Absolución para los brigadistas internacionales

Una larga serie de protestas nacionalistas y pro-UE, llamadas Euromaidán por los medios occidentales, culminaron el 22 de Febrero de 2014 con un golpe de estado, tras el cual la oposición ucraniana ─muchos de ellos militantes de la extrema derecha─ se apoderó de las principales instituciones del estado.

Visto lo que estaba sucediendo en Kiev, los habitantes del este y sur de Ucrania comenzaron a movilizarse en repulsa a los acontecimientos. Poco a poco, estos ciudadanos empezaron a organizarse y a defender las instituciones de sus regiones. Ante esta situación, el gobierno golpista ucraniano mandó tanques y tropas a ocupar las zonas orientales del país. La mayoría de la población reaccionó con una gran contestación a este hecho, más si cabe, al causar dichas tropas, muertes entre la población civil desarmada. En este contexto de conflicto, los habitantes orientales empezaron a formar milicias y a proclamar repúblicas independientes de Ucrania, mientras los del sur (Sevastopol y la República de Crimea) ya formalizaban su paso a la Federación Rusa.

Los combates se reproducían entre el ejército golpista ucraniano, apoyado por militantes de la extrema derecha, y las autodefensas de la nueva Unión de Repúblicas Populares de Novorrusia. Con la escalada del conflicto, iba creciendo la solidaridad antifascista en forma de brigadas internacionales. Así, numerosos europeos partieron hacia el este de Ucrania a luchar contra el fascismo del gobierno golpista ucraniano, incluidas varias personas procedentes del Estado Español.

Pues bien, ahora el Gobierno de España ha retenido a 8 de ellos y los acusa de “atentar contra los intereses del Reino de España, asesinato y tenencia de armas y explosivos”. Nada que sorprenda de un gobierno para el que las Brigadas Internacionales de los años 30 o los partisanos que lucharon contra el nazismo también fueron “terroristas”, mientras que las guerras de Irak o Afganistán son “meras labores humanitarias”.

Por todo esto, desde AGORA País Llionés mostramos nuestra solidaridad con los brigadistas antifascistas acusados, rechazando su intento de criminalización y demandando su absolución, ya que es imposible hablar de democracia sin combatir el fascismo.