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LA DIPLOMACIA DE LOS PUEBLOS

Juan Roberto Torres Peláez
CEPRID
3 - IX - 07


La historia nos ha demostrado que para consolidar un proceso revolucionario es imprescindible que el cambio social y la participación popular traspasen las fronteras nacionales, debido a que los enemigos del cambio se encuentran ubicados tanto en el aspecto interno como externo (élites burguesas e imperialismo). El Estado juega un papel preponderante en estos procesos, ya que puede promover políticas que favorezcan a las amplias mayorías, propiciando modelos de producción distintos al modelo hegemónico, empero, si los gobiernos son derrotados producto de la conspiración nacional e internacional todas éstas medidas de cambio son inmediatamente suprimidas, este es el caso de la experiencia de la ex Unión Soviética y los países socialistas de Europa Oriental entre otros.

Para evitar estos males es imprescindible que la política, la economía, la diplomacia entre muchos otros aspectos, no sólo deben estar en manos de los Estados, también debe ser ejercida por los pueblos, la participación es vital en el nuevo tipo de diplomacia que necesita ser construida. De esta manera se convierte en un desafío involucrar de forma activa dentro del marco de la unión latinoamericana a las comunidades, clase obrera, organizaciones campesinas, cooperativas, , grupos étnicos, individuos, , grupos de género, la pequeña y la mediana industria, entre una infinidad de movimientos sociales y productivo, que contribuirían en el avance de los procesos revolucionarios de las distintas sociedades de nuestra América.

Este nivel de integración se desarrollaría apoyado por los Gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua integrantes de la Alternativa Bolivariana para las Américas,(ALBA) que poseen la capacidad técnica y monetaria para crear una infraestructura que serviría como punto de enlace dentro de los distintos países. Este clamor fue tomado en cuenta en la V Cumbre del ALBA, efectuada en Barquisimeto a finales de Abril del presente año, paralelamente a la reunión de los jefes de Estado deliberaban representantes de los movimientos sociales de 18 países. En común acuerdo entre ambos actores, se acordó la institucionalización de la participación social.

Las principales propuestas de los movimientos sociales en dicha cumbre son: la coordinación de las diversas actividades de los gobiernos pertenecientes al ALBA con los movimientos sociales, llevar la experiencia de las misiones sociales efectuadas en el ALBA, a los diversos países de la región, capacitación de los movimientos sociales, democratización de las telecomunicaciones, definir como estrategia la soberanía alimentaria, financiamiento por parte del Banco del Sur a la economía social, contraloría social del ALBA para hacer seguimiento a los proyectos suscritos por los gobiernos, consolidación de redes productivas de los movimientos sociales ,integración cultural con la creación de la casa ALBA para difundir la cultura de nuestros pueblos, la integración energética y a nivel organizativo se propuso que el Congreso Bolivariano de los Pueblos sea uno de los coordinadores de los movimientos sociales.

Es de gran importancia la consolidación del proyecto ALBA, para que se presente como alternativa revolucionaria a nivel mundial. Este proceso sería imposible de llevarlo a cabo sin la participación protagónica de los movimientos sociales.

Juan Roberto Torres Peláez es profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Central de Venezuela y del Instituto Pedro Gual


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