CEPRID

Côte D´Ivoire: una crisis política indefinida

Jueves 16 de diciembre de 2010 por CEPRID

Yoslán Silverio

CEAMO

El panorama político actual en Côte D´Ivoire se encuentra en un profundo estancamiento. Ello se debe a que, el 14 de febrero, el presidente Laurent Gbagbo disolvió el gobierno y la Comisión Electoral Independiente (CEI) por las supuestas inscripciones fraudulentas de unas 429 000 personas en el censo electoral. Esto condujo a la suspensión temporal de la revisión de las listas de votantes, a raíz de lo cual se produjeron manifestaciones en las ciudades de Bouaké y Gagnoa por parte de personas opuestas al retiro de sus nombres de las listas. Los líderes de la oposición sostienen que la mayoría de los descalificados del padrón electoral eran de grupos étnicos del norte musulmán poco dados a apoyar al mandatario.

La coalición opositora —que instó al restablecimiento de la CEI y de su presidente Robert Mambe, y se negaba a reconocer a Gbagbo como Jefe de Estado— se denomina Agrupación de Houphouetistas por la Democracia y la Paz, y está formada por el Partido Democrático de Costa de Marfil (PDCI), la Agrupación de Republicanos (RDR), la Unión por la Democracia y la Paz (UDPCI) y el Movimiento de Fuerzas del Futuro (MFA). El candidato de la RDR, Alassane Ouattara, expresó que la actitud del actual presidente se debe a "la voluntad manifiesta del partido en el poder de no ir a las elecciones” y que “si Gbagbo establece un nuevo gobierno, no habrá elecciones dentro de dos meses, ni de seis meses, ni de dos años,” porque no es lógico formar un gobierno para apenas dos meses de duración. (1) Insistió además en la necesidad de que haya elecciones presidenciales reales para solucionar las controversias políticas.

Debido a esta coyuntura el Consejo de Seguridad prorrogó la presencia de la Misión de las Naciones Unidas en Côte d’Ivoire (ONUCI), creada en 2004 para ayudar a asegurar un alto el fuego y preparar el camino para una paz permanente y las elecciones. Tras renovar varias veces su mandato desde entonces, se prevé que estén en el país hasta el 31 de mayo, con más de 8 500 militares y 400 funcionarios civiles internacionales. (2)

El 25 de febrero las autoridades confirmaron la formación de un nuevo gobierno, logrado, una vez más, por la acción mediadora de Blaise Campoaré. El ex líder rebelde Guillaume Soro fue redesignado como primer ministro; el gabinete incluye a miembros de partidos de la oposición y se redujo el número de ministros a 27, de los cuales 16 ya habían sido nombrados con la anuencia de todas las partes. La convulsa coyuntura que vive el país en estos momentos se generó como resultado de la guerra civil gestada hace ocho años. En Côte D´Ivoire, “considerada antaño como la «Suiza africana», modelo de desarrollo, de integración comunitaria y de cooperación con Francia” (3), la crisis política, comenzada con la muerte de Félix Houphouet-Boigny en diciembre de 1993, desembocó en un conflicto armado entre los años 2002 y 2007. La crisis se presentó como resultado de la depauperación de la economía y de la acentuación de las diferencias regionales impulsada por las élites sureñas. Dichas diferencias se comprueban en la composición étnico–confesional del país: los principales grupos étnicos son los dioulas y los senoufos, de religión islámica y ubicados fundamentalmente en la región norte, más pobre y desértica, mientras las etnias cristianizadas del sur están integradas por los baulé y los beté. Estos dos últimos grupos resultan ser los más privilegiados económicamente por encontrarse en la zona donde están las principales plantaciones de cacao y de café.

En el orden político existieron otros factores que actuaron en el desencadenamiento de los enfrentamientos entre fuerzas progubernamentales y grupos militares por la redistribución de cuotas de poder dentro del gobierno. Frente a los condicionamientos de las instituciones financieras internacionales para conceder créditos al país, Houphouet-Boigny —tratando de resolver la crisis económica— se vio obligado a adoptar el multipartidismo que provocó el regreso de líderes opositores, entre ellos Laurent Gbagbo. También tuvo que nombrar como Primer Ministro a Alassane Ouattara, musulmán y miembro de la norteña etnia de los dioula, cuya élite, con importante peso económico, no tenía una representación significativa en el gobierno. Él ya había desempeñado en el cargo entre 1990 y 1993, cuando adoptó medidas que lo enfrentaron con el entonces Presidente de la Cámara de Diputados, Henri Konan Bedié.

