problemas como el calentamiento global. Sin embargo hay una lógica comercial por detrás: las transnacionales de los transgénicos ven esto como una excelente oportunidad para aumentar sus ganancias y justificar el uso de transgénicos en nombre de un supuesto mejoramiento ambiental.

Empresas como Monsanto y Cargill se están avocando cada vez más a la producción de un tipo de biocombustible, el etanol, fabricado con maíz. De esta forma se está dedicando más terreno para la siembra de maíz amarillo para producir etanol que para maíz blanco, base de la dieta mexicana y con el que se hace la harina, elevando mucho el precio de las tortillas. Expertos señalan que el auge de los biocombustibles puede derivar en un aumento de los precios de alimentos, lo cual es sinónimo de más hambre para muchos. La cantidad de granos que se necesita para llenar el tanque de una camioneta con etanol es suficiente para alimentar a una persona durante un año. De esta forma, la producción de etanol a partir del maíz atenta de forma directa contra la soberanía alimentaria, al tratarse de un alimento básico para el pueblo mexicano.

Además, hay investigaciones que demuestran que el ciclo completo de producción de biocombustibles deja un saldo negativo en varios aspectos. En primer lugar, se necesitan grandes extensiones de tierra, lo cual eleva los índices de deforestación. Segundo, se utiliza mayor cantidad de agroquímicos, lo cual se traduce en una mayor erosión y contaminación de suelos y aguas. Tercero, además del gasto en combustibles que el proceso requiere, se necesitan grandes cantidades de agua: para producir un litro de etanol a base de maíz, se necesitan de 1.200 a 3.600 litros de agua. Por último, las grandes extensiones de tierra dedicadas a monocultivos para la producción de biocombustibles irremediablemente entran en disputa con aquellas destinadas al cultivo de alimentos, lo cual representa un grave riesgo para la soberanía alimentaria.

Algunos casos en Sudamérica

En los alrededores de la ciudad argentina de Córdoba, existe un barrio llamado Ituazingó Anexo cuyos pobladores sufren hace años la condena de los plaguicidas. Al estar cercado por plantaciones de soya, la población sufre de una lluvia continua de agrotóxicos que ha derivado en enfermedad y muerte. Entre sus 500 habitantes han aparecido múltiples casos de cáncer, leucemia y malformaciones congénitas. Los productores de soya realizan fumigaciones aéreas y terrestres de agroquímicos como glifosato o endosulfan, las cuales afectan directamente a los pobladores. Esta situación se repite en varios poblados de Córdoba, por lo cual se ha formado la Asamblea de Pueblos Fumigados y Desalojados, integrada por aquellos pobladores que por el avance de los monocultivos se ven afectados tanto por las fumigaciones como por los desalojos de familias campesinas. Argentina es el tercer productor mundial de soya después de Brasil y Estados Unidos. Casi el cien por ciento de la soya que se siembra es transgénica y propiedad de Monsanto.

En la frontera entre Ecuador y Colombia, las fumigaciones aéreas financiadas por Estados Unidos, con el pretexto de la lucha contra las drogas, han dañado severamente el ADN de la población local, lo cual puede activar el desarrollo de cáncer y otras enfermedades, siendo que las investigaciones que ha promovido Monsanto y los informes de altos funcionarios de salud y ambiente están dirigidos a presentar la baja toxicidad del glifosato. De esta forma, el Estado, de la mano de Monsanto, está atentando contra la salud pública y el medio ambiente a través de su "Plan para la paz, la prosperidad y el fortalecimiento del Estado" o Plan Colombia. Desplazamientos, contaminación de alimentos, de suelos, aguas, de flora y fauna, destrucción de bosques nativos, enfermedad para las poblaciones: todo ello constituye un atentado contra la vida de los pobladores de Colombia y Ecuador.

