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DESPACHO DESDE UNA ZONA FRANCA DE PROCESAMIENTO PARA LA EXPORTACIÓN (EPZA): LA HISTORIA DE DOS MUJERES

Jueves 10 de septiembre de 2009 por CEPRID

Aya Fabros

CEPRID

"Kababaihan: Jobless kaya Pay-less (Mujeres: Sin trabajo y por lo tanto Sin paga)" decía un cartel de protesta durante la manifestación por el día de la mujer, el pasado 8 de marzo, resumiendo algunas de las dimensiones fundamentales de la creciente recesión global. Payless (en inglés ”Sin paga” pero también ”Pague menos”), es también una marca común de fideos instantáneos -una comida barata que ha pasado a ser dieta básica para los hogares pobres en Filipinas. Refleja tanto la masiva pérdida de empleos e ingresos como la intensificación de la pobreza y el hambre, a medida que el impacto de la crisis global se vuelve más pronunciado en el país. Al mismo tiempo, focaliza la atención en el trabajo no remunerado que realiza la mujer en el seno familiar, especialmente, las tareas del hogar y reproductivas, tan subestimadas, a las cuales no se reconoce en general como “trabajo real”, a pesar de que la carga que sostienen las espaldas de las mujeres es cada vez mayor, en particular, cuando los tiempos difíciles arrecian. Los desafíos que enfrentan las trabajadoras, tanto en el lugar de trabajo como en sus hogares, se vuelven mucho más agudos por las circunstancias a las que son empujadas las mujeres trabajadoras a medida que se profundiza la crisis.

En Filipinas, el enlentecimiento de la economía mundial ha provocado un agravamiento de la crisis de empleo preexistente, con cierres de empresas en distintos sectores, reducciones de personal y expansión de las modalidades de empleo irregular. La ola de despidos e irregularidades laborales avanza a lo largo y ancho de todo el país, aunque se concentra en algunos puntos críticos, en particular en las zonas francas de procesamiento para la exportación (EPZA, por sus siglas en inglés), que emplean a un número significativo de mujeres trabajadoras. La región de Calabarzon (Cavite-Laguna-Batangas-Rizal-Quezon), un área industrial clave donde están ubicadas muchas zonas de procesamiento de exportaciones, da cuenta del 70 % de los despidos, según las estadísticas del Departamento de Trabajo y Empleo (DOLE, por su sigla en inglés).

Jane, de 29 años y madre de tres hijos, y Aileen, joven de 21 años y madre soltera de uno (aunque estos no son sus verdaderos nombres) trabajan desde hace tiempo en la zona de procesamiento de exportaciones de Rosario Cavite. Ambas forman parte del contingente cada vez más grande de trabajadoras afectadas por la crisis. Según nos expresan, la situación es mucho más difícil porque no se trata sólo de la pérdida de los ingresos, sino la incertidumbre y la inseguridad en la que viven.

Flexibilización laboral

"Hindi kasi alam kung tatanggalin na ba o hindi, kung mababayaran ba o hindi," dice Aileen. "Naghihintay lang kami." (No está claro si ya vamos a ser despedidas, o si vamos a recibir una paga reducida o no. Simplemente estamos a la espera.)