A la muerte de Félix Houphouet-Boigny, asume la presidencia Bedié, que no gozaba de una gran popularidad. Buscando marginar a Ouattara en las elecciones de 1995, había desatado una campaña en la cual defendió la llamada ivoirité o “marfileñidad”, que abogaba por una pureza de raza que equivalía a la pertenencia al sur, donde se discriminaba a las poblaciones de inmigrantes, muchos de ellos asentados desde décadas en el país. Distinguiendo entre “autóctonos” (nacionales cuyos dos padres hubieran nacido en el país) y “alógenos” (nacidos ellos mismos, o uno o ambos padres fuera del país) (4), aseguró la victoria sobre Ouattara, de padre burkinabé.

Esta política indujo el primer golpe de Estado en la historia del país, ejecutado el 24 de diciembre de 1999 por el General Robert Guei, Jefe de Estado Mayor, quien creó el Comité Nacional de Salvación Pública, mientras Bedié se exiliaba en Togo. Aunque el ex primer ministro Ouattara regresó del exilio e integró el gobierno de transición, fue de nuevo excluido de los comicios presidenciales en el 2000 por la misma exigencia de no ser ambos padres marfileños. En dichas elecciones ganó la presidencia Gbagbo; Guéi rechazó ese resultado, pero un levantamiento civil lo obligó a aceptarlo.

Las manifestaciones y levantamientos militares se suceden por todo el país, pero la guerra civil no se articuló hasta el 19 de septiembre de 2002. Grupos rebeldes procedentes del norte se apoderan de la mitad del país, amenazaron la capital y al final el país quedó dividido en dos: los rebeldes controlaron Korhogo, Bouaké y el resto del norte, mientras las fuerzas del gobierno controlaban el sur, incluidas Yamoussukro y Abidjan.

En un primer intento negociador en noviembre de 2002 en Lomé, las demandas de los rebeldes incluían la dimisión del presidente, la revisión de la Constitución y nuevas elecciones. Estos se nutrieron de antiguos soldados que entraron en contradicciones con Gbagbo y con Guéi y de jóvenes desempleados que optaron por seguir en el ejército tras el servicio militar para recibir un salario (5). Las tres organizaciones rebeldes —Movimiento Patriótico de Costa de Marfil (MPCI), Movimiento Patriótico Marfileño del Gran Oeste (MPIGO) y el Movimiento por la Paz y La Justicia (MPJ)— con la aspiración común de eliminar la hegemonía política de las élites del sur, se unieron para crear las Fuerzas Nuevas dirigidas por Guillaume Soro. El Partido Democrático de Costa de Marfil (PDCI), que gobernó ininterrumpidamente entre 1960-1999 (Houphouet-Boigny-Bedié) y la Reagrupación de los Republicanos (RDR) de Alassane Ouattara son los principales partidos políticos que se oponen al presidente Gbagbo y su Frente Popular Marfileño (FPI) y fueron asumiendo un perfil cada vez más regionalista y étnico. Por su parte, el mandatario tenía a su favor a miles de jóvenes de la etnia beté y a las bandas de “Jóvenes Patriotas” pagadas por el gobierno, que operaban en el sur y con particular fuerza en Abidjan.

Estos serán los actores principales que tomaron parte en el conflicto militar, a los cuales se sumaron un contingente de la ONU y la misión Licorne de las fuerzas francesas que intervinieron por solicitud de la CEDEAO. Francia, con grandes intereses económicos en el país –sobre todo en transporte, agua, electricidad y comunicaciones– se vio afectada por los intentos liberalizadores de Gbagbo, que buscaba disminuir el monopolio francés y ceder algunas prerrogativas a las compañías norteamericanas en el sector del cacao y del café. Tras cuatro meses de enfrentamientos, el 24 de enero de 2003, con mediación de Francia, se firman los acuerdos de Linas–Marcoussis, que establecieron un programa de desarme, reunificación nacional y elecciones para el 2005. Desde esa fecha se logró una tregua entre las partes en pugnas agrupadas en un gobierno de reconciliación nacional, del cual las Fuerzas Nuevas se separaron en septiembre de 2003, acusando al presidente de incumplir con el acuerdo. En septiembre de 2004 se rompió la tregua por los bombardeos lanzados por tropas gubernamentales contra posiciones rebeldes, y en noviembre la aviación de Côte D’Ivoire atacó posiciones francesas, que en respuesta destruyeron toda la aviación militar del país. La violencia del accionar francés agravó la situación interna. (6)