En Paraguay, el modelo de la soya transgénica representa muerte y destrucción. En el año 2003, murió Silvino Talavera, de 11 años de edad, luego de ser rociado por un vecino que fumigaba su campo. Las investigaciones científicas demostraron su muerte se dio por intoxicación con los agrotóxicos que usaban los soyeros, Roundup y Cipermetrin. En pocos años, Paraguay se ha convertido en el tercer exportador y el cuarto productor mundial de soja.

El 85% de las semillas plantadas en este país pertenecen a Monsanto.

Resistencia: los pueblos del mundo dicen NO a los transgénicos

En la India, entre 1993 y 2006 alrededor de 150.000 campesinos se suicidaron. El modelo agrícola del algodón transgénico que Monsanto les impuso los endeudó y los hundió en una crisis económica, social y ambiental. En 1998 se lanzó la campaña "Monsanto sal de la India", con la que 10.000 personas enviaron mensajes a la empresa pidiéndole que salga del país. Ese mismo año, una alianza de organizaciones campesinas quemaron los campos experimentales donde Monsanto probaba su algodón transgénico.

En México, la campaña "Sin Maíz no hay País" rechaza firmemente al maíz transgénico, y aboga por la defensa del campo mexicano, la protección del maíz mexicano, la soberanía alimentaria y la reactivación del campo mexicano.

En Colombia, la Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra, lanzó la campaña "Monsanto Mata", en denuncia del herbicida glifosato con el cual se fumigan las zonas rurales colombianas desde el inicio del Plan Colombia. Se propone el boicot a los productos de Monsanto, la formación y capacitación en cuanto a alternativas, y acciones concretas.

La "Red por una América Latina Libre de Transgénicos", lanzó una campaña para que se declare a la región Andina, centro de origen de la papa, libre de la papa transgénica. Cuando se solicitó la realización de pruebas con papa transgénica en Bolivia, los campesinos se opusieron con firmeza amenazando destruir las pruebas de campo. En 2000, se decidió retirar el proyecto de pruebas debido a la oposición que había generado.

"Terminar Terminator", la campaña que lucha contra esta tecnología suicida, se ha reactivado en Latinoamérica, organizando una gran movilización para la COP 9 en Alemania para que se mantenga la moratoria sobre las semillas terminator y a la vez se establezcan prohibiciones nacionales a esta tecnología.

La "Campaña por un Brasil Libre de Transgénicos" viene luchando hace años contra la liberalización de cultivos transgénicos en Brasil. Se constituye de una red de organizaciones civiles y movimientos populares que buscan fomentar un debate amplio y democrático acerca de los transgénicos en la sociedad, lo cual todavía no se ha dado en Brasil.

En fin, son muchas las organizaciones que se han levantado en defensa de sus derechos, sus tierras y recursos, frente al avance de los transgénicos y los atropellos de empresas como Monsanto. Las consecuencias destructivas del modelo de agronegocios que defiende Monsanto ya son visibles y amenazan con seguir avanzando a costa del quebrantamiento de nuestros derechos sociales y ambientales.

En una era donde todo parece globalizarse, la alimentación de un pueblo es y seguirá siendo una cuestión local, vinculada a su cultura, su identidad y sus modos de producción. Vivimos bajo un sistema donde el alimento ha devenido mercancía y las empresas como Monsanto han rebasado el límite de su ambición queriendo privatizar hasta la vida misma. Hoy en día, la alimentación se ha convertido en un arma peligrosa que las grandes potencias económicas y sus transnacionales están utilizando para tener bajo control a pueblos y naciones.

Frente a un modelo que pretende subordinar algo tan vital para la vida, como es la agricultura, a los capitales internacionales, nos urge dar batalla y hacer frente para defender nuestro patrimonio y nuestros derechos. Por eso, queremos hacer un llamado a toda la sociedad para informarnos y conformar redes de concientización acerca de la verdad y gravedad de los hechos. Preservar el maíz criollo y defender el campo mexicano es proteger la identidad, el alimento, la cultura y el futuro de todos y todas.

