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EL MODELO DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLA CHILENO
Y LOS EFECTOS DE LA NATURALEZA

 

Rodrigo Mundaca
CEPRID
30 - III - 08


La fragilidad de los ecosistemas agrícolas chilenos, basados en la explotación intensiva y muchas veces irracional de los recursos naturales, particularmente los no renovables suelo y agua, y el monocultivo como estrategia de desarrollo, se ha puesto de manifiesto de manera dramática a partir de los daños ocasionados por las heladas ocurridas durante el invierno del año 2.007 y la sequía que afecta a numerosas comunas en estos primeros meses del año 2.008.

Las heladas y a continuación la sequía, han ocasionado pérdidas irreparables en las cosechas de alimentos y también pérdidas irreparables en la estructura productiva nacional, hoy las autoridades e instituciones agrícolas pertenecientes al sector público, han acudido con recursos a alivianar las pérdidas de los productores nacionales, sin embargo esta es también la oportunidad para discutir en profundidad acerca del modo de producción agrícola que el país necesita.

La implementación de políticas de desarrollo agrícola sustentables, necesariamente deben considerar la experiencia reciente, el monocultivo, el uso irracional de los recursos naturales, y los efectos provocados por las heladas y la sequía deben llevarnos a reflexionar acerca de la forma en que nos relacionamos con la naturaleza en el proceso de producción de bienes alimenticios.

En chile la mirada neoliberal sobre la agricultura, considera a la misma como una simple actividad económica, que con capital y tecnología brinda beneficios a quienes invierten en ella, sin embargo la agricultura es un bien societario, ya que cumple con un rol social fundamental, producir alimentos, en esta dualidad de visiones, resulta imperioso conjugar una política de desarrollo agrícola que sea coherente con la preservación del patrimonio agroecológico, coherente con las necesidades de justicia social en los campos de chile, en especial con las mas de 250 mil familias campesinas, y también coherente con los intereses económicos de país.

Ha sido la dialéctica de la naturaleza quien ha dejado al descubierto la fragilidad del modelo productivo agrícola Chileno basado en la monodependencia y en la sobreexplotación de los recursos naturales, ha sido la naturaleza la encargada de poner de manifiesto la impericia de las autoridades de gobierno, las que han sido incapaces de construir una visión de desarrollo agrícola que sea viable económicamente y rentable, pero también socialmente justa y ecológicamente más sana.
A 18 años de Gobiernos Concertacionistas resulta inadmisible que se mantenga el código de aguas formulada el año 1981 en pleno régimen dictatorial, el que en rigor separó el agua de la tierra, transformando al agua en un bien de capital absolutamente especulativo, del mismo modo, la falta de políticas de ordenamiento territorial, le permite a empresarios que “invierten” en la agricultura, cultivar suelos que no tienen aptitud de cultivo, alterando de modo irreversible el patrimonio agroecológico, en este esquema de libre mercado aplicado a ultranza en la agricultura Chilena, no sería extraño que en los próximos años “emprendedores exitosos” intentaran plantar o sembrar el cerro Santa Lucía o el cerro San Cristóbal, por citar ejemplos de fácil comprensión.

Mención especial para las autoridades que han ocupado el cargo de ministro de agricultura durante el Gobierno de la Doctora, el ex ministro Alvaro Rojas, un abierto y declarado partidario del libre mercado en la agricultura, que profetizó acerca de la necesidad de convertir a Chile en potencia agroexportadora, olvidando que los que exportan frutas y hortalizas en su gran mayoría pertenecen a un tipo de agricultura fuerte, “desarrollada” y con acceso permanente a la banca, en detrimento de las 250 mil familias campesinas que cuentan con modestas dotaciones de tierra, y que en rigor son las que mantienen la soberanía alimentaria nacional.

El ex ministro Alvaro Rojas fue un declarado y entusiasta partidario de los cultivos modificados genéticamente, prueba de ello fue el apoyo decidido que le dio a la empresa Monsanto, cuya iniciativa de establecer en Chile 20 mil hectáreas de soya transgénica se encuentra en marcha, como hace pocos días publicó el inefable suplemento agrícola del diario el Mercurio.

Los cultivos modificados genéticamente no resuelven los problemas de productividad, y por ende no resuelven el problema del hambre, en tanto este es un problema de la organización política de la sociedad, iniciativas como estas hipotecan de forma irreversible nuestro patrimonio agroecológico, al contaminar con polen transgénico a los cultivos tradicionales, e hipotecan el futuro de otros modos de producción agrícola, como por ejemplo la agricultura orgánica, basada en principios de sustentabilidad y de preservación ecológica.

A Rojas jamás se le escucho hablar acerca de la necesidad del uso racional de los recursos naturales, jamás una mención acerca de la necesidad de recuperar nuestra soberanía sobre las aguas de riego, jamás una mención acerca de los más de 700 trabajadores agrícolas, particularmente de los trabajadores de temporada, que todos los años sufren intoxicaciones agudas derivadas del uso indiscriminado de plaguicidas altamente tóxicos, Rojas jamás habló acerca de la necesidad de formular una política de ordenamiento territorial coherente con las particularidades agroedafoclimaticas nacionales.

Pero como ha sido la tónica, en este mal llamado segundo tiempo de la Concertación, desde el mes de Enero tenemos una nueva Ministra de Agricultura, Marigen Hornkol, asistente social, sin ser peyorativo, ¿que hace una asistente social en un ministerio como el de agricultura? ¿Cuál es la importancia que le asigna a la agricultura el gobierno de Bachelet?

¿ Cuanto de desprecio hay por el sector agrícola cuando la nueva ministra declara que no sabe nada de agricultura, pero sí de gestión, y a renglón seguido sostiene que los problemas del agro son de gestión? ¿Qué opinión ha formulado la autoridad de gobierno ante la represión que han sufrido los trabajadores temporeros de la tercera región o de la sexta región, que movilizados por mejores condiciones salariales y de vida han sido reprimidos por la fuerza pública comandada por el ministro del Interior? a propósito, el ministro del interior también es empresario agrícola, pero claro, el pertenece al segmento de los poderosos.

El gobierno de la concertación ha continuado declarando comunas en zona de emergencia por los efectos de la sequía, y también ha continuado hablando de miles de pesos en ayuda de crianceros, productores de hortalizas, cultivos anuales y frutales, sin embargo, la reflexión profunda, el análisis certero acerca de la necesidad de reformular las políticas de desarrollo agrícola, con acento en la recuperación de nuestra soberanía nacional sobre los recursos naturales, continua ausente, y que duda cabe, una vez superadas las inclemencias derivadas de la sequía, nuevamente la autoridad nos hablará de las bondades de la calidad como eje del desarrollo, y también de la necesidad de convertir a Chile en potencia agroalimenataria para el Bicentenario.

Rodrigo Mundaca Cabrera es Ingeniero Agrónomo.