Aileen ha estado trabajando para DANAM Philippines desde 2007. DANAM es una industria productora de componentes para productos electrónicos y proveedora de otras plantas industriales como la American Power Conversion, otra compañía establecida en la zona de procesamiento de exportaciones de Rosario Cavite. Aileen cuenta cómo la producción ha sido afectada desde diciembre. En enero de 2009, Aileen y sus compañeras se vieron obligados a aceptar licencia forzosa, y desde entonces han venido trabajando intermitentemente. "Naapektuhan na ang mga orders galing sa US," explica Aileen, "kaya simula noon two weeks kaming nakabakasyon tapos nung pinatawag kami ulit bawas na ang araw. Noong una, Monday lang ang walang pasok. Pagdating ng February, Martes hanggang Biyernes na lang. Ngayong March, dalawang araw na lang ang pasok". (Los pedidos de Estados Unidos fueron afectados y desde entonces fuimos obligadas a tomar dos semanas de licencia. Cuando nos volvieron a llamar ya habían reducido la jornada semanal. Al principio no trabajábamos los lunes. En febrero, trabajamos sólo de martes a viernes. Este mes de marzo, trabajamos sólo 2 días. "Walang pasok, wala ding sahod, (No hay trabajo, no hay ingreso)", agrega. La Oficina de Estadísticas de Trabajo y Empleo del Departamento de Trabajo y Empleo (DOLE-BLES) tiene documentada la existencia de más de 100.000 trabajadores afectados entre octubre del 2008 y el 10 de marzo del 2009. De estos, 76.324 se concentran en la zona de CALABARZON, e incluyen 31.534 despedidos y 44.808 que hoy han debido aceptar disposiciones de flexibilización laboral.

En enero, el Departamento de Trabajo y Empleo (DOLE) hizo pública la Pauta No. 2 titulada “Guía para la adopción de compromisos de flexibilización laboral” “para asistir y orientar a empleadores y empleados en la implementación de distintos modelos de flexibilización laboral, como uno de los mecanismos de adecuación y medidas de alivio en tiempos de dificultades económicas y emergencia nacional". Tal como establece la Pauta, el DOLE considera la aplicación de soluciones de flexibilización laboral tales como la reducción de los días de trabajo, el despido obligatorio, semana laboral comprimida, interrupción de horarios de trabajo, feriados flexibles y rotación de los empleados, como "alternativas mejores que la terminación lisa y llana de los servicios de los empleados o el cierre total de los establecimientos".

Aileen, que ha sido víctima de estas flexibilizaciones, nos transmite lo que sus patrones les han dicho, ’ maswerte pa nga kami kasi ang iba talagang wala na.’ [en realidad tenemos suerte, otros trabajadores ya perdieron sus empleos].

Trabajadoras contratadas y desplazadas

En enero, Jane y otras 50 compañeras de trabajo fueron despedidas de Sangkou Seiki Company (también en Rosario, Cavite). "Inuna nila kasi yung mga taga-agency (la empresa empezó por las trabajadoras contratadas por agencias)," según Jane.

Como trabajadora contratada por una agencia, Jane renueva su contrato cada 3 a 5 meses. No es considerada una empleada directa de la empresa, entre las muchas trabajadoras contratadas que son las primeras en ser despedidas.

La Asociación Unificada de Trabajadores de Cavite (UCWA, por su sigla en inglés), una federación de grupos y asociaciones de trabajadores en la provincia, entiende que estos mecanismos de flexibilización laboral propuestos por el DOLE sólo sirven para ampliar las prácticas irregulares de las compañías, especialmente en las EPZA, donde la contratación de trabajadores a través de agencias es más la norma que la excepción. Para la UCWA el uso de estas “contrataciones” ha permitido a las empresas evadir el otorgamiento del conjunto de beneficios sociales correspondientes a los empleados no tercerizados y socavar la tenencia y seguridad del empleo, al facilitar el despido de los empleados, exista o no la amenaza de una crisis.

Como señala Jane, "wala naman kaming magagawa kasi agency kami". (Nosotras no podemos hacer nada porque pertenecemos a la agencia, no a la empresa). Jane parece ya haberse acostumbrado a las consecuencias que acarrea el empleo tercerizado a través de las agencias. Ha ido pasando de un contrato a otro desde el 2004, solicitando uno nuevo luego de cada “contrato finalizado”.

Como trabajadora contratada por una agencia, no recibió ningún beneficio ni indemnización por despido de la empresa cuando ya no la precisaron más, a pesar de haber estado trabajando para Sangkou Seiki por más de dos años, en el marco de varios contratos consecutivos de tres a cinco meses de duración cada uno. Casi tres meses después de haber perdido su empleo, sigue probando suerte "nag-aapply pa rin" (sigue presentándose) pero se ve enfrentada a otra dificultad: las preferencias de edad y condición que rigen en las EPZA.

