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Pese a que el movimiento indígena del Cauca le dice Si a la paz, el gobierno nacional arremete con violencia contra las comunidades indígenas desarmadas y no reconoce sus reclamos legítimos por la recuperación de sus territorios ancestrales, base material para la supervivencia cultural del pueblo Nasa.

Este lunes 26 de septiembre, cuando en Cartagena se firmaba el acuerdo de paz  con la insurgencia, en zona rural de Corinto, norte del Cauca, la minga indígena por la liberación de la tierra fue agredida con armas de fuego por agentes policiales del establecimiento,  poniendo en riesgo la vida de la comunidad. Frente a estos hechos reiterados de violencia no parece creíble la promesa de paz de Cartagena, por el contrario se avizora la represión contra los movimientos sociales y populares.

La paz la construyen los pueblos organizados desde la autonomía y la horizontalidad, caminando de manera solidaria  por el logro de las transformaciones sociales y políticas que permitan un buen vivir digno para las comunidades.

Aquí una entrevista con un liberador de tierra del norte del Cauca en donde se narran las difíciles condiciones de represión e intimidación que tienen que soportar las comunidades indígenas nasa en su lucha por  territorio y autonomía.

Realizamos un llamado de solidaridad a las organizaciones sociales y populares, a las organizaciones de derechos humanos y medios de comunicación alternativos para que acompañen de manera activa la lucha por la tierra de la nación nasa.

Rebeldía Contrainformativa

Link del vídeo en Youtube:

 

Tomado de: Centro de Comunicación y Educación Popular - CEP Enraizando

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Mientras todas las expectativas están centrados en la firma protocolaria del acuerdo de paz, la guerra contra comuneros y comuneras liberadoras de la Madre Tierra en Corinto no cesa. En el día lunes 26 de Septiembre, mientras la comunidad se encontraba en minga por la liberación de Uma Kiwe, fueron arremetidos brutalmente por la fuerzas del estado colombiano que deja un comunero gravemente herido.

Cuenta la comunera que denunció los hechos a través del espacio informativo de radio Payumat, que la policía disparo contra la multitud que se encontraba haciendo sus labores en esta comunidad.

Como lo dijo el presidente Santos en su discurso en Cartagena, en pleno protocolo de paz, cantó el himno nacional y pregonó que “el bien germina ya”, pero para las comunidades que no se cansan de luchar por sus tierras ancestrales el bien parece estar muy lejos de germinar, ya que cientos de hectáreas de maíz y frijol han sido destruidas en lo que va la lucha por la libertad de Uma Kiwe. Además han habido cientos de personas heridas en este proceso que es legitimo de la comunidad.

Compartimos el audio.
https://www.radioteca.net/audio/nueva-arremetida-contra-la-comunidad-liberadora-de/

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Con el fin de revisar un daño en las mangueras que llevaban agua a su finca, Cecilia Coicué, de 62 años, salió de su casa el día martes 6 de septiembre del presente año, pero nunca regreso, el día de ayer fue encontrada muerta, ultimada por diferentes heridas de arma blanca en zona rural del municipio de Corinto, en el departamento del Cauca.

Cecilia Coicué era activista del movimiento social y político Marcha Patriótica, dueña del predio en el que se realizaría la concentración veredal de militantes de las FARC-EP, en el actual contexto de posible cumplimiento de los acuerdos alcanzados en la Habana.

Pese a que la comunidad indígena Nasa ha cuestionado el actual proceso de paz, ya que los indígenas no fueron tomados en cuenta en las negociaciones, se realizaron acuerdos sobre su territorio sin consultar a las comunidades, violando con ello su autonomía, además, el acuerdo no implica un auténtico cambio estructural sobre la propiedad de la tierra y el posconflicto se presenta para las comunidades como un escenario difícil, ya que se prevé la emergencia de nuevos actores armados y, con ellos, la intensificación de la violencia. Sin embargo, pese a la validez de las criticas realizadas desde una perspectiva de lucha social y popular, el asesinato de Cecilia Coicué es un signo inequívoco de la intención de los sectores más reaccionarios del país, quienes están empecinados en sabotear el proceso de paz, para perpetuar el clima de violencia, útil para continuar con la represión generalizada contra las organizaciones sociales y populares.