Bajo la mediación del presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, se firmaron en abril de 2005 los acuerdos de paz de Pretoria entre el presidente Gbagbo y las Fuerzas Nuevas. En el acto, las dos partes repudiaron el uso de la fuerza para resolver sus diferencias y declararon el fin de las hostilidades. En las negociaciones participaron el presidente de Côte D´Ivoire, su Primer Ministro, Seydou Diarra, los líderes de la oposición, Ouattara y Bedié, así como Guillaume Soro. En el documento firmado se anunciaban elecciones para octubre de 2005, pero estas no pudieron efectuarse debido al no cumplimiento del desarme por parte de los rebeldes. Al prorrogar la ONU un año más el mandato del presidente, estalló una ola de violencia. Los políticos marfileños veían la solución al conflicto en la celebración de los comicios presidenciales lo antes posible. Con este fin se lanzó una campaña para dotar de carné de identidad al 40% de la población con vistas a las elecciones.

El 4 de marzo de 2007, las partes en conflicto firmaron un nuevo acuerdo de paz en Ouagadougou. En esta oportunidad, Blaise Compaoré, acusado antes por Abidjan de apoyar a las Fuerzas Nuevas, se convirtió en el mediador del proceso de paz, que debía culminar con las elecciones presidenciales previstas para el pasado 29 de noviembre de 2009. Otros de los aspectos acordados fueron la formación de un nuevo gobierno que permita iniciar la reconciliación, el desarme de los combatientes y la redistribución de las administraciones regionales. Se eligió como Primer Ministro a Guillaume Soro y días después las tropas francesas se retiraron del país.

Entre los años 2007 y 2009, el proceso de paz no parecía estancado, a pesar de la lentitud del desarme y los informes de crímenes violentos, asaltos armados y robos en las autopistas, perpetrados por grupos reacios a aceptar las negociaciones. El principal escollo para la paz definitiva era cómo desarmar y desmovilizar a los ex rebeldes, aunque quedaban otros aspectos pendientes, tales como completar el desarme de ambos bandos, el desmantelamiento de las milicias, la reunificación de las fuerzas de seguridad de la nación y la extensión de la administración central del Estado a todo el territorio.

En estos primeros meses del presente año, la situación política interna continúa siendo crítica. Todavía queda por ver si el nuevo gobierno formado logra finalmente desarrollar los comicios y que no persistan los problemas con la Comisión Electoral. Por el momento no se vislumbra una solución definitiva debido a la posposición –por sexta vez desde el 2005– de las ansiadas elecciones presidenciales. Estos comicios están programados para celebrarse entre abril y mayo, pero lo más probable es que se mantengan las reiteradas complicaciones con las listas de electores y que entonces no se lleguen a realizar. Guillaume Soro indicó que su gobierno finalizará su misión en junio una vez efectuadas éstas. Las manifestaciones, la intranquilidad política y los actos de violencia pudieran aumentar. El reciente golpe de Estado en el cercano Níger pudiera indicar las posibles salidas frente a una aguda paralización de la vida política en Côte D´Ivoire y constituye otro ejemplo de la inestabilidad que caracteriza a la región del África occidental.

Referencias:

(1) La oposición pide la dimisión del presidente de Costa de Marfil”. Europa press, 20-02-10, http://es.noticias.yahoo.com.

(2) UN Envoy Meets with African Mediator in Bid to Solve Electoral Crisis, 22-02-10, http://allafrica.comstories/201002222094.html.

(3) García-Luengos, J: “El conflicto de Costa de Marfil y sus desafíos”, www.iecah.org.

(4) Tazón, S: “El conflicto de Costa de Marfil frente a la cumbre de "Accra III", www.gees.org.

(5) Arsene Yao, J: “Costa de Marfil. La sombra de la guerra”, Mundo Negro, no. 469, Diciembre de 2002, p. 19.

(6) Declaración de la Internacional Humanista frente al conflicto en Costa de Marfil, www.humniurope.org.

Yoslán Silverio es investigador del Centro de Estudios sobre África y Medio Oriente de La Habana (Cuba).


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