"Mahirap talaga. Sinusubukan kong mag-apply pero mahirap na maghanap ng trabaho sa age ko. May age limit kasi. Mahirap din mag-apply ang married kasi ang gusto nila single," dice Jane. (Está bravo. Sigo intentándolo pero es difícil conseguir trabajo a mi edad. Hay un límite de edad y además es más difícil para las que estamos casadas. Prefieren contratar trabajadoras solteras).

Aunque trabajó 10 años en la EPZA, Jane, que tiene 29 años, es casada y tiene tres hijos, se ha visto obligada a recurrir a buscar empleo a través de las agencias de contratación. Pero ahora, con agencia o sin agencia, las posibilidades que tiene de conseguir trabajo son escasas. Seguridad social, servicios y respuestas gubernamentales Jane mantiene la esperanza de encontrar empleo pronto, ya que sus deudas se acumulan. Su esposo también trabaja en la EPZA como contratado por agencias, pero sus ingresos no son suficientes para cubrir las necesidades del hogar. "Ang dami din kasing gastos sa bahay, sa mga bata at gastos sa pag-aapply. Kailangan pa ng mga requirements. Yung medical 300 na, kapag kailangan pa ng drug-test kulang-kulang limang daan, (Son un montón de gastos de la casa, de los niños, más los gastos que implica buscar trabajo. Hay varios requisitos que se deben cumplir para ser contratado, el examen médico cuesta alrededor de 300 pesos, y si piden una prueba de drogas, se va casi a 500 pesos)", explica.

Ahora que los ingresos del hogar se han reducido considerablemente, la pareja recurre a cinco o seis prestamistas para llegar a fin de mes, que les cobran 20 por ciento de interés mensual.

Aileen también enfrenta la misma situación, ahora que sus días de trabajo se han reducido significativamente. Para ella, una consecuencia clara de los recientes acontecimientos es la siguiente: "Siguro mga 200 o 300 nalang ang sasahurin ko ngayong cut off, kakaltasan pa din kasi, (Probablemente sacaré solo 200 o 300 pesos en la próxima liquidación de sueldo, con deducciones y todo)", refiriéndose a las contribuciones de los trabajadores al Sistema de Seguridad Social, Pagibig y PhilHealth. Como Jane, la familia de Aileen también está acumulando deudas.

"Pinipilit nalang pagkasyahin, pero kulang talaga. Gatas pa lang ng anak ko kulang na ang isang libo. Pagkain pa, kuryente, tubig, bahay. Naubos na yung konting naipon ko, ipit talaga kaya nauuwi sa utang (Tratamos de sobrevivir, pero sencillamente no nos alcanza. Gastamos más de mil pesos para la leche de mi hijo solamente. Y después está la comida, la electricidad, el agua, el alquiler. Ya nos gastamos los ahorritos que teníamos, así que no nos queda otra que endeudarnos)," señala Aileen.

Hace dos semanas la Alianza de Trabajadores Unidos de Cavite y el Partido ng Manggagawa llevaron a cabo un piquete en el complejo del Sistema de Seguridad Social en Quezón City, para plantear la creciente preocupación por los beneficios de desempleo y el acceso a préstamos. La respuesta que los trabajadores han estado recibiendo es que no pueden asegurarles préstamos del SSS, salvo que tengan un nuevo empleador que firme sus documentos y garantice que los pagos serán remitidos.

Jane halla esto injusto y absurdo. "Kaya nga naghuhulog para may makuha kapag nangailangan. Hindi mo naman magamit. Paano mo mapapakinabangan ang hinulog mo kung sasabihin nilang kailangan muna na may employer? Kaya ka nga nangungutang kasi nawalan ka ng trabaho at wala kang makuhang panibago. Sa tingin ko po, napaka-unfair." (Uno paga sus contribuciones porque quiere recibir algo cuando lo necesita. Pero no se puede. ¿Cómo va a hacer uno para usar sus propias contribuciones si ellos le piden a uno que tenga un nuevo empleador primero? Para empezar, uno trata de sacar un préstamo porque perdió su empleo y no encuentra uno nuevo. Me parece que es realmente injusto).

