La escena ya se ha repetido en muchas ocasiones, como Amsterdam, Nápoles, Davos, Seattle, y ahora Karcelona. Parece que le ha tocado a la "tienda más grande del mundo" ser la sede de la conferencia del BM sobre el desarrollo anual.
En este certamen se pretenden dar cita las máximas representantes de gobiernos, economías, bancos, multinacionales y demás estofa para trazar, si no lo están ya y cada día más, las líneas de esta palabra-fetiche que es la globalización. Frente a este tipo de reuniones se han ido dando cita, simultáneamente, los paladines de la nueva etiqueta del Poder para esos grupos que se resisten a este avance, como a muchos otras cosas; las "anti-globalización".
En tanto que etiqueta creada por el Poder, ha sido rápidamente codificada y puesta allí dónde se quiere que éste, consecuencia de lo cual hemos tenido que observar como todas las fuerzas del mal denominada izquierda (dado que se presentan como formas evolucionadas del capitalismo de estado) se han puesto el disfraz dominguero de anti-globalización y salen a la calle. Nos encontramos, pues, como los sindicatos mayoritarios, si son aun sindicatos, y los partidos de esa izquierda hacen cara a esta reunión con el puño en alto, mientras que en su día usan el otro para dar, con plumazo y firma, un empujoncito más para que eso a lo que llaman globalización avance otro paso, léase, que el capitalismo dicte las relaciones en el mundo de la vida. Lo resumiríamos en hipocresía, pero se ha usado tanto esta palabra que ya no sabe lo que quiere decir. Curioso es que este ayuntamiento nuestro pase en pocos meses de lanzar el logo de "Barcelona, la botiga més gran del món" a plantearse unas jornadas "antiglobalización". Hecho sobre dicho.
Frente a este tipo de discurso o de actividad (tan puntual y representadora como la reunión en sí) desde aquellos movimientos sociales que luchan por la liberación de la vida y de sus relaciones en su cotidianedad , surge otro tipo de respuesta. Respuesta que no responde a ninguna pregunta puntual, sino que pretende tratar todos (o los que podamos) ámbitos de la vida que se ven afectados por ese proceso que arrolla en mil frentes y que hoy se pretende reducir al único término, gastado ya, de globalización. No nos planteamos el hecho de presentar una respuesta momentánea, sino que pretendemos enfocar el problema desde los mil ámbitos en los que vivimos, hemos sufrido y sufrimos.
Ante su identidad-globalización debemos crear los máximos marcos difusos de acción, reflexión y creación con los que demostrar que no hay suficientes etiquetas para nosotras y que difícilmente podrán reducirnos a una. Es por ello que resolvemos trabajar durante los meses de mayo y junio para denunciar la agresión que, desde el despertador hasta el válium de la noche, sufren nuestras subjetividades. Por esto convocamos a todas esas subjetividades coaccionadas, sean éstas individualidades o colectivas, a colaborar con la creación de un óceano de actividades que desborde los cubos que ya tienen preparados para contenernos, y para decirles una vez más, y esperemos que sea la última:
JA N'HI HA PROU