Ligas de Campañas en el mundo:

Campaña Terminar Terminator: www.banterminator.org

Campaña Sin Maíz No Hay País: www.sinmaiznohaypais.org

Campaña "Millones Contra Monsanto" (Estados Unidos):
www.organicconsumers.org/monlink.html

Campaña "Soya para Hoy Hambre para Mañana" (Argentina):
www.sojahambre.blogspot.com

Referencias
Biodiversidad en América Latina: www.biodiversidadla.org
Campaña Sin Maíz no hay País: www.sinmaiznohaypais.org
Greenpeace México: www.greenpeace/mexico
The ologist: www.theecologist.net
Diario La Jornada: www.jornada.unam.mx
Centro de Noticias ONU: www.un.org
Ecoportal: www.ecoportal.net
Ban Terminator Campaign: www.banterminator.org
ETC Group: www.etcgroup.org
CorpWatch: www.corpwatch.org
"Monsanto y la guerra de las drogas en Colombia", Jeremy Bigwood, especial para Corpwatch
"Hijos del Agente Naranja. Las secuela de la guerra", Carlos Martínez, www.elmundosalud.elmundo.es
"El Agente Naranja' de Monsanto y Dow Chemicals: Tres millones de vietnamitas fueron expuestos a la terrible sustancia", José Daniel Fierro, Rebelión.
"Monsanto y el pan nuestro de cada día", Vandana Shiva, www.elcorreo.eu.org/esp
"La Ley Monsanto", Luis Hernández Navarro,Martes 14 de diciembre de 2004,
www.jornada.unam.mx
"Monsanto contra los campesinos", Alejandro Calvillo, Martes 8 de febrero de 2005,
www.jornada.unam.mx
"México : caballo de Troya de los transgénicos en América Latina", Silvia Ribeiro, Sábado 27 de diciembre de 2003, www.jornada.unam.mx
"Los dueños del planeta: corporaciones 2005", Silvia Ribeiro, Sábado 31 de diciembre de 2005, www.jornada.unam.mx
"Monsanto: la mordida de los transgénicos", Alejandro Nadal, Miércoles 12 de enero de 2005, www.jornada.unam.mx
"Recuento de Hechos de la contaminación transgénica del maíz nativo en México", Ceecam 2004
"Los Organismos Genéticamente Modificados: Implicaciones para México Y Chiapas", Chiapas al Día, No. 165, 8 de agosto de 1999, CIEPAC.
"El Maíz Transnacional Contra la Soberanía Alimentaria de los Pueblos Indígenas", Boletín Chiapas al Día no. 258, Septiembre 2001, CIEPAC.
Página oficial de Monsanto, www.monsanto.com.ar/institucionales/mi_identidad.asp
"Monsanto: una historia manchada ¿Quién debe escoger nuestras tecnologías?", Brian Tokar, www.zmag.org
"El derecho de los pueblos a la Soberanía Alimentaria", Joao Pedro Stédile, www.aldearural.com
"Maíz y Biodiversidad: efectos del maíz transgénico en México", Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte.
"Los transgénicos en el mundo. Qué, quién, cuánto, cuándo, dónde y por qué", José Santamarta, Rebelión, 26 de febrero del 2004
"Transgénicos: El prontuario criminal de Monsanto", Fernando Glenza, Agencia Prensa Mercosur
"América para Monsanto: Decretos y leyes para secuestrar nuestra agricultura", Carlos A. Vicente, GRAIN
"Argentina: la soja, un mal augurio", Ann Scholl y Facundo Arrizabalaga, Red por una América Latina Libre de Transgénicos, boletín 244.
"Soja transgénica y crisis del modelo agroalimentario argentino", Miguel Teubal
"Maíz, contaminación transgénica y resistencia", Aldo González Rojas, www.ecoportal.net
"Maíz y biodiversidad: Efectos del maíz transgénico en México. Conclusiones y recomendaciones", Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte.
"Los Transgénicos", Equipo Maíz, El Salvador, Diciembre 2004.

Gabriela Soriano y Mariela Zunino son investigadoras del Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria de San Cristóbal de las Casas (México).

Ver también: ¿Por qué una campaña contra Monsanto? (I)