Aileen también señala limitaciones para acceder a otros programas destinados a trabajadores afectados. "Yung livelihood, kailangan daw magbuo pa muna ng grupo ng 15 tao, tapos marami pang seminar at screening bago makakuha. (Para obtener asistencia de manutención uno tiene antes que formar un grupo de 15, y además pasar por cursos y seminarios".

Dadas las condiciones que enfrentan, ambas trabajadoras dicen que las respuestas del gobierno no son suficientes, ya que no encaran las diferentes facetas de su situación actual. Datos del DOLE, basados en el conjunto de informes preliminares al 10 de marzo de 2009, muestran que un 10,4 por ciento del total de trabajadores afectados fueron asistidos a través de programas de manutención, capacitación y asesoría legal. Por supuesto, para trabajadoras como Aileen y Jane, el número de trabajadores a los que llega la cobertura no es lo único que importa; lo crucial es que de inmediato se pongan en marcha respuestas que sean apropiadas, adecuadas, y coherentes. Como explica Jane cuándo se le pregunta qué entiende ella por una respuesta apropiada y efectiva, "Sana trabaho na agad. Mahirap kasi kung magsisimula ka pa, pagugulungin pa, pero wala kang pagkukuhanan sa pang-araw-araw. Kailangan pa rin ng at least six-months na magagamit habang nag-aayos ka ng kabuhayan o naghahanap ng trabaho".

Sobrellevarla y avanzar

Las historias de Jane y Aileen ilustran la situación de empleo precario que vive el país y las condiciones de vulnerabilidad que enfrentan las trabajadoras y sus familias; al mismo tiempo llaman la atención sobre la ausencia de redes de seguridad, lo inadecuado de las respuestas y las trabas que limitan el acceso a la seguridad social y otros programas. En estas circunstancias, las familias filipinas son empujadas a tomar decisiones difíciles y forzosas, a raíz de las opciones limitadas que existen.

Aileen dice que no piensa esperar demasiado para que las cosas se arreglen. Su familia no puede soportar estar sin trabajo. "Umalis ako doon kasi mahirap talaga ang buhay, pero kung ganito ang sitwasyon baka babalik na lang. Kasi sa probinsya kahit papano hindi ka magugutom, (Dejé la provincia porque la vida es dura allí, pero dada esta situación, quizás tengamos que volver. Por lo menos no pasaremos hambre)", dice Aileen.

Jane y su marido, por su parte, tienen planes de buscar trabajo en el extranjero. Su marido ya ha intentado presentarse a puestos de trabajo fuera del país, aunque como explica Jane, "sinusubukan, nag-aaply, pero hindi rin sigurado ang trabaho ngayon sa abroad". (Si bien estamos intentando conseguir algo, en el extranjero el panorama está hoy también muy incierto).

Al constatar que la mayoría de los filipinos están atrapados en una serie de callejones sin salida, grupos como la Marcha de las Mujeres contra la Pobreza y la Globalización (WELGA ng Kababaihan Laban sa Kahirapan at Globalisasyon) atribuyen estos problemas no sólo a las medidas inconsistentes e insuficientes para enfrentar el impacto de la crisis global, sino también a la orientación económica elegida por el gobierno filipino, que puso demasiada fe en los mercados globales, despriorizó el gasto social y la previsión reproductiva, y fracasó en la meta de generar las condiciones necesarias para asegurar un modo de vida digno y estable para las familias filipinas.

Al tiempo que reclama medidas inmediatas y de largo plazo para enfrentar las múltiples crisis que afligen al país, WELGA enfatiza que "a menos que se reviertan las políticas económicas, a menos que cambie la actual orientación de desarrollo y expulsión, a menos que el gobierno abandone la ilusión de que la migración es la solución, esta crisis crónica y sin fin persistirá."

Aya Fabros es investigadora de Focus on the Global South, radicada en Filipinas.


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