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Sobre los explotados en las fábricas nazis.

Un buen número de socios y amigos interesados en el tema del exilio, nos asedian con preguntas a próposito de los trabajadores prisioneros en las fábricas de Alemania en el período nazi, y dónde pueden encontrar información. Nuestro colaborador habitual y administrador de esta Web, Antonio Cruz, acompaña este pequeño comentario sobre el tema.


Recopilando documentación para el Archivo, me encuentro en un libro sobre la Guerra Civil, unos recortes que en su día hice, por si podían ser de interés. Había olvidado este acontecer. Pero he aquí que el que guarda halla, y buscando una buena foto para incorporar a nuestros personajes históricos, me encontré con el recorte de prensa. Se titulaba "Los penúltimos esclavos", reportaje de Domingo, de El País, de 3 de julio de 1988, para los amantes de las hemerotecas.

No pretendo desglosar todo el artículo, pero sí un resumen. Trataba de los miles de prisioneros de los nazis que dejaron la vida en las fábricas de automóviles: Mercedes, Volkswagen o BMW. Judíos, polacos, soviéticos, gitanos, murieron de agotamiento en las compañías modélicas de la industria alemana.

Estos trabajadores en régimen de prisión, no eran mano de obra barata, sino GRATUITA. La suplencia de aquellos trabajadores que mandaban al frente con obreros procedentes de los campos de concentración era la solución magnífica. Consecuencias: se mantenía la producción, y se exterminaba al "material humano", como definían los nazis a los prisioneros, con la diferencia que mientras en los campos de concentración, los trabajos para agotar y aniquilar a los prisioneros no tenían sentido (recuérdense las subidas y bajadas con piedras por las escaleras de Mauthassen), en las fábricas, sin embargo, producían elementos imprescindibles para el ejército y el país alemán.

Vaya como ejemplo, con datos históricos, que la dirección de la firma Daimler-Benz, fabricante de los autos Mercedes-Benz, se mostró especialmente dispuesta a cooperar en la "eliminación de subespecies humanas" como se calificaba a eslavos, judíos y gitanos. Aún en 1944, la compañía ofreció a las SS realizar y pagar la evacuación del campo de concentración de Neckarelz, para que los prisioneros no cayeran en manos aliadas, según recuerda el historiador Hans Mommsen, citado por Hermann Tertsch, escritor del artículo.

BMW y Volkswagen, con su fundador y prohombre de la industria del automóvil, Ferdinand Porsche, a la cabeza, utilizaron y fomentaron la utilización de esclavos en las fábricas.

La segunda de las citadas, Volkswagen, ha querido enmendar sus errores, permitiendo al historiador Hans Mommsen en el año 87 investigar en sus archivos. Asímismo, podemos decir de ella, que en los años de la guerra, fue una enorme factoría de trabajos forzados. Recuérdese que el sueño del dictador Hitler era que cada alemán, (suponemos que judíos, gitanos y comunistas y también homosexuales, no lo eran), tuviera su Volkswagen.

Para conseguir estos fines, Porsche solicitó al dictador asignación de contingentes de prisioneros para la construcción de instalaciones y para la explotación de los vehículos. Hitler dijo sí.

En el 44, solicita otro favor, Necesita 3.500 hombres para poder elaborar en una nueva factoría ubicada en una mina abandonada, un arma secreta que se le ha encomendado. Son las tristemente célebres V-1, que los londinenses conocieron bien por su cáracter destructivo. Estas armas fueron encomendadas a Volkswagen. También fabricó material bélico, aparte del famoso coche "escarabajo", como piezas para aviones, minas, torpedos, etc., etc.

En el 1943, cerca del 70 % de los operarios procedían de los campos de concentración del este de Europa. Las condiciones no eran mejores que en los campos, muchas horas de trabajo, poca comida y poco descanso. Los que caían en las fábricas eran reemplazados por otros prisioneros. Era tal la necesidad, entre los obreros, que los propios trabajadores escondían entre la maquinaria a los compañeros que caían para hacerse con sus raciones (pan y sopa, con más agua que condimento).

El médico de la fábrica, Hans Kurbel, diagnosticaba "debilidad congénita", (ya que no descendían de la raza aria elegida por los dioses), a los hijos de prisioneras trabajadoras, encubriendo el hambre y las debilidades, que sufrían diarreas y otras epidemias. Fue juzgado y ejecutado en 1946 como criminal de guerra. Sin embargo Porsche que murió en el 1951 fue objeto de todo tipo de honores y homenajes como gran pionero de la industria del automóvil.

Centenares de víctimas de la planta, fueron enterradas en fosas comunes cerca del vertedero de basuras de la ciudad. Hasta 1972 no se acordaron las autoridades del municipio de dedicarles una placa. Una breve y escueta dedicatoria en una lápida dice: " Aquí yacen hombres, mujeres y niños polacos. Murieron lejos de su patria, entre 1941 y 1945, víctimas de la guerra."

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