Ridículo de las Adminitraciones con la Plaza del Grano

En el mes de enero, el senador de la coalición Compromís, Carles Mulet, a instancias de nuestra organización, realizó al Gobierno de España siete preguntas sobre la Plaza del Grano, ante el anuncio del Ayuntamiento de León del inminente inicio de unas obras que no seguirían el proyecto de su última restauración. El lugar de las preguntas era totalmente pertinente dado que es un espacio estrechamente unido al Camino de Santiago, itinerario calificado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y, por lo tanto, el gobierno central está obligado a vigilar su protección.

Ahora, pasados más de dos meses, recibimos con asombro la respuesta del gobierno del Partido Popular a aquellas preguntas a las que, siguiendo la línea iniciada en la legislatura donde tenían mayoría absoluta, no se dedican por parte del gobierno de Rajoy ni un párrafo por pregunta. Grosso modo vienen a decir que no tienen competencias dado que la protección corresponde a la Autonomía y que, preguntada ésta, les contesta que la obra compete al Ayuntamiento por tener autorizado un Plan Especial de Protección para todo el conjunto histórico de la ciudad, es decir, un sálvese quien pueda en toda regla, que no les impide afirmar sin rubor que “el Gobierno ya está colaborando en la conservación de la Plaza del Grano y su entorno”.

De igual manera, proclaman que “este entorno monumental ya cuenta con la máxima protección recogida en la legislación”, a pesar de rechazar que forme parte del bien “Los Caminos de Santiago” y de no ser calificada siquiera como BIC. Para tal incoherencia, se basa en un mapa reciente donde “sólo está protegido como elemento asociado al Camino el elemento central, es decir, la fuente”. Ni la plaza ni el cruceiru, solo la posterior fuente del siglo XVIII. Todo un despropósito que probablemente no habría sucedido de haber cumplido el Ayuntamiento de León el mandato legal de redactar un Plan Especial del Camino de Santiago en la Ciudad de León, de acuerdo con la Ley 12/2002, de 11 de julio, de Patrimonio Cultural de Castilla y León.

Mientras nuestros gobernantes siguen haciendo el ridículo, desde AGORA País Llionés nos reafirmamos en la rehabilitación tradicional, la protección a través de la conservación continua y la puesta en valor como espacio propio de la identidad leonesa.