En Defensa de las Libertades
Ante
la guerra global desencadenada por EE.UU. y secundada por la UE y con
particular entusiasmo por el gobierno del Partido Popular, los movimientos
sociales expresamos nuestra preocupación por las tendencias de militarización
de la sociedad y regresión del estado de derecho que, con la excusa de combatir
al terrorismo, amordaza la sociedad civil.
Como muestra de la masiva vulneración de derechos y
libertades clama la situación de millones de personas trabajadoras, en
precario. En particular l@s inmigrantes como personas privadas de derechos
sociales, políticos y jurídicos, víctimas frecuentes de la explotación, la
marginación, el racismo y la arbitrariedad policial. Con la mención expresa de
sectores de mujeres inmigrantes, sin papeles, que se ven obligadas a
prostituirse para sobrevivir. También de la violencia de género que padecen
millones de mujeres con la pérdida de su autonomía y, a menudo, su integridad
física y hasta su vida.
Denunciamos la peligrosa definición de “terrorismo”
como la sustancia común a toda disidencia respecto al neoliberalismo global y
sus consecuencias económicas, sociales, ecológicas y morales. El Estado español
utiliza como excusa la cínica y brutal campaña antiterrorista diseñada desde
EEUU y secundada sumisamente por el resto de instancias internacionales Una
campaña que en el ámbito internacional permite desatar una fuerza devastadora
contra Afganistán o Irak, perpetrar una política de genocidio contra el pueblo
palestino o asediar los intentos legítimos de cambio social y político de
poblaciones colonizadas como las del área bolivariana, colombiana y brasileña,
bajo los imperativos del ALCA sirve como coartada al Estado español para sacar
adelante una normativa legal, la nueva ley de partidos políticos, hecha a
medida para ilegalizar a un movimiento popular representado por Batasuna.
Frente a esta ilegalización, defendemos el diálogo y el respeto a las
libertades como base irrenunciable de la convivencia entre pueblos soberanos.
Esta
ley, en principio pensada para perseguir a la izquierda independentista de
Euskadi, desborda los límites del conflicto vasco y abre la puerta a la
criminalización de ideas y organizaciones que critican el “pensamiento único”
impuesto por el neoliberalismo a través de los medios de comunicación, y que
plantean alternativas que no entran en la agenda de los grandes poderes
económicos.
La
libre determinación, la constitución de sujetos sociales, no solo
territoriales, sino también de clase, de género, culturales, étnicos, etc. es
el fundamento de la democracia. Sin esta sustancia, la democracia es solo un
sistema formal de procedimientos para la autoperpetuación del poder
constituido. Solo el diálogo sobre las formas de reconocimiento y aplicación
del derecho de autodeterminación del pueblo vasco, respetando la enorme
complejidad de las identidades presentes, podrá acabar con la expresión
violenta del conflicto y abrir cauces para la resolución democrática del resto
de sus manifestaciones. Ilegalizar a una organización tiene un doble
significado. Por un lado, demuestra la inexistencia de espacio político para
defender las aspiraciones de la mayoría del pueblo vasco por cauces
democráticos. Por otro, es el síntoma de la hegemonía de procedimientos
autoritarios en la gestión de los problemas políticos de nuestra sociedad.
El
cerco mediático estatal y la ausencia de una información plural sobre las
múltiples dimensiones, sufrimientos y violencias de este conflicto, (privación
del derecho a la libre determinación del pueblo vasco, torturas, violación de
los derechos y dispersión ilegal de l@s pres@s vasc@s, represión de los
movimientos populares, atentados ), convierten el proyecto de ilegalización en
un acto mas de manipulación de la opinión pública y secuestro de la soberanía
popular.
Denunciamos
la utilización de las bandas nazis de ideología ultraespañolista por parte del
estado. En los últimos tiempos se han producido múltiples actos de violencia
fascista: palizas, apuñalamientos, intentos de asesinato, etc. Los nazis atacan
a personas y colectivos de izquierda, a inmigrantes, mendigos, homosexuales,
etc. con ánimo de limitar las actividades de las organizaciones de izquierda y
hacer propaganda del pensamiento más reaccionario que existe en nuestros días,
que justifica el racismo, la xenofobia y el autoritarismo. Como hecho novedoso
se ha constatado en los últimos años que las bandas nazis no están constituidas
únicamente por fascistas civiles, sino también, en múltiples ocasiones, por
militares y personas vinculadas a los cuerpos represivos del Estado. Este dato
pone de manifiesto la responsabilidad del Estado en la generación, impulso y
orientación de la violencia fascista, máxime cuando esta goza de una gran
impunidad.
Desde
esta asamblea estatal de colectivos contra la Europa del Capital y la Guerra, denunciamos
las tendencias de militarización de la sociedad y la regresión del Estado de
Derecho que, con la máscara antiterrorista, ataca las libertades que dice
defender, criminalizando toda disidencia, en especial la que se expresa al
margen de las instituciones y desde abajo, desde la sociedad civil. La
manipulación informativa legitima actividades ilegítimas e ilegales de los poderes públicos contra los
movimientos sociales: represión arbitraria del ejercicio de las libertades y
vulneración de las garantías jurídicas y procesales. El efecto perseguido es
desalentar la expresión popular, con ello, la monarquía parlamentaria se
consolida como una forma política incompatible con una verdadera democracia.
Ante todo este avance del sistema
contra las libertades públicas, hacemos un llamamiento a la movilización
ciudadana, popular, de base. Instamos a las fuerzas políticas y sociales a
pronunciarse de manera explícita en contra de esta involución política y a
luchar junto con los movimientos sociales por la defensa de los derechos y
libertades.
Este
texto ha sido aprobado por la Asamblea estatal de colectivos y organizaciones contra la Europa del Capital
y la Guerra, Orcasitas, 13 de octubre de 2002, no como resolución sino como
material para debate.