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BUSCANDO CAMINO
Movimiento Democrático Popular
Panamá, Año XIII, No. 254 – 1 de junio de 2015
El pasado 23 de mayo de 2015, el Espacio de Encuentro de Mujeres y el Movimiento Democrático Popular realizaron un conversatorio sobre la corrupción en el país. Son muchas las ideas que surgieron asociadas a las consecuencias que para la vida de las mujeres y la ciudadanía en general tiene el latrocinio a las arcas del Estado y no menos importante fue el coincidir en la necesidad de actuar para cambiar las condiciones que reproducen estos atracos.
- El gobierno que ejerció el poder en 2009-14 creó una organización criminal a través de la cual se apropiaron de los fondos públicos que debían mejorar la vida de las personas que vivimos en este país.
Ciertamente, la experiencia que se vive cada día respecto al gigantesco robo y desvío de los recursos del Estado, junto a la política autoritaria y represiva con la cual se blindó el gobierno Martinelli, hace aparecer su corrupción como la de mayor magnitud. Lo cierto es que sobre los gobiernos anteriores no podremos saber nunca el alcance de la corrupción, ya que la alternabilidad postinvasión de los partidos neoliberales cubrió con un manto de impunidad toda la corruptela gubernamental. ¿Cómo saber cuánto de los 9,000 millones aportados por el Canal fueron a las arcas de los políticos, más cuánto en cada periodo engrosaron sus bolsillos con deuda externa? Son muchos los recursos dilapidados por la estructura política del saqueo que nos ha gobernado, por eso la enorme deuda social sigue sin saldar.
En consecuencia, es el actual sistema imperante el que le impide a la sociedad panameña decidir sus prioridades, por lo tanto es ese sistema, que se muestra incapaz de hacer democráticas la vida económica y social, el que es necesario cambiar para que así se detenga el atraco a los fondos públicos.
La vida que se nos escapa por horas en cada parada, en cada trayecto al trabajo, a la escuela, y al hogar. Mientras se gastaron millones en cintas costeras que eran prioridad para los bolsillos de las empresas transnacionales y nacionales que nos han estafado y para las coimas de los criminales que traficaron con nuestros fondos.
Son criminales las políticas ajenas a la gente pobre de la ciudad y el campo rural e indígena, y que se ejecutan sin importar que esas grandes mayorías no tenga agua potable, no tenga saneamiento básico y vea morir a sus niños de diarrea y resfriados por desnutrición.
La ciudadanía no se merece que las instituciones de salud no solo no cumplan con el derecho humano de la atención médica sino que en muchos casos se hayan convertido en centros donde se encuentra la muerte. Sin medicinas, sin atención de calidad y absolutamente desastrosa para los pobres, en especial en aquéllos sitios donde han cerrado los centros y puestos de salud. En su lugar se realizan “giras médicas” que no logran coincidir con los embarazos de las mujeres o sus partos, ni con las necesidades de salud que tiene la infancia.
Para las mujeres en la hora actual es urgente que se garantice detener ya los abusos sexuales y los femicidios que cada día cobran nuestras vidas. Como urgente es la aprobación de la legislación que establece la educación integral en sexualidad, ya que las niñas y las adolescentes pobres del país son las víctimas de embarazos no planificados. Lamentablemente, ellas no son prioridad para quienes gobiernan.
- La corrupción y el manejo que actualmente existe en el sistema de justicia y la actuación de los órganos del Estado es la misma serpiente que se muerde la cola.
El sistema que nos condena al atraso, la ignorancia y la pobreza se protege adecuadamente, no es otra cosa la que advertimos a través de la cantidad de exfuncionarios y empresarios corruptos que reciben casa por cárcel y país por cárcel. No menos aberrante es el solapamiento entre magistrados de la Corte Suprema y la Asamblea Legislativa, siendo esta última donde más evidenciados han quedado sus atracos a los fondos públicos para ser utilizados en la reelección, y pese ello sus casos han sido desestimados. Se trata, en este caso, de un cuerpo colegiado que dispone la mesa para la gobernabilidad de sus bolsillos, y que está completamente disociado de los intereses del pueblo panameño.
- El pueblo panameño, sus mujeres y hombres honestos resistieron durante todo el periodo anterior las políticas y acciones dirigidas a vender nuestro patrimonio y los recursos naturales.
Las tareas del momento actual no están desligadas de nuestras luchas históricas, no obstante, de lo que se trata hoy es de revisar las estrategias y acciones de lucha para cambiar el sistema antidemocrático que nos impide la vida digna.
Nuestros sueños de hoy acarician la constituyente y la participación de toda la ciudadanía en la definición de nuestras prioridades para satisfacer las necesidades que nos agobian, lo cual hace indispensable la diversidad política e ideológica en la construcción de la democracia popular y la unidad en la resistencia social.
De ahí la necesidad de poner en pie, en cada barrio y comunidad, sin sectarismo alguno, comités que discutan la realidad nacional y organicen la lucha por sus reivindicaciones más sentidas.