El asesinato de Cecilia Coicué no es un caso aislado, hace parte de la estrategia de guerra sucia contra las comunidades indígenas, que busca el exterminio de sus procesos organizativos, tal y como lo han venido denunciado, en diferentes comunicados, el Consejo Regional Indígena de Cauca (CRIC) y la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte (ACIN). Así el Tejido de Comunicaciones de ACIN reportó el asesinato de Gersain Peña Pito y Beatriz Nohemi Morano, esta última mujer en gestación de 9 meses, en hechos ocurridos el día 14 de julio del presente año a las afueras del Municipio de Santander de Quilichiao. Tan solo cuatro días después, para el 18 de julio, en la vereda la Buitrera, perteneciente al resguardo de Huellas, en el municipio de Caloto, fueron asesinados Nhora Alba Coicué y Primitivo Silva Chante, quienes fueron arrojados a un abismo para ser ultimados a machete. Por otro lado se presentaron dos intentos de homicidio contra dos coordinadores de la Guardia Indígena, el primero de ellos se presentó contra Alberto Camayo, quien ya se encontraba amenazado por el grupo paramilitar Águilas Negras, y quien sufrió un atentado por hombres armados que se movilizaban en una moto el día 26 de mayo, teniendo la suerte de salir ileso. El segundo atentado se presentó en el resguardo las Delicias, perteneciente al municipio de Buenos Ares, allí, el día 16 de julio, un sujeto se presentó en la casa del coordinador de la Guardia Indígena y le disparo en múltiples ocasiones, pese a lo cual logró sobrevivir . Estos actos hacen parte de la cadena de terror que ya lleva más de 250 asesinatos y que, según lo reporta la Red de Derechos Humanos del Suroccidente Francisco Isaías Cifuentes, tan solo para el último año, de julio del 2015 a julio del 2016, se presentaron 20 homicidios contra miembros de la comunidad Nasa en el Norte del Cauca.

La existencia de este plan ha sido reconocida por diferentes entes institucionales, sin embargo el Gobierno Nacional y las instituciones de derechos humanos del Estado NO HAN TOMADO LAS MEDIDAS ADECUADAS Y SUFICIENTES para detener las agresiones contra los procesos sociales y organizativos de la nación Nasa. Así, en la sentencia T-030 del 2016, la Corte Constitucional reconoció que, en los últimos 20 años, la comunidad indígena Nasa ha sido víctima de 23.200 violaciones a los derechos humanos, en virtud de acciones delictivas discriminadas del siguiente modo: 20.800 desplazados, 650 homicidios, 550 heridos, 500 detenciones ilegales, 250 amenazas, 150 masacres, 100 desapariciones, 100 reclutamiento de menores, 60 actos de tortura y 15 actos de violencia sexual. En la misma sentencia la Corte Constitucional deja en claro que las violaciones de los derechos humanos de las comunidades indígenas se han realizado en el contexto del conflicto armado, no sólo por la acción de grupos armados ilegales, sino que la fuerza pública ha sido responsable de la violación de los derechos humanos de la comunidad indígena Nasa.

La violencia ejercida en contra del pueblo Nasa ha vulnerado su derecho fundamental al territorio colectivo, tradicional y sagrado, por lo que pone en riesgo la pervivencia cultural y material de la comunidad indígena. Por esta razón, en el auto 004 del 2009, la Corte Constitucional declaró que por desplazamiento y muerte violenta de sus integrantes, la comunidad indígena Nasa se encuentra en riesgo real de exterminio.

Rechazamos de manera enérgica el reciente asesinato de Cecilia Coicué, denunciamos el plan de exterminio que se realiza contra las organizaciones indígenas y campesinas del Norte del Cauca y hacemos un llamado a las organizaciones populares, a las oficinas de derechos humanos, a los medios de comunicación alternativos y a todos aquellos individuos y colectivos solidarios con las reivindicaciones legitimas de la nación Nasa, a estrechar los lazos de solidaridad para poner fin a las acciones violentas que buscan frenar los procesos organizativos en el Norte del Cauca.

Redacción: Rebeldía Contrainformativa